Soy Nicolás, tengo 36 años y vivo en un apartamento en un tercer y último piso junto a mi novia Sofía.
Frente a nuestro edificio, a unos pocos metros hay otro edificio igual al nuestro; frente a mi ventana coincide que hay viviendo desde hace unos meses una pareja de mi misma edad más o menos con una niña pequeña que son los protagonistas de esta historia.
Él, un muchacho no muy alto de físico normal, algo delgado, morocho y ella de aproximadamente 1,70 m un poquito gordita sobre todo de caderas, aunque yo la veo muy atractiva. Sin dudas la mejor parte de ella son los pechos que tiene, son grandes, firmes y rozagantes, desde que la vi por primera vez con una musculosa ajustada me atrajo mucho.
Hace algún tiempo mientras yo estaba cerca de la ventana de mi cuarto la vi a ella en el living de su casa parada frente a la televisión y me dio curiosidad de espiarla un poquito para verla mejor, ya que había buena luz dentro de su casa y yo tenía una buena visión.
Al cabo de unos minutos yo seguía espiándola desde mi ventana y ella sin dejar de ver la televisión se quitó un sweater color salmón que llevaba para después también quitarse la remera blanca que llevaba debajo y por último el sujetador y ahí conocí esos hermosos pechos que quedaron al aire mientras ella seguía parada viendo la televisión y yo no podía creer lo que veía.
Mi vecina que hacia un momento la había cruzado cuando yo llegaba a mi casa, ella con su niña y su bolsa de supermercado. Era todo una madre y ama de casa muy correcta; ahora la veía con sus tetas al aire a pocos metros míos.
Ese morbo me excitaba bastante. Esa escena duró unos minutos y se volvió a vestir, desde ese momento he estado pendiente al menos cuando estoy solo en casa de sus movimientos para ver si la pillo otra vez. Debo reconocer que alguna otra vez la he visto desnuda antes de ducharse, pero por la poca luz que había no me ha dejado ver demasiado.
Anoche, lunes 20 h aproximadamente yo estaba sentado viendo mi PC y solo en casa porque Sofía (mi novia) había salido a correr un poco por la rambla de la ciudad donde vivimos.
De pronto cuando veo hacia la ventana de mi vecina veo a su novio en la cocina y ella a su lado charlando con una camiseta muy justa que dejaba ver su escote claramente a pesar de la distancia que nos separa. La imagen me atrajo y noté que esa camiseta es de las que se usan debajo de una blusa, camisa etc. Por lo que sospeché que quizás se estaba por ir a duchar.
Me coloqué en mi habitación, apague las luces y abrí muy poquito la persiana que me permitiera tener una buena visión y a su vez que ellos no me vieran a mí.
A los pocos minutos, el novio se va de escena y aparece ella totalmente desnuda, como nunca la había visto. Me refiero a que ni siquiera una tanga; como dios la trajo al mundo deambulaba de aquí para allá por la casa como si nada. Obviamente me excité muchísimo por ver sus hermosas tetas que ya había visto, pero nunca tan claramente y además estaba conociendo su conchita y sus pocos vellos que aparecían. Su culo si bien no es lo mejor que tiene vale la pena apreciarlo, ya que es grande como me gustan y está en su lugar.
Ahí mismo desprendí mis pantalones, comencé a masturbarme y seguí espiando, ella se sentó frente a la TV y aunque yo no podía ver que había en la TV imagino que una película, novela o algo así. Su novio se acercó le tocó las tetas y comenzó a hacerle masajes en la espalda, ella mientras disfrutaba de los masajes se tocaba las tetas y por momentos bajaba su mano a su pequeña conchita. Yo a esa altura ya no podía más de la calentura y rogaba que mi novia no volviera aún y me permitiera seguir viendo el espectáculo que se ponía cada vez mejor.
Luego de unos minutos de masajes ella giró, y con un rostro que mostraba placer y calentura le desabrochó el pantalón a su novio y dejo caer un pene de normal tamaño que llevo a la boca sin rodeos mientras yo miraba muy atento. Al instante ella estaba comiéndole la verga a su novio frenéticamente al mismo ritmo que yo me masturbaba.
Ese ritmo frenético siguió hasta que de pronto ella llenó su boca de semen y dejo caer un poco sobre sus hermosas tetas al mismo tiempo que yo explotaba derramando semen en mis manos.
Mi vecina se acercó a la ventana de la cocina, o sea que se acercó más a mí y pude ver sus perfectas tetas con restos de semen sobre sus rosados pezones; imagen que no creo pueda borrar de mi cabeza al menos que esta historia se repita y yo esté ahí para apreciarla.