Me llamo Brenda, tengo 22 años y estoy enamorada de mi prima. Siempre supe que era gay, independientemente de toda esa difusión y apertura que se le ha dado a la homosexualidad, en realidad a mí no me ha ayudado en mucho, jamás eliminé el miedo a salir del closet, la sociedad limita la expresión por las buenas costumbres, más en la familia en la que crecí. Emma tiene 20 y tiene una figura envidiable, cabello negro lacio, no tiene el busto muy grande, mide 1.58, es muy bajita lo que hace que su culo se vea mas grande pues tiene caderas grandes, es divina, desde muy pequeña comenzó a practicar gimnasia así que hacía resaltar sus bien torneadas piernas.
Cuando vamos caminando veo como los hombres la ven, pero no me molesta, es guapa y obviamente llama la atención, yo mido 1.65 y mis medidas son 94, 59, 88, si lo sé, tengo mucho busto y los hombres me persiguen, pero yo solo tengo ojos para Emma.
Cuando éramos mucho más jóvenes encontramos en unas cajas viejas unas películas porno, cuando estábamos solas las pusimos, la primera escena era un hombre con una gran pija encima de una rubia con un busto enorme, la embestía por el ano como un toro mientras ella aullaba de placer. Para serles sinceros no me gusto, ni sentí cosquillas, pero volteé a ver a Emma y tenía los ojos muy abiertos y su boca ladeada por el gusto de ver, se veía que se le antojaba.
Quitamos las películas y las escondimos, en mi cuarto nos quedábamos las dos cuando ella venia de visita.
Unos días después nos levantamos casi a media noche y las pusimos desde el principio. Lo que vi nunca lo olvidare. En pantalla aparecieron dos mujeres hermosas acariciándose y besándose, se nalgueaban y jugueteaban sus lenguas con deseo, chupaban sus pezones y mordían, se bajaban las tangas y comenzaban a acariciar sus clítoris. Succionaban sus labios con dulzura, arriba y abajo con la lengua, en toda su extensión de la vulva, yo estaba excitadísima.
-Emma, ¿te has masturbado alguna vez?
-Solo una vez en la regadera, pero casi no me gusto.
Recuerdo que tenía yo tenía un pantalón holgado, y una playera de dormir, me las quite argumentando que tenía calor, quede desnuda (no era la primera vez que Emma me veía así).
– ¿te molestaría si me masturbo aquí?
-No Brenda, supongo que es algo natural, algo que se disfruta, si no, mira esas chicas, están gozando de lo lindo jajaja.
Me acosté de lado y comencé a sobar mi pubis, jugueteaba mi vello púbico, las yemas de los dedos rozaban mis labios vaginales y yo suspiraba. Comencé a sobar la parte de arriba de mi vulva y sentía como me iba humedeciendo cada vez más, ¡Mmm! ¡hhhaaa! yo tenía una sábana encima, pero Emma sabía lo que estaba haciendo, ella estaba atenta a como las actrices se penetraban la una a la otra con un consolador transparente. De repente dijo algo sin quitar la vista de la pantalla, algo que me saco de mi delirio.
-Si quieres puedes besarme
Quede estupefacta de su afirmación, sin embargo, rechace la oferta ya que me dio miedo que solo fuera una afirmación dicha sin pensar. Seguí masajeando mi clítoris y en cuanto logré meterme dos dedos tuve un orgasmo. Me quede exhausta pero feliz. El sueño me venció.
Un par de años después nos encontramos en una fiesta, tomamos mucho y bailamos, no podía dejar de verla y ella correspondía mis miradas, bailamos con hombres, nos divertimos mucho pero el alcohol me hizo que comenzara a provocarla, a acercarme a ella y rozar su cuerpo al bailar, ella solo sonreía y se sonrojaba.
Esa noche como esperaba se quedó a dormir conmigo, yo estaba muy ebria así que solo recuerdo que le dije que la quería mucho y que de mi podía obtener lo que quisiera, todo.
Meses después nos reunimos los primos, estuvimos tomando y bailando, pero no podía cometer el mismo error, me mantuve sobria, al final nos quedamos solas platicando, me platicaba de sus amigos y aventuras compitiendo en gimnasia.
-quieres ver algo que aprendí, lo estuve practicando.
Se recostó en la alfombra, después levanto sus piernas y las puso junto a su cabeza, sacando las manos por enfrente, sus piernas quedaron atrás de sus orejas y cabeza mostrando terrible chocho, tenía una licra ajustada así que se marcaban sus labios vaginales, una pata de camello deliciosa. Al ver mi expresión comenzó a reír, pero yo no soporte más.
En esa posición la tome de las cienes y la bese, ella correspondió mi beso, la posición era ideal para chuparle hasta la sombra. Nos besamos larga y cálidamente, jugueteaba con su lengua y se la metía hasta adentro, la acaricie suavemente, ella se inclinó y perdió la posición, la levante y tome de la mano, la dirigí hacia mi recamara.
La seguí besando y tocando sus pechos, le pusimos seguro a la puerta, seguí jugando con sus pezones y lamiendo su cuello, besaba tan rico que yo ya estaba húmeda, quería devorarla, quería succionar sus jugos. -Ahora sí, haz la posición, pero desnuda.
Sin decir una palabra se sentó en la orilla de la cama y subió sus piernas por detrás de su cabeza, tenía un cachetero rosa el cual se veía hermoso, lo hice a un lado y comencé a deleitarme con su jugosa panocha, lamia de arriba abajo su vulva, con la yema de los dedos jugueteaba su clítoris haciendo que se pusiera duro para luego chuparlo, jugaba con él y no dejaba que bajara su densidad, Emma gemía de placer, ¡Mmm!, ¡hhhaaa! yo estaba extasiada, succionaba sus labios vaginales y mordía su clítoris. Mi lengua vibraba sobre su vulva, a veces metía mi lengua en su agujerito y volvía a atrapar su clítoris con mis dientes alternando movimientos.
¡Ahhhhh!, ¡voy a terminaaaarrr!- No contuvo el gemido, lo soltó como si no hubiera nadie en casa, pero todos estaban vencidos por el alcohol, yo me desnude completamente, saque un vibrador de un cajón, ella me vio con temor pero a la vez con deseo. ¡Mmm!! mmmételo, métemelo aquí, fóllame! Me decía sobando su agujero con lubricante.
Chupé el pene de plástico para lubricarlo, después le di una lamida rápida a su conchita. Lo iba metiendo poco a poco. Cuando entro todo lo movía con ritmo, yo me masturbaba viéndola mientras la penetraba con el vibrador. ¡Aah!, ¡Aah!
Tuvo otro orgasmo brutal, yo al verla estaba extasiada, tenía a mi merced a la mujer que amo, cambiamos de posición y yo la puse arriba de mi en un sesenta y nueve, le comencé a chupar la puchita de nuevo, sobaba sus nalgas y su culo, metía el dedo por su ano, le lamia el clítoris y su agujerito mientras metía y sacaba el consolador, yo al sentir sus labios también tuve un orgasmo, le pedí que me metiera el consolador a mí y me succionara el clítoris, al sentir sus húmeda lengua sentí un placer indescriptible.
Terminamos cuando tuvimos un orgasmo al mismo tiempo. Nos quedamos dormidas desnudas solo tapándonos con una sábana.
Después de ese día se fue y no la volví a ver hasta hace poco, que me dijo que venía nuevamente a vivir a mi ciudad.
Acabo de recibir un mensaje de Emma.
-Hola Brenda, ¿cómo estás?, ¿te puedo enviar una foto de que tan flexible soy ya?
Espero contar con su opinión y puntos de vista o lo que sea que me quieras contar, también si queréis platicar y contarme sus fantasías, deseos o encuentros, no importa género o preferencia sexual. Mi correo es [email protected]. Saludos.