Me imagino cosas.
Me imagino que estamos sentados en la mesa de algún pub ruidoso de la Arístides cenando, mucha gente, mucho bullicio. Buscamos la mesa más oscura y más apartada que podemos, es tan apartada que la moza tarda casi 20 minutos es darse cuenta que estamos allí. Te sientas frente a mí mientras tomamos algo, te miro a los ojos seductoramente, mientras tu sonríes de manera pícara, mis manos acarician las tuyas, la tensión sexual se nota en el aire, la moza nos trae lo que pedimos, sabemos que no volverá en un buen tiempo. Me saco el zapato y comienzo a acariciar tu pie, subiendo por tu pantorrilla. Me miras con cara de deseo mientras comienzo a acariciarte los muslos, lento casi acariciando tu entrepierna. La excitación aumenta en los dos, nuestras respiraciones son un poco más agitadas de lo normal.
Miro tu escote con deseo mientras empiezo a presionar con la punta de los dedos del pie tu vagina, te excita, miras alrededor buscando alguien que esté mirando, pero el bullicio es grande y nadie nota que te has sonrojado. Presiono y acaricio por encima de tu pantalón, la comida ha pasado a segundo plano cuando me aprietas las manos mientras continuó apretando y moviendo mi pie en tu entrepierna.
Me levanto, mi erección es más que notable en mi pantalón, me siento al lado tuyo, muevo mi plato para que nadie sospeche. Me miras a los ojos mientras me sobas por encima del pantalón mi pija dura. Mis dedos hacen círculos sobre tu entrepierna sobre el pantalón, la humedad comienza a filtrar, tu respiración se acelera. Me acerco a tu oído y en un susurro te digo “Despréndete el pantalón”. Me dices que no con la cabeza, miras a la gente. Me acerco nuevamente a tu oído y te repito “Despréndete el pantalón”, te respiro en el cuello, se erizan tus bellos, un escalofrío te recorre el cuerpo “No fue una pregunta”. Te muerdo levemente la oreja. Mi mano acaricia tu escote, noto como se te pone la piel de gallina mientras te beso lentamente, nuestras lenguas se entrelazan, nuestra respiración es agitada.
Cuando te desprendes el botón de tu jean, mi mano rápidamente se mete debajo, estas empapada, eso me para más la pija si se puede, palpita esperando el momento. Te acaricio los labios húmedos por encima de tu ropa interior de encaje. Me calienta tanto ver tu cara como pidiéndome que siga, rozo tu clítoris y tu cuerpo se tensa por un microsegundo. La moza llega a preguntar si necesitamos algo más, mi mano debajo de la mesa, tapada con una campera disimula lo que estoy haciendo.
Tranquilo y relajado le contesto que no necesito nada, te pregunto si vos necesitas algo, miras a la moza para contestarle y en ese mismo instante te meto un dedo, despacio. Te dejo que hables pero tu voz toma algunos tonos agudos, te pregunta si estás bien, dices que sí, pero cuando estás a punto de decir otra palabra mi dedo empieza a moverse de arriba hacia abajo, lentamente, me aprietas el brazo. “Estás bien querida¿? Te noto algo colorada” la moza reafirma que estas colorada, dejo mi dedo quieto, respondes que si, que es solo un pequeño malestar, terminas de decir eso y muevo con violencia mi dedo, te encorvas un poco, me clavas las uñas, dejo mi dedo quieto.
La moza se despide, me empiezas a retar por lo que acabo de hacer, pero te meto dos dedos pones tu cabeza en mi pecho y entonces te pajeo con ambos dedos, gimes en mi pecho, miro alrededor mientras tu vagina húmeda presiona mis dedos. Te pajeo con violencia, tu respiración es una combinación de gemidos y mordiscos a mi pecho, con mi mano libre te tiro del pelo de la nuca, te excitas aún más todavía, Me muerdes el pecho mientras gritas y me clavas las uñas en los brazos, tus piernas se cierran aprisionando mi mano, pero aun así no dejo de mover de arriba hacia abajo mis dedos.
Cuando tu cuerpo se relaja saco mi mano, me siento delante de ti nuevamente, acomodo mi plato y empiezo a comer. Cada bocado que me llevo al rostro tiene el olor a tu vagina, me calienta sobremanera, mi pija dura y venosa continua atrapada en mi pantalón. Entonces bebemos y comemos, en un momento tomas tu ropa por el cuello y la bajas para darme un buen vistazo a tus tetas desnudas, mi pija que había bajado un poco vuelve a estar erecta, se me hace agua la boca verte así, morbosa. Miras alrededor, te aseguras de que nadie te vea y te metes debajo de la mesa, mis manos alisan el mantel mientras siento como el cierre de mi jean baja
Te cuesta un poco sacar mi pija pero cuando lo logras la acaricias suavemente, bebo algo para disimular, siento tu aliento, noto como tu saliva tibia bañan el miembro me empiezas a pajear lento, cada tanto lames la cabeza, le das besito o te metes solo la puntita en la boca, estoy extasiado, me encanta.
Llega la moza a llevarse los platos, pido unos tragos, estoy diciendo el nombre del segundo trago cuando te metes mi chota en la boca y la masajeas con tu lengua de manera suave pero rápida, debo callar, el placer hace que se me vaya la voz, trato de controlarme y digo el segundo trago. Me pregunta si estoy bien, no alcanzó a decir que si cuando noto que haces garganta profunda, ¾ partes mi pija están dentro de tu boca y presionas para que entre mas aún. Araño la mesa y le hago señas a la moza para que se vaya en silencio, cuando ella se va, simuló que vuelvo a hablar con ella. Vuelves a hacerme garganta profunda pero esta vez mi mano te toma de la nuca haciendo que mi pije entre hasta el fondo, siento tu arcada cuando quito la mano, espero un reproche, un golpe o algo. Lo único que recibo son tus labios y tu lengua sobre mi pija de nuevo, chupando y lamiendo. Estoy extasiado, me encanta, me relajo y disfruto. Sin darme cuenta pido la cuenta, la moza llega, saco mi billetera, momento que aprovechas para bajar hasta los tobillos mis pantalones.
Mi cara es un poema, ahí estoy con una moza mirándome a los ojos, mis pantalones en los tobillos y vos chupándome la pija mientras acaricias mi bolas con tus manos. Trato de contar el dinero pero me es muy difícil pensar en otra cosa que no sea tu lengua recorriendo desde la punta de mi pija hasta las bolas, mis manos sudorosas tiemblan. Termino de contar como puedo el dinero, cuando estoy por estirar el brazo, me empiezas a pajear fuertísima mente, me muerdo el labio para no gemir, bajo la cabeza, es entonces cuando me empiezas a lamer las bolas sin dejar de pajearme, estiró el brazo con el dinero, la moza me mira extrañada pero toma el dinero. Cuando la moza está a unos cuantos pasos de distancia, te tomo del cabello de la nuca y meto la totalidad de mi pija en tu boca y acabo de manera brutal, succionas para mantener en tu boca todo el semen.
Sales de debajo de la mesa, me muestras tu boca mientras con tu lengua jugueteas con mi semen y bebes los que queda del trago de un solo saque junto con mi esperma. Sonríes picara, morbosa y sintiéndote la puta más feliz del mundo.