Todo comenzó por llegar tarde, no planeamos vernos ni siquiera acabar en su cuarto, tenía 18 años, él era mi mejor amigo, pero que podía pasar, me lo encontré de casualidad en la escuela, yo tenía que salir con un amigo, pero llegué tarde y no lo encontré, mi mejor amigo y yo acordamos que si no entraba a mi amigo me iría con él, al no encontrarlo mi mejor amigo sugirió que fuéramos a su casa, honestamente siempre quise ir a su casa así que no me negué, estando ahí todo era normal, hasta que llegó ese tonto juego que se convirtió en el principio del fin.
Tenía un tablero de dardos en su cuarto, ese día descubrí lo mala que era en ese juego, empezamos a jugar y el que perdiera tenía que hacer un reto, todos las veces perdí yo, pero sus retos eran tontos y no los quería hacer, hasta que sugirió que me quitara la blusa, yo solo pude pensar es mi mejor amigo no va a pasar nada pues que tan equivocada estaba, antes de seguir debo aclarar que en algún momento de nuestra amistad llegó a gustarme, pero lo prefería como amigo que como novio y nunca pasó nada, hasta este día.
El reto ya estaba dicho sería capaz de hacerlo, era una buena idea, me acosté en la cama toda apenada tome una cobija que estaba puesta sobre la cama me tape la cara y procedí a quitarme la blusa, él se puso encima de mi y muy lentamente quitó la cobija primero de mi rostro, cuando quede completamente al descubierto, yo con los ojos cerrados, me dijo al oído te puedo quitar el sostén, abrí mis ojos rápidamente lo vi enfrente de mí, nunca habíamos estado tan cerca, a pesar de que siempre fue muy cariñosos conmigo, solo pude asentir con la cabeza, como pudo desabrocho mi sostén.
Ahí estaba recostada semidesnuda en la cama de mi mejor amigo, en su casa, con la puerta cerrada y solo los dos en el apartamento, aún en este punto creía que no pasaría nada. Me observo por unos segundos al verlo me apene y cerré los ojos otra vez, él acercó su mano a mi cara me tomó de la barbilla y me pidió que abriera los ojos y me dijo – Sé que no te atreverás a hacerlo- y me beso, fue un beso extendido y apasionado, al principio me tomó por sorpresa, si a lo había imaginado tantas veces pero nunca creí que fuera a hacerse realidad, ante la sorpresa lo único que pude hacer fue responderle de la misma manera, pasaron unos minutos, cuando reaccionamos, que acaba de pasar.
Me miró nuevamente se distrajo en mis pechos para posteriormente verme a los ojos, desconcertado me dijo que haríamos como si esto nunca hubiera pasado, no supe qué responder, solo me quede callada y asentí con la cabeza.
Después de la aclaración los besos siguieron, cada vez eran más largos, nuestras lenguas parecían entenderse muy bien como si fuera algo que deseábamos desde hace mucho tiempo y ya para este momento nuestras manos entraron en acción, él tocaba suavemente mis pechos, mientras yo alborota su cabello. Él empezó a bajar su mano pasó por mi abdomen, cuando llegó a mi vientre, me sobresalté y lo detuve en el acto.
Para ese momento aún no estaba preparada para lo que continuaría, pero eso lo dejaré para otro momento.