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El reencuentro con Tati
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Pasaron cuatro años sin que sepa nada de Tati, ni mensajes ni llamados. Supongo que no habrá creído cuando le dije que había viajado a la capital cuando la llamé al día siguiente de nuestro primer encuentro.

Yo había abierto un local propio en el shopping, de ropa unisex, y me iba muy bien, todavía tenía el Lotus, pero me había comprado uno moderno para todos los días. El convertible solo lo usaba para pasear los domingos. Yo estaba de novio hacía dos años, pero no convivíamos. Me costaba mucho entregar mi libertad. No estaba seguro de querer convivir.

Una tarde noche, estaba en el local y recibí un mensaje de texto: “Hola Marcos, soy Tati, cambié mi número, ¿Te acordás de mí? ¿Seguís en el shopping?”

“Hola, claro que me acuerdo y si sigo en shopping”

“Bueno.” Me escribió y nada más

Dos días después veo que entra con un bebé de unos dos años en brazos y un hombre que la acompañaba. Se acercaron donde yo estaba.

“Fran, este es Marcos, el amigo del que te hablé.”

“Marcos, Fran, mi esposo. ¿Cómo estás tantos años?” Me dijo Tati.

“Bien, ahora con local propio, contento porque es la segunda temporada y me va muy bien. Veo que tenés un niño hermoso”

“No, es hijo de Fran, no tengo hijos. ¿Y el Lotus?” preguntó.

“Guardado, lo uso los fines de semana solamente.”

“Supongo abras sentado cabeza, ¿novia, pareja, esposa?

“Novia y cama afuera. Y no sé por cuanto tiempo. Quiere convivir, y yo no. Me siento demasiado libre en el Lotus y a ella no le gusta.”

“Competir contra ese auto es peor que contra una amante.” Dijo ella.

“Sabes que tenés razón.”

“Bueno, no te molestamos más. Nos vamos a quedar unos días, así que seguro nos volvemos a ver,”

“Cuando quieran.” Le dije.

Ella le dio el bebé al hombre, que no había hablado nada, me dio un abrazo, y noté que con una de las manos me apretaba diferente la espalda y me dijo al oído “Después te cuento.”. Cuando me soltó me guiño un ojo.

Se fueron caminando. Me puse contento de verla. Físicamente estaba igual. Al día siguiente vino sola al local. Fuimos a tomar un café.

“Tenía muchas ganas de verte. Perdoname que desaparecí estos años.” Me dijo Tati.

“Yo tampoco te mandé mensaje, nada que perdonar, en todo caso mutuamente.”

“Sabes que pasa, no te pude sacar de mi cabeza por mucho tiempo. En realidad nunca te saque e mi cabeza. Tomé decisiones equivocadas por cobarde, de las que me arrepiento. Y hoy me temblaba todo cuando te vi.”

“Pero que pasó, no te entiendo.” Le dije

“Es que no me animé a venir a hablar con vos, encararte de frente. Fui cobarde. Después me enganche con Fran, era casado todavía. Tratando de olvidarte. Imposible. Después la mujer lo descubrió y lo hecho. Hace un año que convivimos. Lo quiero, si, pero lo quiero. No lo amo.”

“¿Por qué seguís con el entonces? No te entiendo.”

“Por cobarde, por no quedarme sola. Lo sé soy una boluda.”

“No sos boluda, para nada.”

“Marcos, desde esa noche estoy enamorada de vos. No solo por el polvo tremendo que nos echamos, por toda la charla, tu forma de seducirme, tu galantería. Primero esa noche pensé que solo había sido un gran polvo. El mejor de mi vida, pero después me di cuenta que había algo más, que esa primera noche, me había enamorado de vos.”

“Guau, realmente me sorprendes.”

“Me imagino. Cuando Fran quiso venir a pasar 15 días me quería morir. Por un lado quería verte, por otro no. Y ahora estoy contándote todo. Mi primer acto de lealtad conmigo misma en cuatro años. Y vos estás de novio.”

“Justamente ahí viene”

Carolina mi novia, es encargada en una lencería del shopping, 25 años, muy buen cuerpo. Hermosas tetas y cola.

“Hola Caro, te presento a Tati, una enamorada de los Lotus, como yo.”

“Hola, como estas. No sé como te pueden gustar esos autos, por Dios. Escuchame Marcos, me voy con las chicas a bailar. Nos vemos mañana. Chau, nos vemos, perdoname no recuerdo tu nombre.

“Tati, no te preocupes, chau.”

“Chau Caro.”

Nos quedamos un par de minutos en silencio. Tati la miraba como se iba.

“Tranquila, la critico yo primero. No es mala, pero…”

“Está demasiado segura de su cuerpo y su cama.” Dijo Tati.

“Una mujer como vos, la destroza. Ojalá yo encontrara aquí una mujer como vos…”

“¿Lo decís en serio? No te creo.” Dijo Tatiana.

“¿Cómo es que estás acá, y Fran?”

“Se quedó en el hotel con el bebé. Y no le mentí. Le dije que venía a verte, y quizás a cenar con vos. Otro que está muy seguro.”

“Mi amigo todavía tiene el restaurant. Vamos a cenar, así no le mentís.”

“Marcos…”

“Solo tenemos que pasar a buscar el Lotus a 10 cuadras, en media hora cierro.”

“Marcos…”

“Vamos al local”

Y la tomé de la mano. Fuimos al local, cerré la caja, el local y fuimos a cambiar de auto.

Cuando íbamos al restaurant ella disfrutaba de andar en el Lotus. Llegamos mi amigo nos recibió y por casualidad nos dio la misma mesa. Aunque los dos nos dimos cuenta, ninguno lo dijo. En realidad casi no cruzamos palabra durante la cena.

Cuando terminamos de cenar, mi amigo se acercó a la mesa.

“Marcos, los estaba mirando y me recordé que la primera y única vez que viniste fue con la dama. Y los senté en la misma mesa. ¿Estoy equivocado?”

“No Pablo, no estás equivocado”

“Entonces gracias señorita, Ud. logra que mi amigo venga a mi restaurant. Sin Ud. no lo hace.”

“Aquella fue una noche especial, y hoy, nos reencontramos después de esa noche. Creo que el restaurant tiene cierto magnetismo que nos atrae.” Dijo Tati.

“Entonces, ¿les llevo el champagne al otro salón?”

La miré a Tati, y con la mirada me pedía que sí.

“Si, Pablo, pero este cóbralo.”

“De ninguna manera. Disfruten la noche”

Fuimos y seguimos en silencio.

“¿Qué pensas?” le dije.

“En vos, en mí, en si tendré una oportunidad de conquistarte.”

La tomé de la mano y fuimos a bailar ya que habían puesto lentos. Ella me abrazó por la espalda y apoyo su cabeza en mi hombro.

“Estamos juntos, bailando lentos viejos, abrazados. Y si giras la cabeza te voy a poder besar”

Ella la giró y me miró a los ojos. La besé y ella respondió a mi beso. Un rato después volvíamos.

“Tati, donde vamos, ¿te dejo en el hotel?”

“No, vamos a tu departamento.”

Hicimos el amor como locos, nos entregamos totalmente. Ella gozaba y repetía mi nombre. Me vine en su vagina y nos quedamos abrazados.

“Por Dios, cuanto extrañaba esto, cuanto te extrañé”

“Y yo a vos. Ahora me doy cuenta que yo tampoco te pude sacar de mi cabeza, Que deseaba tenerte a mi lado. Por eso nunca pude tener nada serio con otras chicas”

“Vos ya van dos veces que me seducís. Me das una oportunidad. Si me vengo a vivir aquí, ¿me das una oportunidad de conquistarte?”

“No la necesitas, ya lo hiciste. Solo queda que vengas a vivir.”

“Te amo, sos “El Hombre”, “Mi Hombre”. Te amo Marcos”

Empezamos a besarnos y ella a acariciar mi pija. Se detuvo y me dijo:

“Falta el cigarrillo y el whisky.” Fui a servirme el whisky, prender el cigarrillo y volví a la cama. Me recosté y ella comenzó a chuparme. Yo la miraba y disfrutaba. De pronto escucho la vos de Carolina:

“Marcos”

“Ah, Caro. Terminamos. Mañana paso por tu local a buscar las llaves.” Carolina se fue llorando, sin siquiera dar pelea.

Tatiana, que no había dejado de chuparme sonrió y me dijo:

“Sos un hijo de puta, que manera de patear a una mina”

“Tati, callate y chupa.” Le dije. Ella bajó la mirada y siguió chupando. Siguió un rato y de pronto se levantó y buscó su cartera. La puso sobre la cama y me dijo:

“Sabes, una de las cosas que nunca pudo hacer Fran, fue hacerme gozar como vos en la cama. Nunca pudo sacarme uno de esos orgasmos gigantes. Ni siquiera llegar a satisfacerme. Entonces, muchas noches tuve que ir al baño con este amigo”

Y sacó un consolador de la cartera.

“Es más, anoche mismo, en el hotel lo usé pensando en vos, en haberte visto nuevamente. Mira como sigo siendo tu hembra, tu yegua. Y se puso en cuatro patas a mi lado, mostrándome como se masturbaba por la concha mientras me chupaba. Así llegó a un primer orgasmo. Le di una palmada en la cola y más lo movía. De pronto lo sacó y se lo empezó a meter en el culo.

“Es más chico que tu pija, pero, por lo menos me hacía acordar.” Dijo mientras soltaba mi pija y se lo enterraba por completo.

“Mirá amor, mira como me pajeaba el culo pensando en vos. Todas las noches, todas, y al pelotudo de Fran ni un dedo lo dejaba meter. Solo quería sentirte a vos, este es tu culo.”

La puse al costado de la cama, me paré atrás de ella, saque el consolador y lo reemplace con mi pija. Ella dio un grito de dolor, y se abrió los cachetes con las dos manos.

“Hijo de puta, me partiste el culo, ahora me va a doler por dos días. Ahora no pares, seguí gozando el culo de tu yegua.”

Seguí un rato, pero quería ver su cara. La puse de espaldas y levanté sus piernas. Volví a enterrar mi pija en su culo y ella dio un grito de placer, empezó a tener orgasmos. La tomé el cuello y ella cerró los ojos. Apretaba sus pezones y ella gemía de placer. Sus orgasmos no se detenían, yo miraba el consolador que había quedado sobre la cama y más me excitaba. Acabé en su culo pero la excitación, no bajaba. La hice poner de rodillas, me paré frente a ella y le dije:

“Quiero ver como pajeas ese culo, pero con tus manos, basta de consolador, date dedos en el culo.” Y la tomé del cuello. Ella con una mano se separaba los cachetes mientras con la otra metía dos dedos en su culo.

Yo me masturbaba trente a su cara, fui detrás de ella, miraba como se masturbaba y le di un par de chirlos en el culo. Ella más rápido entraba y sacaba los dedos. Me paré frente a ella, le metí la pija en la boca y se la cogí hasta acabar en ella. Veía su cuerpo temblar como una hoja. Los dos caímos rendidos en la cama.

“Te Amo Marcos, sos mi hombre, te amo”

“Y yo a vos Tatiana. Te amo.”

Nos dormimos. Cuando desperté cerca de las 8 de la mañana ella no estaba. No había nota, nada. Llegué a pensar por un momento que todo había sido un sueño. Me quedé en la cama un rato más, cerca de las 9 sonó el portero eléctrico.

“Soy Tati”

Cuando abrí la puerta del departamento, ella bajaba del ascensor con una valija y un bolso.

“Hola, me quedan 10 días de vacaciones, ¿me haces un lugar?”

Se quedó los 10 días, viajó a buenos aires en mi auto, trajo el resto de sus cosas y desde ese momento vivimos juntos. Consiguió trabajo en los tribunales y llevamos 10 años juntos. Siempre felices, disfrutando el Lotus, cenas y sobre todo nuestras noche de pasión.

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