Cuando me desperté veía un poco borroso, y tenía un fuerte dolor en el costado de la cabeza en el parietal. Enfrente de mí una pequeña linterna se movía, un doctor me estaba revisando, estaba en la guardia de un hospital. Lo que yo no sabía, es que un amigo de este cobarde me pego por detrás, y ya en el piso se la agarraron conmigo.
¿Por qué? simplemente porque Laurita termino con él, y pensó que yo era responsable. Yo me quería ir, pero no me dejaron. Por seguridad, por tratarse de un menor y por el seguro de la escuela, me hicieron una radiografía y me quede un par de horas para control. Por supuesto que estaba mi padre, y un representante de la escuela. Mi padre fue muy seco, y solamente se limitó a preguntarme como estaba. El directivo y el apoderado legal de la facultad quería saber que había pasado, ya que solamente me encontraron así, y nadie había visto nada, casualmente.
YO: No sé, no vi nada, solamente sentí un fuerte golpe en la cabeza y desperté aquí.- Mi padre observaba, sin creerme.
El directivo informo que tendría que hacer la denuncia a la policía, así que si recordaba algo tendría que decirlo, e informarlo.
Me dieron el alta después de un par de horas. La cara toda hinchada, un corte en el pómulo con tres puntos de sutura, el labio partido, y todas las costillas moradas de las patadas que recibí. Me dolía hasta el alma, me habían dado un par de calmantes, pero igual me dolía. En la camioneta mi padre iba serio, con su mirada al frente. En un semáforo se detiene y me dice
Padre: Con alguien vas a tener que hablar de lo que te pasa. Y yo, soy la única persona que te puede apoyar incondicionalmente siempre.
YO: Si, lo sé, gracias.
Padre: Si necesitas ayuda, o necesitas hablar, cuando estés listo para hablar, búscame.
Fue la primera vez que vi a mi padre tan cercano a mí, pero también vi otras cosas, su mirada, vi en su mirada una mezcla de decepción o vergüenza. Yo sentía mucha impotencia, vergüenza, miedo, y me sentía débil, frágil un cumulo de sentimiento que no me gustó para nada. Y no quería hablarlo con mi padre, que para el ya yo era una decepción. Yo siempre sufrí bullying, pero más allá de burlarse de mí o ridiculizarme no había pasado, la golpiza que recibí nunca había estado en mis planes. Seguí el resto del camino hacia mi casa en silencio, mi padre no dijo nada. Solamente me palmeo cuando nos bajamos de la camioneta. Por mi cabeza yo me hacía un juramento, nunca más volverme a sentir así, era algo que no quería para mí, algo con lo que no estaba cómodo, con esas sensaciones, con lo que sentía en eses momento.
Al entrar en la casa estaban Gabriela y Laura, en el recibidor, se sorprendieron con el estado de mi cara, y creo haber visto una mirada de culpa o lastima en Laura. Al saludarme Gabriela fue cariñosa conmigo como siempre, lo que no esperaba era que Laura también lo fuera, y me abrazara, creí notar sus ojos levemente llorosos. Ante las preguntas de Gabriela mi padre respondió
Padre: no pasa nada, está bien. A golpes se hacen los hombres.
Ahí mismo mi madrastra lo reprendió, y me hizo espacio en el sillón, yo quería desaparecer de ahí, alejarme del foco de atención. Pero ella me acomodo en el sillón y Laura me trajo una chocolatada con galletas, Laura, si esa Laura, la que no podía ni verme.
Gabriela: quédate un ratito en el sillón viendo tele. Laura y yo estamos haciendo pollo al horno de cena.
Ahí caí en cuenta la hora que era, entre todo este baile había pasado mucho tiempo. Y de cena estaban haciendo mi comida favorita. Mi padre me miro y me dijo
Padre: no vas a ir una semana a la escuela, te vas a venir conmigo mañana. Tenes una semanita para que se te sanen las heridas.
La comida fue agradable, se intentó no tocar el tema. Cuando me estaba recostando me puse a contestar los WhatsApp de mis amigos, mis dos únicos amigos, las únicas personas que se habían preocupado por mí. No podía dormir, estaba alterado. Y seguía pensando en lo que me paso, o en lo que no recordaba, haber quedado a merced de esos energúmenos, me hacía sentir mal. Cuando ya era bien tarde, sentí golpear la puerta.
Laura: Se puede.
Yo: Si, Laura, pasa.
Laura: Quería pedirte disculpas por cómo te traté y la golpiza que te dieron -dijo esto mirando el piso- Pero yo te advertí que no te metieras.
Yo: Bueno si, es que fue más fuerte que yo. No tolero a los brabucones.
Laura: Gracias por no decir nada, me hubiera metido en muchos problemas con mamá. Ya sé que me odias, pero intentemos llevarnos bien.
Yo: Oye, yo no te odio. Simplemente pienso que eres una engreída e insoportable- Ella me miro como no sabiendo si reírse o enojarse-
Laura: Si no me odias, por qué no me hablas desde que nos mudamos y me evitas constantemente, siempre estas encerrado en tu cuarto.
Yo: porque me dijiste que no era nadie en tu vida.
Laura: Eso lo dije porque estaba enojada con mi madre, por el casamiento.
Yo: Bueno ahora veo que empezamos con el pie izquierdo. -Estiré mi mano- Fernando un gusto. Desde ahora prometo intentar llevarme mejor contigo y no ser un ermitaño.
Laura: Laura un gusto, yo intentare no ser tan engreída e insoportable y colaborar para llevarme bien contigo, jajajaja.
Yo: y el cavernícola, porque estaba tan enojado.
Laura: es que lo termine, era un imbécil que solo quería usarme.
Yo: a ver Laurita si elijes mejor a tus novios, o a uno que pelee limpio jajajajaja
Laura: Hey están entrando en confianza muy rápido tú, mejor lo dejamos así, y descansas.
Cuando ella se fue me quede pensando, Laura parecía una chica agradable, vamos a ver hacia donde nos lleva esto. Después de eso me quede profundamente dormido.
Mi padre me levanto temprano, condujo en su camioneta en silencio, y salimos de la ciudad, hasta que paramos en un campo que estaba rodeado de un bosque de eucaliptos. Me hizo descender y en la caja de la camioneta empezó a poner distintas armas, un revolver, dos pistolas, una escopeta y rifle. Me empezó a explicar la diferencia entre ellas, las municiones, su uso más propició, en que caso usarlas y como se usaban. Miramos al bosque y había varios carteles pegados en los árboles. El disparaba con un arma, me mostraba como hacerlo y me hacía repetir el procedimiento a mí, carga, apuntar, disparar y revisar el arma que estuviera vacía, y así una por una. La sensación de poder, de seguridad ante cada disparo es única.
Padre: esto es una herramienta, tú decides si lo usas para el bien o el mal. Nunca pero nunca juegues con ella, tienes que tomarla con total responsabilidad
Yo: si papá
Padre: cuando era un joven me golpeaban en la escuela y fuera de ella, hasta que tome el arma de mi padre. El me descubrió y me dio una golpiza. Después de interrogarme y descubrir mis motivos, me llevo a un gimnasio y empezó a entrenarme, me llevaba todos los días a la escuela para no darles oportunidad a los matones. Cuando considero que era suficiente me llevo a la plaza donde se juntaban y los encaro y le dijo a su líder: uno contra uno. Lo molí a golpes y desde entonces no me molestaron más, me respetaron, y cada uno que me faltaba el respeto, me lo ganaba con mis puños. Así que hijo, se lo que te pasa. Yo estuve en tus zapatos, yo estuve ahí, dónde tú estuviste.
Yo: no quiero sentirme débil más, no quiero sentirme indefenso.
Padre: yo te puedo ayudar hijo.
Saco una nevera, y la puso en la caja de la camioneta, y me dio una coca cola.
Padre: fue por Laura, no es verdad, jajajaja
Yo: pero
Padre: no hace falta que lo diga, vi sus miradas.
Después de eso todo estuvo más que distendido, ahora a la distancia entiendo lo que hizo mi padre, género un escenario propicio para un acercamiento, y lo hizo con lo que él sabía y tenía a mano.
Empecé a ir todos los días al gimnasio de un amigo y empleado de mi padre, su segundo, tanto en la empresa como lo fue en las fuerzas especiales, en el gimnasio él era el maestro, daba MMA no tan orientado al deporte, más bien a la defensa personal y el combate. Al gimnasio iban la mayoría de los empleados de mi padre. El gimnasio me costó, no estaba acostumbrado, solamente practicaba básquet en la escuela, aquí era distinto 45 minutos de ejercicio, 30 minutos de técnica, 20 minutos de practica en bolsas o contra un compañero, y 10 minutos de combate, y para finalizar lo mejor, 15 minutos de abdominales, para un total de 2 horas, le pregunte a mi padre que se veía muy bien.
YO: siempre es así.
Padre: No, varía según el día. A veces es más físico, otras más técnico y otras más de combate, lo que nunca varían son los abdominales.
Parecía un chiste. Pero pude observar el nivel que había, que era realmente muy bueno. La mayoría estaban en muy buena forma, incluyendo a mi padre que estaba en un nivel muy alto.
Empecé a ejercitarme todos los días, practicar artes marciales, la play quedo de lado, al igual que la comida chatarra, no es que hacía un régimen alimenticio estricto, simplemente me cuidaba de algunas cosas, ir al gimnasio cada vez me costaba menos, y lo empezaba a disfrutar. Regrese a la escuela como a las dos semanas, mi padre me acompañaba y me iba a buscar. Los primeros días no me encontré con el ex de Laura, pero, cuando lo hice, vi en él una sonrisa burlona y yo lo evité, no estaba preparado y estaba en desventaja.
Varias cosas extrañas pasaron, una es que Laura venía con nosotros y hasta me hablaba, y no evitaba el contacto, cosa rara, pero nos llevamos mucho mejor. La segunda cosa rara cuando volví fue Flor, una compañera muy linda de cara, muy delgada, y por su forma de vestir y ser muy aniñada, se acercó a mí, ni bien me vio, me abrazo muy fuerte.
Flor: gracias a Dios estás bien, estuve muy preocupada por ti.
Mi relación con ella era normal, si me hablaba con ella, y habíamos realizado trabajos juntos, pero no era tan cercana. Y me di cuenta que ella era como nosotros, unos nerds Anti sociales.
El tiempo y los meses iban pasando y cada vez estaba mejor en el gimnasio.
A parte del gimnasio, mi padre me había dado ciertas tareas, algunos trabajos sencillos en su empresa y en la casa. Por esto me daba en contraprestación un pequeño incentivo económico.
Un fin de semana, ya de invierno mi padre me mandó a cortar una rama del árbol que estaba en el patio, era un trabajo sencillo, no era grande la rama y tenía que subirme a una escalera. En el medio del árbol había una plataforma que usaba de niño para jugar, que era la entrada de mi casa del árbol. Me paro sobre la plataforma y me preparo para cortar la rama, cuando observo por la ventana de la habitación de Laura que el monitor de la computadora estaban pasando una película porno, quede un poco sorprendido, no veía a nadie en la habitación, o mejor dicho mi vista estaba limitada, hasta que Laura apareció en escena, estaba vestida solamente con un conjuntito de ropa interior, muy diminuto de color rojo, ella se sentó en su butaca frente a la computadora y cambio el vídeo, puso uno donde se podía apreciar a un joven alto, musculoso interactuando con dos jovencitas, yo no lo podía creer , Laura estaba viendo una porno, un trío está viendo.
Yo me acomode mejor en la protección de mi casa del árbol para no ser visto. Las jovencitas dejaron de interactuar con el chico y empezaron a besarse, todo esto mientras Laura se acariciaba los pechos y el vientre plano y marcado. Tras años de asistir a baile, e ir al gimnasio con la madre. Si cuerpo es una delicia. Ella miraba como hipnotizada la pantalla, mientras se acariciaba suavemente el pecho y el abdomen, en la pantalla las dos protagonistas hacían un 69 mientras el chico, se ponía crema en un su pene y se masturbaba. Laura se acariciaba por arriba de las braguitas, mientras se apretaba los pechos con fuerza.
El muchacho se ubicó atrás de la chica que estaba arriba y hundió su cara en sus nalgas, provocando un grito de placer de la chica, y un gemido en Laura que me hizo prestarle más atención, ella empezó a quitarse el sujetador dejándome ver unos pechos pequeños coronados con un muy lindo pezón de color rosa oscuro, también se sacó sus bragas y las arrojo a un costado, no podía ver su vagina pero si vi que tenía un triangulito de pelos en su monte de Venus muy cuidado. Ella se metió su mano entre sus piernas y con la otra pellizcaba sus pezones fuertemente, era una belleza, estaba de lo más sensual. Mientras que Laura apuraba el ritmo de masturbación mientras decía
Laura: Así, dásela. Con fuerza.
En la pantalla en muchacho se ubica atrás de la chica que está arriba, y cambiando el plano de la cámara, se ve desde abajo como el puntea con su pene el ano de esta, lo puntea varias veces hasta que de un golpe de cadera se la mete hasta la mitad del pene, para acto seguido meterla toda hasta golpear sus huevos contra su vagina. Aparece en escena la cabeza de la otra chica, para lengüetear la vagina y los huevos del chico, dejándolos cubiertos con saliva. Cuando miro a Laura, esta había puesto sus dos pies en los apoya brazos de su silla gamer, dejando expuesta toda su vagina y ano. Ella no sé de dónde sacó un envase plástico, como de 12 cm y un poco mayor a un dedo, agarro dos de sus dedos con abundante saliva y se los paso alrededor de su ano, el envase plástico se lo refregó bien en su mojada y babosa vagina para acto seguido metérselo en el ano. La puta que estaba bueno lo que estaba viendo, a mí ya me dolía el pene de tanto frotármelo. Ella emitió un sonido gutural bastante fuerte, y arqueo su espalda con su cabeza echada para atrás y sus ojitos cerrados. Ella empezó a mover el juguete improvisado en su ano, mientras se masajeaba el clítoris, en la pantalla el muchacho penetraba fuertemente a la chica, mientras la chica que estaba abajo se había salido y ubicado a un costado, y con una mano la masturbaba y con la otra masajeaba un pecho, la chica ante tanto gritaba salvajemente.
Laura: Si, así, denle fuerte a esa perra.
Laura acompañaba el ritmo del video porno, con penetraciones igual de fuertes y una furiosa masturbación, sus gemidos también eran altos. Ella no daba más y al igual que yo estaba por acabar, esto se produjo cuando el protagonista empezó a llenar de leche el trasero de la chica y este a florecer del mismo en cada embestida. Este saco el pene del ano y la otra chica empezó a comerse el pene con todo lo que quedaba de corrida, se sacó el pene de la boca y se fue hacia el ano, de su amiga, lleno de leche y empezó a lengüetear y comerse toda la corrida.
Laura: Sí, sí, que rico. Sí
Yo al ver a Laura así acabe instantáneamente, fue demasiado placer, ver a semejante criatura dándose satisfacción. Fue mucho para mí. Rápidamente salí de mi ensueño, y me bajé del árbol, para que no me viera. Fui a mi cuarto y me cambié de ropa. Mi cuarto es el único que está en planta baja. Me quede un rato ahí mientras me calmaba. Era muy fuerte todo lo que acaba de pasar. Cuando salgo Laura salía de la lavandería, y se quedó sorprendida.
Laura: que haces aquí, no estabas con tu padre.
Yo: No, no. Me dejo haciendo tareas en la casa.
Ella se fue sorprendida y subió rápido a su habitación. Yo entre a la lavandería con mi ropa, y vi en el canasto de la ropa sucia el conjuntito de ropa interior rojo de Laurita. Me lleve sus bragas a la nariz y observe que estaban muy mojadas, le pase la lengua y el olor y gusto me invadió el aroma de Laura, mi pene estaba duro de nuevo y no me quedo más remedio que volver a masturbarme con dicha prenda.