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Engañé a mi suegro con otro hombre
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Hola a todos los que han seguido mis relatos hasta ahora y me disculpo por estar un tanto ausente.  También a los que me leen por vez primera y que abren este relato para leer lo que me pasó la semana pasada.

Deben saber que he estado experimentando el sexo con hombres mayores que yo y que me hice amante regular del padre de mi novia. Si bien las cosas con él iban increíbles, hace poco tuvimos una discusión que hizo que me molestara mucho con él porque tuve que regresar del motel donde habíamos quedado de vernos, decepcionada, con mis tacones, mi peluca y los condones sin usar.

Al día siguiente seguía mi molestia, pero continué con mi vida de varón como lo hago de manera regular. Al salir de mi casa antes de subir al carro, noté que una de las llantas traseras estaba baja. Yo no sé nada de mecánica ni de autos, por lo que pregunté a un vecino dónde lo podía llevar y me contactó con Julio, un experto en todo lo relacionado con los carros.

Él se comunicó de inmediato conmigo y muy amablemente ofreció ayudarme, ya que me recomendaba uno de sus mejores clientes y yo agradecí la atención. Llegó a mi casa y se presentó, después quitó la llanta del carro y la llevamos a su negocio al oriente de la Ciudad de México.

A pesar de ser algo pasado de peso, Julio me pareció muy atractivo por ser gracioso y atento y en el camino comenzamos a platicar, reír y bromear como viejos amigos. Al llegar a su negocio se comportaba con mucha seguridad y mágicamente comencé a verlo como un hombre muy varonil. En lo que esperábamos le pregunté si era casado y me respondió que no, que recientemente se había divorciado y que en sus palabras, estaba disfrutando de su nueva soltería. Con eso en mente y con el coraje que tenía, comencé a estudiar la manera de hacer algo con él, aunque fuera una mamada rápida en el baño.

Me he dado cuenta que entre los mecánicos y en general entre los machos alfa que trabajan con las manos, hay chistes y albures de carácter sexual. Se arriman el pene, se dan nalgadas, hacen bromas de haberse follado unos a otros y muchas más del mismo estilo, entonces decidí poner atención para responder de manera juguetona a una de esas bromas. Julio hizo un comentario respecto a los labios de uno de sus trabajadores. Textualmente dijo: "Con esos labios la mama bien rico." y todos se rieron, incluyéndome.

Poco después mi llanta estuvo lista y abordamos la camioneta de Julio con rumbo a mi casa para colocarla en mi auto. De regreso seguimos platicando de mujeres que nos parecían guapas, de sus senos y sus nalgas, yo pensando en calentarlo un poco y poder hacer una movida.

Cuando llegamos a mi casa comencé a coquetearle. Le dije: "¡Qué brazos tan fuertes!, Se ve que haces ejercicio." y él sonrió. Le dije que me gustaba su corte de cabello, su camisa, y cosas que discretamente lo adulaban. Le bajé un vaso con agua cuando terminó de colocar la llanta y nos quedamos un rato platicando en el estacionamiento. Era el momento…

– Oye, ¿es cierto lo de hace rato?, ¿Que tu trabajador la mama muy rico?

– ¡No! Es una broma. Así nos llevamos en el taller.

– Es una lástima. Si fueras mi jefe te la chuparía cuando me lo pidieras.

Su cara fue una joya. (Jaja) porque se sonrojó e intentó despedirse, pero después de un poco de persuasión logré convencerlo de subir a mi apartamento.

Realmente no hice mucho, solamente le aseguré que no diría nada y le pedía lo mismo. Le conté que yo también quería experimentar algo nuevo y que me parecía el momento perfecto para hacerlo. En menos de 5 minutos estaba de rodillas frente a él bajando su pantalón. Le acaricié la verga por encima del bóxer y noté como poco a poco se ponía dura. Terminé de parársela con mis labios; la saludé con un besito en el glande y a pesar de no ser muy grande ni muy gorda, él ponía una cara de placer mientras se la chupaba que me excitaba mucho. Se la chupé y jalé como seguro ninguna mujer se lo había hecho en mucho tiempo. Desde la punta hasta los huevos, como decimos los mexicanos. Él empujaba mi cabeza contra su pelvis, lo cual significaba que lo estaba disfrutando tanto como yo, pero llegó el momento en que tenerla en la boca no fue suficiente. Quería que me rompiera el culo.

– La tienes bien rica, Julio, ¿Me la quieres meter?

Sí, respondió él. Pero por alguna razón, se le bajó y no pudo.

– ¡Mejor síguele!, casi me voy a venir.

-¿Quieres venirte en mi boca?

– ¡Sí, cómetelos!

Unos segundos después, Julio explotó dentro de mi boca. Pude sentir su pene vaciándose en mi lengua y mi garganta y ver su rostro sudoroso casi me hace venir también. Sentir su leche calientita en mi boca fue lo mejor.

– ¿Te viniste rico?

– ¡Mucho! Tenía rato que no me la chupaban así.

– Vale. Pues, ¿Cuánto te debo por la llanta?

– ¿Cómo crees?, ¡No puedo cobrarte!

– ¿En serio? ¡Pues gracias! Si algún día quieres venir por una cerveza, avísame.

– Ok, pero ya debo irme.

Y se fue…

No sé si sería su primer experiencia con alguien de su mismo sexo, pero tengo la seguridad que lo disfrutó montones. Si es que no bloquea mi número, y si no me busca, le enviaré algunos nudes vestida para que se anime a visitarme, porque ese Julio me tiene que coger sí o sí.

Les platicaré lo que pasa.

Besitos.

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