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Fantasía virtual (Parte 4)
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Luego de levantarse de la silla, Débora se puso la bata que había dejado a un costado, se dirigió hacia la derecha de la cam y desapareció de la vista. Matías solo pudo seguir escuchando los pasos hasta la entrada, el ruido de las llaves, y luego el de la puerta abriéndose. También escucho las voces a lo lejos, algunas risas, y poco más que eso, hasta que de a poco sintió que las palabras se hacían cada vez más claras y fuertes, y los pasos comenzaban a sonar más cercanos.

A pesar de eso todavía no aparecían frente a la cam. Parecía que se habían quedado ahí cerca, en la mesa del comedor, y por el ruido que hicieron al mover las sillas, aparentemente se habían sentado a hablar un rato.

Que pasaba? Porque no lo llevaba frente a la cam? Se preguntaba Matías, y si bien en un principio se intranquilizo, luego se dio cuenta de que hacia mas de quince días que no se veían, y lo lógico era que hablaran al menos un poco antes de pasar a la acción.

Por un momento la vio pasar a Débora rumbo a la cocina, y al rato volver con dos tazas de café. El estómago se le hacía un nudo de pensar que tenía que esperar, pero por otro lado lo excitaba la idea de ser un voyeur, escondido de la vista de Juan.

Luego de pasados algunos minutos que se le hicieron eternos, escucho el movimiento de las sillas, y a los pocos pasos Débora apareció frente a la cam y se sentó frente a la computadora, seguida de Juan que se quedó parado junto a ella. Por lo cerca que estaban de la cam, a Juan solo lo veía hasta la altura del pecho.

Matías se estremeció cuando vio que ella clavaba la mirada en la cam, como si estuviera viéndolo, pero enseguida recordó que su cam y el audio estaban apagados y se relajó.

– Pongo algo de música, te parece? – dijo ella

– Si dale- le respondió Juan – pone algo tranquilo

A los pocos segundos empezó a sonar un chill out muy sensual y relajante, y Débora giro su silla para quedar de perfil a la cam y enfrentada a Juan

– Me extrañaste? – pregunto Juan

– Obvio! – Respondió ella- y me imagino que vos también me extrañaste, no?

– Claro que si… a vos y a tus mimos – dijo el inmediatamente

– Mmmm así que extrañaste mis mimos? Bueno… podría hacerte algunos si queres – le respondió ella

Recién ahí Matías pudo ver a Juan, que se agacho hasta quedar frente a Débora y la beso. Ella le devolvió el beso, pero se retiró apenas un poco, creando un espacio entre los labios de ambos y permitiendo que la cámara captara como sus lenguas se entrelazaban. Ahí Matías comprendió que ella sabía perfectamente lo que estaba haciendo y que estaba dispuesta a brindarle un show que no olvidaría fácilmente.

Luego de un momento de estar besándose, Juan metió la mano bajo la bata y al tocar el tramado de red del body se separó de Débora y la miro riéndose

– Es lo que pienso que es? – le dijo con los ojos prendidos fuego

– Por supuesto… es el body rojo. No es el que más te gusta?? – le respondió ella con una sonrisa

Luego de eso lo separo y se levantó de la silla, y con un movimiento muy delicado se sacó la bata que la cubría. Estaba increíble, y Juan no paraba de decírselo.

Ahora estaban los dos parados y Matías no podía verles el cuerpo sino hasta el pecho, pero vio como Juan se acercaba a ella y la abrazaba, y se podía escuchar perfectamente el sonido de los besos. También veía las manos de él recorriendo sus nalgas y las de ella desabrochando su camisa hasta el último botón y acariciando su pecho.

Luego de unos momentos, Débora se sentó frente a la cámara, quedando de perfil y dejando a Juan parado frente a ella. Movió su pelo para el costado y levanto la cara para mirarlo a los ojos, y mientras lo miraba con cara provocadora, apoyo la mano sobre pecho de él y fue deslizándola hacia abajo muy lentamente

– Así que me extrañaste… y “él”?… también me extraño? – le dijo, mientras su mano llegaba finalmente a la entrepierna de Juan.

Sin dejar siquiera que le contestara y sin dejar tampoco de mirarlo a los ojos, desabrocho el botón del jean y agarro entre sus dedos el cierre, bajándolo con extrema lentitud, como torturándolo.

Luego de eso metió la mano dentro de su bóxer y tras unos segundo saco la verga de Juan del pantalón, dejándola totalmente expuesta. A Matías le pareció grande, pero a pesar de todos los besos previos, seguía totalmente flácida. Débora la sostuvo con dos dedos, se quedó mirándola con una risita burlona y enseguida puso cara de puchero, como cuando una nena abre un regalo y no es lo que esperaba.

– Ahhh!!! no está contenta de verme!!! – le dijo, mientras sobreactuaba su cara de tristeza y la alternaba con alguna risita

– Nooo solo está un poquito dormida por el viaje! Apenas le des unos besos se despierta – contesto Juan mientras se reía de las expresiones de ella.

– Bueno… vamos a ver si es cierto – le dijo Débora y lo miro con cara de gata en celo.

En ese preciso momento comenzó el show para Matías, que estaba tan excitado por lo que estaba viendo que había comenzado a masturbarse. Débora se acercó a la verga de Juan, la levanto un poco mientras la sostenía con dos de sus dedos, y mirándolo a la cara comenzó a lamer muy lentamente la cabeza. Juan largo un largo suspiro y para cuando termino, ella se rio

– Bueno, parece que sí es cierto que me extrañaste jaja

Inmediatamente, bajo hasta sus testículos, y desde ahí recorrió con su lengua todo el tronco, hasta llegar a la cabeza, y al llegar a ella comenzó a jugar en círculos, lamiéndola todo alrededor.

Matías pudo ver como después de apenas unas lamidas, y sin siquiera habérsela metido en la boca, Débora había logrado que a Juan se le pusiera como una roca. La cabeza de su pija se había puesto enorme, y en su tronco se podían ver como las venas parecían a punto de reventar.

Sin dejar de mirarlo a los ojos, Débora comenzó a meterla muy lentamente en su boca, pero no fue hasta llegar a la mitad del tronco que cerro sus labios. Recién ahí comenzó el movimiento de retroceso, chupando todo el largo de su verga. Al llegar a la cabeza sus labios se abrieron para dejarla pasar, y finalmente la saco entera de su boca.

Matías escucho el gemido de Juan, y lo calentó sobremanera ver como Débora le daba placer. Nada lo había excitado jamás tanto en su vida como lo que estaba viendo en ese momento: a Débora mostrándose por cam mientras se la chupaba a su novio. Jamás hubiera pensado ver eso ni en sus mayores fantasías.

Mientras tanto, Débora seguía con su trabajo a la perfección. Pasaba de metérsela bien profundo en la boca, a succionar solo la cabeza, luego a darle rápidas lamidas con su lengua en el frenillo y luego a subir besando desde sus testículos hasta el glande.

En un momento giro su cabeza, quedando casi de frente a la computadora, y mientras abría su boca para volver a meterla, miro a cámara y le guiño un ojo a su atento “espectador”. Juan estaba demasiado extasiado como para darse cuenta y esa complicidad y ese secreto que tenían en común con Débora hizo que la Matías entrara en un nivel de excitación que jamás había sentido.

Estaba el mismo a punto de acabar, pero no quería distraerse en lo más mínimo, sobre todo ahora que veía que el final estaba cerca.

Juan gemía cada vez más fuerte, y Débora había decidido que era momento de hacerlo acabar. Sus labios subían y bajaban por su pija a un ritmo lento e hipnótico, pero constante, y comenzaba a sentir en su boca esas pequeñas contracciones que anunciaban que el orgasmo estaba cerca. Levanto su mirada para estudiar la expresión de Juan y leer el momento justo, pero antes de que pudiera hacer nada, Juan emitió un profundo gemido y un fuerte espasmo sacudió su pene dentro de la boca de Débora. Los ojos de ella se abrieron grandes por la sorpresa al sentir el primer chorro de semen. Lo trago como pudo, y luego saco la verga entera de su boca. Hubo otro gemido de Juan, aún más profundo, y una segunda y espesa descarga fue a dar justo sobre la cara de Débora, que la esperaba con los labios abiertos y la lengua afuera.

Juan no paraba de gemir mientras acababa como un caballo sobre el precioso rostro de Débora, que soportaba las descargas con los ojos cerrados: tres, cuatro y hasta un quinto chorro de semen fueron a dar sobre su cara. El espectáculo que veía fue demasiado para Matías, que del otro lado de la cam también comenzó a venirse de forma descontrolada, teniendo el orgasmo más fuerte de su vida.

Finalmente la verga de Juan dejo de sacudirse y tras un último espasmo expulso las ultimas gotas de semen. Luego de eso, solo se escuchó un gran último y profundo gemido.

Finalmente ella abrió lentamente los ojos y tras ver como había quedado, comenzó a reírse

– Wow!!! Te salto por todos lados bebe! – atino a decirle, mientras se revisaba el pelo y veía pegados en sus mechones los restos de la eyaculación de Juan.

– Y si! dieciséis días! Es un poco mucho – le dijo el mientras también se reía

Débora seguía con la verga de Juan en la mano, que de a poco iba perdiendo su erección y ya estaba casi flácida nuevamente. Abrió sus labios y metiéndola en su boca la chupo muy suavemente hasta limpiar todo resto de semen que hubiera quedado. Luego de eso volvió a meterla dentro del bóxer, abrocho el botón del jean y levanto el cierre.

– Listo señor… servicie completo- le dijo y le tiro un besito mientras lo miraba a los ojos

– Ufff ahora sí que estoy relajadito!!! – contesto Juan riéndose – Anda para la habitación, que yo voy al baño y en un minuto estoy con vos y seguimos.

– Dale, te espero – dijo ella, mientras Juan se alejaba de la computadora

Débora se quedó viendo cómo se dirigía hacia el baño, y cuando la puerta se cerró, dirigió su mirada a la cámara

Se quedó mirando fijo, sabiendo que Matías la veía del otro lado, y aunque era innecesario llevo su dedo índice a sus labios, indicándole que haga silencio con una sonrisa sexy. Luego, con ese mismo dedo y sin dejar de mirarlo ni de sonreír, comenzó a recoger los restos de semen que colgaban de su rostro y a llevarlos a su boca abierta. Lo metía entero, lo sacaba limpio y luego volvía a buscar un poco más, mientras giraba y se mostraba desde distintos ángulos para que Matías pudiera ver su rostro totalmente cubierto de semen.

– Espero que te haya gustado! – le susurro acercando bien cerca del micrófono – Te dejo, porque ahora es mi turno de disfrutar!! Jaaj. La próxima hacemos algo más completo, querés? – y guiñándole un ojo y tirándole un beso se levantó de la silla y corto la llamada.

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