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Exhibiendo (Parte 3)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Llegamos a un bar que se encontraba a las orillas de la ciudad, tuvimos que caminar como media hora para el fin de llegar, y durante todo el camino su mano se mantuvo en mi trasero, podía sentir la vista de todo el mundo sobre mí, incluso muchos hombres llegaron a decirme cosas mientras pasaba, pero a mí no me importaba estábamos en un lugar lejos de casa, las posibilidades de que alguien me conociera eran pocas, así que yo solo meneaba el culo dando provocaciones.

En la entrada del bar el guardia nos observa con detenimiento, mi amo enseña una tarjeta negra y de inmediato nos dejan pasar.

Todo el lugar estaba repleto de gente. Había mujeres con ropa diminuta bailando en la pista, otros estaban reunidos en grupo tomando. El ambiente era bueno, me daban ganas de bailar, pero mi amo en ningún momento me soltó, pasamos por entre la multitud hasta llegar a una mesa que se encontraba escondida al fondo del bar, era un lugar privado con poca iluminación.

Nos sentamos y de inmediato llegó un mesero con un par de bebidas, le ofreció una a mi amo y una a mí. Pero antes de que pudiera tomarla, mi amo detuvo al camarero.

– la perra ya comió – fue todo lo que dijo.

El camarero entendió de inmediato y se retiró, no sabía que iba a pasar, pero mi amo se mantenía en silencio, y eso me dejaba inquieta. ¿Realmente se enojó por haberle coqueteado al chófer?

– lista para tu castigo?

– si señor- dije con voz firme para que no notará mis nervios. Dios no sabía que iba a querer pero sin duda no iba a ser bueno.

– bien… Quiero que consigas la atención de todos

– que?- respondí atónita, como iba a hacer eso. Todos estaban enfocados en el show de mujeres en el escenario, como iba a llamar su atención. Fue entonces que reacciones… Dios, iba tener que hacer algo parecido o aún más revelador que bailar frente a todos con poca ropa.

– necesito repetirlo de nuevo?- respondió amenazante

– no mi señor, una disculpa

– bien, pues entonces por qué no estás haciendo nada.

Me levanté de mi asiento y me dirigí a la pista, como se suponía que hiciera eso, digo, como ganarle a las tremendas mujeres que tenía enfrente. Llevaban escotes pronunciados mostrando sus grandes pechos y vestidos cortos que dejaban corta la imaginación.

Comenzó a sonar una música electrónica demasiado movida, de esas que solo se bailan brincando, entonces aproveche y me subí a la pista y comencé a brincar entre ellas, en cada salto se levantaba mi diminuta falda dejando a la vista mi blanca y bien depilada vagina, mis pechos saltaban sin parar, el roce de la piel con la tela tenía mis pezones bien duros, y de repente entre los broncos que daba, podía sentir como mis pechos se escapaban de mi blusa.

No pasó mucho para cuando las personas del bar comenzaron a darse cuenta y empezaron a rodear la pista, me sentía como una teibolera bailando frente a tantos hombres. Muchos de ellos incluso comenzaron a animarme, me gritaban cosas como

"Mueve más ese culo" o " así quiero que brinques arriba de mi"

Y escucharlos me ponía caliente, empezaba a sentir mis labios vaginales palpitar, y ya con la cabeza caliente no pensaba muy bien. La música cambio a una música más sexual, de esas que se usaban para desvestirme y dar un show completo. Las mujeres que estaban antes en la pista se bajaron y me dejaron ahí sola, era ahora o nunca, si bien ya tenía la atención de muchos en el bar, pero otros estaban en las barras bebiendo sin siquiera voltear a verme.

Entonces al ritmo de la música fui bajando el cuello de mi camisa hasta los hombros, me deje caer sobre mis rodillas y abriendo las piernas, quise dar la imagen "tierna" y depravada de una niña inocente. Si algo bien sabía es que muchos tenían fantasías de ver a mujeres vestidas de colegialas, así que aprovecharía mi vestimenta para provocar atención. Comencé a jugar con mi cabello para después pasar mis dedos por mis labios y comenzar a chuparlos de forma provocadora, mis dedos se paseaban por mis labios e inconscientemente recordé la gran verga de mi amo, así que comencé a chuparlos y jugar con mi lengua sobre ellos, aquello me tenía escurriendo salí a sobre mis pechos, baje mis dedos lentamente hasta mi camisa y comencé a desabotonada por completo, pero no la retire, así la deje, el morbo de saber que hay debajo es más que el que existe cuando mostramos todo.

Seguí recorriendo mi cuerpo con mis manos, dando pequeños apretones en mis pechos, sin duda estaba caliente… Podía sentir la humedad recorres mis muslos, levanto la vista y veo a todo un puñado de hombres observando me calientes, podía observar el bulto en sus pantalones y eso sin duda me excitaba más… Ese era mi gusto culposo. Ser observada y que por mi culpa se les parará la verga y aún más satisfactorio era saber que no iban a poder tocarme… O al menos me la estaba jugando para que eso no pasará.

Paso mis manos de mis pechos a mis caderas pasando por el entremedio de mis piernas y descendiendo poco a poco hasta quedar con el pecho repegado al piso, apoye mi cara sobre la palma de mis manos y comencé a balancear mis piernas de adelante hacia atrás, dando esa imagen de niña buena, observó fijamente a una de las personas que está entre la multitud, era una persona alta, con buen rostro y buen paquete…

El bulto debajo de su pantalón me provocó a relamer mis labios humedeciéndolos y pasando mi vista de sus ojos a su paquete y viceversa. Causando cierta provocación e invitación a acercarse. El hombre se acercó poco a poco y cuando lo tenía frente a mi me gire sobre mi espalda quedando boca arriba y con las piernas alzadas las abro y paso mis manos por mis pechos recorriendo mi vientre hasta llegar a la parte baja, cubriéndola con la falda y arqueando la espalda al contacto.

Observó a mi víctima afectado por el movimiento, acercándose más a mi y con una sonrisa ligera pasa sus manos por mi rostro deteniéndose poco sobre mis labios, los cuales al contacto se abren deja do salir mi lengua permitiendo me saborearlos, para después bajar a mis pechos, dando pequeños masajes para después apretar los pequeños pezones haciéndome soltar un gran gemido. Mi cuerpo estaba muy sensible, cualquier rose me podría provocar un orgasmo, el hombre sonríe lujurioso y dio otro apretón provocando que me arquera más dejando salir un sonoro gemido

-hasta ahí llegaste- dijo mi amo con un tono serio, mientras detenía la mano del hombre del paquetote. – verás, no me gusta cuando tocan las cosas que son mías sin mi consentimiento- agrego. El hombre al instante se alejó de mí mientras que yo preferí incorporarme de rodillas frente a mi amo. ¿Me va a regañar?

– quítate la ropa- ordenó

Continuará…

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