Cada vez que cogíamos me lo pedias, “se me antoja mucho” (decías), cuando más prendidos estábamos, besándonos, chupándonos y frotándonos, siempre me lo pedias.
Cuando cogíamos comenzabas por tocándome el ano, chupabas tus dedos y comenzabas a tocarlo en círculos, con mucha saliva, sabias cuando; cuando estaba más caliente para no detenerte, ya que lo sentías más palpitante, iniciabas metiendo el dedo, poco a poco…
En esa ocasión yo estaba sobre de ti, azotándome y frotando mi pucha para lograr mi orgasmo, cuando te sentí dentro con tu dedo, logré venirme, fue una nueva sensación; me encantó, aunque fue mi primera vez, pude gozarlo y trataba de imaginar que era tener toda la verga dentro, después tu terminaste y sentí como escurríamos de nuestra leche combinada, después de recuperarnos me hiciste la propuesta… “déjame cogerte por el culito”… ¡Yo temía el dolor ya que con tu dedo sentí mucho placer, pero el pensar que tienes una verga enorme y ancha! Te dije que para la siguiente tal vez lo haríamos…
Después en nuestro siguiente encuentro llevaste un lubricante y un dildo (de pilas), comenzaste a besarme como desesperado, ¡te sentí tan ardiente! Ya estabas más que listo… Yo llevaba un falda, la levantaste y encendiste el dildo, comenzaste a frotármelo en la pucha con mucho lubricante, de esos que tienden a calentar más el clítoris, estábamos en la recamara, tratamos de no hacer ruido porque era de día y se escuchaba un poco los sonidos hacia el departamento de al lado.
Yo me sentí mucho muy caliente con esa vibración del dildo y después, ya que me sentiste lubricada me dejaste ir toda tu vergota en mi vagina… Mis ojos se perdieron con tan deliciosa metidota, comencé a moverme como nos gusta sin dejar de azotarme ya super lubricada, besabas mi cuello e iniciaste a dedearme el culo, en ese momento solo quería tener la sensación anterior, ya que tenía más dilatado el culo te dije: “mételo, mételo” me metiste un dedo y luego dos, después…
Llenaste el dildo de lubricante y lo fuiste metiendo poco a poco, fuiste gentil por ser la primera vez… ¡Uff, es una sensación, tan deliciosa! Tener las paredes vibrando palpitando, ¡la pucha toda hinchada!, comencé a frotar mi clítoris, casi pude sentir un orgasmo, pero sacaste el dildo y ahora sí…
¡Llenaste de lubricante toda la cabeza de tu verga! ¡Ay papito! Comenzaste a meter la cabeza, pude sentir como se abría más el culo, sentí un poco de miedo, pero mi calentura era más grande, quería que me la metieras toda, trate de no moverme, para que hicieras tu trabajo, pude sentir tus gemidos de placer, fuiste tan delicado al meterlo, ¡ayy! “me duele un poco amor; hazlo lento”.
Una vez que la pude sentir toda dentro, sentí como el dolor se combinaba con placer y comencé a moverme como puta, ¡”me encanta tenerte en mi culo! ¡¡Me vueles loca!! ¡Seguiste metiéndolo y sacándolo varias veces! Es inexplicable esa sensación de ardor, dolor y placer, sentí como no podía soportar el dolor, ¡pero no quería que me lo sacaras! ¡Por dios! ¡¡Es tan delicioso!!
Te pedía más y más, froté mi clítoris rápidamente en círculos, ¡¡metí mis dedos en mi vagina!! Uff y logre tener un orgasmo maravilloso y seguiste tú! Wow! ¡La leche comenzó a escurrir por todos lados! ¡Estábamos tan mojados y extasiados! Terminados casi desmayados, sin aliento, muriendo de placer juntos… ¡Mi amor me encantas! ¡¡Gracias por tanto!!
Completamente tuya.