Mantuve relaciones con Marc durante más de ocho años, era morbo, juegos, dejar volar la imaginación. Cosas que había soñado y se convirtieron en realidad, me enganché a él de una forma, como si de una droga se tratara.
Estaba en el trabajo, en casa, a todas horas mirando el teléfono esperando recibir un mensaje de él citándome en cualquier lugar.
No es que fuera especialmente atractivo, su polla era de un tamaño estándar, unos 16-17 cm., pero había algo en él, o quizás eran las formas de dirigir el juego lo que me enganchó, nuestros encuentros, nunca fueron iguales, en cada experiencia había algo que me hacía desear otro encuentro.
Una tarde me citó en su casa, estaba eufórica y no veía el momento que llegara la hora prevista, me prepare a conciencia, me duché con tiempo, me perfume hasta el coño. Me puse un vestido blanco por encima de la rodilla, tipo años 60 con vuelo y sin ropa interior, unos zapatos de tacón de color rojo.
Llegó la hora y llamé a un taxi para que me llevara a su domicilio. Cuando llegué a su casa como habíamos quedado, toque al timbre y me recibió dándome un beso con una sonrisa y pasamos al salón.
Había otra pareja con la que otras veces habíamos compartido sexo, cada uno el suyo, nunca intercambiamos. Nos saludamos, ellos ya estaban desnudos viendo una película porno, el chico tenía la polla erecta y con líquido en la punta.
Marc me invito a desnudarme y me pidió que me hiciera una paja mirando a la otra pareja, ellos me miraban y seguían con sus juegos, ella le tocaba la polla a él, él la manoseaba el coño, metiéndole dos dedos dentro. Yo obedecí a Marc y me tumbé en la mesa y empecé a masturbarme, mientras Marc tenía su polla en mi boca y pellizcaba mis pezones.
Con tres dedos recorría mi coño de arriba abajo, después en círculos estimulaba mi clítoris, notaba la polla de Marc como goteaba dentro de mi boca, el calor iba aumentando dentro de mi y introducía dos dedos dentro de mi vagina, moviéndolos deprisa hacia adentro y hacia afuera.
Miraba a esa pareja como jugaban, la expresión de sus caras, lo calientes que estaban, notaba sus miradas penetrantes sobre mí, me puse a cien, el calor aumentaba, me quemaba mi interior y no tarde mucho, explote enseguida, en ese momento sin dejarme recuperarme Marc me dio la vuelta tumbada como estaba sobre la mesa, con los pies en el suelo.
Me cogió de la cabeza dirigiendo mis ojos, obligándome a mirar como terminaba la otra pareja, mientras me metía su polla por el culo, empujando con fuerza, y sin poder remediarlo, empecé nuevamente a tocarme como una loca, era una escena que superaba todo.
De repente vi como el chico explotaba y vi su líquido como empapaba el culo de la chica y ella moviendo su mano como una posesa en su coño, exploto entre gemidos y ver eso, que Marc llegaba al final, volví a terminar con una explosión increíble, sin poder describir lo que sentí, me tumbe boca abajo sobre la mesa para poder recuperarme.
Fue explosivo y sin poder después de los años tener una respuesta. No apartaba aquella escena de mi cabeza, pasaba por mi memoria a cámara lenta, como una película y me ponía cachonda recordando.
Así descubrí, cuando me di cuenta que conseguía mis mejores orgasmos cuando miraba o veía que me miraban.
Es algo indescriptible lo que me motiva ver a alguien follar en directo.
En estos momentos que estamos viviendo tan atípicos, el vernos forzados a un confinamiento, permaneciendo las veinticuatro horas del día con nuestra pareja, nos puede llevar a momentos de frustración. Por lo que me solidarizo con todo el mundo, principalmente con las mujeres y nos ofrecemos a aquellas personas que necesiten consejos para manejar la situación y guiarlas para que ellas mismas vean la realidad de su relación.
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