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Espiando a mi amiga Otaku (01 y 02)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

01 Nerdi u Otaku

Nunca decidí si llamarla Yisela o simplemente Ysela a secas. Hasta ahora su nombre me evoca ingenuidad y una sensualidad que solo pueden causar las chicas "nerdies" o "otakus" veinteañeras.

Aquélla tarde de Verano Limeño en el taller habia sido un dia de trabajo caluroso y agotador. Yo tenía el turno de supervisar a Ysela en sus labores de envasado. Nuestros compañeros ya habian culminado y nos esperaban en una cafeteria para salie de paseo.

Ya era mediodia, el taller quedó vacio y como supervisor, noté que aún faltaban algunas unidades de productos para embalar, Ysela cada vez lo hacia mas lento ya se notaba fatigada pese a que no expresaba palabra alguna.

-Yse! te noto agotada-

Con su particular desanimo me contesto:

– Acalorada y agotada Fernando, necesito una ducha larga y fresca!-

En esas jornadas las chicas de taller usaban ropa sencilla y fresca para el trabajo, a menudo camisetas de tela delgada o de segundo uso desgastadas.

Sobre ella se colocaban un mandil sanitario y otros implementos de trabajo. Usaban botas altas antihumedad por lo que siempre calzaban pantalones de tela simple, delgada como leggins de tela stretch o mezclilla delgada bien pegada al cuerpo para mayor comodidad y frescura.

Ysela era una chica delgada, de algo más de 1.50 un poco introvertida, de pocas palabras, pero de buen humor y temperamento "kawai".

Su piel pálida y su sencilla figura parecía pasar desapercibida para la mayoria de chicos, que prefieren chicas altas de caderas anchas o de bubis notables.

Evidentemente Ysela no era voluptuosa pero algo me decía que bajo esas prendas o despojada de ellas había un tesorito que apreciar.

02 Compensando "horas extra"

Ysela ya era la última en quedarse, aun no acababa su parte y hacia horas extra. Revisé la lista de empaque y le dije:

-Creo que has avanzado bastante, ya puedes culminar tu turno, cuanto te falta?

-Ay!! Fernando todavia de este unas 200 cajitas!!

Le dije: Bueno si estas de acuerdo en irte ahora, yo me quedo terminando estas 200 y cierro el taller pero me lo compensas en otros turnos apoyandome hasta acabar.

Al oir eso, levantó su ojos claros algo rasgados, asintió con un:

– yes, claro! cerrado! De acuerdo Fernando, lo compensare cuando pidas y como pidas, ahora me iré a duchar! –

Se acomodó las gafas y me dió un caricaturesco beso en la mejilla levantando una pierna. Ni era para menos con mi ayuda se sacaba de encima 50 minutos.

Contenta pero silenciosa, se puso de pié, tomo sus cosas y se fué rumbo a la zona de los vestidores. Mientras caminaba los 30 metros que separaban el taller de las oficinas y vestidores no pude evitar quedarme observando como se alejaban a paso firme sus delgadas piernas.

Llevaba un leggin sencillo pero que contorneaba bien sus muslos delgados y firmes. La seguí con la mirada, memorizando el meneae pausado de sus caderas que eran estrechas pero altas. Sus nalgas eran pequeñas, pero con suficiente volumen para dar un vaiven de subir y bajar al caminar.

Solo en esas prenda podia ver sus sobrios gluteos menearse, fijando la mirada no notaba ninguna marca de sus calzones, asi empezé a fantasear que esta "nerdie" de anteojos quizas no acostumbraba usar boxer, ni cacheteros sino alguna tanga o algun boxer muy suelto.

No pasaron ni dos minutos hasta que noté que la lista de empaque no decia 200 sino 20. Solo 20 unidades, las cuales ya tenia avanzadas. Al fin!! Ysela estaba tan distraida que no notó que ya tenía todo concluido.

Deje todo listo en unos segundos y me fuí a mi oficina recordando la silueta de Ysela, cada uno de sus atributoa sobrios pero muy exitantes. Al llegar pensé cruzarmela pero ella ya estaba en los vestidores para darse una ducha. Se distinguia que habia puesto algo de musica en su teléfono movil, el sonido prevenía de algun pequeño rincon de mi oficina.

El taller era un edificio antiguo y había tenido muchas modificaciones. Seguí la musica con atención y con sopresa noté que provenia del closet viejo empotrado de mi propia oficina. Lleno de curiosidad abrí las puertas, entre cajas y divisiones tenia una serie de rendijas bajas que apuntaban hacia los vestidores y otras mas altas para ventilacion que daban hacia las tres duchas en serie.

Vaya sorpresa con ese closet viejo y totalmente oscuro!!!

Rápido pero con cuidado cerré la puerta de mi oficina, no habia nadie, si Ysela regresaba al taller pensaria que ya me fui. Apagué las luces y cerré las persianas sin hacer ruido. Abrí el closet y me acomodé para ver que había del otro lado.

Sumido en la sombra pasaron por mi cabeza decenas de formas de sacarle provecho a esa rendija, de inmediato nada importó, no habia mejor modo de verificarlo que con mi "nerdie" Ysela a punto de desnudarse del otro lado.

Continúa…

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