Esto sucedió hace unos días, resulta que en la empresa donde trabajo, he hecho amistad con una señora joven, casada, yo también estoy casado, pero bueno; platicamos de cosas triviales y poco a poco fuimos tomando confianza, hablando de nuestras relaciones, de cómo nos va en el matrimonio y esas cosas, no sé cómo llegamos al punto de coquetearnos, bueno, creo yo comencé a decirle que me gustaba, de hecho es la mujer más guapa, piel blanca, rubia, ojos verdes, boca que invita a ser besada, senos medianos y un buen trasero.
Fueron muchos meses de ese coqueteo, pero no pasaba nada, hasta ese día. Resulta que ese día no hubo casi nadie en el edificio, ni mi jefe que está en la misma oficina que yo, ese día estaría yo solo, entonces, llega ella (Ximena) a pedirme un favor, pasó a mi oficina y de pronto me pide que vayamos a un cuarto que tenemos como bodega; yo me sorprendí porque nunca me había pedido algo parecido, ella iba delante de mí y al entrar, ella se voltea y me besa, entonces yo me prendí, le respondí el beso pero más apasionado, la abracé y comencé a bajar mis manos hasta sus nalgas, la apreté más hacia mí y ella gimió muy fuerte, le di la vuelta y comencé a acariciarla desde la cadera, subiendo por su vientre hasta sus senos, los toqué por sobre su blusa y luego la desabotoné, de uno por uno, mientras ella gemía, yo besaba su cuello y oreja y le decía que me encantaba, que me excitaba mucho tenerla así, cuando por fin le desabroché la blusa, le di vuelta pude contemplar sus hermosos senos con el bra y su piel blanca, le quité la blusa mientras la volví a besar.
Desabroché el bra y fui directo a sus pezones, los lamía, besaba, chupaba, mientras con mis manos desabrochaba su pantalón, ella entonces comenzó también a desabrochar mi camisa y gemía a cada mordida que le daba. Ya que terminé de abrir su pantalón ella hizo lo mismo con el mío, ya tenía una erección como nunca antes, entonces mi sorpresa fue mayúscula cuando veo que se arrodilla y comienza a bajarme el bóxer para inmediatamente apoderarse de mi pene.
Fue una sensación muy placentera, sentir sus manos, sus labios y piel en mis genitales, me sentía en el cielo, no daba crédito a lo que veía, entonces la levanté y la senté en una mesa que estaba cerca e hice lo propio, comencé a besarle su vagina, muy bien depilada, muy suave; recorría con mi lengua todos sus labios y ella se arqueaba y gemía de placer, mientras con una de sus manos me apretaba más a su vagina, yo seguía comiendo, chupando, besando, penetrándola con mi lengua, entonces ya más animado, me paré delante de ella, tomé sus piernas y las acomodé al rededor mío, tomé mi pene y comencé a jugar con él en la entrada de su vagina, rozar su clítoris con mi pene, lo sentía muy duro.
De un sólo empujón la penetré hasta el fondo, ella gritó y yo cubrí su boca con un beso apasionado, estuve penetrándola un poco fuerte por un rato, ella gemía muy rico, no decía nada, sólo gemía, entonces ella me apretó con sus piernas y tuvo un orgasmo riquísimo, yo sólo podía apretar lo más que podía, cuando ella terminó de ese orgasmo, yo la bajé de la mesa, le di la vuelta, la recosté boca abajo y la penetré desde atrás, ella sólo gimió y comencé a penetrarla duro, la tomé de la cintura y veía como sus hermosas nalgas rebotaban en mí, no tardé mucho en terminar, una corrida muy fuerte y me dejé caer sobre ella.
Entonces reaccioné que estábamos en mi oficina, comenzamos a vestirnos rápido, le pregunté que qué haríamos, pues no habíamos usado preservativo, ella dijo que así era más rico y que no me preocupara, que ella estaba tomando la píldora, nos despedimos con un rico beso y desde ese día no nos hemos vuelto a encontrar, sólo nos mandamos mensajes por whatsapp planeando un segundo encuentro.