Hola todos, quisiera compartir con ustedes algo que ha estado sucediendo recién estos días. Para explicarme mejor necesito darles un poco en contexto, trataré de ser breve.
Me llamo Donni, tengo 28 años. Vivo en una casa de dos pisos. Mi habitación está en el piso de arriba. El acceso al segundo piso está por el patio trasero de la casa que lleva a la terraza y desde allí se accede a las habitaciones. Allí hay una habitación que utilizo como sala de estudio, esta tiene una ventana que da hacía el patio (la parte trasera de mi casa).
Mí patio colinda con el patio trasero de la familia Orellana, es una familia comprendida por una señora de setenta y tantos años que vive junto con 3 hijas, 3 nietas y 1 bisnieta. Su casa es de dos pisos con un par de ventanas que dan hacía mi patio.
Al lado de mi casa vive la familia González, una viuda de cuarenta y tantos años con una hija de veintidós, su casa es solo de un piso y tiene un pequeño patio sin techo casi en el centro de su casa. Al otro lado de mi casa vive una de mis tías, pero ella no viene al caso en este momento. Ahora sí vamos al asunto.
Dos meses atrás:
Todo empezó una noche alrededor de la 1:30 am. Para esta hora todas las personas del barrio están durmiendo, el silencio reina en las calles y las únicas luces que iluminan suavemente mi terraza son las luces del alumbrado público. Esa noche me desperté con tremendas ganas de ir al baño, el cual está en la planta baja, así que salí y justo cuando estaba por bajar por las escaleras, vi encendidas las luces del patio de la señora González. (Que vive al lado)
Por curiosidad me asomé a mirar por la orilla de la terraza, pero no vi nada más que su patio. Fui al baño, lavé mis manos y cuando subí, volvía a mirar antes de entrar a mi habitación. La señora González estaba inclinada sobre lavadero, lavando un trapo, llevaba puesto un babydoll que trasparentaba la ropa interior tipo bikini que llevaba y la silueta de su gigantesco trasero. Para que se den una idea, la señora González es aproximadamente 1.65 m de altura, sus pechos son medianamente grandes, no tiene una figura de modelo y aunque ya tiene un par de años encima, ostenta de un gigantesco, excitante y bien formado trasero. Es ese tipo de señoras que les queda perfecta la definición de madura buenota o gordi-buena.
Me sorprendió la suerte que tuve de ver semejante espectáculo. Su trasero temblaba con cada movimiento que hacía al lavar, mientras el delgado y casi transparente babydoll se introducía levemente entre sus nalgas. Mi verga no tardó en ponerse dura y silenciosamente me quedé un momento disfrutando del trasero de la señora González. Luego de un rato, ella entró a su casa apagando las luces por completo y yo regresé a mi cama a darme la respectiva manoseada con aquellas imágenes.
Este suceso se repitió un par de noches más, esta ocasión, yo me había quedado hasta tarde trabajando en el estudio alrededor de la medianoche. Antes de acostarme, me invadió la curiosidad y decidí fisgonear el patio de la señora González. Para mi fortuna, esta ocasión la encontré acalorada, lo único que llevaba puesto eran unos shorts que resaltaba su trasero firme y con los pechos al aire. Ese par de tetas están deliciosas, sus delicados y respingados pezones provocaron mi deseo por cogérmela.
Cabe destacar que no es fácil husmearla. El riesgo de ser visto desde la casa de las Orellana en cualquier momento, es muy grande. Sin embargo resultó interesante y ahora les explico la razón.
Este jueguito de husmear a mi vecina aunque no todas las noches, duró varias semanas. En ocasiones lograba ver algo tan sensual como lo que les he narrado y otras veces nada.
De repente una noche, cuando me disponía a husmear a mi vecina, me percaté que una luz dentro de la casa de las Orellana estaba encendida. Me pareció muy extraño, a esa hora de la noche siempre suelen estar dormidas y su casa totalmente a oscuras. Decidí posponer mi objetivo por temor a ser visto por alguien y me fui a dormir.
La noche siguiente, pasó lo mismo. Parecía como si repentinamente les había surgido el hábito de dejar una luz encendida dentro de su casa toda la noche y esta vez pude distinguir una silueta detrás de una de las ventanas. Esto me preocupó, ya que comencé a pensar que a lo mejor, alguna de las Orellana me hubiera pillado y ahora me estuviesen vigilando.
Al principio sentí temor, pero luego me relajé y decidí jugarle una broma a cualquiera de las Orellana que me estuviese husmeando. Cabe destacar que las hijas de la señora Orellana tienen entre 35 y 40 años y sus nietas alrededor de sus 18 y 20 (hagan sus cálculos si desean). Todas son lindas y tienen su atractivo.
Esa noche me quedé viendo películas hasta la madrugada. Alrededor de la 1:00 am, como era costumbre, decidí apagar todas las luces e ir a husmear a la señora Gonzáles, pero esta vez sería distinto. Esta vez decidí sacarme por completo la ropa y así, completamente desnudo, con una firme y potente erección de 19 cm decidí salir a mi terraza. Me sentí libre a la vez que excitado y nervioso, me excitaba el hecho de estar husmeando a mi vecina estando desnudo mientras, posiblemente, alguna de las chicas de la familia Orellana veía mi erección iluminada por las luces de la calle. Debo agregar que esto, fácilmente imprimía en la pared de la terraza mi silueta y la sombra de mi pene en medio de la noche.
Husmeé a la señora Gonzáles por unos momentos mientras me masturbaba al aire libre de mi terraza. La luz en la casa de las Orellana seguía encendida, me pareció escuchar algunos pasos en el patio de la señora Orellana, me excitaba el hecho de pensar que alguna de las mujeres estuviese espiándome. Los nervios y la emoción elevaron mi excitación, el glande de mi verga brillaba con la luz de la calle y después de un rato, una enorme eyaculación explotó de mi pene hinchado. Me levanté, bajé a lavarme y luego regresé a mi habitación para descansar cómodamente.
Actualmente:
Desde esa noche, suelo repetir el acto de vez en cuando. En la casa de la señora Orellana siguen dejando las luces encendidas por la noche, ocasionalmente suelo escuchar pasos y movimiento en el patio de la señora Orellana, como si alguien tratase de advertir que está allí, quizá con la intención de intimidarme…
O quizá avisándome, que se encuentra lista para otro espectáculo.
Hace una semana comenzaron a hacer una remodelación en la casa de la señora Orellana. Pude ver y escuchar una de las nietas llamada Karla (19 años aproximadamente) darles indicaciones a los constructores los cuales, en estos últimos días, han estado haciendo una pequeña ventana que queda en dirección directa a mi habitación.
Sospecho que es Karla quien me ha estado espiando. Y… ¿esa ventana? ¿Por qué en esa dirección? Y ¿Por qué hasta ahora?
Sospecho que esta zorrita quiere ver un poco más… y bueno, si lo que quiere es ver verga no se lo voy a negar. Quien sabe, quizá algún día termine follándola. Sería sencillo, a fin de cuentas solo basta con saltarme el muro que separa su patio del mío.
Si algún día sucede, se los contaré de inmediato.
Espero os haya gustado, si es así, déjamelo saber en la caja de comentarios.