Al día siguiente por la mañana me desperté con pocas ganas de seguir con mi día. Me sentía de nervios pensando que alguien afuera sabía quién era. Como de costumbre tomo un baño antes de seguir con el día y para cuando salgo de la ducha, me doy cuenta que tengo un nuevo mensaje de texto:
"Que tal amaneció mi perrita"
Por un momento me espante, como diablos había conseguido mi número, tenía dos opciones, bloquearlo, o seguirle el juego, opte por la segunda opción puesto que no quería que todo el mundo supiera mi mayor secreto.
"Bien mi señor" respondí y espere ansiosa su respuesta, la cual no tardó
"Por qué tardaste en responder?"
"Una disculpa amo, me estaba bañando"
" No quiero que me vuelvas a responder tarde, por ser tu primer día lo dejaré pasar, pero quiero que tengas en cuenta que a partir de hoy, todos los días desde temprano te me vas a bañar, quiero bien limpio ese culo y me vas a mandar fotos de esa conchita bien rasuradita, entendiste?"
"Si mi señor" respondí, y de inmediato envía una foto donde salía de cuerpo completo exponiendo mi flor. El solo morbo me empezó a calentar y en la imagen se podía observar el brillo de mis labios vaginales a causa de la humedad que me provocaba.
"Así me gustas perra, te mereces un premio, te espero en una hora, frente la calle… te quiero ver sin sostén y bragas, únicamente con una blusa del escote más pronunciado que tengas y una minifalda, y también te quiero de coletas… Así que arréglate bonito y no me hagas esperar"
Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, sentí miedo y curiosidad, bien podría a ver llamado a la policía y terminar con esto, pero… Tenía ganas… El morbo me hacía querer hacer lo que él me pidiera. Segada por la calentura me visto tal y como me lo pidió.
Siempre sentí un gusto obsesivo por la ropa reveladora, pero solo la utilizaba para tomarme fotos, nunca para salir con ella. Escogí una camisa blanca de mangas largas y una minifalda de cuadros rojas, era la típica imagen de las putas esas que te vendían en el porno, las típicas escolares con faldas diminutas que apenas y tapan el trasero y con los primeros botones suelos permitiendo ver los pechos claramente.
Me observó en el espejo de mi cierto y joder, el solo verme me tenía escurriendo, sentía palpitar mi vagina, y el aire que se colaba por debajo de la falda me hacía tener constantes escalofríos. Fue entonces que reaccione ¿Cómo voy a salir así de la casa?
Mire la hora y necesitaba salir tan pronto fuera posible si no llegaría tarde y no quería ver las consecuencias de eso. Rápidamente busque entre mi closet y saque un abrigo que llegaba hasta las rodillas… eso me serviría… Me apresure para hacerme un par de coletas y poner un poco de maquillaje sobre mi rostro, cuando termine no pude evitar admirar me en el gran espejo de mi cuarto, joder me encantaba como me veía, fue entonces que me di cuenta que aquello me encanta, el morbo y la emoción me tenía al 100, veo mi reloj y joder… llegaría tarde, eso era seguro. Tomo mis llaves y salgo corriendo. Llegué 10 minutos tarde al lugar acordado… Y me mantuve parada frente al gran reloj, después de un rato llego un señor alto, de tez blanca y cabello medianamente largo, vestía un traje negro de negocios, esa cara me era familia, y después de ver cómo se acercaba más y más a mi, saque la conclusión de que aquella persona era mi amo y señor, cuando lo tengo frente a mi, me recibe con una sonrisa y es entonces cuando reconozco el rostro. Era mi vecino.
Quedé petrificada, esa persona vivía a mi lado y él sabía lo que hacía…
-hola cariño, llegas tarde- su tono de voz ronco y masculino me hicieron temblar y lo único que pude decir fue un " lo siento". Me observó por un rato de pies a cabeza para después decirme
-esto no fue lo que ordene- si tono de voz era demandante, tanto que me provocaba miedo hacerlo enfadar, inmediatamente me despojo del abrigo quedando completamente expuesta, sintiendo como las corrientes de aire pasaban por debajo de mi corta falda refrescando mi parte baja. Siento un enorme rubor y ganas de salir corriendo, pero entonces mi amo me vuelve hablar
-bien hecho cariño- sonríe – sin duda te queda perfecto, deberías darme las gracias por lo linda que te hago ver- esta vez su tono de voz era seductor y sin duda eso me calentó.
-gracias mi señor- respondí coqueta
-más sin embargo llegaste tarde, me hiciste esperar y eso merece castigo, sígueme- respondió y de inmediato comienza a caminar
-si amo- respondí y a pasos apresurados me incorporo a un lado de él.
Puedo sentir las miradas de todo el mundo, mis piernas tiemblan del bochorno, estoy segura que pueden ver todo, el roce de la tela con mis pechos, tiene mis pezones duros, notables a la vista de todos. Me siento expuesta y avergonzada, comienzo a caminar despacio, con las manos cubriendo mis pechos y la mirada en el piso.
Pego un pequeño grito ahogado después de sentir una fuerte cachetada en mis nalgas, el ardor permanecía en mi piel y no pude evitar soltar una lágrima
-camina como la perra que eres… – dijo mi amo enojado – menea las caderas, quiero ver cómo rebotan esas tetas, que en cada paso se note tu culo.-
No sabía que hacer… Estaba apenada y las personas solo me observaban, sentí nuevamente el ardor en mi piel, pero esta vez me dio una gran cachetada para sacarme del shock, después decidió Bajar otro botón a mi camisa, dejando casi por completo a la vista mis pechos, me sentía desnuda, pero de una u otra forma me las arregle para caminar derecha, meneando mis caderas y meneando los pechos en cada paso. Mi amo se puso a mi lado y puso una de sus manos en mi trasero, sin duda tenían una vista completa de mi trasero, pero aquel agarre me tenía escurriendo, podía sentir como mis flujos corrían por mis piernas.
-te gusta verdad?- susurro a mi oído mi amo
-si amo- respondí
Seguimos así un par de minutos hasta llegar a la parada de autobuses, apenas llegamos, al primer autobús que llegó nos subimos, yendo nos hasta el fondo, quedando justo en el centro del autobús. El chófer solo me daba miradas constantes.
-bien, es hora de tu castigo- dijo mi amo, paso una de sus manos por detrás de mi y la otra la puso sobre mi muslo izquierdo, se acercó a mi oído y susurro – abre las piernas.
Tenía grandes ganas de negarme, pero sabía que hacerlo sería peor, así que poco a poco abrí las piernas, dejando todo a la vista.
-no finjas timidez perra, hay que darle un espectáculo al chófer tal y como lo haces en tu recamara.
Me animo a subir los pies al asiento y abrir bien las piernas, el chófer solo me observaba con lujuria, podía sentir como me tragaba con la vista, mi amo paso su mano sobre mi muslo y llegó hasta mi vagina dónde sin aviso metió su dedo medio hasta el fondo, sus manos eran grandes y sus dedos gruesos… Con ese solo movimiento me hizo gemir y por mero instinto mis piernas trataron de cerrarse.
-mi lo pienses, te quiero bien abierta- alego – y baja la voz, si no quieres que el niño de enfrente te vea-
Lleve mis manos a la boca para ahogar mis gemidos, mientras mi amo media y sacaba su dedo, nos tardó mucho para meter el segundo dedo, cada vez era más rápido… Podía sentir venirme, los metía y sacaba y justo cuando estaba por llegar al clímax, los saco… Estaba jadeando, de mi boca escurría saliva y mis ojos le imploraban más.
-este es tu castigo por haber llegado tarde- dijo divertido – deberías de ver tu cara de zorra, se nota que quieres más – paso sus dedos por mi boca, y automáticamente comencé a chuparlos, hasta dejarlos limpios.
-es hora de darle placer a tu amo- dijo mientras con una mano me guiaba a bajar las piernas y ponerme de rodillas frente a él.
Quedé completamente expuesta, a medio pasillo, en medio de sus piernas, no era tonta, sabía lo que quería… Y para ser sincera yo también lo quería.
-sin usar manos- demandó
Así que puse mis manos en la espalda y acerque mi rostro a su entre pierna, y con la boca tome el cierre del pantalón, con cuidado lo baje, mi torpeza no ayudo mucho… Cómo se suponía que lo sacará… Pero al parecer mi amo también lo quería rápido, así que se apresuró a sacar su pene del pantalón, quedé asombrada al ver su verga frente a mi, abrí mi boca y mi amo puso su verga en la entrada, dando pequeños golpecitos en la lengua, mi saliva escurría y pasaba por mis pechos, levanté la mirada para toparme con la vista lujurienta y morbosa de mi amo, quien con su otra mano, me empujó hasta su paquete y me hizo tragármela toda de un solo golpe… De arcadas por el impacto de sentir mi boca llena, entonces comencé a subir y bajar, lentamente, hasta acostumbrarme al tamaño, mi amo marcaba el ritmo, empujándome lento y otras veces más rápido, podía escuchar pequeños gemidos de su parte y eso me hacía querer hacerlo más rápido, con mi lengua lo enrollaba y cada que lo sacaba succionaba la cabeza, quería hacer que se viniera, y mi amo solo se seque a en su asiento, sentí su mano soltarse de mi cabeza y bajar hasta mis caderas, dónde agarro mi falta y la levanto por completo.
-levanta el culo perra- dijo con voz cortada y obedecí de inmediato.
A este punto me daba igual el lugar en el que estaba, mi vecino, no… Mi amo y señor me estaba dando el mejor de los placeres, su mano acariciaba mi culo, y cada que lograba chupaba la cabeza podía sentir como su mano apretaba mi culo, cada vez iba más y más rápido, hasta que entonces sentí como el autobús comenzó a descender la velocidad, en ese momento mi amo paso su mano por mi raja humedeciendo uno de sus dedos, y metiendo lo de un empuje a mi ano, aquella sensación me hizo tensar y apreté la boca para evitar gemir a gritos, al instante sentí algo llenar mi garganta, y la mano libre de mi amo paso a empujar su verga más al fondo de mi garganta, lo único que pude hacer fue levantar más el culo dándole la oportunidad de clavar más su verga en mi garganta y su dedo en mi culo.
Sentí mi garganta llenarse y lo único que pude hacer fue tragarme toda la leche que mi amo me había dado.
-llegamos- anuncio en chófer y de inmediato mi amo saco su dedo de mi culo. Me pare enseguida y después de que guardo su verga en el pantalón, nos dirigimos a la salida. Mi amo continuaba llevando una de sus manos en mi trasero
-no olvides darle las gracias al chofer- me dijo travieso,
-si amo- sonreí
Veo de reojo al chófer y puedo observar el gran bulto en su entre pierna, le miro el rostro y con una leve sonrisa le doy las gracias, y comienzo a bajar del bus
-oye nena- hablo el chófer – tienes leche en la cara- dijo con morbo.
Sin despegar la vista de él, pase mi lengua por mis labios, limpiando los de una forma seductora.
-no quiero desperdiciar el regalo de mi amo- respondí coqueta- gracias señor –
Me incorpore al lado de mi amo y este volvió a poner su mano en mi trasero, dando un ligero agarre que me hizo respingar
-coquetearle a otro frente a tu amo, es un grave error, espero estés lista para tu castigo.
-si mi señor- respondí, pero esta vez la sola palabra "castigo" me puso más caliente que nada
Continuará…
Gracias por leer mi relato, si les gusto dejen su comentaría, antes de irme me gustaría agradecer al usuario argos62 por ser de ayuda para la creación de este relato. Mi señor, espero le haya gustado, quiero que sepa que mientras lo redactaba el puro morbo me tenía chorreando que tuve que meterme algo en el coño para no sentirme vacía, además de que puse dos pinzas en mis pezones para que no se sintieran solos. Gracias por el placer que me ha otorgado, espero sus comentarios. Besos