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En una tarde lluviosa
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Tiempo de lectura: 2 minutos

En un relato anterior les conté como conocí a Gloria y que terminamos en una relación clandestina. En esta ocasión quisiera tratar de transmitir el momento muy excitante que viví con el ella en una de sus visitas a mi oficina.

Era una tarde lluviosa, yo solo en mi oficina cuando de repente llega ella a la puerta, le abro y la hago pasar, se me acerca y con disimulo me da un beso, sorprendido? Me preguntó, la verdad si, respondí, me dijo, la verdad es que estoy aquí por asunto de negocios, necesito que me ayudes a resolver una situación con unos pedidos atrasados. Mientras me explicaba la situación en mi mente empecé a hacer una película, imaginaba como sería cogerla ahí, en mi oficina. Cuando termino de explicarme retome mi atención a su problema y fue cosa de unos minutos darle respuesta a sus interrogantes.

Después de eso me hace el comentario que aún llueve mucho y que se mojara camino a su carro, a lo que yo le respondo que mejor se moje conmigo pero no bajo la lluvia, ella entendió muy bien el mensaje, que se te ocurre? Me preguntó. Déjame ver por dónde empezamos, le dije. Mientras llevaba mi mano a mi cierre del pantalón saque mi verga y la puse en su mano, ahora que se te ocurre hacer , le pregunté. Ella solo me miró sonrió y empezó a besar mi cuello sin soltar mi verga, y así bajo hasta llegar a ella. Comienza con besos tímidos en ella para continuar con pequeños chupetes.

Se detuvo y me dijo, te la chupo pero yo también quiero disfrutar, trato hecho le dije. Me llevo hasta mi silla de escritorio y yo sentado mientras ella de rodillas empezó a darme una mamada de esas que es difícil olvidar, cuando sentí que ya no podía detener mi explosión la detuve y pude de pie, desabroché su pantalón y lo retire lentamente mientras apretaba sus tetas y nalgas, una vez desnuda la voltee agresivamente y empuje su espalda hasta que sus tetas quedaron sobre mi escritorio, ahora sí tenía ante mi un panorama muy favorable, coloque la punta de mi verga en su vagina, que ya estaba muy mojada, me acerque y le dije al oído, a esto me refería cuando dije que te mojaras conmigo.

Empuje mi verga de una hasta el fondo, ella se agarró fuerte de los bordes de mi escritorio volteo su cara para dejar su mejilla sobre unos documentos y me dijo, dale, dame duro por favor, duro muy duro. Esas palabras me excitaron de más, empecé con envestidas muy fuertes, y dando nalgas fuertes y sin medida, hablaba su pelo y le gritaba, sos mi puta, sos mi perra… a lo que ella solo respondía, si, si, si soy toda tuya, dame, dame más duro.

Esa afirmación de ella provocó que explotara y le llenará su vagina de mi semen caliente, me quedé recostado sobre su espalda unos minutos, y luego empezamos a vestirnos mientras comenté, rica lluvia verdad.

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