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Encuentro casual al entregar un paquete de trabajo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Llegué a entregar un paquete, como formalidad, llevar vestido y zapatilla era menester. Abrió la puerta, recibió el paquete y me invitó un café, eran cerca de las 9 de la mañana, no estaba de más un pequeño alto antes de continuar el trabajo.

Todo el tiempo nos hablábamos de usted, la formalidad no debía perderse en ningún momento.

Su sonrisa era cautivadora y la mirada inquietante, la manera que bebía el café era insinuante y muy sensual, mi imaginación voló y dibujaba en mi mente su virilidad extrema.

Se acercó y rozó mi cuello con sus labios, discretamente miré hacia abajo y percibí una erección incipiente a través de su pantalón… Qué ganas de rozarlo apenas, pero me contuve, en cambio no resistí la intención de provocarlo y le dije que había algo que me estorbaba, metí la mano debajo del vestido y retiré las bragas de manera incitante.

Simplemente su mirada se prendió, me tomó de la mano y me condujo a la sala… Desabrochó el cinturón mientras me preguntaba que cómo estaba…

¡Grandiosa pregunta!

¡Me estaba excitando ante tal provocación!

Bajó el cierre y dejó entrever la punta de su pene mojada con una gota lubricante y en extremo atractiva, lo miraba incrédula, mis pezones erectos se veían marcadamente a través del vestido, empezaba a sentir húmedo entre mis piernas, me acerqué para tocarlo con la lengua pero se retiró, me fascina que me provoquen así y ese perfecto desconocido lo hacía muy bien.

Se sentó dejándome ver en plenitud una erección máxima, estaba lubricado, se veía magnífico.

Me acerqué, me hinqué por fin para lamerlo y extender esa gota deliciosa por toda la punta, lo recorrí todo pero sin hundirlo aún en mi boca, ahora me tocaba extasiarlo hasta que rogara por estar dentro de ella…

La humedad que provocaba en mí estaba al máximo…

Sus labios se abrían y su lengua me llamaba…

Nos besamos intensamente, sentía su lengua moverse dentro de mí boca e imaginaba su presencia viril dentro de mí, sabría que eso me fascinaba?

¿Que tenía ese hombre que sin siquiera saber más nada de él ya me había cautivado?

Magistralmente movía sus manos en mi cuerpo, me tocaba las nalgas, movía mis senos con tal vehemencia y suavidad que me reventaba de placer, la lubricación al máximo!

Lentamente me recostó en el sofá, me levantó el vestido, recorrió con sus dedos los labios vaginales hinchados de placer y plenamente mojados, pasó su lengua entre ellos haciéndome gemir tremendamente, veía su gran erección, firme, hermosa, me incorporé, lo lamí, lo recorrí lentamente y lo hundí hasta el fondo de mi garganta una y otra vez, simplemente delicioso!

Gozaba en plenitud esa verga firme en mi boca, lo excité al máximo, gemía riquísimo, un regalo a mis ojos y oídos y un estímulo perfecto para tenerme súper prendida, estábamos deseosos de todo!

Yo ansiaba me penetrara pero él detenía ese maravilloso momento.

Nuestros cuerpos se movían cadenciosamente y nuestras manos acariciaban, estimulaban, hurgaban en los rincones más placenteros provocando placer sinigual.

Su respiración entrecortada denotaba una excitación plena, su mirada enigmática y llena de lujuria me ponían a navegar en un mar incontrolable de deseo, no podía más y suplicaba me penetrara y el seguía jugando a no hacerlo.

Me recostó nuevamente y acarició mi clítoris con la punta de su verga, la subía y bajaba delicioso, entonces sin imaginarlo pero deseándole, hizo un movimiento maravilloso y la dejó que entrará plenamente, un gemido de placer salió de mi garganta y pedía más y más.

Me embestía de tal manera que gritaba ansiosa por tenerla así…

Era un hombre fascinante, lleno de erotismo en sus movimientos, me provocaba tenerlo en mi boca para seguir a otras posiciones donde yo tuviera el control, tenía esa verga hermosa y súper dura entre mis manos, la mame una y otra vez.

Se sentó y abrió sus piernas, estaba tan extasiada que me atreví a tocarle su ano, con ayuda de aceite de coco deslicé mi dedo suavemente y levantó las piernas, un deseo indescriptible me llevó a lamerlo, a meter mi lengua muy suave, sin dejar de masturbarlo al mismo tiempo, lo llevé a la cima del gozo de un beso negro.

Se notaba su éxtasis ante tal estímulo que yo experimentaba también, nunca lo había hecho con nadie y fue una sensación sublime descubrir ese pequeño lugar que lo hacía volar.

Sin poder contener ese río de placer que me invadía me incorpore y lo monté metiéndomela hasta el fondo, era el turno de moverme a mi ritmo, ese juego de cadera que estimulaba todos los puntos sensibles dentro de mí y propició que viniera irremediablemente un orgasmo pleno, explosivo, movimientos rápidos, Gritos de placer, contracciones exquisitas, nuestras manos se enlazaban para darme firmeza y sentirlo al máximo, él lo disfruto tanto como yo…

La intensidad no bajaba y su boca, su lengua me provocaban para besarlo apasionadamente, era una sincronía de deseos increíble.

Incansable me llevó a la cama y ahí me embistió hincada, me hizo resbalar y parar el culo para que él se moviera con fuerza, las sensaciones eran una locura de gozo total, cambiar de posición y mamarla entre cada una, nos prendía a ambos.

Increíblemente nos acoplábamos.

Lo que pedía con la mirada y sus movimientos lo correspondía para dejarnos llevar al clímax.

Estábamos tan prendidos que me dijo que viera como se masturbaba para mí y que lo filmara con mi celular, lo hacía de una manera magnífica, la firmeza era total, su tamaño simplemente perfecto, me dijo que deseaba que una amiga mía lo viera, y eso me prendió al máximo.

Imaginarlo en la boca de otra era una fantasía inevitable de imaginar, decíamos lo que imaginábamos y eso nos encendía mucho más, la tomé entre mis manos mientras él seguía grabando, las ganas de mamársela al tiempo que el video seguía corriendo era un gusto pervertido y emocionante.

Gemía riquísimo y me monté de manera inversa para que viera como entraba y salía, esos movimientos rítmicos que yo controlaba me llevaron a un segundo orgasmo… ¡Espectacular!

Su verga seguía dura, exquisita, se la mamaba una y otra vez con verdadera lujuria y satisfacción.

Seguimos cogiendo con fuerza.

Mi espalda sudaba y él lo gozaba, dejaba que sus manos resbalaran por ella, me tomaba del cabello con una fuerza excitante pero sin hacer daño, me provocaba tanto esa acción que me enloquecida de placer!

Después lo sacó y se masturbo intensamente, yo lo veía extasiada esperando ese momento explosivo, él me estimulaba con el dedo del pie dentro de mi vagina, una sensación nueva también que me hizo pensar que no importa el tamaño sino la entrega al placer sin límites…

Él seguía provocándose intensamente hasta bajo la embriaguez de placer que nos dominaba, ese torbellino implacable de sensaciones lo llevó al clímax que mi boca esperaba,

Una vorágine de sensaciones incontenibles lo hizo estallar, gemía delicioso.

Me dejó su rico elixir en la boca y lo saboree delicadamente,

Despacio lo fui limpiando y después se lo compartí a través de un beso suave y sensual mientras metía su verga dentro de mi vagina para albergarlo en su relajación.

Al final, estando entre sus brazos y totalmente exhaustos, disfrutamos ese juego muy bien diseñado fruto de la imaginación y creatividad de ambos… "los perfectos desconocidos".

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