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Elmer y la consumación de la logia del sur (Parte 1)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

-Buenas tardes, de recepción disculpen soy la mucama, hay una fuga de agua en el baño me dicen de la habitación contigua que se está mojando toda la alfombra. Podrían cubrirse un minuto para que podamos ver.

Me extraño que la voz fuera de una mujer, Irina quito mi miembro fastidiada y cubriéndose con una bata de toalla corta me indicó.

-No oses vestirte, quédate así debajo de la sabana que ya despacho a esta mujer.

Me tape con una manta, intentando cubrir mi miembro al palo y me quede observando la escena.

Abrió la puerta y una mujer con un uniforme de portera o algo así le indico si podía pasar un minuto. Ingreso con una caja de herramientas en mano y le pidió a Irina abrirle la puerta. Cuando se adelantó para abrir el picaporte, la mujer del servicio saco un pañuelo de su bolsillo y cubrió su boca, cloroformo o algo así.

Irina cayó, la mujer del servicio se quitó su gorro y me dijo sonriendo:

-Hola Elmer, que haces con esta chiruza. Cambiate que nos vamos.

Enseguida entro una segunda mujer también con uniforme de portería, enterito azul y se quitó la gorra.

-Amateurs, siempre lo mismo. Ayudame que nos vamos, el de la recepción ya sabe, está todo bien. Nos vamos a otro lado a terminar esto como corresponde. ¿Te gustaría?

Al tiempo que decía esto quitaba su gorro y bajaba el cierre exhibiendo unas hermosas tetas conocidas

-Mariana!!

Se acercó con su clásico andar felino, envuelta en ese perfume penetrante siempre, mientras Irma ataba y amordazaba a Irina y la envolvía en una especie de funda

-Me extrañaste bebe? – al tiempo que metía su lengua en mi boca, jugosa, inquieta y sexy.

-Ahora vamos a terminar esto como corresponde.

Ataron y amordazaron a Irina y la colocaron en una especie de carrito de ropa sucia, le tiraron dos sabanas arriba y salimos.

Mariana y Rosa de la Municipalidad. Sus formas no podían ocultarse bajo los mamelucos.

Rosa manejaba y Mariana iba atrás controlando a Irina.

– Como estas bebe, que rico estas. Que hacías con esta boluda ¿

– Me cito acá para hablar de ustedes de la secta y bueno no pude resistir me la coji. Esta buena.

– No como nosotras dos no Elmer. Mira abajo del mameluco solo tengo un hilo dental. Se me pararon los pezones de verte – me decía mientras con una mano jugaba sobre mi paquete ya erecto.

– La verdad que no pero bueno, que es todo esto

– Ya te contamos algo de la secta – me dijo Mariana mientras me acariciaba desde atrás y jugaba con su lengua por mi cuello, Rosi, podríamos hacer una pequeña parada con Elmi te parece, te gustaría hacer algo mientras la pollita nos mira. – Decía mientras cacheteaba a Irina quien comenzaba a despertarse. Intentaba desatarse y gemía, pero era imposible soltarse.

– Querés que estacione adelante, la verdad me quede caliente de ver a este guacho con esta putita. Le vamos a mostrar cómo se coje de verdad.

Estacionaron y pasaron a la parte de atrás de la combi conmigo. Mientras Mariana jugaba con su lengua en mi boca Rosa desplegaba un colchón enrollado en la parte superior.

– No hay tiempo así que trae el atomizador para tirarnos nuestro aceite, cubrime bien, vos a mí y bañemos a este macho cabrío. Tirale a la putita para que se quede caliente.

Mientras decía esto Mariana se había quitado el mameluco quedando con un hilo dental negro que se perdía entre los pliegues de su concha. Rosa le daba fuerte al spray por su cuerpo también a esta altura solo con una tanguita roja.

– Toma putita sufrí y mira cómo se coje de verdad.

Mariana ya me había sacado la ropa y empezaba a sentir los efectos del ungüento milenario. Mucha falta no me hacía, pero sentía que mi pija tomaba un tamaño y un grosor inusitado. Mariana se lanzó sobre mi espalda mientras Rosa se abalanzaba sobre mi pecho. Un conjuro de chupadas en mis pezones, las uñas de Mariana jugando sobre mi columna y mi miembro más duro que nunca.

En cuanto me descuide sentí que Mariana colocaba unas esposas sobre mis muñecas mientras Rosa me empujaba en el colchón.

– Ahora sos nuestro guacho. – dijo mientras se sentaba sobre mi cara con su concha empapada. Sus labios jugosos y carnosos presionaban mi boca, casi ahogándome. Al mismo tiempo la boca de Mariana ahora devoraba mi pija. Era increíble la capacidad de succión de esa mujer, casi sentía su campanilla rozar mi miembro de tanto que la tragaba.

Mientras veía a Irina retorcerse de placer, excitadísima, muy caliente, mientras intentaba soltarse. Note, al mismo tiempo, que las sogas de sus muñecas empezaban a aflojarse pero no tenía tiempo de poder hacer nada, las dos yeguas seguían devorándome. El primer orgasmo de Rosa dejo en mi boca un chorro de sus jugos, se levantó y me empezó a besar mientras compartíamos sus efluvios.

– Te gusta compartir mi polvo Elmer. A que nunca habías probado algo así, con este gusto eh. Ahora chúpame el culo que quiero que me partas con esa vara de carne que tenes. Me hice una enema con un aceite especial para vos temprano. Te va a enloquecer.

Me hicieron girar y arrodillar , Mariana me tapo la boca con su mano y empezó a morder fuerte mis pezones y subía y bajaba a mi pija. Mientras Rosa se acomodaba levantando sus piernas y exhibiéndome su botoncito rosado. Me arroje sobre el a chupar y lamer, un gusto riquísimo me enloquecía. Ahora me pusieron otra vez boca arriba y mientras Rosa ponía su culo en mi boca Mariana se sentaba sobre mi pija y empezaba a cabalgarme. El frenesí era insuperable, el bombeo de Mariana sobre mi pija era enloquecedor, los labios de su vagina empapados parecían una boca golosa succionando. Con el culo totalmente dilatado por el accionar de mi lengua Rosa se abrió las nalgas y se sentó sobre mi pija desplazando a Mariana. Está a punto de acabar me soltó las manos y empezó a jugar con mis dedos en su vagina. Rosa engullía mi pija con su culo apretado, saltaba, aullaba mientras se apretaba los pezones y se los lamia. Todo el espectáculo era dantesco, lujurioso. Sentía que mi corazón iba a explotar de excitación, de pronto el conocido cosquilleo en mi miembro

– MmhhRommsaaa , voy a acabarmmm…!!!

– Reventame de leche el culo guacho todo adentro dale dale.

– Ahhhmmm vaaahhh¡!!!

Una explosión de placer detono en el culo de Rosa mientras Mariana acababa sobre mi lengua, sus jugos inundaban mi boca, espesos, ricos mientras. No paraba de retorcerse como una serpiente mientras Rosa daba la vuelta y con restos de mi semen chorreando por sus muslos se acercaba a Mariana para comerle los labios. Mi pija ya nuevamente dura hizo que me levantara y la metiera entre sus lenguas. Ahí comenzó un juego de lenguas mientras con sus manos una tomaba mis huevos y la otra hundía un dedo en mi ano. El masaje prostático más la lengua y los dedos expertos me pusieron nuevamente más al palo que antes. Las tome a las dos de los pelos y haciéndolas gatear en cuatro disfrutes del espectáculo de sus culos palpitantes y exultantes.

– Ahora van a tener pija de macho putas¡!!

Así en cuatro las dos comencé a penetrarlas salvajemente. En eso veo a Irina levantarse de golpe decidida a golpear a Rosa, pero Mariana rápida la hizo caer y volvió a tomarla para atarla.

– Querés pija putita, ahora vas a ver, cogetela Elmer, rómpele el culo – me decía mientras la rociaba con el aceite. Mi pija totalmente dura se incrusto de una en el culo de Irina quien intento gritar, pero ya presta Mariana la envolvía con sus piernas y le incrustaba su concha empapada ahogándola.

– Bueno chicos – dijo Rosa – ustedes sigan que yo manejo sino no llegamos más.

Empezó a vestirse mientras los tres seguíamos enredados a pleno. Irina ya no se resistía, gemía entregada con toda mi pija incrustada entrando y saliendo de su culo. Seguramente por el aceite me sentía desaforado, bombeaba y bombeaba sin parar cada vez más caliente. Irina tenía los ojos en blanco de placer mientras Mariana disfrutaba también con los ojos en blanco de la lengua traviesa de Irina que se prendía en el meta y ponga.

Íbamos camino no sé dónde, por la mirilla veía una especie de castillo a lo lejos mientras sentía que iba a eyacular

– Ahí… no la leche es para las dos – dijo Mariana mientras sacaba mi pija del culo de Irina y ambas se ponían con sus lenguas afuera esperando mi leche. La abundancia en mi acabada hizo que Mariana tomara un largo trago y tuviera tiempo de sacarla para descargar un segundo lechazo en la boca de Irina.

– Elmer sos un hijo de puta – dijo Irina pasándose la lengua por los labios blanquecinos.

Mariana volvió a atarla y se sentó al lado mientras le colocaba la ropa interior.

Continuará.

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