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Mi padre es propietario de una pequeña empresa que desde que tengo uso de razón nos ha permitido tener un buen nivel de vida. Realmente mi padre es lo que se podría decir el socio trabajador teniendo un socio que es el que aportó en sus inicios el capital para empezar a funcionar y luego el necesario para inversiones y mejoras.

Desde pequeña yo veía como este socio iba a mí casa con cierta asiduidad como si de un familiar se tratara. Lo que no entendía de pequeña era por qué estás visitas terminaban con el socio de mi padre y mi madre yendo al dormitorio ni los sonidos que de allí salían durante un buen rato, ni la cara de tristeza de mi padre durante esos minutos, ni la de satisfacción con la que el socio salía arreglándose la ropa.

Cuando tenía unos doce años y debido a que quizás pensaron, acertadamente, que ya comprendía lo que pasaba, las visitas terminaban con mi madre y el socio saliendo juntos de casa. Mi madre tardaba varias horas y a veces volvía al día siguiente.

Así fue pasando el tiempo y cuando tenía 17 años mi padre cayó enfermo y fue necesario un costoso tratamiento que "generosamente" pagó su socio. Cuando mi padre salió del hospital y volvió a casa el socio llegó de visita y cuando se iba a marchar y mi madre se preparaba para lo habitual, éste dijo que no, que su dinero merecía un premio mejor y que supuesto que yo ya tenía edad para saber lo que pasaba sería conmigo con quién se acostaría. Se me olvidaba decir que él tenía 67 años.

Ante las súplicas de mis padres aceptó va esperar que, al menos cumpliera los 18, lo que aceptó de mala gana advirtiendo que ni un día más de mi dieciocho cumpleaños. Acto seguido se llevó a mi madre al dormitorio y se cobró su habitual pago de intereses

Durante los meses que faltaban hasta mi cumpleaños mis padres buscaron infructuosamente dinero para saldar la deuda con el socio y viendo que no podían hablaron conmigo. Yo dije que lo entendía y que haría lo que el socio quería

El día de mi cumpleaños se presentó en casa y me dijo que me vistiera para salir. Así lo hice y me llevó a un conocido y caro hotel. Una vez en la habitación me desnudó y él también se quitó la ropa, quedando a la vista su gran barriga y también un enorme pene. Yo ya no era virgen y había visto algunas pollas, pero ninguna de ese tamaño.

Me hizo ponerme de rodillas delante de él y chupar su miembro, que creció hasta unos 24 o 25 centímetros. No sé si por los nervios o por el tamaño pero no empecé la mamada muy bien y entonces él sacó el pene de mi boca y me dio una fuerte bofetada al tiempo que me decía que me esmerara que esa mamada le había costado mucho dinero. Yo le dije que me avisara cuando fuera a correrse para que no lo hiciera en la boca. A esto él contestó con una fuerte risotada y me dijo que no solo se correría en la boca sino que me tragarla su leche, algo que yo no había hecho en las relaciones que había tenido.

Pese a su edad tenía aguante y chupé durante más de diez minutos hasta notar una abundante cantidad de semen en mi boca que ante sus requerimientos le mostré y luego me tragué. Tengo que decir en honor a la verdad que no me desagradó el sabor

Acto seguido me tendió en la cama y comenzó a hacerme, también es verdad, una buena comida de coño que hizo que pese a mis intentos por no hacerlo me corriera. Eso le enardeció y me dijo que yo tenía suerte de follar con él. Después me abrió las piernas y con un fuerte empujón metió caso toda su polla en mi vagina y empezó los rítmicos movimientos de cadera que, en unos 15 minutos que se me hicieron eternos, culminaron en otra abundante corrida que pronto comenzó a salirse de mi vagina y chorrearme por los muslos

Se tomó entonces un descanso para fumar un cigarro y beberse un whisky mientras recuperaba fuerzas. Transcurrido un rato me dijo "empalmarme puta", lo que hice con una nueva introducción de su verga en mi boca. Una vez en disposición me puso a cuatro patas y me metió la enorme polla en el culo dando fuertes empujones y sin ningún cuidado por no hacerme daño. De nuevo tardó bastante y soltó una abundante cantidad de semen.

Y así terminó la primera vez, a la que siguieron otras tres en menos de un mes. Pero mi padre volvió a caer enfermo y se hizo preciso acudir de nuevo al socio. Éste dijo que sí, pero que esta vez su cobro iba a ser una "fusión de empresas". Así, tuve que dejar de tomar anticonceptivos para acostarme con él y hoy he recibido la confirmación de que estoy embarazada

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