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Nuevamente con tu miembro aún flácido completo dentro de mi boca y la tuya exhalando un gemido.

“Ahhh”

“Que rico puñeta”

Comienzo a sentir como vas reaccionando, tu cuerpo responde, te tengo por completo. Levantó la vista y estás recostado hacia atrás con la boca abierta, respiración agitada ojos en blanco… sintiendo… disfrutando.

Nunca paras de gemir y eso me encanta de ti.

Y de inmediato tus manos se posan sobre mi cabeza.

Soy una mujer de tez blanca, tengo 35 años, cuerpo tonificado por ejercicios, 5’4” de estatura y 135 libras, tengo pecas por todos lados y pelo corto a máquina. Tu un hombre de tez blanca de 37 años, cuerpo tonificado por ejercicios, 5’5” de estatura y 129 libras, una barba larga y muy sexy y pelo largo rizo color fantasía rosa.

Me excita demasiado verte, sentirte y escucharte. Me dejas escalofríos por todo mi cuerpo con solo tenerte cerca.

¿Dónde me quedé?

Ah, tus manos desesperadas, tratando de encontrar pelo para agarrar y moverme al ritmo que te dé la gana. Entonces sujetas mi cabeza completamente, me levantas y mirándome a los ojos me preguntas:

“¿Me dejas chingarte la boca?”

Sonrió con la mirada fija en la tuya, me retiro lento y con tu pene en mis labios te respondo:

“Siempre que quieras”

… y regreso, me sumerjo en tu piel, en tu suavidad, en tu deseo que es el mismo mío. Te siento profundo en mi garganta y tu respiración cada que hago un movimiento, despacio.

El borde de la cabeza está rozando en el borde del cielo de la boda entrando a la garganta, entro y salgo lento haciendo fuerzas porque tus manos me presionan a lo más profundo, te siento desesperado y sé que es producto de lo que deseas y sabes que viene. Dejo entrar tú miembro completo arropando tu piel con mis labios carnosos, con mi lengua afuera hago presión donde ya mis labios no alcanzan y vuelves a gemir con fuerza y me repites “quédate ahí, quédate ahí”.

Me detengo, respiro y tiemblas, entonces salgo presionando con mi lengua tu base, succiono tu cabeza suave y tersa. Me encanta tenerte, poseerte, verte tan frágil ante mi boca y mis caricias.

Me levanto por completo y ya sabes lo que quiero.

Te vas por detrás y me agarras mi culo con deseo, con firmeza, con la hombría que te caracteriza. Me pongo en cuatro para que me tengas a tu completo deleite.

“Mmm mami puñeta que toto más rico, páramelo más para mi, quiero verlo abierto buen rico”

Entonces recuesto mi pecho sobre la cama y con mis dos manos separo mis nalgas, rozándome mi vulva con mis dedos sintiendo la humedad que ya se convertía en hilos de fluido, de deseo y desespero de sentirte completo dentro de mí. Detrás de mi te siento agitar tu miembro con tus manos y de inmediato té siento azotándome mi clítoris con tu miembro duro y erecto.

Luego pones tu cabeza en la entrada y sin darnos cuenta estaba completa penetrada, tanta lubricación facilitaba el acceso.

Cuánto calor que desespero, los dos gritando, hiperventilando, agitados, hasta que estallamos los dos al mismo tiempo. Me dejas como siempre mi toto lleno de tu semen rico y cuando no me lo dejas en mi garganta rica que tanto de encantan. Me tienes extasiada, deseándote cada segundo de mis días.

Delicia, olor a sexo.

Te amo mi rey

Me llenas de vida.

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