Bueno había pasado una semana de ese encuentro con el chico que me gustaba tanto de mi trabajo, mejor dicho ex trabajo, porque a mí me echaron, estaba desempleada, no había podido pagar el alquiler de la casita donde vivía y apenas tenía para cargarme crédito al celular y a la tarjeta de colectivo para seguir buscando algún trabajo.
De todas maneras yo seguía en contacto con él, (que estuvo 1 semana de viaje por trabajo) me llamaba todas las noches y hasta tuvimos chat Hot con intercambio de fotos ricas. Así que teníamos muchas ganas de vernos.
Era viernes y me llama…
– hacemos algo hoy? Quiero verte…
– voy para tu casa? Le dije sin vueltas…
– esta tardecita llego, venite a la noche, y ponete linda.
Okey pensé… y esta vez fui y me compré con los últimos ahorros que tenía un disfraz de mucamita… no podía creer lo que estaba haciendo, en mi vida fui a comprarme uno de esos atuendos sexys, que me estaba pasando? Era todo un mundo nuevo, me estaba volviendo más atrevida. O sea nunca había tenido un novio y de repente, el me llamaba y yo iba como una perrita detrás de su pija. Debo admitir que me gustaba mucho sentirme así, tan deseada…
21 años yo, alta, tetas grandes y naturales, si, buenas piernas, como jugaba hockey de chica tenía buenas gambas, la cola levantada, y todo acentuado por mi linda cinturita.
27 él, flaco, alto de manos gruesas, tatuajes en una pierna, en los brazos, boca carnosa, ojitos redondeados y hermosas pestañas. Piernas fuertes y también lindo trasero redondito, si me gustaba mucho su trasero.
Llegue a su casa el me esperaba, nos saludamos con abrazo y solo con la mirada ya sabíamos lo que iba a pasar… o no?
– me voy a duchar, ponete cómoda
Entro al baño, así que aproveche y en su habitación me puse el disfraz de mucamita, y me hizo dos colitas en mi cabello, me pinte los labios rojos y cuando escuché que estaba por salir simule estar barriendo el piso…
Tenía solo la toalla pero cuando me vio, se le levantó todo, se sacó la toalla y la colgó en su pila…
– uy mira como me pones
Se abalanzó sobre mi, nos comimos la boca mientras nuestras manos tocaban todo, espalda, piernas, pechos, me besaba el cuello y de repente freno, me puso de rodillas y me dijo que chupe.
Obvio se la re chupe, le saboree todo el tronco venoso duro, lo mire fijo y se la escupí, y con mis manos desparramaba mi saliva por toda su verga, y huesos… le encantaba, y me encantaba ver su cara de placer, oír sus gemidos hasta que no aguanto más…
– nooo, putita vení ponete en 4 dale…
Obedecí, me saco la tanguita, me quedaba solo la faldita de mucama, sentí como empezó a lamer y besar mi conchita, y no solo eso, empezó a chuparme el culito, mientras iba metiendo un dedo…
– no que haces? Me vas a hacer mal, ahí no