back to top
InicioAmor filalGiro de vida: Ahora mi hijo

Giro de vida: Ahora mi hijo
G

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 8 minutos

Lo que decía nos fuimos a la playa los cuatro, aunque mi hija había quedado con unas amigas para irse a otro sitio por lo que en pocos días nos dejó solo a mi marido y a mi hijo.

Mi marido como otros años siempre se vuelve a Santiago como un par de veces a lo largo del mes de agosto, para dar una vuelta por el negocio, suele estar entre uno o dos días y regresa, por lo que como sobre el día 10 de ese mes nos quedamos mi hijo y yo solos en el apartamento, mi marido se fue por la tarde pero esa noche me acosté y mi hijo aún no había vuelto al apartamento.

Al día siguiente, como otros días fui a la playa mi hijo iba y venía sin estar fijo en un sitio, fuimos a comer a casa, no siempre íbamos, y después de descansar fui a la piscina de los apartamentos, a mi hijo no le vi ni a la hora de cenar, vino ya tarde cuando yo recogía la cocina de la cena.

Carlos: hola que haces, me dijo

Yo: pues recoger, no lo ves

Venía algo bebido se le notaba en el habla.

Carlos: si lo veo, lo veo

Yo: y tu de donde vienes, además has bebido mucho o que.

Carlos: yo bebido para nada y tu que?

Yo: yo que de que no te entiendo

Carlos: vamos como hoy estabas sola

Mi hijo y su padre nunca se llevaron bien del todo, eso de ser dos hombres.

Yo: sola? Que quieres decir, estabas tu, no?

Carlos: si bueno quiero decir sin papá ni Diego

Me sorprendió esa afirmación, ni Diego.

Yo: como sin Diego, si tu hermana ya no sale con él además no vino a la playa? No te entiendo

Carlos: bueno que no salga mi hermana con él, no quiere decir nada tu podías seguir saliendo

Me quedé perpleja, paralizada casi sin saber que decir.

Yo: como saliendo, saliendo a que, no se que dices vienes borracho o que.

Carlos: como que no sabes a que me refiero, pues a tu Diego a las folladas que te has dado con él, las metidas de mano que te daba en la cocina, a escasos metros de papá

No sabía que decir parecía saberlo todo, era como si nos hubiera visto o Diego se lo hubiera dicho.

Yo: que tonterías dices, lo que digo estás borracho y no sabes lo que dices

Carlos: venga ya, que crees que soy tonto los oí un día en el trastero no abrí la puerta pero oía tus gemidos de gusto desde ese día estuve espiando, me escondía y veía como te metía mano en la cocina, te besaba, te tocaba el coño, el culo y como te quitaba las bragas y tu le dejabas o me vas a decir que no eh eh

No sabía que decir me quedé con las manos apoyadas en la mesa de la cocina mirándole sin decir nada.

Carlos: ya veo que no lo niegas, te llamaba puta verdad? No lo niegues

Me eché a llorar mirándole sin poder articular palabra.

Carlos: venga ya ahora lloras pues cuando te follaba gemías de gusto, que puta eres mamá

Se acercó a mi lado y medió un paño de cocina.

Carlos: toma límpiate

Me tapé la cara con el paño cuando sentí su mano bajando por mi espalda.

Carlos: joder mamá, si no tienes suficiente con papá podías haber recurrido a mí

Nada más acabar la frase sentí como sus manos me cogían el culo y lo apretaban. Me aparté.

Yo: que haces, no se te ocurra tocarme, entendido!!!

Dije con voz severa.

Carlos: esto si que es bueno ahora se hace la estrecha

Me tocó el pecho con una mano, en ese instante me di la vuelta y salí de la cocina medio corriendo, pero él me cogí del pelo en el salón haciéndome parar.

Carlos: donde vas, aún no he terminado

Yo: déjame, no me toques, que vas a hacer, estás loco o que

Se pegó a mi cuerpo desde atrás cogiéndome el pecho con ambas manos, pegando su polla a mi culo.

Carlos: sientes mi verga verdad, ya ves como me tienes

Intenté irme, separarme de él, quitarle sus manos de mi pecho, pero no podía era más fuerte que yo.

Carlos: eso putita lucha así me pone más

Me apretaba el pecho con sus manos y una la bajó hacia mi coño, se la cogí con las mías.

Yo: déjame estás loco, bebido, borracho eres un degenerado

Carlos: eso eso, lucha puta, me la pones más dura aún, joder que tetas tienes, seguro que te las dejabas sobar bien por Diego verdad, pues ahora lo haré yo

Metió una mano por dentro de la camiseta que llevaba y me amasó el pecho mientras yo seguía luchando para que no llegara con su otra mano a mi coño. Me dio la vuelta poniéndome frente a él e intentó besarme en la boca, yo la aparté mientras le miraba a los ojos, estaba encolerizado casi bufando del esfuerzo. Le miré a los ojos mientras le volvía aparar su mano hacía mi coño y le repetía que si estaba loco, bebido que me dejara que era un degenerado.

Me empujó hacía la pared, cuando me subió la camiseta y bajó su boca a mis pechos que besó y mordió, sentía la presión de su fuerza en mi cuerpo y como la pared paraba el empuje haciéndome estar enlatada entre mi hijo y la pared. Ya no pude más y con un movimiento se liberó la mano que ya casi tenía en mi coño y pudo tocármelo.

Carlos: joder, lo tienes sin pelos como las zorras, uh eso me pone más

Mientras cerraba las piernas lo que podía bajé mi cabeza y le mordí en el hombro a la vez que le daba golpes en la espalda con mis manos. La mordedura le hizo daño porque se quejó y subió la mano que tenía en mis pechos y me dio un bofetón sonoro.

Carlos: estate quieta y disfruta, puta -Me dijo con ojos rojos.

Me cogió con su piernas la mías y me tiró al suelo, intenté irme pero me sujetó de las piernas y me puso boca arriba tumbándose encima, yo encogí mis piernas pero el luchaba más y más hasta que puso todo su cuerpo encima del mío metiendo sus piernas entra las mías, luego tiró de mí camiseta arrancándomela, solo me tenía sujeta con una mano por lo que pude liberar una de mis manos, mientras él me mordía el pecho con su boca y me babeaba con su lengua y con la otra mano intentaba quitarme las bragas.

Yo en todo el rato estuve insultándole, dándole golpes con la mano liberada, mordiéndole si podía y llorando. Noté como cogía mis bragas y tiraba de ellas hasta romperlas y quitármelas luego con su mano se desabrochó el pantalón y sacó su verga poniéndola a la entrada de mi coño, en ese momento con su mano libre cogió la que yo tenía liberada.

Carlos: ahora te la meteré de golpe como les gusta a las putas

Seguí protestando cuando él me volvió a dar otro bofetón en la cara y cogió mis bragas y me las metió en la boca, en ese instante con un golpe de riñones sentí como su polla entraba en mi coño y como gemía de gusto mi hijo a la vez que me decía cosas como: disfruta, vamos puta sé que te gusta… Sus manos tenía cogidas las mías tiradas hacía arriba de mi cabeza, su cuerpo se movía para poder sacar y meter su verga en mi coño, en ese instante cerré los ojos y dejé de luchar, era inútil.

Al verme así dejó mis manos y me cogió las piernas haciendo que las pusiera dobladas, luego acercó su boca a mis tetas y me las comía y sobaba con sus manos, me besaba en la cara y en los labios.

Y así con palabras fuertes y golpes de riñones acabó por llenarme de leche el coño.

Luego se levantó y se fue del apartamento, yo me quedé quieta aun un buen rato, luego saqué mis bragas rotas de mi boca y casi sin aliento y me incorporé y me fui a duchar. Después de eso me acosté temiendo que cuando volviera fuera a mi cama y repitiera lo sucedido. No podía dormir y ya muy tarde sentí la puerta de la calle abrirse y como los pasos de mi hijo se encaminaron hacía su habitación, en ese momento me quedé relajada y al poco me dormí.

Me desperté temprano e inquieta, no sabía como actuar sobre lo sucedido y aprovechando que mi hijo dormía me fui a la playa a despejarme y penar como afrontar todo. Sobre las 12 llegó mi marido que había estado en el apartamento y me dijo que Carlos seguía durmiendo, si había llegado tarde, le dije que sí. Y seguí con mis pensamientos, tumbada en la toalla en la playa.

Había una cosa que no entendía, cada vez que recordaba con más detalles lo que ocurrió no es que me atormentara lo sucedido si no todo lo contrario, recordar como me cogió con sus manos, me rompió la camiseta, sus bofetones, como me forzó con sus manos y piernas, como me metió las bragas en la boca, sus besos y su polla en mi coño no solo me molestaba, todo lo contrario me estaba poniendo cachonda allí tumbada en la playa. La calentura que tenía no era por el sol era por el recuerdo. Incluso vi como mis pezones se marcaban en el bikini por lo que me tumbé boca abajo para evitar miradas de la gente.

Al mediodía me puse el pareo atado al hombro, cogí la bolsa de la playa y le dije a mi marido que comiera solo en el bar, que yo volvía al apartamento a ver si nuestro hijo estaba bien. Mi marido dijo que ya no era un crio y le dejara dormir si quería. Desde luego lo que ya no era un crio podía dar fe de ello.

Llegué al apartamento y dejé la bolsa y fui a la habitación de mi hijo, estaba todo a oscuras y abrí la persianas de golpe.

Yo: que pasa no piensas levantarte

No dijo nada estaba como escondido en la cama mirando a la pared, con una sábana puesta por encima.

Yo: sé que estas despierto, no creas que soy tan tonta

Carlos: déjame por favor

Su voz fue temblorosa, dubitativa, seguro que con los remordimientos de lo que hizo. Le quité la sábana, estaba con slip y camiseta.

Yo: vamos que hay que ventilar esto, huele a alcohol en toda la habitación. Le miré el bulto de su verga en el slip

Yo: que pasa solo eres un hombre si bebes o que?

Se dio la vuelta para mirarme.

Carlos: déjame no pienso levantarme, te enteras!

Note su mirada en mi cuerpo a la vez que se sentaba en la cama.

Yo: lo que decía solo bebido eres un machote y ahora no eres nada

Carlos: déjame, déjame que no respondo, no me insultes

Por fin vi la puerta de entrada hacia lo que buscaba, los insultos le hicieron reaccionar y mirándome a los ojos con desafío.

Yo: que no te insulte, mocoso, diré lo que quiera, entérate bien, eres un mocoso que borracho se cree algo pero no lo eres.

Se puso de pie alzándome la mano.

Carlos: deja de insultarme que te doy una hostia que te enteras, joder déjame no ves que no quiero ver a nadie

Yo: lo que digo un valiente bebido y un cobarde sereno

Me cogió del pelo llevándome hacía él bajándome la cabeza, entonces le intenté morder el hombro y empujó con su mano mi cabeza poniéndome de rodillas.

Carlos: me dejas o que

En ese momento acerqué mi boca al bulto de su slip y puse mis manos en su culo haciendo fuerza para que el enorme bulto de su verga se pegara a mi boca. Entonces le di pequeños mordiscos en su polla con el slip por medio, no dijo nada pero se vio sorprendido por mi aptitud. Así como estaba le baje el slip con mis manos dejando su verga a la vista. Aunque ya la había tenido dentro era la primera vez que la veía, se la cogí con mis manos, era enorme, gorda, grande y sin decir nada me la metí en la boca, en ese instante sentí un gemido de placer de mi hijo, ya no me sujetaba por el pelo, me puso sus manos en mi cabeza. Se la lamí por todas partes, se la comí despacio con deleite, con pasión, con entrega, con dulzura, con amor y con lujuria. A la vez le sobaba los huevos

Carlos: joder mamá esto es lo que buscabas verdad, mi verga, que puta eres y que bien la comes.

Deshizo el nudo de mi pareo dejándolo caer al suelo, quedándome como estaba, de rodillas, en bikini. Bajó su mano hasta alcanzar un pecho metiendo la mano por dentro del bikini y sobármelo, luego tiró de esa parte del bikini hacía arriba dejándome las tetas al aire, bajó sus dos manos y me cogió los pezones tirándome de ellos. Por lo caliente que estaba tuve que gemir a pesar de tener en mi boca la polla de mi hijo.

Carlos: te gusta que te soben bien las tetas y los pezones verdad -Para luego añadir- quiero follarte a 4 patas putita, levántate y quítate tu misma el bikini.

Me puse de pie, terminé de quitarme la parte de arriba y dejé caer al suelo la de abajo, le miré a los ojo y le besé en la boca, luego recogí la braga del bikini del suelo y se la di en la mano.

Yo: toma, por si quieres metérmela en la boca

Me puse a 4 patas encima de la cama esperando que él me tomara por donde quisiera. Sentí como su verga se ponía a la entrada de mi coño, después ponía sus manos en mi cintura y como poco a poco su polla se abría paso por mi mojado coño hasta notar como su pelvis daba en mi culo, la sacó despacio y la volvió a meter muy despacio, así varias veces.

Carlos: así te gusta o la quieres salvaje como las auténticas zorras

Tenía la cabeza apoyada en la almohada, respirando con dificultad para que mis gemidos no salieran de la habitación, pero le respondí a su pregunta.

Yo: ahora salvaje amor, salvaje par que veas que soy tuya, tu puta

En ese momento sentí una embestida brutal que me hizo parecer que me partiría en dos.

Carlos: que rica estás, como me pones, con razón mis amigos decían que debías ser un zorra en la cama por lo buena que estabas

Yo: si soy una zorra, tu zorra amor, la tuya.

Sus embestidas brutales me hacían morir de placer, tanto era así que mis gemidos eran casi gritos y mis corridas eran continuas. Tiró de mi pelo y me puso pegando mi espalda a su pecho, me giró la cabeza y metió su lengua en mi boca mientras me sobaba con una mano los pechos y me pellizcaba los pezones y con la otra me la pasaba por mi clítoris haciéndome llegar una y otra vez. Así me tuvo hasta que sentí como en un golpe de riñones me llenaba de leche caliente mi coño, moviéndose para que me entrara toda la leche, tumbándome en la cama y él encima de mí, totalmente exhaustos los dos.

Sacó su polla de mi coño y me dio la vuelta, le miré a los ojos y me puse a llorar.

Carlos: porque lloras

Le atraje hacía mí le abracé con fuerzas y le dije:

Yo: porque soy muy feliz, por eso lloro

Me besó en la boca y nos quedamos desnudos encima de la cama mucho tiempo.

Continuará…

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.