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Fantasías (parte 2)
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Pasa por aquí, lo dirigí al baño para que viera la fuga, después le mostré la cocina que era una parte de la casa que queríamos pintar.

Total, él nos dio el costo por sus honorarios a lo cual accedí.

Ese mismo día hablé al trabajo para pedir un día a cuenta de vacaciones.

(Esposa)

Ese día por la noche no podía dormir de la emoción el simple hecho de que Ismael estuviera dentro de la casa y poder calentarlo a mi voluntad era para mi algo muy emocionante.

Por la mañana nos levantamos en pijama, desayune con mi esposo, se sentía un ambiente como de nerviosismo.

Rondando las 10 de la mañana sonó el timbre una mezcla de nerviosismo y excitación recorrió todo mi cuerpo.

Ahí estaba el, con su ropa de trabajo, pero está vez, llevaba una playera sin mangas que permitía ver por completo sus brazos bien torneados.

Me puse de pie y le ofrecí una taza de café.

(Gustas una taza de café, mientras me das oportunidad de usar la regadera antes de que empieces a trabajar)

Ismael accedió y se sentó a la mesa con mi esposo.

Entre a mi recámara y salí cargando mi toalla y la ropa que me pondría.

(Esposo)

Mi esposa estaba en la regadera y yo platicaba con Ismael sobre comenzar a trabajar con la pared de la cocina. “Pensé” que es donde comúnmente pasa el tiempo mi esposa.

El comentó estar de acuerdo tomó una espátula de su mochila y comenzó a raspar la pared quitando toda la pintura vieja que prácticamente estaba colgando.

Ismael se quedó trabajando y yo entre al baño, mi esposa estaba en la ducha, había dejado colgada su toalla y su ropa la puso sobre la tasa de baño.

La tuve que cargar para poder ocuparlo, tomé su ropa y la llevé conmigo a la recámara, la deje ahí y me senté en la sala frente a mi computadora.

Desde ahí tenía una vista perfecta de la cocina y el pasillo que comunica el bañó con nuestra recámara.

Se abrió la puerta del baño y desde adentró mi esposa me hacía señas preguntando por su ropa.

(Solo me reía y ella también lo hacía)

Se hacía aire con sus manos simulando un abanico como en una señal de pena.

(Esposa)

Me sentía muy nerviosa, solo de pensar que tenía frente a mí la oportunidad de cumplir una de mis fantasías más deseada.

Salí de la regadera y casualmente no estaba mi ropa, a mi esposo se le hizo gracioso llevarla a la recámara. Abrí la puerta del baño y lo vi sentado frente a mí.

Le hice señas y solo se reía.

(Quieres jugar, juguemos me dije con el pensamiento)

Me asomé al pasillo no veía a Ismael porque estaba dentro de la cocina.

Salí completamente desnuda y modelé para mi esposo, lo vi tan emocionado, nunca olvidaré su cara.

Regresé al baño por mi toalla y me envolví en ella, para salir a la recamara a vestirme, salí al pasillo y tomé dirección rumbo a la cocina, mi esposo se enderezó en el asiento como que no creía lo que veía.

Entre a la cocina, Ismael estaba agachado raspando la pared, cuando yo entre, abrió los ojos al doble, en un gestó de sorpresa y dejó caer el objetó que tenía en las manos.

Tomé la taza de café con la que había desayunado y salí de ahí rumbo a mi habitación, pero exactamente en la salida de la puerta justo dando la vuelta en el pasillo dejé caer la toalla y aceleré el paso para entrar a la recamara.

(Ismael)

Soy Ismael tengo 25 años me dedico al mantenimiento en general hago un poco de todo.

Hablando de mi sexualidad soy un chico muy caliente, mi cuerpo se desarrolló muy lentamente crecí muy acomplejado porque siempre fui el más bajito de la clase.

Todo se desarrollaba lento a excepción de mi pene, de hecho, hubo un tiempo que parecía que era lo único que me crecía, siempre tuve el complejo como dije de ser bajito y no poder ponerme traje de baño o short por que todo era muy notorio.

Trataba de ponerme una bolsa tipo cangurera para tratar de disimular.

Estoy en el relato de estos dos, por casualidad simplemente por estar detrás de una ventana en el momento que quiero llamar como afortunado.

Me encontraba trabajando fuera de la ventana de la señora Jaqueline justo en el momento que se encontraba vistiéndose, quise retirarme de ahí, pero como dije soy muy caliente.

Ella dejó de caer su toalla y quedó completamente desnuda, lo que me llamó más la atención fue su par de hermosas nalgas que continuaban de esas piernas increíbles, por un momento pensé que había logrado verme y sentí miedo por tener algún problema con el administrador del edificio.

Pero luego ella camino de espaldas hacia mí y se agachó creo que buscaba algo debajo de la cama.

Después se acostó en la cama ella se encontraba boca abajo creó viendo su celular, solo movía sus pies desde mi lugar podía observar con lujo de detalle todo su cuerpo, se veía todo tan rico, que mi pene casi se salía de mi pantalón, metí mi mano para acomodarlo, pero todo fue inútil.

En el momento más inesperado la señora Jaqueline se puso en 4 y pude observar su vagina depilada, deseaba estar ahí penetrándola.

Ese día terminé el trabajo con su vecino y me dirigí a la casa.

Tome un baño y ya recostado en mi cama, no podía dejar de pensar en esas imágenes que vieron mis ojos y me hacían desear tanto a la señora.

Al día siguiente me presente al edificio con ganas de estar nuevamente parado en esa ventana.

Pero el administrador me comentaba que no había nada de trabajo que pudiera yo hacer, hasta que conocí al señor Bernardo y me llevó a su departamento para mostrarme lo que quería que hiciera.

Subimos la escalera y cuando vi de que departamento se trataba, no lo podía creer, entramos y ahí estaba la señora Jaqui la mujer que me tenía completamente sumido en mis pensamientos y me hacía fantasear. (Me han dicho que tengo una cara muy expresiva y no puedo disimular). Se veía divina con esa falda.

Salí de su departamento super emocionado no sabía que me esperaría al día siguiente.

(Esposa)

Corrí por el pasillo desnuda y entre a la recámara ya tenía en mente que atuendo vestir.

Me puse un vestido blanco completo la falda muy cortita parecida a la del día anterior.

Pero esta vez tenía preparado algo especial.

Terminé con mi cabello, el maquillaje y salí a la sala con mi marido le pregunté qué haría.

Esposo: voy a trabajar desde aquí el día de hoy. Te ves muy bien.

Esposa: Que bueno que te gustó, me acerque a él y lo besé, él metió su mano por debajo de mi falda y la recorrió hasta mis nalgas o sorpresa.

Esposo: ¿No traes nada debajo?

Esposa: No quieres que me ponga algo.

Esposo: -Mi mente daba vueltas no sabía que responder quería cuidarla, pero al mismo tiempo quería satisfacer mi fantasía de verla deseada por alguien más. Respondí- no así estás bien.

Esposa: Voy a lavar los trastes del desayuno estás de acuerdo o quieres que me quede aquí.

Esposo: Te aburrirías estando aquí, mejor has tus cosas y has de cuenta que no estoy aquí, mientras metía mis dedos entre sus nalgas.

Se fue caminando a la cocina mientras yo la observaba. Sus piernas se veían deliciosas.

Esposa: -Entré a la cocina, Ismael seguía raspando la pared,- te estorbo si lavo los trastes -pregunté a lo cual el respondió que no le afectaba.

Recogí los platos que habíamos utilizado y me dispuse a lavarlos, dándole la espalda a Ismael.

Ismael estaba de pie raspando la parte más alta de una pared, pero cuando vio mi falda poco a poco fue bajando hasta ponerse de rodillas y siguió raspando la desde la orilla más opuesta de donde yo me encontraba.

Fácilmente tenía una vista maravillosa de mis piernas y si se agachaba un poco mas quien sabe que más podría ver.

Yo traía puestas unas sandalias de color blanco descubiertas tanto los dedos como el talón.

Yo jugaba con mis pies tratando de llamar la atención de Ismael, tenemos un banquito que me ayuda subir o bajar cosas de las repisas más altas comencé a subir algunos platos cada vez que me estiraba levantaba un pie más para captar la atención que para ganar impulso.

En uno de estos intentos una de mis sandalias salió volando Ismael, la recogió y se acercó lentamente con ella en sus manos, se arrodilló dejando una rodilla levantada y colocó mi sandalia sobre ella haciendo un gesto de que metiera mi pie, levanté mi pierna a la altura de su rodilla, él tomó mi pie y metió la sandalia.

Desde su lugar fácilmente podía ver que no traía ropa interior. Tomó mi pie, lo puso en el piso y se puso de pie.

Yo notaba un bulto enorme dentro de su pantalón, estiré mi mano y lo toqué por encima de su pantalón (válgame que gran herramienta, pensé).

El también estiró su mano y toco mi pierna. (Dios que manos)

Lo solté y me dirigí con mi esposo.

Lo tomé de la mano y lo jalé hasta nuestra recámara.

Le dije te puedo preguntar algo.

El me interrumpió y me pregunto: ¿Te lo quieres coger?

Le contesté moviendo la cabeza.

Me dijo hazlo, pero con dos condiciones. La primera yo quiero ver todo. Dos que todo sea con condón.

(Esposo)

Por fin mi fantasía estaba por volverse realidad.

Jaqui salió de la habitación rumbo a la cocina.

Tomó decididamente a Misael de la mano y lo comenzó a besar al mismo tiempo que lo llevaba a la sala ambos se sentaron en el sillón sin dejarse de besar.

Sin dudar mi esposa desabrocho su pantalón y metió su mano.

Ella exclamó válgame.

Bajo el pantalón y pude ver su verga, fácilmente era del doblé de tamaño que la mía.

Jaqui lo empezó a frotar y parecía que con cada caricia aumentaba más su tamaño, mi esposa se arrodilló debajo del sillón en medio de las piernas de Ismael y metió esa gran verga en su boca, lo metía hasta el fondo, lo sacaba por completo y jugaba con su lengua en la punta de su verga, Ismael tomaba su verga y le daba unos suabes macanazos en su boca a mi esposa.

Mientras ella lamía y chupaba sin control sus huevos.

Ella se levantó y tomó a Ismael del pene, observé que no le cabía en su mano y lo condujo hasta la recámara. Ahí Ismael terminó de desvestirse.

(Esposa)

Estaba tan excitada por la respuesta de mi esposo salí por Ismael decidida a comérmelo. Lo tomé de sus brazos y comencé a besarlo. Si perder tiempo lo llevé a la sala, lo senté ahí y decidí darle la mamada de su vida.

Desabroché su pantalón y saqué su pene. Nunca había visto uno de ese tamaño, lo comencé a mamar y creo se hincho un poco más prácticamente no me cabía en la boca.

Lo tomé del pene y lo jalé hasta la habitación, el momento había llegado.

Se desnudó, me desnudé, lo recosté sobre la cama, me puse en 4 junto a él y seguí mamándoselo mientras él me acariciaba la espalda.

En ese momento ocurrió algo inesperado. Comencé a sentir que mi esposo me empezaba a mamar el culo por detrás, me tomaba de las nalgas y las abría para que entrara su lengua ahí jugaba con mi ano y mi vagina.

Ismael comenzó a tocarme mis senos y Bernardo metía su lengua hasta el fondo yo estaba extasiada y me desquitaba con el pene de Ismael.

(Esposo)

Vi como mi esposa gozaba y disfrutaba de su caramelo parecía que lo quería arrancar con cada mamada, decidí participar y comencé a preparar el sabroso culo de mi esposa, cuando empezó a sentir mis manos y mi lengua sus muslos se contrajeron.

Ella se levantó, el momento había llegado, Ismael se levantó también se puso de rodillas sobre la cama, ella seguía en cuatro, Misael la jaló suavemente de sus caderas.

El muy cínico se colocó el condón y se puso un poco de lado para que yo pudiera ver la penetración, apuntó la punta de su verga en la entrada de la vagina y jugó ahí haciendo como pequeños círculos.

Mi esposa hacía pequeños gemidos.

Nuevamente Ismael apuntó y comenzó a entrar.

Nunca olvidaré ese sonido de humedad haciéndose aún lado para dejar entrar ese gran pene.

Jaqui hizo un sonido entre grito y gemido mientras le entraba todo ese gran miembro, Ismael empezó hacer el movimiento natural de sacarlo casi por completo y volver a entrar.

Cuando entraba mi esposa gemía, noté como apretaba la colcha con sus manos y esto se repitió unos minutos, llegó un momento en el que Ismael no se movía y más bien Jaque era la que hacia el movimiento de sacarlo y después empujar su cadera hacia atrás hasta que sus nalgas chocaran un tanto fuerte con la cadera de Ismael.

De momento mi esposa hizo que parara todo. Y sin voltear tomó el pene de Ismael desde su base y en un movimiento como de prisa le sacó el condón quería sentirlo piel con piel, nuevamente tomó el pene y lo ayudó a entrar.

Otra vez ella hacía el movimiento como si dejara caer sus nalgas, un poco más abajo los huevos de Ismael también chocaban con la humedad de mi esposa haciendo un sonido maravilloso.

Un instante después Jaqui saca por completo la verga y se recuesta en la cama al mismo tiempo que se giraba para quedar viendo al techo, en un movimiento sincronizado como si lo hubieran ensayado varias veces Ismael levantaba las piernas de mi esposa colocándolas en sus hombros, al mismo tiempo que la penetraba esta vez el movimiento era más intenso Ismael chocaba sus huevos fuertemente la hacía gemir con cada estocada, yo nunca había logrado hacerla gemir así.

Los senos de mi esposa se movían de arriba abajo. Cuando iniciaron con esta posición lo hicieron en la orilla de la cama para este momento casi llegaban al centro. Ismael no bajaba el ritmo ni un segundo.

Al llegar al centro de la cama hubo una pausa, Ismael se recostó y mi esposa lo monto rápidamente, el lugar de la cama donde habían estado las nalgas de mi esposa había dejado una silueta húmeda.

Estaba mi esposa cabalgando a Ismael detenida de su pecho e igual que en las dos posiciones anteriores ella levantaba las caderas y se sentaba con fuerza sobre la firme verga de Ismael.

El ritmo se comenzó hacer más lento, el cuerpo de ambos brillaba por el sudor, nuevamente cambiaron de posición está vez Ismael se sentó en la orilla de la cama su verga seguía firme, mi esposa lo montó de nuevo, pero esta vez dándole la espalda a su amante, recargó su espalda en el mientras su pene volvía a entrar Ismael no perdía tiempo para besar su espalda.

Jaqui subió sus pies en las piernas de Ismael.

Ismael la cargaba las nalgas de mi esposa y la dejaba caer en su verga el ritmo era lento pero los gemidos de mi esposa eran más intensos.

De pronto mi esposa dio un grito y un chorro de líquido salió de su vagina al mismo tiempo el pene de Ismael empezó a escurrir de su leche, pero, aunque el ritmo ya era muy lento no dejaban de moverse.

Ismael se recostó exhausto en la cama y mi esposa sobre él acariciando su vagina palpitante y la verga de Ismael que aún estaba adentro.

Así pasaron algunos minutos hasta que el pene de Ismael se desmayó por completo.

Hubo un silencio en toda la casa.

Me fui a la sala, tenía mucho que reflexionar, por una parte sentía celos, pero, por otra parte, volvían a mí las imágenes, sonidos, gestos y esa forma de venirse de mi esposa.

Verla siendo feliz, aunque no sea yo el que provoque esa felicidad.

Es lo más importante para mí.

Después de ese día mi esposa y yo platicamos del tema, yo no tenía problema alguno por repetirlo.

Pero si tenía que ser sobre mis reglas.

La única regla que yo ponía era estar presente cuando ella lo hiciera. Si yo estoy ahí no hay engaño ni infidelidad.

¡¡Esto!!

Aumentó nuestra confianza.

Consejo de esposo:

Para todos esos esposos como yo que les gusta que admiren su esposa y tal vez hasta verlas coger con alguien más.

Tengan cuidado con lo que desean porque puede hacerse realidad.

Algunos días ocasionales seguimos invitando a Ismael a comer a la casa o a veces lo invitamos a algún hotel.

Se que este relato fue largo por lo cual agradezco que te quedaras hasta el final.

Gracias.

Después de algún tiempo he decidido retomar la escritura.

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