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Follándome y bebiendo tequila de mis pechos
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Tiempo de lectura: 10 minutos

La vida me iba bien y no me podía quejar, después de un divorcio un poco traumático, después de que pensara que mi carrera se había terminado cuando bajé a los infiernos cuando todo el mundo me vieran no como a una puta, pero si como una mujer sedienta de sexo y sin embargo todo aquello pasó, todo se olvidó cuando tan solo unos días más tarde, como por arte de magia a las dos semanas mi carrera se relanzara como un cohete, habían pasado dos años en que protagonizara aquel episodio en la cadena de radio local, Lara y el sexo en directo lo llamaron, habían pasado como os digo dos largos años y mi vida había cambiado, tenía un nuevo contrato en una radio nacional, fama, dinero, iba invitada a las tertulias de televisión convirtiéndome en una cara reconocible y querida y con lo que respecta al amor era joven todavía, aunque si había algunos escarceos románticos, pero solo de una noche, una semana o quizás dos meses, no estaba preparada todavía a tener un hombre en mi vida, las cosas me iban bien y no quería estropearlas.

Corría el principio del verano y me despedía de mis oyentes hasta septiembre que volveríamos para hablar de sexo con mayúsculas, de más experiencias o de problemas, todo eso y más cabía en mi programa, pero necesitaba vacaciones, necesitaba desconectar y que mejor que desaparecer e irme a un lugar tan remoto como un pequeño pueblecito de Canadá donde mi hermano pequeño vivía y trabajaba en una pequeña emisora de televisión local.

El pueblo era precioso, rodeado de montañas y bosques, mi hermano se fue a estudiar siendo casi un niño a Canadá con una beca y nunca volvió, llevaba ya más de 13 años allí y trabajaba como presentador en una televisión de ámbito local. Desde que llegue eran todo atenciones conmigo, había cogido unos días de vacaciones para estar juntos y hablar de todo mientras me viajábamos y me enseñaba aquella parte de Canadá, llevábamos más de 9 años sin vernos y teníamos muchas cosas que contarnos y al término de sus cortas vacaciones le propusieron en la cadena entrevistarme, ya que era una persona famosa en mi país y con una historia muy sabrosa que contar.

En principio me negué, pero tras muchas cenas, tras muchos mismos y sobornos por parte de mi hermano accedí, la entrevista fue todo un éxito para la cadena y la verdad que aunque hubo alguna que otra pregunta un poco rebuscada yo no salía mal parada, simplemente un error y ya estaba, por la tarde nos fuimos a cenar con un amigo suyo de la cadena, un chico guapo que era además el propietario del restaurante al que fuimos y allí fue cuando todo se empezó a liar.

Después de bastantes cervezas con tequila, despedíamos a los clientes y al personal del restaurante quedándonos solos los tres en una mesa con tres vasos y una botella de tequila, Tom el amigo de mi hermano me preguntaba sobre mi programa y entre las cervezas y los tequilas, los tequilas y las cervezas, la conversación iba subiendo de tono, tanto que me retaron a que les demostrase que una mujer podía poner tan caliente a un hombre en cuestión de pocos minutos hasta que este perdiera la razón… (Fácil verdad, chicas).

Salí a la pista de baile junto a la mesa, llevaba un vestido corto azul marino con flores blancas, un vestido de gasa muy cómodo que se anudaba a mi cuello con dos cintas dejando mi espalda desnuda, empezaba a mover las caderas delante de ellos haciendo que mi vestido bailara conmigo en cada movimiento, agachándome y subiéndome abriéndome de piernas y subiéndome un poco mi vestido con las manos, pero sin dejarles ver mis bragas, la imaginación en ellos tendría que hacer el resto, me sentía mareada y desinhibida a causa de tanto alcohol, pero el show debía continuar, así como mis continuas visitas a la mesa para beber el vaso de tequila que me acababan de llenar.

En ocasiones para excitarles más vertía el contenido del vaso por debajo de mi cuello y el tequila caía en dirección a mis pechos, para después amarrármelos y apretármelos el uno contra el otro, mientras hacía mover mi cuerpo como una serpiente, descubriendo las curvas de mujer, mis manos levantadas por encima de mi cabeza se acariciaban la una a la otra, cogiendo mi melena y alborotándola un poco para luego con giros de cabeza hacerla volar delante de ellos, sabía que Tom estaba ya muy caliente, tocándose con la mano su entrepierna, se le notaba bastante el bulto que le había crecido por debajo de su pantalón y hacía tiempo que me estaba grabando con su cámara, mi hermano, mi hermano parecía no querer mirarme con lo que suponía que estaba igual o más excitado y caliente que Tom.

Mis manos empezaron a bajar por mi cuerpo serpenteante, pasando primero otra vez en mi pelo alborotándolo nuevamente con mis dedos para bajar muy despacio por mi cuello hasta llegar a mis senos, acariciándome los pezones y apretándome un pecho contra el otro, poco a poco muy despacio las palmas de las manos extendidas acariciar mis caderas y mi tripa hasta llegar a mi monte de Venus apretándomelo y sintiendo la humedad de mis bragas, esos momentos me notaba yo también tremendamente excita, con las bragas mojadas, mirando a Tom fijamente, casi invitándole a que se me acercara y dándome la vuelta de espaldas a él, me levantaba el vestido hasta la cintura flexionando medio cuerpo para con las piernas totalmente estiradas coger con mis manos mis tobillos, abriéndome un poco de piernas para que viera mi vulva tapada con mi tanga negro moviéndole las nalgas de un lado a otro.

Al darme la vuelta Tom ya no estaba, se había ido no sabía a donde, pero el que si estaba mirándome fijamente era mi hermano y los vasos de tequila que estaban llenos encima de la mesa, me tome primero unos y luego el otro y así continuar con mi baile serpenteante delante de mi hermano, mostrándole nuevamente mi vulva, me sentía ya un poco borracha al igual que mi hermano que en ese momento aprovecho para ponerme sus manos en mis nalgas al pasar por delante del como una culebra que no paraba de serpentear, se las quite, pero no me fui de allí, me di la vuelta y empecé a mover mis caderas delante de él, sabía que el movimiento de mis caderas y baile de mi vestido de un lado a otro le estaban poniendo demasiado excitado, tan excitado y borracho como yo me empecé a subir el vestido moviendo ahora mis caderas hacia delante y hacia atrás prácticamente a la altura de su boca al haberme puesto con una pierna encima de su silla.

Mi vulva casi le rozaba, casi sentándome sobre mi hermano, notando la tremenda erección que tenía y sabiendo que me estaba deseando, bajando mi pierna de la silla me gire nuevamente dándole la espalda, demasiado borracha, demasiado caliente cuando me senté encima de él restregando mi vulva con pasión contra el bulto que tenía en el pantalón, sus manos me abrazaron y apretaban mis pechos, en ese momento perdí el control y no sabía si era mi hermano, si era Tom o si era un simple ligue un día de borrachera, solo quería darme la vuelta y besarle, sentir su polla sobre mi sexo, acariciar su cuerpo y el mío, el juego había terminado y había ganado, los había excitado, en muy poco tiempo tenía a los dos comiendo de mis manos, pero no contaba con el tequila que seguía bebiendo, no contaba con que yo también me excitara tanto, tanto que ahora solo quería follar.

Me senté en la silla a horcajadas sobre él, nos empezamos a besar apasionadamente, mordiéndonos los labios, un baile de pasión que empezó dentro de mi boca con sabor a tequila, sus manos por detrás de mi cuello desabrochaban la cintas de mi vestido anudadas a él y hacían caer la parte de arriba de mi vestido hasta tener mis pechos en sus manos y su boca sobre mis areolas saboreando mis pezones, jugando con su lengua con ellos, mi cabeza se echaba para atrás dejando caer mi melena entre sus muslos empezando a soltar pequeños gemidos de mi interior.

Mi hermano levantándome un poco saco su polla a la vez que yo apartaba un poco el tanga de la entrada de mi vagina para que me la fuera metiendo muy despacio hasta sentirla tan dentro de mí como fuera posible, empezando tener un gemido tras otro, pero en el momento que la empecé a notar que se iba deslizando dentro de mí un gemido sordo con mi boca abierta mirándole fijamente hasta que la saco y la volvió a meter, entonces el gemido dejo de ser sordo para salir de mi interior convertido en un pequeño grito de placer y no fue el último, mi cuerpo empezó a moverse arriba y abajo, metiendo y sacando la polla de mi hermano de mi vagina, los dos mirándonos fijamente cuando no estábamos besándonos, los dos sintiéndonos, mis manos sobre su cuello y las suyas en mi cintura levantándome despacio para dejarme caer después.

Yo no me había dado cuenta todavía, pero Tom ya había vuelto y cámara en mano grababa el polvo que mi hermano y yo estábamos echando, primero lento y luego más rápido hasta que mi hermano se levantó de la silla y cogiéndome de las nalgas sin sacármela me tumbo encima de la mesa y rompiéndome el tanga libero más mi sexo, metiéndomela con fuerza, notándola más al fondo y haciéndome sentir y gritar aún más, apretaba mis muslos sobre él, apretaba mi vagina sobre su polla dentro de mí, el roce de nuestros sexos era sensacional, mi vagina tremendamente mojada le hacía mucho más fácil llegar hasta donde él quisiera, donde yo deseaba y luego apretaba para que no me la sacara.

No paraba de gritar de placer allí tumbada en la mesa hasta que Tom metió su polla en mi boca, empecé a chupar, a lamer, a succionar, él movía sus caderas adelante y atrás y yo tragaba y tragaba mientras iba grabando como lo hacía, mientras grababa como la polla de mi hermano en un primer plano se metía en mi vagina, deslizándose dentro de ella hasta desaparecer, los gemidos de los tres era la nueva banda sonora del local, mi hermano me la metía tan dentro que no pude aguantar más y mi cuerpo empezó a temblar a gritar a pesar de tener la polla de Tom en mi boca y al cabo de unos segundos más tarde mi hermano iba a empezar a eyacular en mi vagina.

Se apartó rápidamente y se corrió entre mis labios y en el bello de mi pubis, Tom grababa la escena mientras yo le seguía lamiendo, mi hermano cogía su polla y me pasaba el glande como si fuera un pincel entre mis labios arrastrando su semen y metiéndomela un poquito en mi vagina, en ese momento Tom cogió la botella de tequila y la echo sobre mis pechos para que así los dos pudieran lamerlos y beber de ello.

Tom con su boca en uno de mis pezones y mi hermano entre mis piernas dejándome nuevamente su polla metida en mi vagina se animaba a lamerme el otro pezón, disfrutando los dos de mis pechos de tequila, bebiendo de ellos el tequila que iban vertiendo sobre ellos y yo gritando de placer una vez más por tenerlos a los dos lamiendo mis pezones y sintiendo sus pollas entrando y saliendo de mí, de mi vagina y de mi boca, Tom se empezaba a correr dentro de ella, empecé a sentir como me golpeaban los chorros que salían disparados de su polla tragándome y saboreando su leche.

Tirados en el suelo junto a la puerta de la habitación nuestra ropa, realmente estábamos tan borrachos que no sabía cómo habíamos llegado a casa, no sabía cómo había llegado a estar desnuda cabalgando en la cama entre sábanas blancas la polla de mi hermano que una vez más me follaba, solos él y yo haciendo el amor apasionadamente sin un tercero que nos molestase o grabase, solos él y yo deseándonos, jadeando y gritando cuando su polla se deslizaba por mi interior, queriéndola tener muy dentro de mí, no quería que esta vez se apartara como las dos anteriores, quería tenerla dentro cuando su semen fuera expulsado velozmente por su polla golpeando mis paredes vaginales, gritar con el del placer, besarle y abrazarle.

Sus manos continuamente en mis pechos dibujando mis pezones con las yemas de sus dedos, mis manos sobre sus muslos apoyándome sobre ellos más poder moverme mejor arriba y abajo, sentía como me la metía entera, como su raíz me golpeaba, continuamente me tumbaba hacia él y apartando mi pelo con una mano le besaba mientras que no paraba de entrar y salir su polla en mi cuerpo, le besaba apasionadamente, me levantaba y botaba sobre el más rápido, jadeando, gimiendo, llenando la habitación de mis gritos.

Estaba disfrutando tanto que eché mi cuerpo hacia atrás lo que mi hermano aprovecho para incorporarse y sentarse en la cama, los dos habíamos parado un momento de movernos, sentía su polla muy dentro de mi inmóvil, tenía el cuerpo totalmente arqueado hacia atrás, mi espalda reposaba entre sus piernas y con mis brazos había cogido sus talones, mis rodillas flexionadas con mis pies junto a sus muslos, era suya, estaba a su merced, las manos de mi hermano sobre mis caderas y echando el torso hacia delante sus labios empezaron a mordisquear mis pezones una vez más.

Nos empezamos a mover lentamente, haciendo que su polla se pusiera en camino hacia atrás y hacia delante, entrando y saliendo de mi vagina pocos centímetros primero y luego algunos más, la sensación de placer era tremenda, su polla entrando, su lengua repasando mis pezones y sus labios mordisqueándolos, sentía como aquello iba a terminar, sentía venir un maravilloso orgasmo como así fue, esta vez mi hermano no se apartó, esta vez eyaculo dentro de mí, regándome la vagina violentamente cuando expulso toda sus semillas, no podía para de gritar y temblar, mi vagina se había inundado de mi flujo saliendo por la vagina y empapando mis labios, sus genitales y la cama, un tremendo orgasmo había recorrido todo mi cuerpo de punta a punta y aún lo tenía dentro de mí, aun su polla entraba y salía aunque poco a poco se iba desinflando.

Serían las dos de la tarde cuando me levanté con un tremendo dolor de cabeza, junto a mí estaba mi hermano durmiendo plácidamente desnudo, me llevaba las manos a la cabeza, había follado con el hombre equivocado, había follado a mi hermano, a pesar de la borrachera me acordaba de todo, solo pequeñas lagunas sin importancia o quizás demasía no lo sabía de momento, me levanté de la cama con las sabanas cubriéndome el cuerpo y me fui directamente a duchar.

Estaba debajo del agua cuando sentí unas manos que me acariciaban y unos labios que me besaban, era mi hermano que se había despertado.

-Que guapa que estas, Lara, nunca me había fijado en ti.

-Anda tonto, déjame ducharme.

-Seguro que no quieres hacer otra cosa, como por ejemplo que te dé jabón en la espalda.

-Nacho por favor no me hagas esto, mmm.

-El que Lara.

-Sal de la ducha mmm sal ya por favor.

-Seguro que quieres que me vaya

-No mmm

-No, si, en que quedamos

-Joder tío… mmm

Nacho estaba metiendo sus dedos en mi vagina, moviéndolos dentro de ella, con su polla metida entre mis muslos, me estaba volviendo loca una vez más, pero no quería follar más con él, había sido un error, una noche de borrachera y nada más, era mi hermano y aquello nunca podría salir bien, pero sabía donde tocarme, donde besarme, había aprendido de la noche pasada, yo no quería, pero poco a poco mi cuerpo decía si, si porque no, porque no volver a follar con él, porque no volver a disfrutar una vez más de su polla, penetrando en mi vagina y arrancándome los gritos de anoche, joder si es que follaba de lujo y estábamos solos, quien se iba a enterar.

El agua de la ducha nos caía en la cabeza empapándonos a los dos, sus labios sobre los míos habían vencido ya y mi boca se abría para él, me había dado la vuelta y estábamos frente a frente con sus dedos acariciando mi clítoris y mi mano moviéndole la polla de arriba abajo, las gotas de agua resbalaban por nuestro cuerpo dibujando nuestras formas, de mis pechos nacía un pequeño riachuelo que al llegar a mis pezones tremendamente hinchados y duros caía como en una cascada.

Su dedo corazón no paraba de penetrar mi vagina buscando el punto donde más jadeara, acariciaba su glande con mi palma de la mano hasta que me agache para chumárselo, de cuclillas le chupaba la polla mientras que el agua seguía cayendo sobre nosotros y con las piernas abiertas ahora el río que se formaba en mi tripa y caía en cascada desde mi vulva por mi bello, Nacho me subió enseguida, quería metérmela, quería follarme y me levanto una pierna que apoye en la bañera busco con su mano la entrada de mi vagina, colocando allí su glande y empezó a empujar hacia arriba metiéndomela poco a poco.

Una vez más nuestros jadeos se unían y una vez más sentía a mi hermano entrar dentro de mí, no quería olvidar esa sensación tan deliciosa cuando su polla me penetraba haciéndome gemir, mi hermano movía su cadera de arriba abajo y cada vez que empujaba chapoteaba agua de nuestro sexo al juntarse haciendo un ruido como el que pisa un charco, una y otra vez ese ruido hasta que nuestros gritos y el agua al caer lo dejaron un segundo plano y cuando los dos nos empezamos a correr, a tener otro delicioso orgasmos con una mano le arañaba con fuerza la espalda a la vez que con la otra rompía las anillas de la ducha al agarrarme a la cortina con fuerza tirándola al suelo, una vez más mi hermano me había follado, una vez más su semen empezaba a salir de mi vagina resbalando por mis muslos, pero lo que era increíble es que una vez más me provocara un orgasmo tan real que me hizo temblar de verdad y no de esos que alguna vez que otra las mujeres fingimos.

Al salir de la ducha mi hermano estaba en la cocina bebiendo un café y junto a él tenía una taza humeante para mí, no quisimos hablar más del tema, lo esquivábamos hasta que le vi mirando la televisión fijamente con la cara desencajada, allí estábamos los dos en la televisión follando, viendo unas imágenes realmente pornográficas, yo me quería morir, no me acordaba de la grabación de Tom y ahora el muy carbón las había editado y vendido, rotulado abajo ponía el baile y posterior fiesta salvaje de Lara, famosa presentadora española, estaban sacando como empezaba a bailar sensual derritiéndolos, se veía como mi hermano me follaba en la silla y más tarde como me la metía en la mesa comiéndome la polla de Tom, como los dos bebían tequila de mis pechos.

Me había derrumbado en el sofá, otra vez no por favor, pero como puedo habré caído otra vez en el mismo error, era diferente si, pero otra vez mi nombre ligado a un escándalo sexual y aun así tuve que agradecerle al carbón de Tom que las caras de los chicos salieran pixeladas, no así la mía que se veía como disfrutaba y gritaba, por suerte porque nunca se supo quienes eran los dos hombres que estaban conmigo, ahora solo faltaba regresar a España y aguantar el aluvión de críticas una vez más.

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