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Follando a Mariela (Parte II)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Tengo que admitir que me encantó mi asistente desde que la contraté, linda, curiosa, buen culo, labios gruesos y sobre todo muy atrevida cuando se trata de captar la atención. En una tarde de oficina, semanas después que ella había terminado con su novio, empezamos conversaciones sobre tema algo calientes, nada profundo pero temas que no suelen hablarse entre jefe y asistente, sin embargo, la amplitud de Mariela era tanta que sentí la confianza.

Luego de pasar muchos días así, note que la calentaba, que sentía mucha curiosidad sobre qué pasaría y que vendría a raíz de estas conversaciones, al notario, decidí provocarla un día que estábamos solos en la oficina, me le acerque en el momento que ella salía del baño, al cruzarnos muy cerca, me miró fijamente y me detuve frente a ella, no pasaron 3 segundos cunado me besó, allí empezó todo.

Al pasar las semanas teníamos besos y caricias en horas de trabajo, también salíamos por las noches y fines de semana. Así fue dándose todo hasta que un día me dejó follarla, una delicia de cuerpo, una mujer rica y apasionada. Poco a poco fuimos dando más y teniendo varias ocasiones para follar rico, nos encantaba la adrenalina por eso lo hacíamos en lugares "prohibidos". Son muchas las historias eróticas y de placer que tengo con ella. Hoy hablaré de una de ellas.

Una tarde de oficina, luego de vernos y ella venir vestida de rojo con diseño de flores, tenía un vestido semicorto que rebaja ver sus piernas y muslos, esos tatuajes excitantes que tiene, pero los subiría con una ligera media panty negra hasta su cintura. Le dije que quería follarla, que quería llenarla de leche y que fuéramos a una oficina cercana que estaba desocupada, había mucha adrenalina por si alguien entraba o podía encontrarnos, así que ella como le encanta el juego y las emociones me dijo que si quería.

Al rato yo bajé y me dirigí a la oficina, abrí la puerta y entre, no sabía bien dónde follarla ya que era grande el espacio, le escribí que viniera y ella despacio y sigilosa llegó al lugar, yo la guíe hacia una esquina donde había un área cerrada y un escritorio amplio, con las cortinas abiertas hacia el exterior decidí entregarme a la adrenalina y dejar las cortinas así, empezamos a besarnos y a transpirar, ya que no había aire acondicionado, este calorcito rico nos gustaba porque gozábamos más del cuerpo.

Ella besa delicioso y sabe cómo usar su lengua, poco a poco la fui acariciando y subiendo su vestido hasta agarrar su culo firme, la aparte un poco y me baje para sacarle despacio las medias negras, se las quite toda y quedaron esas piernas hermosas al descubierto, podía ver su tanga negra con su vagina enorme y carnosa esperándome para tragar mi verga.

Le bese los muslos y subí está su vagina, allí la toque y la roce un rato, luego ella me subió y me dijo espera que yo también quiero, se arrodilló, me desabrochó el pantalón y saco mi verga al aire, me volvió a ver y mirándome fijamente le paso la lengua a mi cabeza, dirá y roja, tenía la verga como acero, a ella le fascina sentir la verga erecta y dura.

Empezó a recorrer mi verga con su lengua por todas partes, y la empezó a mamar despacio, introduciéndola poco a poco en su boca, de pronto se la trago toda, se la metió hasta el fondo y sentía como su lengua giraba dentro chupando toda mi polla. Siempre me había mamado rico pero eso día se destacaba, como si fuese una profesional, como si fuese una verdadera puta porno que mama como diosa. Le pregunté cómo lo hacía tan rico y me dijo "viendo porno papi", lo que me excito aún más.

Siguió un rato mamando duro, sentía que iba a sacar la leche, decidí pedirle que subiera para penetrarla. La coloque de espaldas a mi, bese su tatuaje rico bajo el cuello, agarré su tanga y la baje hasta dejarla en el suelo. Allí ella sabía lo que venía, una polla dura cómo acero directo a su coño, se la metí entera hasta el fondo, estaba bien lubricada y mojada, su coñito estaba esperando su verga, ella solo gimió dónde sintió ese pollón meterse en su cuerpo.

Una parte carnosa de mi estaba rodando su interior bien rico, debió sentirse fascinada con mi verga adentro porque empezó a moverse y a presionar para que la verga entrara y saliera a presión, llegando a lo más profundo de su coño jugoso, porque vaya que si es jugoso.

Luego la senté en el escritorio frente a mi, le metí la verga nuevamente besando su cuello y su boca, de frente ella me miraba y entre cerraba los ojos deleitada de placer. Me decía "no pares papi" "así sigue papi, no pares". Le estaba dando duro como le gusta a ella, sentía que mi cabeza quería explotar en leche, cambiamos varias veces de posición, luego me tire al suelo y ella sobre mi, empezó si a cabalgar como una dama pero puta a la vez, esa algo increíble, movía esa sintiera y culo tan rápido que la leche ya quería salir y llenarla. Carne con carne, delicia.

Luego había un banquito, me senté y ella sobre mi, la penetración era más profunda y eso le encantaba, sé que ajá fuerte, tuve que poner mi mano en su boca para evitar alguien escuchará, que pensaría la gente al oír esos gemidos de placer, así es Mariela, cogelona, delicada, señorita, pero fuerte, atrevida y muy puta (en buen sentido) a la vez, cualquier hombre la llenaría de leche en el primer minuto.

Luego de follar rico llegó el momento de explotar, no antes que ella lo hiciera varias veces, porque había sentido su elipsis salir varias veces con gemidos y gritos profundos, le saque la polla y ella se arrodilló de inmediato, cómo buena niña busco su leche de una vez, me la mamo suave hasta que salió la leche espesa dentro de su boca, toda se la trago, y hasta me limpio con su lengua para que no se perdiera ninguna gota.

Luego nos vestimos rápido, algo apresurados, sudados, pero complacidos, con ese secreto íntimo se coger dónde sea donde sea y cuando sea.

Luego de varios minutos ya estábamos en nuestras oficinas como si nada, relajados y siguiendo labores. Mariela es una ricura, su cuerpo envenena, su aroma seduce, sus labios matan de placer, su cintura hace explotar, su lengua hace correr los deseos más eróticos y su coño traga vergas enteras y se alimenta con leche mía, solo leche mía. Esa mujer encantadora es mi mujer, mi dama y mi puta.

Esperamos que algún día se decida por un trío.

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