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Fantasía con una madura
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Buenas tardes, hoy les contaré mi segundo relatos 100% real como el primero, solo para recordar me dedico a la atención de pacientes con problemas físicos ya sea por nacimiento o por un accidente. Este relato empieza cuando empiezo atender a un joven que tuvo un accidente automovilístico y quedó postrado en cama, al lado de su casa vivía una mujer de unos 45-50 años aproximadamente con un cuerpo la verdad muy bien cuidado buen trasero y unos pechos algo grandes, de unos 1.65 de estatura, pelo negro, una piernas muy bien torneadas, en pocas palabras una señora muy antojable. Cuando la vi por primera vez se me salían los ojos y desde ese momento hacía por saludarla cada vez que llegaba con mi paciente, nunca pasamos de buenas tardes y ella solo sonreía y me contestaba buenas tardes.

Al pasar de las semanas supe por pláticas de los familiares de mi paciente que tenía poco viviendo ahí y según ellos se dedicaba a la prostitución, que todas las noches salía a trabajar y que regresaba casi al amanecer que   llegaba con hombres eso sucedía cuando sus hijos no estaban en su casa al oír eso creció mi morbo así ella cuando llegaba y estacionaba mi coche enfrente de su casa hacía tiempo para ver si la veía cuando por suerte la veía me bajaba del coche para poder saludarla y poder verla de cuerpo completo.

Así pasaron varios meses yo deje de atender al paciente porque se mejoró volvió a caminar en el transcurso de ese tiempo deje de ver a la vecina supe que se había cambiado de domicilio y los últimos meses de atención a mi paciente no la volví a ver para mí desgracia. Así paso más o menos un año, hasta que un día al terminar de ver mi último paciente en mi consultorio me dirigía a mi casa, por cierto ese día fue uno de esos días en los que uno anda con la hormona elevada y más a los 25 años, deseaba llegar a mi casa y coger a mi esposa traía la calentura al 100, cuando al transitar por una calle algo oscura alcance a ver una silueta de una mujer que me llamo la atención, la verdad no sé que me animo hacerlo pero di la vuelta y la alcance me empareje a su lado baje la ventana y le dije:

-Te puedo dar un aventón si gustas

Al agacharse hacia la ventana y para mí sorpresa era la vecina de mi paciente ella sonrió y dijo:

– Si por favor

Y se subió al coche

– A dónde te llevo le dije

Ella menciono un bar que estaba a la salida de la ciudad y le dije:

-No te acuerdas de mí

-la verdad no

-Atendí a un chavo que vivía a un lado de tu casa, siempre que llegaba a su casa te saludaba

-A si ya recuerdo donde te veía

-Mira no le voy a dar vueltas cuánto me cobras por coger, desde que te vi te me antojaste y quiero hacer realidad mi sueño

-te vas a costar 500 pesos

– Me parece bien

La verdad se me hacía muy bien por fin iba a cumplir mi sueño de estar con una madura en el camino le mandé mensaje a mi esposa que me había salido un paciente y que no podía cancelarlo que llegaría más tarde, me dirigí al consultorio. Al llegar nos dirigimos al área donde tengo las camillas ella adelante de mi y no podía dejar de ver su hermoso trasero, llevaba un pantalón ajustado que resaltaba sus hermosas nalgas, y una blusa también ajustada que resaltaban sus pechos, la tomé de la mano y la subí a la camilla con sus piernas abiertas y me puse en medio de ellas la tomé por la cintura y le empecé a oler su cuello, abrace por la cintura y empecé a besar su cuello y su oído le decía:

-No sabes cuánto tiempo soñé este momento de tenerte para mí.

Acariciaba su espalda y su trasero mientras seguía besando su cuello hasta llegar a su boca, nos empezamos a besar suavemente mi lengua buscaba la suya hasta que empezamos a jugar con ellas mi calentura iba subiendo y la de ella también la deseaba si, pero quería disfrutar ese momento no solo la quería coger y ya quería disfrutar a mi primer mujer madura como si realmente fuera mía.

Ella empezó a tocar mi pene por encima de mi pantalón y fue desabrochándolo hasta que lo saco yo le quite la blusa y por fin tuve en frente de mi esos deliciosos pechos que libere de su sostén y empecé a besar y jugar con sus pezones que se ponían más duros con cada chupada que les daba ella empezó a masturbar mi pene que parecía una piedra, la levanté de la camilla estaba parada sobre el banco de la misma y empecé a bajar su pantalón junto con su tanguita que traía, me quite mi ropa y por fin estábamos desnudos los dos.

Se sentó en la camilla otra vez solo que está vez más al borde, nos seguimos besando yo dirigí una mano a su panochita que ya estaba muy húmeda mis dedos entraron y pude sentir su calor ella soltó un gemido en mi oreja mientas yo besaba de nueva cuenta su cuello.

Ella con sus manos jugaba con mi pene, yo ya había acercado los condones a la camilla me puse uno y dirigí mi pene a su panochita que ya estaba lista para ser penetrada, conforme la iba penetrando nuestros cuerpos se unían más y nos seguíamos besando como si fuéramos unos enamorados, empecé con el mete y saca de una manera suave como dije antes quería disfrutar el momento con mis manos en sus nalgas la jalaba más a mí cada que la penetraba.

Fui subiendo el ritmo hasta que sentí como llegó a su primer orgasmo, deje de penetrarla y acerque una silla y me senté hice que se sentará frente de mi como si me cabalgara ahora ella solo se podía clavar mi verga como ella quisiera y así lo hizo empezó con movimientos de subir bajar adelante y atrás yo con mis manos seguía sujetándola de las nalgas y mi boca mamando esos pechos como un bebé amamantándose.

Unos minutos así y soltó otro gemido y sentí como su panocha apretaba más mi pene así llegó a su segundo orgasmo me besó con pasión sentía que me arrancaría la lengua la levanté y la volteé ahora se sentó sobre mi dándome la espalda.

Empezó a subir y bajar yo la tomé de la cintura y empecé a tomar el control sobre ella la movía a mi antojo, estaba disfrutando ese momento como nunca sin sacarle la verga nos levantamos y la incline sobre la camilla y empecé a cogerla aumentado mis embestidas, acariciaba sus espalda y jalaba su pelo mientas la penetraba así estuve unos minutos que fueron la gloria hasta que solté todo mi semen.

Hubiera querido hacerlo sin condón pero no podría arriesgarme hacerlo sin condón, al soltar la última gota deje de penetrarla me salí de ella retire el condón y nos besamos le dije lo mucho que lo había disfrutado mucho nos vestimos me pasó su número de teléfono por si quería repetir le dije -eso tengo por seguro.

Le pagué y la deje cerca de una base de taxis para que se fuera a seguir trabajando, más adelante les contaré nuestro segundo encuentro, espero disfruten este relato como yo disfruté ese momento.

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