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Gregor y sus dos hijas
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Esta historia que contaré a continuación se trata de un hombre llamado Gregor de 42 años, moreno, de ojos oscuros y el cabello lleno de unas canas que lo hacen ver encantador.

Gregor tiene dos hijas llamadas Marina y Laura, ambas son dos rubias espectaculares con unos cuerpos perfectos (físicamente son igual a su madre, de la cual el padre de ellas se ha divorciado hace bastante tiempo). Marina tiene 20 años y Laura 22 años, las dos chicas adoran a su padre.

Pero el amor que ellas sienten por su papá se debe a otro sentimiento mucho más fuerte: la intensa lujuria.

Ambas son mujeres de Gregor o como él siempre les dice son sus hembras las cuales él disfruta cada noche de su sensual compañía, siempre hacen el amor con él las dos juntas y durante las noches ambas chicas duermen desnudas abrazadas a su padre.

Hacían cosas muy ardientes los tres juntos, pero esa mañana fue inolvidable.

Laura y Marina se encontraban sentadas en la mesa esperando el desayuno y Gregor estaba en la cocina preparándoles el desayuno a las chicas, pero ellas empezaron a sospechar porque su padre estaba demorando mucho en la preparación esta vez.

-Voy a ver que está haciendo nuestro padre- le dijo Marina a Laura levantándose de la silla haciendo mover su trasero dentro del pantalón extremadamente corto que llevaba.

Cuando fue a la cocina vio a su padre masturbándose frenéticamente y derramar su semen dentro del café de ellas, esa visión la excito mucho y tuvo ganas de entrar a chuparle el pene a Gregor y que la cogiera ahí mismo, pero decidió compartirlo con su hermana, pues, al fin y al cabo era el macho de las dos.

Cuando Gregor volvió con los dos cafés para las chicas ellas ya sabían lo que su padre había hecho, se bebieron el café por completo con total deleite, terminaron de desayunar y se acercaron al hombre muy lentamente lambiéndose los labios.

-El café estaba delicioso- dijeron ambas al unísono.

-Me alegro mucho mis hermosas chicas- respondió el.

Luego Laura y Marina se quitaron las blusas y quedaron con sus blancos pechos al aire libre.

-Mis dos hembras- dijo el papá mirándolas alternativamente a las dos antes de que las chicas les pusieran sus tetas en el rostro y empezaran a bajarle el pantalón para chuparle la verga.

Marina se sentó encima de su padre y empezó a frotarse contra el para que la verga se le ponga dura.

-Ya sabemos que el café tenía tu leche y nos ha encantado- le dije en el oído, no le dio tiempo a responder porque ella agarró ambos de sus senos y se los puso a Gregor en la boca, a él este gesto le encanto, sacó su lengua y empezó a chupar esas dos maravillosas tetas mientras agarraba a Marina fuertemente de sus nalgas.

Laura le quito el bóxer y comenzó a chupar esa verga que tanto le gustaba a ella y a su hermana, le hizo el sexo oral viendo todo el espectáculo erótico de Marina y Gregor, esto la animaba a chuparla con mucho frenesí y a tocarle con rápidos movimientos de sus dedos los testículos.

Laura se sacaba el pene de la boca, le escupía un poco de saliva en la cabeza y luego volvía a deslizar su lengua sobre él, hizo eso hasta que Marina pidió a gritos que su papá le metiera la verga cuando llego al punto de que las nalgadas que le estaba dando el hombre la habían excitado demasiado.

Se acostaron en el piso los 3 y Gregor penetro a su hija Marina que se volvió a sentar a horcajadas sobre él, luego la tomo de la mano a Laura y le dijo que deseaba chuparle su bella concha, entonces ella se sentó sobre el rostro de Gregor quedando frente a él y posicionando la vagina contra los labios del padre.

Laura miro hacia abajo y vio como la lengua de Gregor entraba, salía y mordía suavemente sus húmedos labios vaginales, ella empezó a moverse un poco y él le chupo la vagina más rápidamente en respuesta a los movimientos de Laura, luego pasaron a oírse los altos gemidos de Marina que estaba saltando como toda una máquina sexual a un ritmo frenético mientras tenía la verga de su papá dentro de ella.

Unos minutos después Marina había quedado agotada presa de un potente orgasmo, Gregor dejo de chuparle la vagina a Laura.

-Chúpense las tetas- les dijo a sus hijas.

Laura y Marina se colocaron la una frente a la otra y se fundieron en un apasionado beso con mucho intercambio de lengua, luego tomaron los senos de cada una y empezaron a chuparlos alternativamente.

Marina le daba por unos segundos unas cuantas lambidas a Laura con un par de deliciosas mordidas en los pezones y luego Laura hacia lo mismo con su hermana masajeándole los pechos con mucha fuerza a la vez que los chupaba.

Ante esta visión la verga de Gregor volvió a ponerse dura como una roca.

Laura estiro su mano y la empezó a frotar sobre la vagina de Marina, noto la vulva de su hermana muy húmeda y un poco hinchada por las salvajes embestidas de su papá, esto la excito mucho y metió dos dedos dentro de la concha de Marina.

La chica que estaba siendo estimulada soltó los pechos de Laura para poder gemir y abrió lo más que pudo sus piernas.

Marina tomo con fuerza a Laura de la nuca y la hizo inclinarse hasta que la lengua de Laura ingreso con mucha fuerza en su vagina rodeándole el clítoris.

Laura quedo en cuatro con el trasero bien parado entonces Gregor aprovecho esta situación, la tomo de la cintura y la penetro de una sola embestida mientras ella seguía haciéndole sexo oral a su hermana.

Laura sintió la ruda embestida de su padre que ya la estaba embistiendo salvajemente como se lo había hecho a su hermana por la vagina que ahora ella misma estaba chupando como si su vida dependiera de ello, era como si no pudiera vivir sin esa concha, amaba chuparla, sentir la rica humedad de Marina al igual que amaba el pene de su padre cuando este le abría la vulva y el culo penetrándola todos los días y lo hacía mucho más fuerte cada vez.

Marina tuvo su segundo orgasmo a causa del delicioso sexo oral que le brindo su hermana, esto hizo que acabara en la boca de la otra chica y Laura se bebió todos los fluidos con mucho gusto. Gregor retiro su verga del culo de Laura, le tomo su rostro con ambas manos y la beso apasionadamente para saborear los jugos vaginales de Marina que aún estaban en la lengua de Laura.

Gregor tomo las dos tangas de sus hijas (ya le estaba palpitando mucho la verga, necesitaba sacar toda su leche contenida).

Las dos bragas eran muy bellas, la de Marina era de un color rosa pálido, toda lisa, pero con un pequeño encaje y con un moño en la parte de adelante.

La de Laura era una tanga mucho más atrevida perfecta para una noche de pasión, se trataba de un hilo de color rojo intenso y la parte de la vulva era muy finita de manera que le quedaba toda su concha casi afuera, en la parte trasera tenía una cadena de plata.

Tomo la de Marina y la puso en el centro de su verga, de manera que la zona de la vagina quedó bien posicionada en la pija de él, se masturbó un poco haciendo suaves movimientos de arriba hacia abajo y eyaculo en la tanga de su hija dejándosela inundada de semen, luego tomo la de Laura e hizo lo mismo con la última cantidad de semen que tenía. Ambas hembras se pusieron las pantis con el semen de su hombre y cada una le dijo que lo amaba mientras lo besaban en la boca.

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