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Gran despedida de soltera
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Miriam, una mujer joven de unos 26 años, morocha pulposa, de carita picara, muy bonita y de una voz muy dulce. Otro regalo que el bendito chat me dio.

Después de charlar por una semana a través de whatsapp. Se iba a dar el primer encuentro, hasta acá yo no sabía que ella estaba en planes de casarse. Sí que tenía pareja.

En las charlas de whatsapp tocamos todos los temas, pero había uno que ella traía muy recurrentemente… tríos.

A modo de chiste le dije “tengo un amigo… Andy, de unos 40 y pico”. Yo riéndome. A lo cual ella me responde. “A ver, mandame foto”, sentí un escalofrió me bajo por toda la espalda.

-Fachero el vete… -dice.

Como desesperado llamé a mi amigo y le conté las buenas nuevas, ahí nomás armé un grupo de whatsapp para nosotros tres. Mi amigo casado, yo casado y ella juntada. Una hermosa combinación.

En las charlas ella se animaba a mandar fotos en tetas, cola entangada… hasta un video tocándose. No tenía problemas.

Una semana después pusimos fecha, Andy y yo manejamos por una hora para llegar hasta zona norte. En el camino pensábamos… será cierto? No será una trampa para secuestrarnos? y reíamos. Hasta que la vimos parada en una esquina una fría tarde de invierno. Con una campera que no dejaba ver casi nada.

Hasta ese momento jamás nos habíamos visto la cara en persona. Detuvimos el auto, nos bajamos y la saludamos y amablemente la invitamos a subir a lo cual accedió.

Compramos algo para tomar… íbamos haciendo chistes todo muy divertido. Ella sentada adelante, mi amigo manejando y yo en el asiento trasero. Hasta que la invito a pasarse conmigo. Lo hace riéndose muy cómplice.

Sentados atrás nos besamos e instantáneamente pone su mano sobre mi miembro ya duro. “Epa!” dice ella. La saco y rápidamente se lo mete en la boca, haciendo unos ruidos exquisitos y fuertes, “¿qué está pasando?” pregunta Andy y mira por el retrovisor. “nooo –dice- espérenme”.

Ella ríe y la chupa aun con más ruido. Faltaban solo cuadras para llegar al hotel.

Dudábamos que nos dejaran entrar a los tres, por lo cual ella volvió al asiento delantero y yo me tapé con su campera en el asiento trasero.

Solo faltaban dos cuadras y ella ya se la estaba mamando a mi amigo también…

Una vez dentro del hotel, les pido que se adelante que yo me quería dar una ducha. Cuando cierro la lluvia escucho fuertes gemidos que venían de la habitación. Mi excitación era incontenible. Y al acercarme a la cama y ver esa escena me causó una sensación difícil de explicar. Una explosión sensorial. El acostado desnudo, ella en cuatro sobre la cama, en tanga con un vestido de colegiala, chupándosela a full.

Me apresuro y me pongo detrás suyo le beso la cola y le corro la tanga .a lo cual ella reacciona entregándome aún más su cola. Me pongo el preservativo y la penetro con fuerza, ella completamente mojada, a lo cual exclama… que lindo un trio por dios…

Minutos después cambiamos posición y Andy va aún más lejos penetrándola analmente. Gritaba como loca… le encantaba… pedía leche… leche… a lo cual no aguanto y le lleno la boca. La miro a los ojos buscando una mirada cómplice, pero ella no me mira. Solo La saborea, veo como gotas bien espesas caen de su boca. Me la limpia toda mientras Andy seguía penetrándola con dureza por detrás…

Me levanto, los dejo seguir y voy a ducharme nuevamente y al volver enciendo un cigarrillo y me siento junto a la cama solo para ver como él ahora la cogía en posición misionera… ella con las piernas flexionadas mientras él la besaba apasionado. Me causo un no sé qué ya que seguramente aun tenia rastros de mi semen en su boca. Fume todo el cigarrillo, tome unos tragos de cerveza y el la seguía bombeando.

Cuando él se pone frente a ella para darle leche en la cara yo me pongo detrás de ella para comenzar a cogerla nuevamente. Quería que ella no pare de disfrutar, se lo merecía por ser tan putita con nosotros. El llena su boca de leche y más me caliento y más duro le daba por detrás. Ahora acabo adentro de ella. Me tiro encima y noto nuestra transpiración. Hacía calor en la habitación.

Tomamos un descanso mientras ella se va a duchar y nos quedamos Andy y yo acostados mirando el espejo en el techo, desnudos riéndonos como chicos… no podíamos creer lo que estábamos viviendo.

Apenas ella sale de la ducha la miró con detenimiento, 1.65 rellenita, unas tetas increíbles y pezones enormes. Estábamos esperándola de pie… y ella dice… ya se lo que quieren. Y automáticamente se arrodilla para chupar pija, como le gustaba eso… primero una después otra, al final las dos juntas. La acostamos boca arriba para que Andy le chupe la concha y yo le coja la boca al punto de ahogarla. Le encantaba.

Nuevamente en 4 le dimos. Fueron 3 horas de darle casi sin parar. Solo para llenar su boquita carnosa una vez más de leche.

Hasta que se hizo la hora de dejarla en su trabajo donde supuestamente hacia horas extras. Nos besó apasionadamente a ambos en el auto y por mensaje al otro día nos dijo “chicos fue increíble mi mejor experiencia lejos, no tengo por qué mentirles. Pero en un mes me caso, así que mejor la cortamos acá. No me manden más mensajes. Besitos a los dos…”.

Estábamos tristes y felices a la vez. Volvimos shokeados realmente y hablamos del tema por dos semanas quizás.

Ahora cada tanto entro a su Facebook para ver sus fotos de casada, y recordar con detalle aquella tarde sublime.

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