Me calienta imaginar a mi esposa teniendo sexo con otros hombres. La historia que le contaré la titularé:
"El transporte público".
Cada mañana Elizabeth se levanta muy temprano para ir al trabajo. Junto con ella me levanto y le preparo el desayuno, luego se arregla para encarar una nueva jornada laboral. Se viste muy bien, mostrando su figura.
Es una mujer hermosa, así que no pasa desapercibida.
Como cada mañana, ella de despide…
—Bueno, mi amor, ya me voy a trabajar. Más tarde hablamos…
Me da un beso, se da media vuelta y se va.
Ese día se había puesto un vestido corto de color celeste a rayas blancas, adornados con un collar, y unas sandalias negras.
El vestido por arriba estaba bien pegado a su torso, haciendo que sus pechos sobresalgan y tienten la mirada de cualquier hombre.
Y de la cintura para abajo, la campana del vestido es bien holgado. Mostrando sus piernas hermosas.
Elizabeth se veía muy apetecible.
Sale de casa, camina hacia la esquina donde se toma el primer transporte. En esos 50 metros, se cruza con obreros que también se dirigen a su trabajo en una obra en construcción de la otra cuadra.
La mirada de los muchachos al ver a Elizabeth hacen que cuchicheen entre ellos. Al cruzarse, uno de los hombres no aguanta y la saluda, como queriendo entablar una reacción de ella.
—Buen dia!!! Hermosa.
Elizabeth se sonroja, y le devuelve el saludo. Y sigue raudamente hacia la esquina.
Por suerte viene el transporte, así que se toma el mismo rápidamente…
A esa hora, el colectivo va un poco lleno. Sube y se dirige cómo puede hacia el fondo del micro para no quedar muy apretada por la gente.
Elizabeth comienza a sentir el roce de las diferentes personas.
Ella se coloca parada frente a uno de los asientos de uno, dónde estaba sentado un joven que cabeceaba como queriendo ver si se bajada o no.
El colectivo hace unas cuadras y se encuentra con otro transporte que había tenido un desperfecto mecánico, y por ende los pasajeros de ese micro, bajaron para esperar todos juntos la próxima unidad, y que lamentablemente era el que ella viajaba.
Los pasajeros de la unidad defectuosa suben cómo puede al transporte de Elizabeth y se llena a tope. Comienzan los apretujones.
Justo detrás de ella se ubica un muchacho vestido con un atuendo deportivo. Con los empujones Elizabeth comienza a sentir el roce del bulto del hombre sobre su trasero.
La situación la incomodó un poco, pero al ver que no había opción por la cantidad de gente, no se quejó y se aguantó sin decir nada.
Con el movimiento del transporte, entre frenadas y aceleradas, el bulto de ese muchacho comenzó a rozar más el trasero de Elizabeth. El joven estaba tan pegado a su cuerpo que ambos podían sentir el calor de sus respectivos cuerpos.
El joven tendría unos 25 años; apuesto y con las hormonas a flor de piel. Frente a él tenía a una mujer madura, muy deseable con su culo apoyado en su pija.
El pene del muchacho con el roce, comenzó a endurecerse y a empujar la tela de su jogging.
Elizabeth sentía como la pija del muchacho se acomodaba en la raya de su trasero.
El joven se acomodaba cada vez más en su raya, pudiendo sentir perfectamente las formas de ese hermoso trasero, ya que el vestido era muy fino.
Cómo salchicha en su pan de viena, la pija quedaba perfectamente al medio de su raya. El sentir aquel pene erecto en su culo la estaba excitando, dejándose llevar por la situación, y a pesar de que mucha gente los rodeaba, nadie podía ver lo que estaba sucediendo.
El joven, ya muy caliente, metió su mano en el bolsillo para comenzar a tocarse la pija con cautela. No podía creer que esta mujer se acomodaba de apoco en su pene. Así que con su mano agarró su miembro por el bolsillo y comenzó a frotarlo al culo de Elizabeth.
Ella, a esa altura del acontecimiento, ya sacaba su trasero para atrás como queriendo esa pija como sea.
Frente a esta situación, el muchacho que estaba sentado, de a poco percibe lo que estaba sucediendo.
Siempre con la cabeza mirando hacia adelante, sube la mirada hacia su costado, para ver con cautela a Elizabeth. Y se encuentra con el contorno de esos dos pechos celestes que apenas podían dejar ver la cara de ella.
Nota que ella tenía las piernas apenas separadas y que estaba empujando levemente sobre la persona que está por detrás.
Era evidente que la rubia quería ese bulto por detrás y lo estaba disfrutando.
El muchacho percibe que Elizabeth se estaba excitando, veía pequeñas muecas y gestos de que eso estaba sucediendo.
Este se comienza a calentar y quiere participar de la situación.
El joven sentado toma coraje y de a poco y sin que nadie lo noté empieza acercar la mano entre las piernas de ella. Poco a poco con las yemas de sus dedos acaricia la piel de las piernas en forma circular. Centímetro a centímetro va subiendo suavemente sus dedos, rozando apenas la piel de Elizabeth.
Con sorpresa, ella siente los pequeños roces de los dedos del muchacho sentado, su excitación está a pleno…
Ella llevaba una diminuta tanga negra que por atrás se le metía por la raya de su culo y por adelante solo era un triángulo casi inexistente.
El muchacho sentado, llegó con su mano hasta la pequeña prenda, y con los dedos comenzó a frotar suavemente los labios de su vulva, de adelante para atrás; todo por arriba de la pequeña tela de algodón. De a poco sentía como esa tela se empezaba a humedecer.
Con uno de los dedos corre la bombacha de lado y toca sus labios carnosos que estaban empapados. Sin inconvenientes introduce el dedo mayor en esa concha caliente. Arremete una y otra vez con el dedo esa vulva empapada.
Ella no podría creer lo que estaba viviendo. La estaban masturbando en el colectivo un desconocido mientras otro le apoyaba y le frotaba la pija en el culo…
El morbo y el placer se apoderaron de ella.
Se suponía que debía bajarse pero siguió viaje a donde le deparara esa situación. No podía detener ese momento de placer tan caliente.
Mientras tanto la pija del joven que estaba por detrás ya estaba en su máxima calentura. Un gran poste duro sentía ella en su culo. La cara de Elizabeth ya no podía esconder el placer que estaba sintiendo y remordía sus labios para que no se escuchara ningún gemido de su boca. La respiración se hacía más agitada.
—Mmmm!!
Suspiraba tratando de que no se escuche…
El colectivo llega a una parada donde la mayoría de la gente baja. Al quedar tan expuestos, los jóvenes dejan de apoyar y tocar a esa hembra en celo…. Pero entre miradas cómplices, uno de ellos susurra…
—mi casa está cerca, los invito…
Sin poner ninguna objeción se bajan unas paradas después y emprenden la caminata a la casa del muchacho. Sin decir una sola palabra, las miradas cómplices se fundían con las mismas ganas de saciar la calentura que tenían.
A esta altura de las circunstancias, el hombre que la apoyaba, tenía la punta de la pija mojada. Y Elizabeth sentía que su bombacha estaba completamente empapada.
Ella ya se imaginaba tener es pija enorme en su boca y saborear esa gotita preseminal, mientras el otro hombre, le chupaba bien su vulva para ser penetrada.
Entran al departamento del hombre de vestimenta deportiva. Y sin mediar palabra, los muchachos hacen un sanguchito con Elizabeth. Uno se para adelante y el otro atrás y comienzan a toquetear a esa hembra caliente…
El que estaba por atrás le levanta el vestido y de lo saca, y ella le baja el pantalón deportivo al que estaba por delante, Elizabeth quería ver por primera vez esa tremenda pija que la apoyo durante todo el viaje.
—Ahí papitooo!!! Que linda y grande pija que tenés.
—mmmm y tenés la punta mojadita!!!
Baja su cabeza a la altura del tremendo pene y con su lengua comienza a rodear esa cabeza mojada de la pija. Finalmente comienza a chupar ese falo con mucho gusto.
—Mmmm. Mmmm! —El hombre suspiraba de placer.
—Que bien que chupas la pija bebé!!! Mmmm asiii, asiii. Ahhh!!
Mientras el otro hombre después de haberle bajado la tanga, mete su cara en el trasero y comienza a chupar el culo y la concha que estaba bien lubricada por sus mismos jugos…
El trío se fundía de placer!
El hombre que estaba por detrás se saca su ropa y acerca su pene a la entrada empapada de la vulva hermosa. Apoya la cabeza de la pija y con un leve empujón la penetra y comienza a bombear una y otra vez.
—Que caliente que estoy mamita!!! Sentí mi pija!! Ahhh ahhhh!! Mmmm.
Ella seguía comiéndose la poronga del otro hombre. Su lengua jugueteaba con el glande, mientras con la mano le hacía una paja. El falo era tan grande que tranquilamente podía pajearlo y chupársela al mismo tiempo.
Los tres se fueron a un sillón. El dueño de casa se recostó mientras Elizabeth seguí succionando esa pija sin parar. Mientras por atrás el otro joven la cogía una y otra vez. Con la palma de la mano, mientras la montaba, le daba de chirlos en el culo.
Luego ella de incorpora y se monta al dueño de casa. Se sube cuál caballo de montar, apunta su concha hacia la pija del muchacho, la agarra con la mano y la introduce en su concha caliente.
—ah, ahh, ahhh. Que buena pija papito!!! Y Ya quería esa chota en mi agujero.
No aguantaba más las ganas de tener esta pija en mi concha. Me volviste loca en el colectivo.
Elizabeth estaba realmente siendo cogida por dos desconocidos. Dos jóvenes con las pijas bien duras que se intercambiaban de posición.
Ella era penetrada una y otra vez, una y otra vez.
Cambian de posición varias veces. Cómo si supieran todas la posiciones del Kama Sutra.
En un momento, se montó a uno de los hombres, y el otro se acercó por detrás de ella, se puso saliva en la punta de su pene, la apoyo en el orificio anal y de a poco fue empujando hasta que la cabeza del choto entró por completo. Estaban los dos jóvenes dentro de ella. Uno por la concha y el otro por el culo.
—ahhhh ahhhh —gemía ella— Así asiii. Cojanme al mismo tiempo. Por el culo y por la concha!!!
Tenía todos los agujeros llenos de esa carne erecta!
Ellos bombeaban sin parar, mientras Elizabeth gritaba de placer.
Eran dos muchachos jóvenes con la fortaleza a pleno. Dos verdaderos sementales… Dos bestias del sexo.
Elizabeth ya estaba en su punto culmine de excitación casi por acabar…
Ya no podía más de placer
Su vientre comenzó a estremecer…
—ahhhh, voy a acabar aaahhhh!!!
Su cuerpo se retorció con espasmos de placer y acabó con los dos hombres dentro de ella.
Unos segundos después los muchachos, ya muy excitados, sacan sus pijas y comienza a pajearse sobre Elizabeth para llenarla de leche!!!
—así asii. Muchachos!!!
Les decía, chupando una y otra pija al mismo tiempo.
—Quiero su leche!!! Mmmm.
Los jóvenes ya no aguantan más y primero uno y después el otro acaban con unos lechazos en las tetas de ella!!!
—Ahhhh que lindo y calentita está la leche!!! Mmmm qué rico!!! —Decía ella…
Finalmente, le chupa una vez más las pijas a cada uno. Sacándole las últimas gotitas de le leche!!!
Agotados terminan fundidos sentados en un sillón… Mirándose y con una sonrisa en sus rostros…
Esa fue una cogida memorable difícil de olvidar para ella.
Un viaje en transporte público inolvidable!