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Gracias al trabajo (10)
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Tiempo de lectura: 13 minutos

Salimos en el coche después de despedirnos de Daniel, le volví a decir que si quería venirse un día, que avisara a mi mujer, estaríamos encantado de que estuviese con nosotros.

Ya de camino a Sevilla, le dije a mi mujer que iba a llamar a Jorge, para que contase con nosotros para cenar, comeríamos por el camino. Lo llamé desde el coche, en manos libres. No me dio tiempo ni a saludarlo

– Hombre…pronto echas de menos mi polla o mi culo o ambas cosas, jajaja -contestó Jorge nada más descolgar-

– Halaaa, jajaja -dijo mi mujer

– Joder, ¿estás acompañado?

– Tranquilo Jorge, estoy con mi mujer… -le contesté-

– Hola Jorge, encantada. Soy Elena, la mujer de Óscar.

– ¡¡¡Dios, qué cagada!!! Lo siento Óscar, no sé qué decir…

– Tranquilo Jorge, lo sé todo. Óscar me lo ha contado con pelos y señales, bueno, pelos pocos jajaja -diciendo eso me acarició el paquete.

– ¿En serio? -le contestó Jorge.

– Oye Jorge -le dije- te llamo para decirte que cuentes con nosotros para la cena, le he dicho a Elena que cocinas estupendamente. Vamos para allá, quiere conocerte, bueno a ti y a Eva y a Nuria… Ya te contaremos todo cuando lleguemos, vamos a comer por el camino, ya no nos da tiempo a llegar para comer.

– No os preocupéis, aún no he hecho comida alguna. Veniros y hacemos un arroz en la barbacoa, el día está muy bueno. ¿Os parece bien?

– ¿Qué opinas Elena? Por mí me parece perfecto, no tenemos prisa para comer.

– Sí, estupenda idea. ¿Hace falta llevar algo, Jorge? -preguntó Elena-

– Bien, traeros unas botellas de Verdejo, a ser posible que ya estén bien frías. Llamaré a las chicas por si se quieren apuntar.

– Cuenta con ello Jorge -le dije- Nos vemos en hora y algo.

Entrando por Sevilla, buscamos un supermercado para comprar las botellas de vino y nos volvimos a poner en marcha para la casa, en ese momento mi mujer me dijo:

– Estoy nerviosa, no sé qué pensarán de mí esta gente… creerán que soy una fulana o algo peor.

– A ver, no empieces a sacar a la otra Elena. Ellos no van a pensar nada malo, porque lo mismo puedes pensar tú de ellos. No le des vueltas a la cabeza, lo único que vas a conseguir va a ser que no disfrutes.

– Tienes toda la razón, de vez en cuando intenta imponerse la educación tan retrógrada que me dieron. Y debo evitar que salga a la superficie. Quiero disfrutar del sexo con mi marido presente y verlo disfrutar.

– Así se habla, mira, estamos llegando. Ésta es la urbanización.

Aparqué fuera, junto a la casa estaba el coche de Eva también. Llamé al timbre nos abrió Jorge, vestido con pantalón y camiseta, un delantal de cuadros rojos y una copa de Ribera en la mano.

– Adelante, qué pronto habéis llegado. Tú debes ser Elena, soy Jorge. Pero qué guapa eres, eso no lo contaste canalla -dijo mirándome a mí mientras le daba dos besos a Elena.

– Gracias, encantada Jorge.

– Heyyy, ¿qué haces vestido, y con ese delantal? Yo contándole a Elena que estamos siempre en bolas y te encuentro vestido. Nosotros nos vamos a desnudar ya

– Joder, es que no sabía qué le has contado ni como comportarme -me dijo Jorge.

– Pues como todos estos días, exactamente igual -le dije mientras le acariciaba el paquete- Voy a poner la caja de vino en la cocina.

– Voy a desnudarme ahora mismo, la ropa me está agobiando -soltó Jorge.

Pasamos al interior de la casa, Eva estaba en la cocina cortando verduras para el arroz, también iba vestida.

– Hey holaaa, debes ser Elena, la mujer de Óscar, encantada de conocerte, soy Eva.

– Hola Eva, gracias. Te digo lo mismo.

– Bueno, pues ya estamos como antes -dijo Jorge entrando en la cocina totalmente desnudo, la polla la tenía morcillona.

– ¡Anda mira éste! ¿Podemos desnudarnos ya? -dijo Eva- me sobra todo.

Fuimos al salón a desnudarnos, yo me quedé en bolas en nada y ayudaba a Elena a desnudarse, en verdad me aprovechaba y le metía mano mientras. Mi polla se estaba levantando cuando Eva apareció en el salón desnuda completamente. Elena admiró las tetas de Eva.

– Vaya tetas bonitas tienes Eva.

– Pues las tuyas son preciosas también, puedes tocármelas Elena, sin problema.

Elena se acercó y las acarició, le notaba en la cara que se estaba excitando. Rozaba los pezones de Eva con las yemas de los dedos mientras se estaban poniendo duros, Eva comenzó a acariciar las de Elena, acercó su boca a la teta izquierda y la besó, pasó su lengua por el pezón. Elena suspiró y me miró, vi que se estaba calentando, le sonreí. Me coloqué por detrás de Eva, y la abracé mientras mis manos bajaban hacia su coño, le besaba el cuello sin dejar de mirar a Elena, que ya tenía la respiración alterada. Mi polla se levantaba, y Eva movía sus caderas para encajarla entre sus nalgas. En ese momento entró Jorge al salón:

– Joder, yo trabajando y los demás calentándose… a esto no hay derecho Óscar.

– Tienes razón, vamos a echarte una mano…con la barbacoa, después te echo una mano en otro sitio, ¿querrás?

– Por supuesto, pero hay que empezar ya con el arroz, el carbón está ya encendido, así que vamos todos para fuera -dijo saliendo hacia el jardín con la polla ya levantada.

Yo también llevaba la polla dura, le metí la mano a Elena entre las piernas y ya tenía el coño mojado, Eva suspiraba y salió detrás de Jorge.

– Ufff has visto como me he puesto, ¿no? -me dijo Elena.

– Ya lo creo -dije lamiéndome los dedos que le había metido en el coño- salgamos al jardín, después de comer seguiremos ya sin interrupciones.

– Espera -me dijo, me pasó los brazos por el cuello y me besó metiendo su lengua en mi boca- Es la primera vez que he tocado a una mujer, y me he excitado muchísimo.

– Jejejeje. Me di cuenta, me alegro por ti, tengo ganas de ver como follas con una mujer, me excito mucho solo con pensarlo, y creo que en un rato podré verlo.

– También tengo ganas de probarlo.

Salimos al jardín, ya estaba Jorge liado con la paella, Eva estaba hablando por teléfono, Jorge nos sirvió una copa de verdejo a cada uno. Brindamos por nosotros, Elena comenzó a hablar con Jorge sobre como hacía la paella, a Jorge lo veía encantado de poder hablar con alguien de cocina, siempre decía que nosotros solo sabíamos comer, nada de preparar.

Eva acabó de hablar por teléfono y nos dijo que Nuria vendría más tarde, se acercó a mi mujer y la besó con dulzura en la boca.

– Qué sepas que me has puesto mucho acariciándome los pechos.

– Gra…gracias -dijo Elena.

Nos reímos todos, la paella ya estaba hecha. Solo faltaba que reposara unos minutos. Me puse junto a Jorge mirando como Elena mantenía una conversación con Eva, se les notaba muy a gusto a las dos. Le acaricié las nalgas a Jorge, se giró y me dijo:

– Me muero por besarte

– ¿Y por qué no lo haces? Lo llevo deseando desde que hemos llegado.

Se pegó a mí, me pasó ambos brazos por el cuello y acercó su boca, entreabrí mis labios y allí estaba su lengua, frotándose con la mía. Abrí más la boca, giré la cabeza y lo apreté contra mí. Noté como su polla se ponía dura y se pegaba a mi vientre. Le agarré las nalgas y le abrí el culo un poco, nos separamos. Al girarnos descubrimos cómo nos miraban Elena y Eva, estaban calladas y con sonrisa de bobaliconas, se les veía excitadas.

– Vaya, cómo estáis de contentos, ¿eh? -dijo Eva señalando nuestras pollas- Vaya dos preciosidades se han despertado ahora.

Con la comida en los platos, nos sentamos los 4 a comer. Charlábamos de cosas sin importancia hasta que dije:

– Creo que os tenemos que contar algo, os preguntaréis qué es lo que ha pasado y en tan poco tiempo. ¿Recordáis que me dijisteis que pensabais que mi mujer tenía una aventura? Al llegar a casa, me estaba esperando, igual de excitada que la semana anterior y que por teléfono. Nos acostamos, follamos en una palabra, fue un polvo de los buenos, después nos quedamos en la cama y…

– Y entonces me preguntó si tenía un amante -siguió Elena- me dijo que le estaba muy agradecido a esa persona porque había conseguido lo que él no había podido en todos los años de matrimonio y de novios, me había cambiado totalmente en el tema de las relaciones sexuales, yo notaba que había dado un giro de 180º, también había notado que él me follaba distinto, como con más experiencia, sabía dónde y cómo tocar… y eso lo da la experiencia nada más. Así, con la excusa de que me dijo que debería agradecer a mi amante lo que había hecho conmigo, llamé a Daniel, mi amante, un tipo de 46 años, guapo, con buen cuerpo y bisexual, que viniera a casa, le conté por encima que se lo había dicho a mi marido y, ahí le mentí, que quería ver cómo me follaba. Daniel se presentó y… ya os podéis imaginar lo que pasó…

– No, yo no me lo puedo imaginar, quiero saberlo completamente -dijo Jorge- ¿Daniel te folló Óscar?

– Sí, Jorge. Me la metió a petición de mi mujer… y que yo rezaba para que lo hiciera, jajaja.

Nos levantamos de la mesa, y Eva dijo que se iba a preparar una copa, si alguien se apuntaba que lo dijera, nos apuntamos todos. Ella se fue a preparar las 4 copas a la cocina y nos quedamos los tres en el salón de pie, me acerqué a Elena y la abracé por detrás agarrando las dos tetas, ella buscó con sus manos mi polla, que ya estaba levantándose cuando Jorge dijo:

– Eso no vale, sois pareja…

– Ponte en mi lugar Jorge, quiero ver como se excita contigo.

Me puse delante de Elena y Jorge ocupó mi lugar. Él ya estaba empalmado y Elena gimió en cuanto notó su polla entre sus nalgas. Jorge comenzó a besarle el cuello, ella acariciaba los huevos de Jorge y su polla con los ojos entrecerrados. Me acerqué y comprobé cómo tenía el coño, estaba empapada, y el verla con Jorge me estaba excitando mucho. Abrió las piernas para que pudiese acariciarle el coño bien, mientras que Jorge le magreaba los pechos y seguía besando su cuello. Eva llegó con las copas preparadas, al vernos las soltó en la mesa del salón y dijo:

– Anda que os habéis acordado de mi, qué perros sois…

Se acercó a mi y se arrodilló, me agarró los huevos y los besó, pasaba su lengua por todo el escroto, mientras empezó a meneármela, su lengua subía por el tronco de mi polla cuando sonó el timbre de la puerta. Nos quedamos quietos, mirándonos. Tal y como estaba, me acerqué a la puerta, abrí con cuidado, era Nuria, que al verme como iba me dijo:

– Jamás pude pensar que alguien se pondría así de contento al verme, holaaa

Entró y cerró la puerta, me besó en la boca y comenzó a desnudarse en el mismo jardín. Entramos en la casa y Elena estaba a 4 patas comiéndole el coño a Eva, que estaba tumbada en el suelo. Jorge estaba detrás de mi mujer, metiéndosela por el coño. Oía los gemidos de Elena amortiguados por el coño de Eva.

– A ver -dije- acaba de llegar Nuria. Nuria, te presento a Elena, que le está comiendo el coño a Eva.

– Nuriaaa -dijo Eva- apúntate a que Elena te lo coma. Lo come ¡qué bueno!

Nuria me agarró la polla, yo la abracé y le comí la boca, ella abría su boca para que mi lengua entrara en ella. Bajé mi mano hasta su coño, tenía todo supersuave, la yema de mi dedo se deslizó por su raja, estaba caliente y mojada, se giró colocándome detrás, se inclinó sobre la mesa dejando su culo a merced de mi polla.

– Vamos Óscar, empálame por el culo. Lo estoy deseando.

Le abrí las nalgas con mis dedos, tenía el ojal redondo, oscuro, precioso, le puse la punta de mi nabo en él y apreté, notaba como se abría el culo sin mayor complicación. El capullo ya había entrado, el resto se colaba sin más complicaciones hasta el fondo. Una vez metida a tope, la agarré por las caderas y empecé a bombear. Me encantaba la vista que tenía de mi polla entrando y saliendo de su culo que estaba bien dilatado (el que la haya metido en un culo así en esa misma postura, sabrá de qué le hablo) Oí gemir a Elena, Jorge había acelerado los movimientos. Estuve un rato bombeando el culo de Nuria, lo tenía húmedo, caliente y cerradito, se la saqué, se colocó bocarriba, con las piernas abiertas, noté que me agarraban las piernas, me giré y era Elena.

– Déjame que le coma el coño tal y como está tumbada, joder… estoy muy caliente y quiero comerme todos los coños que hay en la casa.

Me incliné para besarla, Eva se había tumbado debajo de ella para que el coño de Elena quedase en su boca una vez que se pusiera a comerse el coño de Nuria. Jorge me miró, fui hacia él, necesitaba que me besara como él sabía. Se levantó, me cogió la cara y me besó con suavidad los labios, abrí la boca y esta vez fui yo quien metió mi lengua en su boca. Su lengua comenzó a enredarse en la mía, sus manos me acariciaban las pelotas y la polla, lo senté en el sofá y me arrodillé delante de él, le abrí las piernas, esos huevos colgones me ponían a mil, acerqué mis labios a ellos, los besé, los lamí, me metí uno en la boca y después el otro mientras mi mano comenzaba a pajearlo. Le pasé la yema de un dedo por la punta de la polla, jugando con su capullo, con su frenillo.

Metí ese nabo en mi boca y comencé a mamársela, la tenía dura, notaba las venas hinchadas de su polla en mi boca, y ese sabor a coño, a culo de hembra caliente… la polla me dolía de lo dura que la tenía. Me metí su polla entera en la boca, sin arcadas, disfrutando el momento. Me levanté y me incliné para besarlo, para que probara el sabor de su polla en mi boca. Me senté sobre su polla, despacio. Notaba como entraba su polla, sin dolor, sólo un poco de sensación de quemazón. Me estaba empalando con la polla de Jorge, seguí bajando notando como su polla llenaba todo mi culo, la sentía latir dentro de mí. Entró hasta el final, me quedé parado un poco, hasta que desapareció la sensación de quemazón. Empecé a moverme arriba y abajo, Jorge agarró mi polla y comenzó a pajearme mientras nos comíamos las bocas.

De fondo oíamos los gemidos y los jadeos de las tres que se estaban comiendo los coños unas a otras, se metían los dedos. Cuando me giré para verlas, Elena tenía a Nuria comiéndole el coño y metiéndole un consolador anal mientras Elena le comía el culo a Eva. Empecé a gemir de gusto.

No podía dejar de botar sobre la polla de Jorge, estaba muy excitado ensartado en su polla, y él lo estaba pasando muy bien. Me indicó que mirase a Elena, en ese momento tenía los ojos en blanco, y empezó a decir:

La cara de Eva se llenó de un líquido transparente y viscoso cuando Elena se levantó. No podía sostenerse en pie, le temblaban las piernas debido al orgasmo que había tenido. Se sentó junto a Jorge y a mí, me miró y me dijo:

– Esto es delicioso, joder me tiembla todo el cuerpo, ¿Cómo vas? Te gusta tener el nabo de Jorge en el culo, ¿eh?

Jorge me cogió de las caderas y empezó a hacerme botar sobre su polla, notaba las contracciones de su corrida en la polla.

Me saqué su polla y me arrodillé, Elena se tumbó sobre su polla y los dos recibimos sus trallazos de leche en la cara, la boca, cuello, pechos… cuando acabó Elena me fue quitando el semen de Jorge de la cara, y de todas las partes donde había caído. La besé metiendo mi lengua en su boca y saboreando los restos de semen de Jorge en su boca.

Eva y Nuria estaban con el consolador de dos puntas, me arrodillé delante de Nuria y le dije:

– Toma, come polla que papá te va a dar leche.

– Fóllame la boca como a las putas, cabrón.

Se metió la polla hasta la campanilla, le agarré la cabeza y empecé a follarla, mis huevos golpeaban en su barbilla, su lengua giraba sobre el tronco de la polla, jugaba con el capullo… notaba que me iba a correr, se la saqué y con una mano en la frente le aguanté la cabeza, y con la otra me la meneé rápido hasta que noté que me corría y eso dije, mi leche cayó por todos lados, los ojos, pelo, frente, suelo, llegó hasta al culo de Eva. Me senté junto a Elena que se inclinó para limpiarme la polla mientras Nuria y Eva se corrían con el consolador metido y golpeándose culo con culo.

Sonó un teléfono, un móvil, era el de Elena. Miró quién llamaba y dijo:

– Es Daniel, lo pongo en manos libres para que lo oigáis, a ver qué dice -descolgó- Hola Daniel, ¿qué tal?

– Hola Elena, ¿qué haces? ¿Estabas corriendo? Tienes la respiración acelerada.

– Sí bueno… mejor dicho acababa de correrme, jejeje

– Ay lo siento, qué tonto…

– No te preocupes, dime. ¿Quieres algo?

– Jajaja, sí, bueno es para preguntarle a tu marido si sigue en pie la invitación para ir para allá. -Jorge me miró- Al final he pedido dos días y, contra pronóstico me los han dado.

– Claro que sí -le dije hablando hacia el teléfono de Elena, ella miró a las chicas y hizo un gesto de energía con el puño cerrado- las chicas aplaudieron- además, te dije que te iba a dar por el culo, pero no lo hice y te lo debo…

– Jajaja, esa es una de las cosas por las que he llamado, me lo debes Óscar -Jorge me hizo la señal de “ok” con el pulgar de la mano- entonces salgo en 10 minutos hacia allá, calculo que llegaré en hora y media o dos horas como mucho. Mandadme ubicación, por favor. Os llamaré cuando esté llegando.

– De acuerdo Daniel, aquí te esperamos con los brazos abier… no, mejor con los culitos abiertos, jejeje

Elena colgó y empezamos a hablar, Jorge preguntaba por su polla: – Como me guste… no voy a aceptar que ninguna de las zorras de esta casa se le acerque, le he dado por el culo a Óscar y acabo de ponerme en “modo zorra suprema”, así que cuidadito conmigo, con “Jorgina la zorra suprema”. Todos nos echamos a reír, la verdad que me estaban dando ganas de “romperle el orto” como dicen por Argentina.

Nuria dijo que no sabía si quedarse, Juan el coronado le había dicho que llegaría al día siguiente temprano de la convención del trabajo… Todos le dijimos que se quedara, si llegaba pronto que se encontrara con la casa vacía. Jorge fue el más directo:

– Mira Nuria, nos conocemos bastante poco es verdad, pero te digo ya qué es lo que va a pasar con tu matrimonio, y tú lo sabes aunque no lo quieres ver, sabes cuál va a ser el final y eso no lo vas a poder cambiar, te mereces disfrutar como lo estás haciendo estos días, me da rabia oírte decir que te vas porque el cabrón de tu marido, que se ha ido con la querida a un hotel a follar (teniendo nosotros esta casita, jejeje) llegue a casa y espere que lo recibas como a un héroe que regresa de una guerra, quédate aquí a dormir, a follar o a dormir y a follar y que cuando llegue él que te llame y le dices lo que te salga del coño o la verdad, o que estas en casa de unas amigas para no quedarte sola… lo que sea. Pero me haces el favor de no hacerle más caso al gilipollas del coronado.

Todos rompimos a aplaudir y a gritar bravos por “Jorgina”, Nuria se levantó, se acercó a Jorge, lo levantó del sofá y le dio un beso de los que hacen historia mientras le acariciaba el nabo y las pelotas. Cuando se separaron, y sin dejar de tocarle la polla a Jorge dijo:

– Me quedo como mínimo esta noche. Os quiero mucho a todos.

– Oye, si vas a seguir tocando al menos bésame, o me la sueltas que me estás poniendo a mil, que más de tres movimientos seguidos se considera paja y ya llevas al menos 25…

– Bueno, habrá que asearse antes de que llegue Daniel -dije- yo voy a ducharme, ¿alguien se apunta?

– Me ducho contigo -dijo Elena.

– Y yo también -dijo Jorge.

– Pues nada, vamos a la ducha…Por cierto Elena, mándale la ubicación a Daniel, no sea que no encuentre la casa y a “Jorgina” le va a dar algo…

Nos duchamos los tres juntos, Jorge se puso a frotarme todo el cuerpo con la esponja, por todos lados.

– Me excita ver como otro hombre te toca, te besa, te folla, me excita muchísimo… y veo que a ti también -dijo Elena mirando mi polla-

– Y a mí me excita cuando otro hombre te mete mano, o una mujer te hace lo mismo… y si es Jorge el que te mete mano, ya no te cuento… -Jorge se paró, y se volvió hacia Elena frotándole el culo, el coño, los pechos, piernas… todo- qué cabrón eres Jorge, lo que quieres es que me empalme viendo como le metes mano a mi mujer…

– Mira chaval, para empalmarte me basta con esto -se pegó a mí y me dio un beso de los que él sabe que me ponen a mil, mi polla comenzó a subir rápidamente- ¿lo ves? Esto no falla Elena.

– Ufff, con lo que me gusta la polla de Óscar y estoy metida en la ducha con Óscar empalmado, y con un tipo que no conozco, también -y mirando la entrepierna de Jorge- empalmado. Pero que a pesar que no conocerte me caes muy bien… y además me has follado unas cuantas veces…

– Bueno -dije viendo el camino que iba a tomar la ducha, y es que estábamos calientes de nuevo- vamos a salir pronto que tenemos que preparar las camas, las sábanas habrá que cambiarlas, que yo ya he dormido sobre corridas, totalmente pringado.

Salimos de la ducha, y nos secamos entre nosotros, las pollas seguían arriba, y el coño de Elena seguía mojado. Se lo toqué al salir de la ducha y me dijo que estaba muy excitada, llevaba así prácticamente desde que llegamos. Jorge le dijo:

– Joder, prométeme que me vas a regalar las braguitas que traías, que estén mojadas, me muero por olerlas -le dijo Jorge.

– Espera, las tengo en la maleta -las sacó del bolsillo lateral de la maleta y le dijo refregándolas por el coño- tómalas, siguen mojadas, jejeje

-Jorge se acercó las braguitas a la nariz y aspiró profundamente

– Ummm huele a gloria bendita, como me excita esto. Gracias elena, me pajearé con ellas.

La abrazó y la besó de la forma que a mí me vuelve loco, se notaba que ella lo disfrutaba, me acerqué por detrás de Jorge y le puse mi nabo entre sus nalgas, movió las caderas para acomodé mi polla en su culo, y le agarré la polla comenzando a pajearlo. Tenía la polla muy dura, le sobé los cojones y los tenía pesados, le dije:

– Joder Jorge, tengo que hacerte una cura de emergencia, como llegue Daniel no le vas a durar nada. Ummm

Suspiró y se inclinó hacia delante para que lo enculara, mi polla entró suavemente, despacio hasta llegar al fondo. Elena se hincó de rodillas delante de Jorge y se metió la polla en la boca. Jorge gemía como un adolescente con una madura, tuvo que apoyarse con las manos en la cama para no caerse, Elena se había metido entre nuestras piernas, chupaba la polla y los huevos de Jorge como los mios. Comenzó a meterme un dedo en el culo, después dos, me decía:

– Tengo que prepararte el culo para cuando llegue Daniel, que sé que te encantó que te diera por el culo.

En ese momento aceleré el movimiento gimiendo y jadeando, Jorge hacía lo mismo, pero su movimiento era hacia atrás, para hincarse más mi polla en el culo.

– Dios voy a correrme -dije- ufff

Soltó un buen chorro de semen que le cayó a Elena en la boca y en la barbilla, notaba las contracciones del culo cuando se corría en mi polla…en ese momento solté todo lo que me quedaba en los huevos llenándole el culo a Jorge. Nos quedamos recuperando el aire en la misma posición, Elena con la cara llena de leche de Jorge, y mi polla dentro de él. Se la saqué y un chorro de semen le corría piernas abajo. Volvimos a meternos en la ducha en el momento que el timbre de la puerta sonó. Se oyó que alguien salía a abrir, oímos voces y risas, volvieron a entrar y Nuria gritó:

– ¡¡¡Chicos, ha llegado un tal Daniel!!! ¡¡¡O le decís que se quite la ropa o se la arranco yo!!!

– ¡¡¡Bajamos ya!!!

Y ya lo sigo contando en el siguiente relato.

Dejadme comentarios y sugerencias para mejorar los escritos, gracias por leerme. Para cualquier sugerencia, consulta o comentario escribidme a: [email protected].

Saludos.

Vantheway.

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