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Exhibiendo (4 – Final)
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– quítate la ropa- ordenó mi amo

Suspiré hondo y sin esperar más, me despoje de las pocas prendas que me cubrían, quedando por completo desnuda.

– en cuatro- demandó – ahora! Y quiero que muevas tu culo hacia aquí.

Al instante apoye mi peso sobre mis manos y rodillas, lentamente gire mi cuerpo para darle la espalda, quedando expuesta a la vista de todos, mis tetas colgaban y rebotaban en cada movimiento, mis labios vaginales temblaban en la espera de algo, pero eso nunca llegó.

Sin más mi señor golpeó mi trasero, sentí el calor recorrer mi cuerpo, mis cachetes ardían, pero mi amo no dejaba de golpearlas, uno que otro quejido salía de mi boca, y por cada uno mi amo me daba otros dos golpes.

-" que guarra"

-" mira como tiembla"

– " está chorreando, ya quiero metérsela"

Podía escuchar de todo tipo de comentarios, y sin querer me excitaba cada vez más.

De un momento a otro mi amo dejo de nalguearme, comenzó a sobarme las nalgas y poco a poco se acercaba más a mi raja, y sin más metió dos dedos, los cuales entraban y salían de mi robándome quejidos acompañados de placer.

– el de ahí- a punto a una de las personas del bar – te permito sobarle las tetas a mí perra, si logras hacer que se corra solo con tocarlas, te la puedes coger- entonces sacó sus dedos de mi coño, dejando un sentimiento de vacío en la parte baja de mi cuerpo

El hombre de la multitud era un hombre de estatura media, un poco fornido. Sin que se lo dijeran don veces se subió al escenario y se coló por debajo de mi, quedando su cabeza frente a mis pechos colgados.

– mi señor no!!- suplique, pero el enojado respondió

– te callas perra, querías que te tocaran! Ahora te aguantas, no tienes derecho de quejarte.

Pequeños sollozos se salieron de mi boca cuando sentí la lengua de aquel tipo lamiendo mis pechos, los succionaba y mordía como si fuera un bebé, aquello no me producía ningún sentimiento de placer, me causaba asco, pero mi amo no pedía que el hombre se alejara, lo dejo hacer con mis tetas lo que quiso, las mordisqueó, jalo y pellizco, pero nada de eso me produjo placer. Al cabo de un rato, mi amo le hizo una seña al hombre para que se alejara, y aunque el hombre le costó aceptar, cuando vio que mi amo enseñó un arma, de inmediato se hizo a un lado.

Sentí los dedos de mi amo pasar de nuevo por mi raja, pero en lugar de introducirlos en mi coño se fue directo a mi culo, pero era imposible que entrarán, estaba muy tensa, era la primera vez que me tocaban el culo, sentí un fuerte golpe caer sobre mis nalgas, me sorprendió tanto que mis manos se debilitaron y deje caer mi cuerpo al suelo, mi señor de inmediato levanto nuevamente mi trasero.

– quédate así, y afloja el culo, si no quieres que te valla peor- nuevamente golpeó mis trasero y con un leve gemido respondí.

– si amo

Nuevamente presionó uno de sus dedos contra mi entrada y está vez entro después de un rato, la sensación era extraña, me sentía rara pero después de un rato pude sentir como mis fluidos bajaban por las piernas

– buena niña- soltó mi amo y entonces introdujo otro dedo, para después comenzar a estirar la entrada, aquella sensación me empezó a gustar, pero quería sentir más, mi mente imaginaba la sensación de tener mis dos agujeros llenos, sacando varios gemidos, y la sensación creció más cuando imaginé tener la boca ocupada también, habían muchos hombres ahí, más de uno si no es que todos querían cogérsela, que se sentiría tener los tres agujeros ocupados?

Un sonoro gemido acompañado de un sollozo y unas cuantas lágrimas salieron de mi cuando sentí el frío de un metal introducirse en mi culo, era grande y costaba acostumbrase, pero no hice por sacarlo, mi amo me había metido un plug de metal cola de zorras.

Aquella idea me tenía con mucho morbo, tanto que no quería sacarlo aun cuando dolía mi entrada, quería acostumbrarme por qué aquel morbo me gustaba. Pasaron unos pocos segundos para cuándo mi amo volvió a golpear mis cachetes colorados, robándome un gran gemido de perra en celo.

– así me gusta- dijo con satisfacción.

Subió al escenario y se colocó frente mío, una de sus manos acaricio mi cara y la levanto hasta que nuestras vistas se cruzaron, yo seguía ahí, en cuatro, con las tetas colgando y el culo ocupado, ¿Que más me haría?

De su traje saco un collar de perro, era de cuerda negro, sabía lo que haría apenas lo mire, e inmediato saque la lengua y comencé a jadear cuan perro emocionado por qué lo sacarán a pasear.

– que perra tan hermosa tengo- dijo pasando el collar por mi cuello, abrochándolo y dejando un cálido y fugas beso en mis labios.

Entonces se levantó y se puso a mi lado.

– vamos perra, necesitamos terminar con el show

Comenzó a caminar, yo lo seguía en el costado en cuatro, el caminar con el plug en el ano era raro, sentía asco y a la vez placer, cada que movía el culo se me salía un pequeño gemido, mientras que mis fluidos iban dejando un rastro por todo el escenario.

Paseamos por el escenario como si fuera pasarela, nos deteníamos en ocasiones frente a algún hombre y mi amo ordenaba saludarlo, al instante me acercaba a la persona y le pasaba la lengua desde el cuello hasta los labios dejando un rastro de saliva, alejándome dando pequeños jadeos. Sin duda era una perra en celo, cuando dimos la vuelta, nos quedamos parados justo en el centro del escenario, y mi amo le pidió a alguien que subiera con nosotros, tenía curiosidad por saber quién era, pero mi amo me ordenó a esperar ahí en cuatro, con los ojos cerrados.

Paso un rato para cuando pude sentir a alguien acercándose a mi cara, comencé a sentir una aroma fuerte acompañado de un aroma familia, sin abrir los ojos, abrí mi boca tanto como pude y comencé a chupar aquel miembro, era grande y grueso, estaba delicioso, escuche pequeños gemidos y comencé a ir más rápido, dando varias pausas en la cabeza, succionado el presemen que salía de él, bajaba hasta sus bolas y después volvía a la cabeza dando pequeños besos por todo la verga, sentí unas manos tomar mis nalgas para después sin previo aviso meter su verga en mi entrada, aquello me hizo arquear la espalda tanto como pude, soltando un pequeño quejido, era virgen, y aunque estaba acostumbrada a masturbarme, nada se compraba con aquello, pequeños quejidos se Salieron de mis labios cada que salía y entraba, y conforme aumentaba el ritmo, mis gemidos iban aumentando.

– abre los ojos perra- dijo mi amo

Fue entonces que mire a mi penetrador, mi amo fue el primer hombre en tomarme, me miraba con satisfacción, después regrese la miraba y me sorprendió al ver al hombre al que antes le había bailado sensualmente justo ahí con su gran verga en mi cara, en ese momento mi amo comenzó a penetrarme de una forma más ruda, el hombre agarro mi cabeza y la dirigió a su verga, pidiéndome que siguiera en lo mío, trate de chupar su verga pero mis gemidos me impedían seguir trabajando, el hombre mantenía sus manos en mi cabeza y cada vez que sentía que quería sacar su verga para poder gemir como yo quería, me obligaba a contenerlo y seguir mamando su pene, así continúe por vario minutos, entonces los hombres comenzaron a rodearnos, se subieron al escenario y se masturban descaradamente apuntando sus penes hacia mi, mi amo me embestía fuerte y en cada entrada podía sentir el plug enterrarse más, mientras que el hombre al que le mamaba la verga me obligaba a ir más al fondo, podía sentir como se ponían tensos, sabía que pronto terminarían, y yo tampoco duraría mucho, fue cuestión de segundo, un momento que quedó guardado en mi memoria.

En una embestida fuerte mi amo tomo la cola de zorro y la jalo sacando el plug de mi ano, dejando consigo una sensación eléctrica que me recorrió por completo, mi cuerpo solo reacciono soltando desde mi raja un estupendo orgasmos que me tenía temblando, al tiempo que mi boca, cuerpo y mi coño se rellenaban del semen de todos los hombres que estaban presentes, estaba bañada en leche fresca.

Deje caer mi cuerpo en aquel escenario cansada por el esfuerzo, en mi rostro se pintó una linda sonrisa de satisfacción mientras que observaba como todos se miraban complacidos por el show, encontré la mirada de mi amo, viéndome satisfecho y orgulloso de mi.

– gracias amo – dije cansada para después sentir como toda mi energía se apagaba quedando inconsciente en ese escenario.

Cuando desperté, aún está desnuda, pero limpia, mi cuerpo entero dolía, y el solo recuerdo me calentaba.

Al cabo de unos instantes entro mi amo al cierto y con una gran sonrisa aventó un par de tarjetas a la cama.

– tus admiradores quieren verte

Junte las tarjetas, y las observé una por una, la mayoría eran empresarios, solo una era de un doctor de ciencias sociales.

– ja… Esa es la tarjeta del hombre al que se la mamaste.

Junte las tarjetas y las hice a un lado me acerque a mi amo con esfuerzo y me puse de rodillas frente a él.

– veo que te gustó la experiencia

– me encantó mi señor, solo que hubo un detalle

Me miró con confusión.

– mi culo se quedó seco- solté una risa inocente y acerque mi cara a su entrepierna

– sin duda eres una puta zorra…

Fin

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