Y a fin de cuentas ¿cómo inicié todo esto?
Bueno, siempre he pensado que comenzó cuando yo tenía como nueve o diez años. En ese entonces veía bastantes caricaturas y recuerdo que en muchas de ellas solía tener un episodio, en donde la chica por alguna razón era convertida en la “esclava” del enemigo ya sea por hipnosis, algún hechizo o algún aparato de control mental, esta era sometida a su voluntad y en la mayoría de las veces tenía que responder a las ordenes con un dulce “si amo” y por alguna razón eso me ponía la piel de gallina.
En ese momento no lo sabía y como todo niño no le di mucha importancia en los años posteriores. Pero la cosa cambió unos cinco años atrás. En ese entonces yo conocí a una chica, a quien voy a llamar Selene la cual traté un par de veces ya que no era del país y solo venía a tomar unas vacaciones, sin embargo en el poco tiempo que convivimos nos llegamos a llevar bastante bien y pronto iniciamos una relación a larga distancia la cual incluía varias chats nocturnos alto contenido sexual. Duramos así varios años, y aunque ambos entendíamos que lo nuestro era algo prácticamente imposible eso no evitaba que continuáramos fantaseando uno con el otro sobre lo que deseábamos:
Hades: “Tomo tu cuerpo entre mis brazos y acariciándolo lentamente mientras deslizó mis manos por debajo de tu playera”.
Selene: “Me estremezco al sentirte y empiezo a besar tu cuello acercándome a tus mejillas y buscando desesperadamente tus labios”.
Hades: “Desabrocho tu Brasier. Lo retiro de tu cuerpo junto con tu playera”.
Selene: Mmmm
Hades: ¿Cómo te sientes?
Selene: Estoy muy caliente. “Llevo mi mano a tu entrepierna y acaricio tu miembro por encima de tu pantalón” Y tu ¿Cómo te sientes?
En ese momento, me sentía increíblemente excitado y lo único que deseaba era en verdad tenerla frente a mí y hacerla toda mía. Continuamos chateando, acompañando la sesión con algunas fotos mientras nos íbamos desnudando. Ella tenía un busto prominente que me volvía loco y cada vez que lo veía no pensaba en otra cosa más que hacerme con esas magnificas tetas, besarlas, chuparlas, inclusive morderlas y hasta ese momento era lo más que fantaseaba con ella. Sin embargo esa noche en particular la cosa daría un ligero cambio.
Selene: “Me pongo en cuatro sobre la cama para poder mostrarte mi trasero”
Hades: “lo miro sonriente y me acero a el para acariciarlo”
Selene: Amor, ¿te quiero pedir una cosa?
Hades: Dime, preciosa.
Selene: Quisiera que pusieras que me das con fuerza… como si me violaras…
Me quedé estupefacto, en todo este tiempo nunca me había pedido nada parecido. Realimente no sabía que responder a ello. Mire un buen rato la pantalla de mi teléfono, pensando en lo que debía responder y quizás tarde más de lo que debía, porque un nuevo mensaje apareció.
Selene: Pero si no quieres, no hay ningún problema…
Hades: “Me acerco a ti y te hago mía por la fuerza”
Selene: “Gimo de dolor al sentirte tan fuerte dentro de mi”
Hades “Empujo mi miembro con todas mis fuerzas una y otra vez siguiendo el rimo de tus gemidos”
Selene: “Muevo mi trasero como una perrita en celo mientras me dejo someter ante tus violentas embestidas”
No entendía por qué pero algo tenían esas palabras que me ponían en verdad caliente. Comencé a masturbarme con más intensidad mientras leía esas últimas líneas.
Hades: ¿Te gusta preciosa?
Selene: Muchísimo. ¿Y a ti, bebé?
Hades: Me encanta.
Selene: Entonces ¿quieres seguir usándome como a tu perrita?
Hades: “No te respondo y su lugar sujeto tus caderas te embisto con todas mis fuerzas”
Selene: “jadeo intensamente, entregándome completamente tanto al dolor como al placer que me provocas”
Le envié una foto de mi miembro todo duro y a punto de estallar mientras que ella decidió hacer lo mismo. Su vagina estaba empapada en fluidos, su clítoris se veía hinchado y rojizo y sus labios estaba abiertos como un par de pétalos rosados carnosos.
Selene: Úsame toda, mi amor…
Hades: “Retiro mi miembro de tu interior y me pongo frente a ti para mirarte” Pues entonces pídemelo bien…
Selene: “me coloco de rodillas mirándote a los ojos” Te lo suplico, viólame con todas tus fuerzas hasta que estés satisfecho.
Hades: “sonrio con malicia y mientras introduzco miembro en mi boca”
Selene: “Empiezo a chuparlo con locura. Acaricio mi coño sintiéndome a punto de llegar el orgasmo”
Hades: “Me salgo de tus labios y te doy la vuelta. Abro tus piernas nuevamente mía violentamente”
Selene: “Estallo en un intenso orgasmo que me deja tumbada y temblado sobre la cama”
Hades: “Saco mi pene todo erecto y me vengo encima de ti, cubriendo todo tu cuerpo con mi esperma”
Selene: Me vine como loca mi amor… Te lo agradezco muchísimo.
Luego de esa noche, nuestro juego de violación se volvió cada vez más frecuente. Lo que más me prendía era cuando ella me suplicaba que la tomara y o que la usara a mi gusto aunque nunca experimentamos más allá de eso pues como dije anteriormente la distancia era un factor que nos impedía llegar a más. Con el tiempo la chispa entre ambos se fue apagando hasta que un día, simplemente dejamos de hablar. Sin embargo en esos tiempos sentí que algo se había encendido, pero no lograría descubrir lo que era sino hasta mucho tiempo después, cuando llegaría al mi vida un texto que lo cambiaria todo.