Nos conocimos en el trabajo, él más joven que yo, apenas unos 25 años y yo 40. Apenas lo vi, quedé obnubilada, un morocho que parte la tierra, con mucho carisma, muy seductor. Yo muy prolija, saludando como a todos. No hice nada hasta 2 años después, que lo tenía en redes y empiezo a tantear que tan picante era chatear de modo caliente. el pendejo picó y me voló la cabeza
Todavía no logro descifrar si está de novio o en que anda. Nuestros chat se volvieron un vicio, un momento donde la fantasía vuela y nos tocamos, pensándonos, escuchándonos, mirándonos.
Una mañana desperté mojada porque había soñado con él, que llegaba a casa, tomamos algo, nos sentábamos en el sillón y ups, derramé bebida en su pantalón, tuvo que sacarlo y no me pude resistir, fui directo a tocar su miembro que estaba muy duro, esperando el momento, lo acaricio mientras voy besándolo, susurrándole al oído, que ganas que tengo de vos. Él va tocando mi humedad y me lleva a la habitación, me desnuda y empieza a besarme por todos lados, hasta llegar ahí, abajo del ombligo comienza a lamer mi clítoris, suave, rico, con su lengua, disfrutando y llenándome de placer, me hace llegar al orgasmo. Se detiene el tiempo unos segundos.
Lo invito a que se acueste, lo beso, lengua por aquí, lengua por allá y me quedo entre sus piernas, besando y jugando con su pene, tan lindo, tan rico, tan firme, tan jugoso, como entra y sale de mi boca, como pasa mi lengua, como disfruta, me encanta verlo gozar. Me calientan sus gemidos y de repente, no puede controlarse, y acaba en mi boca, su semen calentito, me dan ganas de seguir chupándosela. Y sigo, él un poco avergonzado, me dice, lo siento, no pude contenerme. Lo miro, y le digo, no pasa nada, ya lo activo de nuevo. Se detiene el tiempo unos segundos.
Lo vuelvo a besar, él vuelve a tocarme, ve que sigo toda mojada, busca uno de mis juguetes, y empieza a introducirlo en mi interior, me va dando placer mientras yo sigo besándolo, usa el aceite y busca mi ano para estimularlo, consigue volverme más loquita, me enciende aún más. Su pene firme, ya me va indicando que quiere entrar, para sentir mi humedad con su piel.
Deja uno de los juguetes en mi vagina, y él va por el atrás, estimulando primero con aceite, entrando y disfrutando, me hace gozar, lo escucho gemir, me vuelve loca, tengo DP y voy sintiendo como se acelera el corazón, como me inunda el placer y nos quedamos un ratito, ahí sintiendo como ese sexo anal nos hace llegar nuevamente al orgasmo, luego de un gran gemido a coro, exhaustos los dos. quedamos unos segundos en silencio.
Lo miro, le digo tal como lo soñé. Sos muy rico pendex y él me dice, cuando quieras, repetimos.
Seguiré esperando, que eso suceda.