La historia sucedió hace diez años. Cuando por fin me decidí a través de una página de internet a publicar mi búsqueda de un hombre complaciente. Aclaro que no siento ninguna atracción hacia otro hombre, pero siempre he disfrutado y sentido rico al tocarme las nalgas, toda la raja y masajearme el culo. No se diga meterme un dedo o algún objeto.
Pues así pasé muchos años, hasta que después de poner ese anuncio y estar batallando para coincidir con alguien, sentí que había encontrado al indicado. Nos pusimos de acuerdo para vernos en una plaza comercial y de acordaríamos el lugar para el encuentro. Este muchacho provenía de Guadalajara, su nombre Pedro de 35 de edad en ese tiempo yo de 39 para ser exactos. Su complexión delgada y estatura como 1.7 m.
Habíamos quedado que yo llevaría algunos atuendos para darle un toque femenino a la ocasión, aparte que al verme y sentir una tanga me excitaba aún más. Pues llegamos al motel, primero me duché, él ya iba listo. Me puse mi ropita y una minifalda roja de papel crepé. Él por su parte llevaba un bikini de elefante y vaya que tenía una trompota, la verdad me sorprendió porque yo esperaba que tuviera una como la mía pero no, ni con las dos manos la abarcaba de lo larga y también muy gruesa.
Le dije que me daba miedo para ser mi primera vez, pero él insistió que tenía que complacerlo, que él se encargaba de que me entrara rico. Entre sus súplicas y deseo me dejé llevar por el momento y me tomó de la cintura estando los dos de pie y me acerco a su cuerpo. Luego me pasó sus manos por toda la espalda y por abajo de la ropa me agarraba las nalgas y me tocaba el culo y me las abría con sus manos.
Después se sentó en la cama y me jaló para quedar yo sobre su entrepierna y me manoseo y besó el cuello la espalda y el pecho. Todo me hizo ponerme tan caliente que me di la vuelta y me lancé sobre la trompa rojinegra de elefante y la tomé con mis manos le baje el bikini y le puse un condón de sabor y la chupé según me había informado en algunas páginas de cómo se debe hacer un oral.
Así estuvimos un rato hasta que el de levantó y se puso un anillo metálico en la base del pene para mantener la erección y me puso de perrito para acariciar mis nalgas mi raja mi culo y mis entrañas. Lo más hoy comenzó cuando me rozaba con sus dedos mi raja y después con su glande, prestándole a su atención a mi hoyito caliente.
Finalmente lo que yo tanto anhelaba, me puso de cucharita y sentí la punta de su verga en la entrada, esto era más profundo cada vez que la deslizaba, entraba y se quedaba un rato, repitiendo esto hasta que ya me la tenía toda dentro, y continuó lento por un rato más.
Luego que ya vio que mi hoyito se abría fácil me empezó a dar más rápido y a moverse en círculos. Yo por mi parte empecé a moverme siguiendo su ritmo para sentir más profunda su verga.
Cambiamos a perrito y lo disfruté al máximo, luego hicimos el 71 que para disfrutarlo más me incliné casi hasta el piso. Después me monté sobre el tanto de frente como ofreciéndole mi espalda y toda la vista de mis nalgas. Eso lo estuvimos intercambiando pues duramos cogiendo como una hora y media.
Al último me puso de perrito y con solo estarme toqueteando mi verga me corrí, esto me provocó un doble orgasmo, uno en el culo y el otro en mi verga. Y ya no puede seguir, me dolía algo por dentro de lo grande y gruesa que estaba. Así me dejó para estarme viendo y tocando el culo y las nalgas mientras se masturbaba…
Finalmente acabó y me quedé con las ganas de volver a repetir, pero quizá él cambió de ciudad.
Desde entonces para poder tener un encuentro publico mi anuncio. Soy de Juárez, Chihuahua, México. Si alguien quiere escribirme e intercambiar experiencias mi correo dinodinelarrobaoutlook.com.