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El privado de Buenos Aires (Parte 2)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Luego de esa experiencia dolorosa, pero placentera en el privado con las 4 doradas volví varias veces a tener largas sesiones de sexo a veces era solo con dos de ellas otras con tres o con las cuatro, siempre no menos de 2 horas en donde terminaba abierto y lleno de leche principalmente en mi estómago. 

Eran muy calientes y morbosas. Un día cuando me despedía después de una tarde de sexo les dije que me estaba por volver a mí ciudad y que no creía que podría volver a vernos antes de partir, entonces una de ellas me insiste en que vuelva una última vez para hacer una buena despedida, le digo que estaba complicado con los tiempos porque me quedaban cosas por hacer antes del viaje y solo quedaban 2 días antes de viajar.

Me insisten diciendo que estaban preparando algo especial y que no me iba a arrepentir, entonces accedo pero les digo que solo podría la noche siguiente un par de horas porque el colectivo que debía tomar salía al día siguiente después del mediodía.

Llego el día en que a la noche sería la despedida sexual con aquellas travestis violadoras y nos mandábamos mensajes y ellas me enviaban fotos y videos sexuales de ellas para hacerme desear y asegurarse que fuera al encuentro.

Llegando la hora de la cena me escriben diciendo que no coma nada que ya podía ir al departamento que era mejor que vaya con el estómago vacío, pensé que me lo decían para que no me cayera mal el tragar tanto semen pero era algo que ya sabía yo hacer. Llego al encuentro como acordamos, tomamos unas cervezas ellas estaban prácticamente desnudas solo faltaba la dueña que estaba atendiendo al último cliente que por los gritos era otro pasivo.

Al escuchar que termina de atenderlo nos metemos en la cocina para que el cliente salga tranquilo sin cruzarse a nadie en el camino, ya en la cocina y al tenerlas a todas casi desnudas no pude evitar comenzar a mamarles sus pijas con sed de leche y sexo, y en realidad quería que termináramos temprano para poder irme a descansar antes del viaje.

Al entrar la dueña a la cocina se encuentran con la escena dónde yo estaba tumbado sobre la mesa recibiendo una polla por el culo y las otras por la boca una ya había acabado y fueron de a poco acabando una por una esta vez en mí boca. La dueña que era la que tenía una nutria de pija se acerca a mí me dan una cerveza y me dice "prepárate que está noche no la vas a olvidar en tu vida" en ese momento no pensé en sus palabras porque no creía que podría pasar al más grave de todo lo que ya me habían hecho sexualmente entre las 4.

Me llevo la dueña y otra más a un cuarto en el fondo del departamento, era muy pequeño había una camilla tipo de masajes 2 sillas y algunos elementos de higiene, me sorprendió que me llevarán ellas 2 solas ahí y no al cuarto en la cama y todas juntas.

Cierra la puerta y coloca la camilla contra la puerta cerrada y destraba una parte de la camilla dejándola más corta, yo no entendía que iba a pasar pero me dejaba manejar a su gusto.

Me hace recostar sobre la camilla boca abajo quedando como en 4 y mirando hacia la puerta que hasta ese momento no me había dado cuenta en la puerta había un pañuelo pegado pero no le di importancia.

En esa posición una de ellas comenzó a darme un black kiss profundo y húmedo y meterme sus dedos mientras la dueña se acercó por un costado para darme su pijón en la boca y limpiarle la leche que le había quedado del último cliente que había atendido, tenía toda la pija con la leche seca y dura que al metérmela en la boca se fue ablandando y se la limpie por completo, la que me estaba atrás comienza a penetrarme suavemente despacio como queriendo alargar el encuentro lo más posible y yo seguí chupando como podía el porongón de la dueña.

En un momento la dueña me toma del pelo me quita su pijón de la boca y gira mí cabeza, yo todavía con los ojos cerrados, y siento otra pija algo más chica en la boca, ahí abrí los ojos porque no entendía si estábamos los 3 solo en ese cuarto la puerta trabada con la camilla de dónde salía otra pija, y con los ojos cerrados sabía que era una lija no solo por la textura y temperatura sino también por el olor.

Al abrir los ojos veo que ese pañuelo que había colgado en la puerta tapaba un agujero en la puerta por dónde asomaba una pija de alguien del otro lado de la habitación. Habían organizado un glory hole para mí despedida.

Esa pija entraba y salía por el agujero cada vez más rápido y la dueña sosteniendo mí cabeza para que no dejará de chupar hasta que me llenó la boca de leche algo agria y ácida pero no tan espesa, sabía que no era de las otras trans porque la que se asomaba por el agujero tenía pelos en la base y las trans estaban todas depiladas.

El agujero vuelve a quedar vacío y la que cogía acaba llenándome el recto de caliente leche a lo que le dije que me hubiera acabado en la boca y me dice "no te preocupes que vas a tomar mucha hoy".

Automáticamente le duela se coloca detrás mío y me penetra por completo algo que todavía seguía siendo doloroso por el largo de su pija, la deja dentro y se apoya sobre mí espalda y me dice "te gusta esta sorpresita?" Mientras corre el pañuelo de la puerta y me hace ver por el agujero donde se veía al otro lado una gran cantidad de sombras con pijas erectas de todos los tamaños, y me dice "esta noche vas a chupar y tragar más que en dos vidas".

Así fueron pasando pijas por ese agujero y acabando en mí boca. Luego de un rato largo corremos la camilla ya que estaba algo acalambrado la dueña acerca una silla donde se sienta y yo me siento sobre ella con su pijón dentro de mí culo y empiezo a cabalgarla con fuerza haciendo golpear sus testículos contra los míos sonando una de las melodías más calientes del sexo, hasta que vuelve a aparecer una pija por el agujero la cual me dispongo a chupar nuevamente y al verla era de las más gigantes, era toda negra con la cabeza rosa y cubierta de venas, era enorme y como la de la dueña no me entraba en la boca.

La dueña me dice vas a tener que hacer algo porque están pagando para tener placer completo y si no podes chuparla completa no va a pagar, entonces sin dudarlo la quito a ella de mí culo me pongo de pie y me giro poniéndome de espaldas a la puerta y metiendo por completo todo ese mástil venoso de carne negra en mí dilatado ano y me quedo así pegado a la puerta dejando que el dueño de esa barra de chocolate hiciera lo que quisiera y manejara el ritmo a su antojo mientras yo agachado chupaba a mí ama hasta hacerla acabar litros de leche muy espesa y caliente.

Así estuvimos por largas horas alternando chupadas y culeadas con ellas dentro del cuarto y las pijas que aparecían por el agujero, hasta que como todo lo bueno se terminó.

Salimos del cuarto voy a ducharme y recién ahí veo como del tragaluz entraba luz del día, habíamos pasado toda la noche cogiendo y cuando veo la hora eran las 6 y al medio día salía mí colectivo y no había dormido en toda la noche.

Salgo del baño voy a buscar mí ropa para vestirme y veo que me esperaban todas desnudas y totalmente erectas y habían colocado la camilla en el centro y les dije que ya no daba más que debía descansar antes de viajar pero no me dejaron irme y yo tampoco puse mucha resistencia.

Me recosté boca abajo en la camilla en 4 y fueron pasando de a una por mí ano pero esta vez me violaban con mucha fuerza y mucha velocidad además con un dildo haciéndome una doble penetración, fueron acabando en mí boca todas pero automáticamente cuando la última terminaba ya la primera estaba caliente otra vez, esta vez conté las veces no como en la noche que llegue a contar 50 pijas por el agujero y después no conté más, esta vez cada una acabo 3 veces y la última fue la dueña que se apoderó de mí culo como quiso y esta vez además de meterme su pijón que a pesar de mí dilatación seguí entrando justo de ancho, me metió su pijón junto con 2 dildos más que me provocó una fisura literal, pero no me importo.

Acabo como siempre grandes cantidades de leche y me dejaron cambiarme. Al despedirnos viene la dueña y me dan un sobre y me dice esa es tu parte de lo de anoche, me guardo el sobre nos despedimos y me vuelvo a mí hotel al llegar abro el sobre y había dinero, era una parte de todas esas pijas que pasaron por el agujero que eran clientes, y una nota agradeciendo los encuentros y que cuando regresará no dudará en volver y que medio se había enamorado de mí, la nota era de la dueña. Bueno por unos años nos mantuvimos en contacto y tuvimos otros encuentros por suerte.

Otra de tantas experiencias calientes y guarras %100 reales.

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