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Esposada
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Amigos lectores y amigas lectoras, hoy voy a confesarles algo.

Siempre he pensado que las fantasías superan a la realidad, pero con creces, de hecho, algunas de mis mejores momentos han sido fantaseando situaciones morbosas de sexo, quizás será porque en las fantasías todo se da como uno quiere.

Una de mis mejores fantasías, espero que algún día la lleve a cabo, tiene que ver con ponerle unas esposas a una lectora que, por diferentes motivos no puede decir nada.

Os cuento:

En primer lugar, y antes de que llegase la mujer elegida, pondría toda la casa en penumbras sólo iluminada por velas, con el fin de dar un ambiente de misterio y romanticismo, y en el salón haría un círculo en el suelo con las velas .A la mujer le diría que viniese a mi casa sólo con una gabardina y debajo de ella un camisón trasparente sin ropa interior, de tal forma que cuando entrase por la puerta y sin que dijera ni una sola palabra le quitaría la gabardina y en ese mismo instante le pondría unas esposas de tal manera que las manos quedaran a su espalda y una venda en los ojos

La llevaría cogida por el brazo e iríamos a la ducha, todo esto en absoluto silencio, y una vez en la ducha le mojaría todo el camisón con el fin de que se le transparentarán sus duros pezones y sus pechos y se quedarán pegados a la prenda, al igual que su culo. No la secaría, y la llevaría mojada luciendo sus encantos a través del camisón mojado hasta el círculo de velas en el salón.

Una vez allí, le diría las primeras palabras, "ponte de rodillas, que tu culo se siente sobre tus pies y ten la cabeza agachada”, allí la dejaría para que se secara al calor de las velas viendo como poco a poco su camisón se iba desprendiendo de su cuerpo, sus pezones, sus pechos, sus piernas… Sería en ese momento, cuando llegando por detrás, con mucha delicadeza, le empezaría a acariciar y pellizcar sus pezones a medida que mi lengua recorre su cuello, para a continuación quitarle la venda de los ojos, pero no las esposas y haciéndole apoyar la cabeza en el suelo, haciendo descender con suavidad con mi lengua por el camino que marca su columna vertebral hasta sus nalgas, donde me quedaría jugando un buen rato, besándolo, lamiéndolo y dando algún que otro azote.

Entonces, con mis dedos tocando su clítoris y mi lengua saboreando sus nalgas, jugaría con la punta de mi miembro en su sexo, llegando a entrar de un solo golpe, intentando que de ella saliese un grito de dolor y de satisfacción que le provocará un primer orgasmo, para volver a sacársela de su húmedo sexo, inmediatamente y acto seguido volver hacer lo mismo, pero ahora dándole continúas sacudidas cada vez más fuertes sacando todos los gritos de placer y de dolor que le saliesen de su cuerpo.

Ya con nuestros cuerpos sudoroso y manteniéndola con las esposas, la pondría encima de mí, para que cabalgase al ritmo que le marcase con los azotes que con las palmas de mis manos le iría dando en sus duras y preciosas nalgas, dejando que se curvara hacia atrás para poder saborear los erectos pezones. Y así estaría, hasta que notase como iba a reventar, colocándola en la base de su barbilla para que todo mi semen salpicara su cara y cayera por ella como regalo por el placer que me había dado.

Qué bonito y qué placentero es soñar… o no.

Un saludo y gracias por leerme, espero algún comentario y valoración.

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