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Es bueno estar con una mujer mayor (2)
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Se repite la historia con mi hermosa compañera de trabajo.

Después de unos 4 meses de nada pasar aunque las ganas si estaban pues mi compañera era algo reservada por su familia, pero de que era una perra en la cama de eso no había dudas.

Nada había pasado durante esos 4 meses aunque si hubo un mejor flujo de comunicación, nunca hablábamos de lo que pasó, pero se hablaba un poco más, no había pasado nada sexual hasta ese día. Vamos bajando el ascensor eras cuatro personas y se quedan dos automáticamente se cerraron las puertas me abrazó y me besó, no dudé y correspondí, me dijo:

Ella: quiero que salgamos hacer algo esta tarde me acompañas

Yo: pues claro.

Así de rápido, ya ella sabía que me traía loco y como no estarlo con una rubia un tanto alta, de ojos café y mirada sexy y penetrante y un cabello negro y largo bien natural.

Salimos en la tarde, la espero afuera con el pretexto de un aventó para no levantar sospechas, me monto, nos vamos, durante unos 5 minutos de carretera ella toma la primera esquina, dobla a la derecha y pufff un hotel.

Yo algo sorprendido aunque ya esperaba en el fondo que algo sucediera, nos miramos y nos reímos morbosamente. Entramos nos relajamos y directamente ella rompe el hielo diciendo:

Ella: cierra los ojos, te tengo una sorpresa

Yo: ok está bien -me acomodo y se mete al baño a los minutos la escucho decir abre los ojos.

Abro los ojos y traía una copa, una botella de vino, y una lencería espectacular, siempre he sido amante a la lencería de encaje y fue como si me leyera la mente tenía unos pantis negros hermosos haciendo juego con su cabello y que le hacían notar esas nalgas al 100 y un bra un tanto deportivo por la comodidad pero haciendo una combinación única.

La miré a los ojos me tome la coma y fue directo no aguanté tanta maldad y de una la tiré en la cama la comencé a besar y me besaba igual con pasión y me arañaba la espalda.

Ella: quiero que me des bien rico, lo necesito, necesito que me des lo que no encuentro en mi cama matrimonial, ya lo hiciste una vez y me encantó

Yo: te daré como te gusta y te daré como necesitas, eres una perra y eso me encanta

Ella: pues si soy tu perra úsame como tal y sin restricciones

Estas palabras ya se imaginan como me pusieron, la pongo en 4 en la cama y con delicadeza muevo un poco el pantis y me meto debajo a comenzar a mamarle toda la vagina, un aroma único, una esencia deliciosa y su humedad era dulce completamente.

Ella: ahh, siii, decía ella desesperada, que rico y tu lengua está deliciosa

Yo solo sigo pegado a ella sin querer despegarme eso estaba rico y dulce.

Ella procedió a voltear y hacer un 69 aún más rico todavía porque tenía a mejor disposición toda su parte trasera, sentía su clítoris completamente empalmado y duro, no fue mucho lo que duró para venirse y eso me encantó, pero yo seguía y ella pegada a mi pene con si fuera una paleta se lo tragaba completo y lo dejaba lleno de baba algo excitante mientras soltaba gemidos leves por ya haberse venido y yo seguir jugueteando con ella y con su culo.

Lo que sí me sorprendió fue su nivel de excitación.

Ella: no aguanto más quiero que me des duro y quiero hagas algo por mi

Yo: sin problema alguno mi amor que deseas

Ella: quiero que me des por atrás

Pues es obvio que no lo dudé, pues también me le pegue a darle tremenda mamada a ese culo hermoso y blanco mientras que mis dedos estaban en su vagina hasta que me dio la última mamada y me dijo:

Ella: quiero que lo entres, entralo (me suplicaba)

Entró lentamente y para mi sorpresa me parece que ya tenía experiencia, mordió las sabanas y no precisamente por dolor, se movía suavemente hasta tomar ritmo y gritaba y pedía más.

Ella: dame más papi, más duro, así de rico

Yo: eres mía perra -y aumentaba el movimiento, era más consistente y más profundo, nunca cambiamos la posición siempre fue en 4, pero fue deliciosa.

Se subía hasta mi y me besaba y pedía más y más tocaba su vagina y era como si lo estuviera metiendo por ella, estaba húmeda en cantidad, y pues procedí hacer lo mejor se mi.

Ella: hay no sabes cuánto me gusta, maldito dame mi leche, soy tu perra, soy tuya, quiero que me des todos los días.

Yo: te daré cuantas veces quieres y te llenaré ese culazo de leche, me encanta tu culo maldita mientras tomada su cabello y jalaba con fuerza ya a punto de venirme.

Se agachó como toda una experta y dejó ese culo a la mi intemperie y vista mientras se lo comía, intente salir, pero me tenía enclavado y me dijo con una voz fina, delirante y suave:

Ella: ay que rico lo haces, me gustas ya me he venido 3 veces por favor quiero sentirla dentro bien adentro.

No tardé mucho en hacerlo aumente el movimiento, las embestidas me hice dueño total de esas nalgas y ese oyó y ahí rico y con dureza solté mi leche dentro de ella y pudo sentirlo, ella algo temblorosa.

Ella: haaa, que rico sentir ese calor, que rico nos venimos juntos.

Se dio la vuelta sin sacarlo ni un centímetro, me beso nos recostamos. Y así se dio ese momento tan maravilloso para mí vida.

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