Después de que los últimos invitados a mi fiesta de cumpleaños se marcharon, mi mujer y su madre deciden ir de compras, quedándome solo en casa, me siento en el sofá y cierro los ojos retrocediendo en el tiempo, buscando los acontecimientos que han marcado mis veinticinco años de vida ¡cómo ha cambiado todo! Me digo a mí mismo, desde que me case mi vida a dado un vuelco para bien, acompañado de una mujer maravillosa, y desde que mi suegra se vino a vivir con nosotros a casa mucho mejor, no solo con el mejor sexo de toda mi vida.
En lo económico también hemos mejorado. Nuestros dos holgados sueldos y mi suegra con su pensión nos permiten vivir muy holgadamente. Ellas también han cambiado se cuidan mucho más hacen dietas, entrenan en general parecen más felices y alegres. Mi mujer está muy apegada a su madre, siempre están juntas, se quieren mucho entre las dos hay buena armonía, me miman mucho y yo también a ellas.
Recuerdo las vacaciones de hace dos años, en Cancún, México al llegar nos alojemos en el hotel, nos registramos y una chica joven muy simpática, nos guio hasta nuestro bungalós, todo el complejo estaba al aire libre, caminamos a través de los jardines, mientras la chica nos informaba sobre las comodidades del complejo, de la playa privada, y los distintos servicios en el bungalós nos sorprendió descubrir que al salir a la terraza podíamos disfrutar de la vista del mar, las palmeras, la playa también vimos las cabañas de madera que estaban en la playa junto al mar.
Entremos al bungalós para deshacer las maletas habíamos comprado mucha ropa para estas vacaciones bañadores, pantalones cortos, camisetas, bikinis con tangas, trajes playeros para ellas y cosas de mujeres.
Cuando por fin terminamos de ordenar las ropas en los armarios nos fuimos a la playa privada, pasamos por nuestra cabaña privada que había sido reservadas para nosotros en la playa privada descubrimos los primeros turistas disfrutando del mar y el sol desnudos, animado por las vista las anime para desnudarnos también y pasar más desapercibidos, mi mujer no se hizo rogar se quitó el bikini diciendo ¡que estas vacaciones serían un buen momento para experimentar sensaciones nuevas, además la probabilidad de toparse con alguien que conozcamos aquí era cero!
A mi suegra le costó un poco más, pero animada por su hija también se quitó él bikinis, nuestros cuerpos blancos llamaron la atención de los que estaban alrededor ¡pensé para mí mismo! Pasamos los días disfrutando del mar, centro de bienestar, masajes, clubes nocturnos, tiendas y restaurantes, decidimos pasar el día en la piscina, mientras tomábamos el sol en las hamacas y mi suegra se daba un baño en la piscina, me fije en mi mujer, que seguía con la vista muy atenta al camarero de la piscina, un joven negro alto y atlético, con la excusa de ir a pedir unas bebidas al bar se ausento.
Más tarde mientras mi suegra y yo manteníamos una conversación muy entretenida ella apareció acompañada del camarero que traía las bebidas.
El camarero se presentó se llamaba Basilio nos pareció muy agradable y simpático, nos señaló algunos sitios para visitar en el interior procedía de Guinea ecuatorial antigua colonia española no tuvimos ningún problema para entendernos mientras hablamos los cuatros de reojo mire a mi mujer observe como su mirada brillaba al mirar sin disimulo el gran bulto que Basilio escondía debajo de su pantalón corto que apenas lo disimulaba. Más tarde me sentí un poco se loso, que disimulé como pude al oírlas susurrando entre risitas nerviosas refiriéndose al tamaño del miembro de Basilio.
Esa noche después de haber cenado en el bufe del complejo mientras nos dirigíamos a nuestro bungalós, mi mujer nos recuerdo que ella a un no había realizado su fantasía sexual como su madre si había experimentado y yo prácticamente las vivía cada noche. Mi suegra y yo nos miramos de reojo y nos quedamos de piedra al oír sus pretensiones, quería follase al camarero, pero además pretendía nuestra ayuda, como ya sabíamos a ella le pone muy cachonda sentirse observada ¿y cómo pretendes lograrlo? Pregunto mi suegra sin poder creerse lo que había oído.
Por mi parte, la idea de que mi mujer me hiciera cabrón consentido no me gusto, pero que podía hacer teniendo en cuenta que me follaba a su madre con su consentimiento y además estaba muy satisfecho de mi vida conyugal con las dos. Mi mujer es muy lista y lo tenía todo bien planeado, lo único que nos pidió insistentemente que cuando ella nos avisara con un SMS con el móvil nos metiésemos en el vestidor y mirásemos entre las lamas de las puertas sin hacer ruido. Su madre y yo aceptamos perplejo sin saber que decir sabíamos que no podíamos negarnos.
En el bungalós con ayuda de su madre, se arregló y se vistió con lencería negra de encaje, un traje corto playero de color rojo y unos zapatos negros de tacón, todo el conjunto le quedaba de mil maravillas y la mostraba muy sexi, con un beso en la mejilla de su madre y otro en mis labios se despidió, cogiendo un bolso negro de mano de mujer se fue rumbo a la sala de baile del hotel donde savia que Basilio trabajaba esa noche.
Mi suegra y yo nos quedamos en el bungaló a la espera, sin perder el móvil de la vista, sabíamos las consecuencias si nos despistábamos y decidimos ponernos a jugar a las cartas y dejar aún lado la idea de pasar las horas, haciéndole sexo oral que tanto le gustaba.
El cansancio y el sueño van apareciendo cuando llega el SMS al móvil ¡en cinco llegamos! A toda prisa nos encerremos en el vestidor y serramos por dentro, pasados unos minutos nos dimos cuenta que nos sobraba ropa, por el calor que hacía dentro del vestidor, aunque la vista atreves de las lamas de las puertas era inmejorable desde nuestra posición, la puerta del bungalós se había abierto las voces y risitas de dos personas llegan hasta nuestros oídos mi mujer había llegado con el camarero, los dos entran en la habitación, los besos entre ellos al principio me provocaron repulsión.
Mi suegra mira embelesada entre las lamas de las puerta mientras ellos comenzaron a desnudarse, mi mujer lo ayudó bajándole el bóxer y pudimos ver el enorme pollón de Basilio de al menos 16 cm completamente flácida, su área púbica estaba completamente afeitada, de hecho no había un vello en todo su cuerpo, el glande de la polla era grande y gordo mi mujer se arrodillo frente a ella, la tomó entre sus manos y comenzó a lamer lentamente la punta.
Que comenzó a tomar tamaño era de unos 24cm erecta, 6cm mas grade que la mía y más gorda. El de pie con sus manos en las caderas admiraba la posición en la que se encontraba mi mujer que con su lengua lamia la punta de su polla, ella abrió la boca y tragó la cabeza de la polla, era increíble ver como ella se metía el glande en su boca y lo re chupaba ¡No la chupa mal, nada mal! Susurro mi suegra de pronto ¡que es mi mujer! Susurré por decir algo, el calor comenzó hacer insoportable dentro del vestidor nos sacamos la ropa, muy despacio para no ser descubierto quedándonos en ropa interior y sentados en el suelo descansando la espalda en la pared del vestidor.
Continuemos observando muy atentos atreves de las lamas de la puertas a la pareja, una mirada de puro deseo se tornó en el rostro de mi mujer, que Basilio supo reconocer, sacó su polla de su boca, la tomo entre sus brazos y la colocó a cuatro patas en el borde de la cama, Basilio la sujetó por la cadera con una mano mientras que con la otra llevo su polla al coño, mientras ella coge las dos almohadas y se las colocó debajo de su estómago elevando más su hermoso trasero, Basilio comienza a frotar su polla de arriba a abajo en el coño de ella, que a la vez subía y bajaba sus caderas coincidiendo con los movimientos de Basilio.
Los gemidos ella inundan toda la habitación está muy excitada, él la penetra con un poco de resistencia por parte de ella, después de un buen empujón entra en su totalidad ella levantó la cabeza con una mueca de dolor en su rostro, estaba a punto de ser follada por una enorme polla negra de 24 cm con sus manos apretó las sábanas, ella permanecía con su trasero levantado, cuando Basilio comenzó a follarla en serio agarrado a sus caderas, la embestía con fuerza golpeando su pelvis en el trasero de ella que apoyo su cabeza en la cama y mordía la sabana.
Los gemidos se escuchaban por toda la habitación y través de la puerta de madera ¿Qué tío, no te da rabia? Me susurro mi suegra ¿estás empalmado? Volvió a susurrarme, lo más bajo que pudo señalando con su dedo mi bulto que sobresalía del bóxer ¿Te has puesto cachondo? ¡mirando como follan a tu mujer, cacho guarro! Me susurra esta vez más cerca de mi oído, mientras liberaba mi polla del bóxer ¡No, no es por eso! Logre decir cabizbajo y un poco avergonzado ¡Qué más da decirlo, yo también me he puesto muy cachonda! Me dijo, con su mano tapo mi boca, y con la mano libre atrapo mi polla dura como el acero.
La escena frente a nosotros hizo que mi suegra excitada por lo que estaba viendo, acelere el ritmo de la paja frenéticamente, y goce del vigor y la pasión con la que me estaba masturbando.
Mi suegra se había transformado en una bestia en celo, incapaz de controlar sus instintos con la mirada clavada en la pareja, acercando sus labios a mi oreja me susurró ¡Venga córrete, dame tu leche! Un reprimido gemido de placer se escapó de mi boca, y un abundante chorro salió despedido dejando una línea de semen en la puerta, seguía tapándome la boca, sin dejar de pajearme nuevos chorros de semen salieron disparados de mi polla, esparciéndose por todos lados, mientras que a ella le caían gotas de sudor.
Continuamos observando extenuados atreves de las lamas de la puerta, Basilio continúa embistiendo contra las nalgas, metiendo y sacando sus 24 cm de polla del coño de mi mujer, ella en cada embestida gemía de placer. Un orgasmo estaba a punto de aparecer en mi esposa, ella mantiene su mirada en nuestra dirección mientras es embestida, estaba casi sin aliento mirándonos con su cara de entre dolor y placer y con su boca completamente abierta.
Cuando Basilio le pregunto ¿Estás lista para el mejor orgasmo de tu vida? Ella no pudo responder solo asintió con la cabeza sin dudarlo, el comenzó a follarla con fuerza y determinación sacando su polla casi por completo y la volvía a meter a toda velocidad, haciendo que ella gimiera más alto, las embestía con fuerza, mientras sus manos se aferraban firmemente a las caderas de ella, el único sonido que se escuchaba en la habitación era el de las caderas de Basilio chocando con las nalgas de ella ¡Plaaf! ¡Plaaf! ¡Plaf! Y los de mi mujer gimiendo ¡Aaah, aaah, aaah! Mientras él empujaba su enorme polla dentro y fuera a toda velocidad ella logro decir entre gemidos ¡Oh, joder… me estas partiendo en dos!
Sus ojos destellaban lujuria ¡Me encanta tu gran polla! Estaba disfrutando como yo nunca antes la había visto, un gemido fuerte salió de su boca ¡Oooh! Su orgasmo se acercaba el soltó la cadera izquierda y sujetándola por el cabello, acelero sus embestidas con furia, ella levantó la cabeza y comenzó a gritar de placer en un continuo estado de euforia ¡aaah, aaah!
Las embestidas que Basilio le estaba propinando la tenía en un puro éxtasis, su rostro esta abrumado por tanto placer el continuaba estrellando su polla contra el coño de mi mujer sus bolas golpeaban el clítoris eso la perdió por completo, ella gritó en voz alta ¡Me estoy corriendo, me estoy corriendo, mas, mas! Se corrió como una bestia salvaje entre gritos y gemidos ¡Aaaah, Aaaah, Aaaah!
Su orgasmo casi la hizo desmayarse Basilio saco su polla y un fuerte estallido de esperma aterrizan en las nalgas de mi mujer, seguidos de dos más que caen en la espalda, mientras ella continua a cuatro sobre las almohadas, agotada con su coño rojo y abierto, recibe una fuerte nalgada de Basilio, que ella recibe con dolor ¡Ay, Cabrón! Él se viste y mientras se marchaba, echo una última mirada hacia atrás dejando a mi mujer echa unos trapos sobre la cama.
Cuando estuvimos bien seguro de que Basilio se había marchado salimos del vestidor con nuestros cuerpos sudorosos del calor que hacia dentro del vestidor, mi suegra mirando a su hija casi desmayándose en la cama, le pregunto ¿estás bien? ¡Dios, siii! Gimió suavemente mi mujer, con un guiño a su madre ¡si no te ocupa de eso, avísame y lo haré yo! Señalando con su dedo mi nueva erección. Con ambas manos en mi pecho desnudo mi suegra me empujó con fuerza hacia atrás, acabando boca arriba en la cama, me libera de mi bóxer y se despoja de su braga.
En un acto tan rápido como rudo, entró en la cama flexionando sus piernas y cayendo en mis entrepiernas sentí todos los kilos de ella sobre mi dura polla mi suegra estaba muy excitada y comenzó con movimientos de cadera rozando su vagina con mi polla ¿te gusta, así? Asentí con los ojos inyectados en deseo. Ella miraba como su coño rosaba mi polla, apretaba todo lo que podía su sexo contra mi pubis con su mano, agarro mi polla colocándosela en la entrada de su coño que esta empapado de sus fluidos y cayó sobre el con fuerza, sabiendo que la dilatación no iba a ser un problema, grito de placer ¡Aaah! Sujete ambas nalgas con las dos manos.
Sus movimientos de cadera eran rápidos, a ella le caían gotas de sudor en mi pecho. En poco tiempo llegó lo más esperado, su espalda se arqueó y un placer inhumano apareció, ella apretó sus dientes y sus piernas todo lo que pudo. En ese momento notó mi dedo corazón entrar en su culo, incrementando aún más su orgasmo ¡cabrón, cabrón! Me susurró en mi oreja, sin parar de correrse ¡Oooh, Oooh, mmm!
Acabó apoyada en mi pecho mientras su respiración se relajaba, el orgasmo había sido épico, mi mujer a un lado nos observa muy atenta. De nuevo muevo mi polla en su vagina, le hago saber que aún no estoy satisfecho, mi suegra gimió muy bajito posó sus labios por mi baca atrapando mi labio inferior y lo mordió llena de lujuria, susurrándome al oído me dijo ¡te vas, a enterar, cabrón! Se levantó y aprovechó para quitarse el sujetador, me lo tiró a la cara impidiendo mi visión al quitármelo veo como ella de nuevo se sienta sobre mi polla, dándome la espalda contemplo como su trasero subía y bajaba
¡Tanto llamarme guarro y como disfrutaste viendo cómo Basilio follaba a tu hija! Dije mientras con las manos en sus nalgas la ayudaba a subir y a bajar ¡Cabronazo…! Giró la cabeza para intentar ver, con una sonrisa maligna ¡cómo no me folles bien, yo también pienso fallármelo en tu cara!. Con mis caderas le doy unas fuertes entradas ¿esto, no es follarte bien? ¡Cállate… cállate…y continúa!
Ella comenzaba a gemir mientras yo la penetraba, su mano rápidamente se dirigió al clítoris masajeándolo con furia hasta que tuvo otro orgasmo, con un grito de placer ¡Hooo, Hooo!
Mientras llenaba mi polla con su corrida, va por el segundo orgasmo le pido que salga de la cama pongo las manos en las caderas e hice que se inclinara, ella ya sabía lo que pretendía, colocó las manos delante apoyándose en la cama me pegó a ella por detrás ¡Me toca follarte! Dije ¡vamos a ver de lo que eres capaz¡ introduje mi polla con determinación en su interior, lo hice con fuerza haciendo que ella se estremeciera de placer, animado por el desafío comencé frenéticamente a embestirla el choque de mis genitales contra su clítoris comenzaba a producirle placer, sus grandes nalgas seguían el movimiento hipnótico que mi polla producía.
Mis manos se aferraban a sus caderas embistiéndola como si la quisieran partir Eso mismo pensaba ella mientras notaba como mi polla entra y salen a toda velocidad diciendo ¡me va a partir! ¡El sexo se intensificó con su espalda totalmente sudada mi suegra no pudo contenerse más mientras me la follaba sin piedad, ¡El orgasmo estaba allí, había llegado de nuevo el tercero, ¡Me voy a correr, dame duro! Me gritaba ella mientras el orgasmo la absorbía por completo, se corrió chapoteando mi polla cada vez que entraba ¡Ooooh, Ooooh, si, siii!
Resopló dejando el tercer orgasmo correr, yo estoy a punto y vuelvo a la faena con mi suegra colocada en una inmejorable postura, no me lo pienso y cambio de agujero.
¡Yerno! Gritó al sentir como mi polla le atravesaba el culo ella asió las sábanas y apretó los labios varias fueron las acometidas algo más suaves que las anteriores ella las aguantaba con los ojos cerrados ¡Cabrón… acaba ya… o te mato! Me dijo acabo con varios chorros de semen caliente dentro de su culo, veo como mi corrida sale fuera de su culo llegando hasta la vagina y después corriendo veloz por las piernas. Agotados entremos dentro de la cama al lado de mi mujer que había presenciado todo con mucho interés, y antes de quedarnos dormido mi suegra me soltó ¡lo del culo me lo pagas, cabrón! Provocando las risitas de mi mujer.