Unos días después del encuentro sexual con Aidé, las cosas seguían calientes, ella seguía seduciéndome tanto por mensaje como en persona.
Cada que miraba a verla ella se mordía los labios o cruzaba las piernas para que s ele viera todo, uf, estaba idiotizado pro esa mujer, que a pesar de su edad seguía inspirando a muchos.
Ese viernes caluroso, ella traía una minifalda negra entallada, su blusa blanca marcando sus tetas y sus sandalias enseñando sus hermosos y cuidados pies, no podía dejar de observarla, la verdad la tenía parada y más con el chat que estábamos teniendo.
A: ¡Me gustaría estar arriba tuyo otra vez!
L: Neta, ¡hoy te ves más rica de lo normal!
A: ¡Gracias, si ya vi que no dejas de verme!
L: No me culpes, ¡es inevitable!
A: ¡Ya apúrate a trabajar porque luego te quedas jajá!
L: Con una distracción como tú, ¡esta cañón!
Aidé seguía provocándome, subía más su falda, me mandaba fotos de ella en lencería, con poses sugestivas y gestos de lujuria, yo ya no aguantaba la excitación, entre el calor y la madura, no resistía más!
Aun así, llegue casi al final del día, cuando todos se alistaban para irse Aidé se maquillaba frente a mí, yo miraba y disfrutaba el show, ¡dios mío!, ya no resistía mas así que se me ocurrió algo peligroso en ese momento.
Espere a que algunos compañeros salieran y empecé a cazar a Aidé, en eso cuando vi que se dirigía al baño de mujeres que estaba en medio de las oficinas me pare y escondí entre unas oficinas para que nadie me viera y justo cuando iba a entrar al baño ¡la tome de la mano y la lleve hacia el baño “genérico” que es para hombres y mujeres!
A: ¿Que te pasa?
L: ¡Mamacita es que ya no aguanto!
A: Espera, ¿aquí?
L: ¡No me importa, solo quiero entrar en ti!
A: ¡Luis, pero es peligroso!
L: Me vale, ven, ¡sé que también quieres!
Comenzamos a besarnos apasionadamente, la adrenalina invadía nuestros cuerpos, Aidé gemía y cerraba sus ojos, yo apretaba sus nalgas y sus muslos, ¡ella me besaba el cuello y poco a poco accedía a mis deseos!
Me baje el cierre y saque mi verga que ya estaba dura, Aidé inmediatamente se agacho para comenzar a mamármelo, ¡uf que rico! la madura devoraba mi pene de manera excepcional, ¡yo miraba hacia la ventana esperando que nadie nos viera y trataba de no gemir mucho!
A: ¡Deliciosa verga!
L: ¡Síguele mamacita!
Aidé me dio una muy rica mamada, pero como teníamos el tiempo contado, ya que su maridó venia por ella, la puse pie, levante su falda y le baje la tanga, la cargue ahoyándola en la pared del baño y la penetre rápido, tratábamos de hacer el menor ruido posible, pero era difícil, esa pose hacia que me apretara as rico mi verga, sin contar que me comía las tetas de Aidé que son grandes y duras y que ella me besaba y mordía el cuello, ese rapidin ya estaba tomando forma de un buen sexo!
A: Ah, ¡nene que rico!
L: ¡Aprietas magnifico, uhm!
A: ¡Más, dame más duro!
L: Tómala, ¡es tu castigo por seducirme!
A: ¡Castígame mi amor, castígame!
Baje la tapa del inodoro solo para que subiera su pierna, en esa pose me deleite magnifico de su vagina, nos besábamos y ambos mirábamos a fuera, ella noto que su marido estaba esperándola, esto la excito más, me pedía más verga, que me apurar antes de que le marcara, ¡yo solo me ponía más duro y la escena de nosotros en el baño y su marido en su carro aun me pone a mil!
¡Me tire al piso y ella arrodillada subió a cabalgar, le mordía las tetas mientras ella lastimando un poco sus rodillas, se movía riquísimo, se dejaba caer mientras le apretaba las tetas, sus fluidos empezaron a salir, nos tocaban la puerta del baño, todo era una locura!
L: Muévete nena, uf, ¡que rico!
A: ¡Mi marido me espera, dios mío!
L: ¡Que siga ahí, vamos muévete!
A: ¡Agh, bebe eres un dios sexual!
L: ¡Todo el día me tuviste excitado, no me puedes dejar así!
A: ¡Mi amor cógeme, cógeme!!!
¡Nos pusimos de pie y la recline apoyándola en la caja del inodoro, y de la pared, ella abrió sus piernas y se empino un poco!
A: ¡Métela amor!
L: ¡Eres fantástica, tómala!
A: ¡Agh, si, agh!
L: ¡Nos van a escuchar!
A: ¡Perdón, pero es que está muy dura!
L: ¡Mmm, mi amor!!!
La penetraba fuerte, le daba de nalgadas me acercaba a su cuello para mordérselo, le decía que mirara hacia su marido, ella escurría al hacer eso, yo la embestía cada vez más fuerte, el sonido de nuestros cuerpos chocando ya era fuerte, tuve que bajar la intensidad para no hacer ruido, la verdad no sabía cuánto había pasado.
Aidé empezó a moverse muy rico, le jugaba el clítoris con mis manos, ella candente gemía y me pedía más verga, se retorcía como loca, yo le tapaba la boca para que no gritara hasta que no resistimos mas y terminas corriéndonos juntos!
L: ¡Agh, Aidé!!!
A: ¡Agh, mmm, si, así!
L: ¡Que rico, uf!
A: ¡Leche, dámela, dámela!!!
La llene de semen, inmediatamente sonó su celular y en lo que me limpiaba la verga ella contestaba a su marido, espere a que colgara para darle un beso pasional, ella sonriente y satisfecha me llamo loco, salí primero yo y despejada el área le dije que podía salir, ella salió corriendo directo por su bolsa, aun olía a mi así que se bañó en perfume.
Satisfecho regrese a trabajar, deseando que el fin de semana llegara, ¡para llevármela a coger!