Capítulo 3.
Nuestro acercamiento a Alan y Jenny. Noche de drugs, sex and Rock’nroll, noche de preguntas, decisiones, dudas, excitación y acción. En mis relatos no encontrarán a 20 personas cogiéndose unas a otras ni detalladas descripciones morbosas de anos, pajas, y cuanta morbosidad suele acompañar estos escritos. Más bien son relatos de cosas ocurridas a gente novata en estos juegos y tal vez juntos por el verdadero amor.
La vida de los humanos está delimitada por dos escenarios bien marcados, uno el de las apariencias sociales donde se pretende dar la impresión de que somos parte de una sociedad pulcra y ‘decente’ donde todos somos aceptados y nadie nota nada fuera de lo normal entre nosotros. El otro escenario es el de nuestros instintos animales en cuanto a las conductas sexuales que contienen un punto de cosas degeneradas y libertades que nadie conoce.
Como explique en el capítulo anterior, soy un hombre ya maduro, a quien le envuelve el sentido de calma y no arrepentimientos a través de toda mi experiencia en la vida.
Ya compartí con ustedes las primeras andanzas de Alan, un familiar mío que encontró en su esposa, después de algunos desaciertos, la compañera ideal.
Ella se dejó llevar por el deseo de buscar cosas nuevas después de años de un matrimonio que se tornó desabrido y rutinario. Lo hizo por voluntad propia y plenamente consciente de que era lo mejor para ella y su matrimonio.
En el capítulo anterior relaté las primeras experiencias de Jenny, quien junto a Alan (según ellos) rescataron su matrimonio y entraron en un mundo de sexo pleno y reconfortante que los hizo ser cómplices de muchas aventuras. Siempre se cuidaron de no meterse con nadie que representara riegos de vergüenza social y de salud.
Pero la gente es diferente y no todo el mundo reacciona igual y al extremo que les puede llevar la combinación trago+cocaína.
Por allá por el año 1982, época que en las fiestas en sociales en Miami no faltaba el cenicero con coca en alguna discreta mesita en el lugar de las fiestas.
Nunca fui a ninguna de ellas ya que me daba miedo el caer en eso y quedarme atrapado en ese juego.
Estuve casado con una maravillosa mujer por muchos años. Una dama que vino casada conmigo desde nuestro país. Y por muchos años vivimos una luna de miel eterna, hasta que yo, por mi necedad y falta de madurez, lo eche a perder todo.
Pero hablando de encontrar la compañera ideal, ella lo fue para mi. Nunca me dijo que ‘no’, en otras palabras nunca le dolió la cabeza como excusa.
Corrían los años 80’s y Miami era como el hogar de Al Pacino y su película “cara cortada” que se trataba tal vez como muchos deben saber, de la inundación de coca por toda la cuidad.
En mi relación personal con mi esposa Gladys, y como un método natural de control de embarazo, el hacerlo por el culo era normal y placentero para ambos. Esa siempre fue una de mis mayores fantasías y ella me complacía siempre, sin importar donde ni como, siempre estaba dispuesta.
Pero llego el tiempo que la invasión de coca por la ciudad me toco de cerca.
Toda mi familia, Gladys, mi madre, mi hermana etc. Decidieron ir de vacaciones a nuestro país, dejando a mi cuñado y a mi libres de correr por el corral libremente.
Mike, mi cuñado me invito a un bar que se llamaba “Big Daddy’s” en Miami. Sentados tomando tragos de pronto el me dice “ve al baño”
Y yo dije, no tengo ganas… repitió “ve al baño!”
Insistió tanto que fui! Y cual fue mi sorpresa, había un tipo frente a una fila de gente, este tipo tenia en sus manos una bolsita plástica llena de coca y con la punta de una llave, estaba dando una aspirada gratis como muestra!
Me dije, que tanta mierda, ya es tiempo que pruebe esto como una experiencia educativa.
Me metí la llave en la nariz y volví al bar. Mu cuñado estaba esperándome con una gran sonrisa. Al rato después yo le estaba contando mi vida entera a quien quisiera escucharme…
Hable casi toda la noche…
Ya la primera experiencia había pasado y no paso nada, no tuvo consecuencias ni nada.
Después de eso probé la coca un par de veces más y estaba bien. Lo que note es que me abría la mente a expresar y visualizar mis fantasías sexuales que era algo que no me sorprendió mucho ya que ya había oido que era un potente afrodisiaco!
No podía esperar a que Gladys volviera del viaje…
Pasaron tres semanas y mis experiencias fueron aumentando y mi morbo, cada vez que íbamos al bar con mi cuñado salía hablando más de la cuenta, fue entonces cuando me entere por lo que hablaba Mike, de que el le daba a menudo por el culo a mi hermana.
Esa ha sido mi segunda y más profunda fantasía con mi hermana, ya que desde niños admiraba su culo y todo lo que estaba alrededor de el.
Cuando éramos muy jóvenes, hubo un acercamiento en que cansada de jugar voleibol en el jardín con otros amigos del barrio, entro a la casa a descansar y se sentó en el piso cerca de mí, yo estaba sentado mirando la TV. Me di cuenta que sin notarlo estaba con las piernas abiertas y por el lado del calzón, dejaba entrever los pelitos de su coño. Me pilló que la estaba observando y no hizo nada. Salte del sillón y me arrodille frente a ella y acariciándole las piernas, le dije si me permitía mirarle la cosita. Recuerdo perfectamente que me dijo ‘bueno’. Metí mis manos y la bajé el calzón, dejando todo expuesto. Le pregunte si me dejaba tocárselo y también me dijo ‘bueno’… y lo hice, acariciaba su chuchita despacito y llegue a lamerle el clítoris. Ella comenzó a gemir despacito, lo bueno era, que el juego continuaba en el patio y había mucho ruido.
Después de algunos momentos ella pareció acabar y ya con la conciencia adolorida, me retiré despacito, ella se fue al su cuarto a dormir.
Eso fue lo más cerca que estuve de hacer algo más. Pasaron los días y todo estaba normal entre nosotros y nunca hablamos del tema.
Pasaron las años y ya casada me vengo a enterar de que le gustaba que le cogerán el culo! Vaya! Eso me puso a mil!
Llegaron las viajeras de sus vacaciones y yo tenía mucho material en forma de fantasías que compartir y proponer a Gladys.
Le pedí a mi cuñado, quien no era tan santurrón como yo creía, que me consiguiera algo de coca y al día siguiente ya la tenía en mis manos.
Me enseño como consumirla sin una llave, más bien haciendo un tubito con un billete de dólar.
Invite a Gladys a cenar como para darle le bienvenida, yo tenía algo en mente para conversarlo con ella después de unos tragos. Cenamos y nos fuimos a casa, continuaron los tragos, algo que ella noto ya que no era común. Le expliqué que durante su ausencia había aprendido algunas cosas y que las quería compartir con ella. Le conté el episodio del bar y la experiencia de la punta de la llave con coca. Al principio puso una cara de sorprendida, pero después de asegurarle que no pasaba nada con usar eso, se puso más relajada.
Al cuarto trago ya ella estaba en buena onda y le propuse probar un poco de coca y ella acepto. Ella era una mujer sana que cuando más se tomaba unos tragos y hasta ahí. Pero esa noche fue inolvidable ya que unos momentos después de la primera aspirada, me dijo: Concho! Nunca me había sentido tan caliente y comenzó a quitarse la ropa. Con mucho amor, delicadeza y con una conciencia media sucia le ayude, fui acariciándola despacito hasta que me dijo, hazme lo que tu quieras…
Después de darle una buena mamada, la monté encima de mí, ya que eso era lo que más le gustaba a ella y ella misma se metió mi pija en su coño y comenzó a moverse desenfrenadamente… acabo en unos segundos y con eso vino algo de calma, me dijo que quieres hacerme ahora?
Quiero cogerte el culo, que es lo que a mi más me gusta. Se puso en cuatro y con sus manos abrió sus nalgas y me dijo: cógelo es todo tuyo y siempre lo será, cuando quieras y como quieras… Lo metí despacito
Y comencé a bombear agarrándole las caderas con fuerza, hasta que me corrí dentro de su culo rico. Descansamos un rato, luego note que quería más y seguimos culeando casi toda la noche, hasta que nos rendimos y nos dormimos.
Luego de esa experiencia, todo se convirtió en una nueva onda la hacíamos casi todos los fines de semana y estábamos encantados.
Como en toda familia, no faltan los cumpleaños o algún aniversario etc. fue así como en un par de meses fuimos invitados al cumple de alguien de la familia de Alan y Jenny. Se dio la casualidad que fuimos los últimos en irnos, pero no nos fuimos, Alan dijo quédense un rato más, sirvió unos tragos y en el living de su casa comenzamos a conversar ya en forma más privada, sin chiquillos correteando ni viejas chismeando.
Les conté que me había enterado de que al sur de Miami en área que se llamaba ‘Perrine’ había un club de swingers que se llamaba ‘Playhouse’ donde la gente llevaba el licor pero ellos vendían el hielo, ya que el lugar no tenia licencia para vender alcohol, parte de la historia era que en ese lugar, cada pareja entraba a unos casilleros donde dejaban la ropa y luego desnudos entraban a un amplio espacio lleno de colchones en el piso a una distancia de unos metros uno del otro. Allí cada persona conectaba con otra y se ponían a culear todos con todos.
Eso le encendió las pupilas a Alan quien como ya lo describí en otro capítulo, era promiscuo por excelencia y tenía a Jenny bien adentrada en estos jueguitos. EL comenzó a hacer preguntas que yo no sabía contestar ya que había relatado solo lo que yo había oído.
Después de un rato el pregunto si nosotros habíamos probado una velada de coca y tragos, a lo cual yo conteste que si. Alan ofreció sacar la coca para estar más en onda y todos participamos compartiendo eso, más los tragos. Fue entonces que el con mucho tino pregunto si nos pudiéramos juntar el próximo viernes en mi casa para cenar y pasar una velada para conocernos mejor. Yo ya sabía por dónde venía este y mire a Gladys, quien estaba en la onda caliente en ese momento. Ella dijo: ¿qué les gustaría comer? Alan dijo a mí me gusta la buena comida y sé que ustedes cocinan rico… menciono algún plato que no recuerdo.
Hasta allí llego la cosa esa noche. Camino a casa le conversé a Gladys y le dije, entiendes en lo que nos podemos meter? Ella contesto que sí.
Le aclaré que de seguro iba a haber culeadera y ella me dijo: siempre he querido ver culear a otra pareja en vivo delante de mí. Le dije hasta donde estás dispuesta a llegar, porque las cosas se pueden pasar de tono y conociendo a Alan tal vez quiera hacer intercambio de parejas. Hmm dijo ella, y me devolvió la pregunta a mi: y tu estás dispuesto a que me coja otro hombre delante de ti? Conteste, después de pensarlo un momento, no creo que este preparado para eso, y a ti? te gustaría que yo me coja a Jenny delante de ti?
Se quedo pensativa y dijo, creo que nosotros somos novicios en este juego y tal vez no estamos preparados para ir más allá. Dejamos la conversación inconclusa porque llegábamos a casa y lo que más queríamos era darle desenfreno a culear toda la noche, por la influencia de lo que habíamos consumido. Lo hicimos, dimos rienda suelta a un sexo increíble, de todo y por todos lados.
Llegó el Viernes, a las 7 pm llegaban Alan y Jenny (quien vestía una minifalda bien cortita) trajeron un buen vino para la cena. Lo que comimos no importa, lo que importa fue la sobremesa, los tragos y la coca que por supuesto trajo Alan. Pasamos al living, tragos, coca y mucha fantasía. Ellos nos contaros de sus experiencias con Mario y Betty, que fue así como ellos comenzaron a expandir los horizontes sexuales en su matrimonio.
De pronto Gladys, que ya tenía unos tragos encima dijo: esto que nos cuentan de la otra pareja, me deja entrever que a ustedes les gusta la idea de culear con otras parejas. Dado a que un par de aspiradas, Gladys ya estaba caliente y hablaba sin tapujos. Dijo, mirándome directamente a los ojos: yo estoy dispuesta a que culeemos todos esta noche, pero no estoy preparada para intercambiar. Siempre he sido mujer de un solo hombre y aunque estoy excitada no me veo culeando con nadie más que con mi esposo, mirando a Alan y a Jenny dijo no quiero ser aguafiestas, lo siento.
Jenny dijo, nosotros somos familia y respetamos eso, hacer intercambio con otras personas que van y vienen en nuestra vida no es lo mismo que hacerlo con la familia que permanece para siempre, y porque no todo en la vida permanece y las cosas pueden cambiar y no queremos lamentarlo.
Gladys dijo: mi mayor fantasía es la de ver a otra pareja culeando en frente de mi, me darían ustedes ese gusto?
Jenny dijo SI! ¿Vamos al cuarto? Todavía no, dijo Gladys, juguemos al juego ese de la botella que ustedes mencionaron.
Hecho! Dijo Alan, pero como no vivía allí, me dijo: y tu que piensas de todo esto? Yo dije: espera, busco la botella…
Y así fuimos quedando desnudos y como todos estábamos sentados, yo tenía mis ojos clavados en las tetas de Jenny, mire de reojo a Alan y estaba mirándole las tetas a Gladys. Jenny se dio cuenta de que le miraba las tetas y descaradamente me dijo: te gustan mis tetas? Me pilló por sorpresa y con respeto le dije: tienes unas tetas muy bonitas, a lo cual ella replico: a Alan le gusta más mi culo, quieres verlo? Si! Dije de impulso. Gladys dijo bueno ya que vamos a mostrar culos, pues vean el mío, que es el deleite de mi esposo. Se pusieron ambas de pie y echando el culo hacia atrás, rotaron para que se viera muy bien lo que tenían para ofrecer. La temperatura en la habitación había subido al máximo, los hombres devorando la vista de las tetas, culos y coños peludos de la otra pareja. Las mujeres suspirando al ver las pijas erguidas de los hombres…
Ahora sí, dije, vamos al cuarto. Alan tomo a Gladys de la mano y Jenny se me colgó del brazo. Entramos al cuarto y yo encaminé a Jenny hacia su esposo y el me presentó a Gladys.
Jenny se puso de espaldas con las piernas abiertas mostrando todo su coño peludo y eso me calentó a rabiar ya que a mí me arrebata un coño peludo. Alan se metió entre sus piernas y ella comenzó a gemir, despacito gozando cada lengüetazo que él le daba. Cuando Jenny ya no pudo más de caliente, le dijo a Gladys que al igual que yo, estábamos extasiados mirándolos: Como quieres ver a Alan cogiéndome? Gladys dijo: por el culo! Que a mi me gusta eso y a mi esposo le arrebata!
Se puso en cuatro, se abrió las nalgas, Alan detrás de ella y apunto su pija directo al ano y comenzó a meterlo, despacito para que Jenny pidiera más. Ella dijo mételo ya! Y de un empujón se lo metió todo. Allí comenzaron los bombeos, para dentro y afuera. Gladys estaba extasiada, se tocaba las tetas, el coño mojado, no se quería perder ningún detalle, me agarró la pija y me dijo: eso mismo vas a hacer tu después que ellos acaben!
Y acabaron después de gritos y gemidos de ambos, Alan le lleno el culo de leche. Ambos cayeron rendidos después de ese majestuoso polvo.
Ambos se acurrucaron a los pies de la cama y dijo Jenny: les toca a ustedes ahora.
Gladys que estaba toda mojada, me dijo: mámame el culo y hazlo tuyo… en cuatro, y con el culo bien parado me puse detrás de ella y comencé a meter mi lengua en ese culo rico que tanto me gustaba. Alan no se perdía detalle ya que Gladys tenía el culo más gordito que Jenny. Se puso en mejor posición para verlo todo mientras se agarraba la pija que ya se ponía dura de nuevo. Virando la mirada hacia atrás, Gladys me dijo: mételo por favor! Y lo hice, lo mandé todo a guardar de un solo empujón su culo estaba mojado tanto por mi saliva como por sus propios jugos vaginales. Gladys estaba a rabiar de caliente, no tardo en acabar y al oír eso acabe yo también dentro de ella. Para entonces mientras descansábamos, vimos como Jenny se montaba en Alan para la segunda vuelta. Y así tomando turnos nos mostramos como culeábamos con nuestras esposas casi toda la noche y en distintas posiciones hasta que el cansancio nos venció a todos y nos dormimos. Estoy seguro que así como nosotros aprendimos algunas cosas de ellos, también ellos aprendieron de nosotros.
Gladys fue la primera que se despertó y estaba en la cocina preparando café. Yo la escuche y me fui para allá con mi conciencia medio sucia, la abrace y le di los buenos días, Buenos días amor me dijo y me ofreció una taza de café. Escuchamos que alguien había usado el baño, era Jenny, salió a la cocina y dijo buenos días chicos! Y pidió una taza de café. Alan se despertaba para entonces y se apareció todavía medio dormido y dijo hola a todos! Olí el café y necesito algo de eso. Nos sentamos los cuatro, medios vestidos Jenny en sostén y calzón, Gladys con una camiseta que le tapaba hasta la mitad de su colita, yo y Alan en calzoncillos. Tomamos café y Alan dijo: chicos tenemos que irnos. Preguntó: alguien tiene algún comentario de lo ocurrido anoche? Yo dije: a mi me encanto conocerlos mejor. Gladys dijo: gracias por complacer mi fantasía y sonrió. Yo pregunte: y ustedes, como la pasaron? Jenny dijo: que se repita! Esto fue nuevo para nosotros ya que nunca lo habíamos hecho de esta manera. El verlos a ustedes y ver como ustedes nos miraban me calentaba más!
Alan, el promiscuo dijo: estuvo muy bien. Tal vez nos pudiéramos juntar más adelante y propongo que la penetración se la dejemos a cada pareja, pero podríamos explorar jugar un poco entre todos.
Gladys me miro con ojos inquisitivos, yo dije: juntémonos, veremos que pasa y sonreí. Ellos se despidieron y nosotros nos fuimos al cuarto a culear una vez más.
***********************
Pensamientos posteriores.
Espero no aburrir a nadie con esto, pero pude dejar el cuento hasta aquí, sin embargo después de que la calma, la razón, el pudor y por sobre todo el amor que nos teníamos se hizo presente en los días siguientes, y teniendo en mente la sugerencia de Alan de juntarnos de nuevo, uno de esos fines de semana en que nos poníamos en buena onda, le propuse a Gladys que hiciéramos una lista de las preguntas y temores que teníamos.
Cada uno contesto en una hoja de papel por separado. Los dos teníamos dudas, especialmente en relación con las costumbres de ellos de intercambiar con otras gentes y de seguro Alan iba a seguir empujando la idea.
A él no le importaba quien se cogía a su esposa, más bien él la ofrecía para el poder cogerse a la esposa o pareja de otros, nos enteramos que ellos participaban en orgias de fin de semana en los cayos de la Florida, varias parejas, fines de semana de culeadera con coca y alcohol, todos contra todos.
Comparamos y conversamos nuestras respuestas.
A la pregunta: Te gustaría que te coja otro hombre delante de mi?
Ella contesto que no quería la pija de nadie dentro de ella, ni menos que la llenaran de leche.
Le pregunte, ni siquiera por el culo que no es tan personal como el coño? Me respondió: mi culo es tan tuyo como mi coño peludo que tanto te gusta, quisieras que alguien lo use aparte de ti?. Yo, aunque lo pensé seriamente, tampoco quería ver a Gladys siendo cogida por ningún hueco por otra persona. Estaba siendo egoísta o puritano? pero el morbo a veces puede cambiar las cosas.
A la pregunta si a ella le gustaría ver como yo culeaba con otra mujer delante de ella, su respuesta fue que si, que no le importaría y que la excitaría, siempre y cuando ella estuviera presente, por lo que decidí, mejor que no. (Por ahora)…
A la pregunta si íbamos a seguir en la onda de tragos y coca, los dos contestamos que si, sin límites mientras nosotros lo queramos.
A la pregunta si ella le mamaria el coño a otra mujer, dijo que si, que dada la calentura, estaría dispuesta.
A la pregunta si estaría dispuesta a que otro hombre le mamara el coño? Ella contesto: a discutir. A ti te gustaría ver eso? Dijo que si. Entonces: Si. Aclaró que a veces la calentura es irracional y hay cosas que no importan y hasta se disfrutan.
A la Pregunta: estarías dispuesta a mamarle la pija a otro hombre? Ella contesto que Si, En estado de calentura yo lo haría. Sabes que me calienta eso, pero después tú me coges. Si decides que está bien.
A la pregunta si estaría ella dispuesta a mamarle el coño a la otra chica mientras yo te cojo el culo? Ella contesto que sí, a lo cual yo agregue: o prefieres mamar pija mientras lo hacemos? Ella dijo me sería más fácil mamar coño porque todo lo que estoy sintiendo, se lo pudiera hacer sentir a ella. Luego ella me dijo, y a ti? Que quisieras que yo haga?
Hmm le contesté, lo que tu decidas igual me excitaría mucho.
La conversación nos había aclarado una serie de parámetros de los cuales nunca habíamos previsto y que estaban en duda después de lo ocurrido con Alan y Jenny.
Fue positivo ver como ambos habíamos puesto límites a esto de las super calenturas con coca+alcohol.
El problema con Alan y Jenny es que estábamos en distintas plataformas y nosotros éramos novatos, más conservativos o más bien miedosos y menos promiscuos o liberales que ellos. Tal vez nos preocupaba el mantener nuestra privacidad y no nos queríamos soltar al desenfreno que se convertiría en arrepentimiento a la mañana siguiente. Cualquier error lo lamentaríamos por el resto de nuestras vidas, porque como familia nos seguiríamos viendo a menudo.
Nosotros seguimos disfrutando de esta nueva etapa.
Pero siempre tuvimos la duda si ellos estarían dispuestos a invitarnos con esas reglas (de las cuales ellos no sabían).
Pasaron seis meses y estábamos cenando en la casa de ellos. Pensamos que teníamos bastante material para disfrutar sin romper nuestras reglas o si?… Pero es para el Capítulo 4.