Hola de nuevo con un relato de lo calientes que éramos mi ex y yo.
El viernes por la mañana me marcó muy temprano a casa, y me pidió que fuéramos a dejar un dinero que su papá tenía que darle al albañil que estaba construyendo unos departamentos. Así que le dije que solo me dejara bañar e iba por ella a su casa.
Durante esa semana, nos habíamos visto todos los días, casi siempre a la hora de la comida y a veces a medio día, y como les comenté los dos éramos muy cachondos, cada vez que teníamos oportunidad nos gustaba tener sexo en donde nos dieran ganas, nada más que durante esos días no habíamos podido, ya que como eran vacaciones escolares, sus hermanos estaban en casa y en la mía también estaba mi hermano, y como su papá estaba trabajando por las mañanas, no me dejaba salir por la tarde con ella. Así que solo eran unos fajes que a los dos nos dejaban muy calientes.
Al llegar a su casa ya me estaba esperando en la puerta, iba vestida de lo más normal, con unos jeans y una blusa de licra morada, se subió al carro y nos dimos un beso muy húmedo y largo.
I: que bueno que no tardaste mucho, acaba de hablar mi papá y le dijo a mí mamá que tal vez alcance a llegar a ver al albañil.
Yo: pues no que le tocaba doble turno?
I: pues eso nos dijo ayer cuando se fue, pero el amigo que le había pedido que lo cubriera, que siempre si llegaba.
Yo: ok, pues vámonos y espero que no llegue cuando estemos ahí, ya vez que no le gusta que estemos solos mucho tiempo, quien sabe por qué? Jajaja.
I: pues si ya vez como me cuida, mejor ya vamos.
Así que arranque y nos dirigimos hacia el terreno donde estaban construyendo, durante el camino que no era muy lejos de su casa, solo comentamos que durante esos días no habíamos tenido sexo. Cuando llegamos al lugar, nos dimos cuenta que podíamos pasar, sin tener que esperar al albañil, ya estaba ahí, así que ella le dio el dinero y le dijo que tal vez llegaría su papá, él nos dijo que estaba bien y que si queríamos podíamos ver cómo iba la construcción, que no tardaba mucho.
En cuanto se fue y cerró la puerta, ella me dijo, vamos a subir a ver qué tal se ve, así que subimos por la escalera típica de las construcciones, de madera y no muy estable, le dije sube tu primero, quiero ver tu hermoso trasero, mientras yo subo atrás de ti.
Me gustaba mucho verle su trasero, redondo y bien formado, siempre que podía le agarraba sus nalgas y se las masajeaba, eso hacía mientras iba subiendo.
I: espérame que nos podemos caer.
Yo: ok pero bien sabes que me gustan mucho tus nalgas.
En cuanto subimos, no perdí tiempo y comencé a besarla y tocarla por todos lados, ella respondió de igual manera y comenzó a sobarme el pene sobre mi pantalón, mientras yo le tomaba con fuerza sus nalgas y se las separaba, como pude logre meter mi mano bajo su pantalón para sentir la piel de sus nalgas, ella comenzó a estimular más mi pene con su mano.
I: ya se está poniendo como gusta, mmm…
Yo: y a mi como me gusta sentir así tu piel
I: bájame el pantalón, rápido tenemos que aprovechar que no hay nadie, te necesito dentro de mi.
Eso hice y mientras iba bajando su pantalón, le iba besando sus tetas, bajaba más y le besé su abdomen, un poco más y le besé su entrepierna sobre su calzón, ella me sujetaba la cabeza y la pegaba más hacia ella.
I: mmm… ah ah, busquemos un lugar para que nos acomodemos…
Yo: que te parece que te recargues en esa ventana, (que al estar en construcción, solo estaba el espacio donde pondrían la ventana)
I: nos van a ver.
Yo: ponte como si vieras hacia la calle, recarga tus brazos ahí.
Así lo hizo, mientras yo le besaba la espalda, e iba bajando hacia su cintura y a sus nalgas, le di un pequeño mordisco que la hizo gemir muy leve, pero muy sensual, le baje su calzón hasta los tobillos y le abrí sus nalgas, para tener acceso a su vulva y comencé a pasarle la lengua de arriba abajo, ella trataba de aguantar sus gemidos y solo levantaba más sus nalgas hacia mí, se zafó su pantalón junto con su calzón, de un solo pie y subió la pierna que recargo un pequeño borde de la pared, yo continuaba pasando mi lengua en su vulva, se la abría con una mano y sentía como empezaba a lubricar, ella solo contenía sus movimientos y sus gemidos, ya que estaba literalmente casi con medio cuerpo hacia afuera.
De repente se volteó y me dijo que parara un momento, alguien se acercaba en la calle y venía del lado donde estábamos, no le hice caso, solo la jale más de la cintura hacia mí y comencé a meter un dedo en su vagina, ella comenzó a mover su cadera y a gemir un poco más fuerte, se inclinó completamente y sentí como tenía su orgasmo, le temblaban las piernas y lubrico riquísimo, ya quería sentir su calor y yo observar como entraba mi pene en su vagina, le saqué los dedos y apunte mi pene a su vulva, mi pene también ya estaba con líquido preseminal, solo lo esparcí sobre mi glande y comencé a metérselo poco a poco.
I: ya metelo todo no me hagas eso, y menos aquí, ahhh ahhh mis piernas me tiemblan.
Yo: con calma me gusta ver cómo te lo vas comiendo, despacito.
Bajó su pierna y dejó parado su trasero para que siguiera con el mete y saca, entraba y salía muy rico los dos comenzábamos a sudar y gemir más fuerte, la sujetaba de la cintura y los movimientos eran cada vez más rápidos y el chocar de mi pelvis con sus nalgas se escuchaban más fuertes. Al tenerla en esa posición, me era fácil acercarme a su cuello y besarla, le tocaba sus tetas aun con su brasier puesto, a lo que ella me ayudó a liberar una de sus tetas y poder tocar mejor. Sus gemidos a veces los contenía y otros los dejaba que fueran más fuertes.
I: dame más más, no pares mmmm…
Comencé a moverme más rápido y ella movía sus caderas en forma circular y de abajo hacia arriba, en eso estaba cuando la empine un poco más y con un dedo empecé a tocar su ano.
I: no empieces de travieso eh, mmm… Me lo vas a tener que meter por el culo, ahhh que rico sigue…
Yo: es lo que quiero, darte por el culo y llenártelo…
El olor a sexo era delicioso en ese espacio, que al principio era a tierra y humedad.
I: está bien, dámelo en el culo, pero ya, que puede regresar el albañil o llegar mi papaaahh.
Se lo saque y le puse un poco de saliva, se lo acomodé en la entrada de su ano, y ella comenzó a hacerse hacia mí, poco a poco se fue relajando su esfínter, yo la jalaba de la cintura y ella se separaba sus nalgas con una mano la otra le tenía recargada en la pared, haciendo fuerza hacia atrás, para que pudiera entrar mi pene, cuando iba la mitad adentro me volteó a ver, me excitaba mucho ver su cara de dolor y placer al recibir mi pene en su rico culo, ella lo sabía muy bien, y ponía cara de "te voy a comer todito".
I: me encantaaa que me des por el culo, dámelo todooo yaaa…
Le metí lo que faltaba de golpe y se estremeció, su piel se puso chinita y grito, más de placer que de dolor, comenzamos con el mete y saca, ella trataba de llevar el ritmo, pero de repente yo lo aumentaba o se lo sacaba por completo, para ver su ano dilatado.
I: no hagas esooo, me excitas y a la vez me duele cuando lo sacas todo, aahh pero sigue soy toda tuyaaa…
Se lo metí de golpe y la jale del cabello con una mano, con la otra la jalaba de la cintura, los movimientos eran cada vez más fuertes y rápidos, la solté del cabello y le comencé a frotar su clítoris, mientras ella solo me decía que le diera más fuerte y que no parara, asi estuvimos unos minutos cuando sentí que estaba a nada de venirme, ella también lo sintió:
I: déjamelos todos en el culo, los quiero sentir hasta adentro, me estás haciendo ve…
En ese momento se vino muy rico, su humedad escurría en sus piernas, mientras yo seguía con las embestidas más fuertes y profundas, sus piernas se doblaron un poco, cuando yo también me vine, ella apretó más su ano, como si no quisiera que se lo sacara, lo mantuvo así unos instantes y lo relajó, me lo apretó riquísimo. Cuando se la saque, la ayude para que no se fuera a caer sus piernas le temblaban, se volteó y nos dimos un beso muy húmedo y largo.
I: me excitas demasiado cuando me coges así, en este tipo de lugares o cuando nos pueden cachar…
Ambos seguíamos con los pantalones en los tobillos, estaba a punto de contestarle, cuando escuchamos que se abrió la puerta, era el albañil que había regresado, nos acomodamos la ropa, cuando nos gritó que si estábamos arriba, a lo que le conteste que sí, que ya bajábamos, nos sacudimos un poco la ropa y bajamos, nos vio con cara de que estaban haciendo?, los dos estábamos aún un poco sudados y ella estaba aún colorada de la cara, por la rica sesión de sexo que habíamos tenido.
Nos despedimos de él y salimos del lugar, casi al llegar al carro, llegó su papá, nos vio y le dijo que se fuera con él, que no tardaba mucho, ella le contestó que estaba bien y nos despedimos con un picorete, beso sin lengua ni nada, quedamos de hablar por la tarde, y me fui a casa a almorzar y a dormir un rato.
Espero sus comentarios y que les haya gustado mi relato, gracias por leer.