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El placer del sexo es un juego
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Hemos estado satisfechos a nuestra forma de coger, las caricias y el vaivén al penetrar a mi mujer. Solían ser para nosotros una buena experiencia en cuanto al mundo del sexo.

Pero de pronto, las cadenas de las fantasías fueron arrastrándonos hacia la posibilidad de hacer real cada una de ellas y probamos con la fantasía del trío en dos oportunidades.

Pero ahora quiero contarles una que nació en la mente de mi mujer, ella atendía en su oficina al igual que todos los días a sus clientas. Pero un día, una de sus clientas envío a su ex marido a recoger su pedido y en esa y otras veces que el ex marido de esta clienta llegará a recoger productos, se fue entablando una ligera amistad entre él y mi mujer.

Y cada día, Exbin, fue metiéndole un poco de erotismo a sus conversaciones, lo cual fue creando en la mente de mi mujer la fantasía de coger con otro en lo secreto.

Una tarde mientras yo trabajaba y mi hija estaba en casa de su tía, Exbin llegó a visitar a mi mujer, sé que llegó a eso, aunque en pantalla llegaba a recoger un producto.

Y tras su palabrerío le dio un beso el cual ella rechazó en un inicio, pero luego sus lenguas se enredaron entre ellas y las manos del conquistador acariciaban las sus caderas y sus pechos.

Luego de un rato así, mi mujer se encontraba totalmente excitada y en el sofá de la sala, él sentado y ella de rodillas empezó a comerle su verga que a la vista de ella era brillante y cabezona.

Entonces la recostó sobre el sofá, y con las piernas abierta dejando su rico coño a la vista, le pasó la lengua de tal modo que ella, en menos de unos minutos estaba gritando de placer, dando al final un grito que le indicó a él que la había hecho venirse en su primer orgasmo.

Entonces sin esperar a que tomará su aliento, él le metió su verga con las piernas de mi mujer sobre sus hombros y ella empezó a gritar una vez más tan fuerte, que las mascotas de la casa empezaron a ladrar.

Y en muy poco tiempo mi mujer dio otro grito indicativo de su segundo orgasmo de esa tarde y ella una vez más empezó a chuparle la verga ya que él aún no se había venido.

Y ella lo miraba excitada mienta se metía asta al fondo de su garganta su verga, y le preguntaba sin sacársela de la boca “¿te gusta?”

Él le dijo: sii. Sigue así, eres toda una perra cachera.

Y entonces él se vino, regó toda su leche tibia en el fondo de la garganta de mi mujer, quien quedó rendida con su boca llena de leche y placer.

Ella fue para el baño a darse una ducha y él se vistió para salir a pararse en la ventana de la oficina, que es el lugar de donde siempre los encuentro conversando.

Se preguntaran como sé que esto pasó, pues la respuesta es muy sencilla, él escribió una vez al Whatsapp de mi mujer y en ese momento tenía yo el celular.

Y al ver que él de frente le ponía, “¿cómo estas mi amor?” decidí responder el saludo sin dar a notar que era yo, y él prosiguió preguntando si le había gustado como se la había cogido.

Llamé a mi mujer y le pedí explicaciones, ella como es lógico, tras lo que él escribía no tenía ninguna explicación a su favor.

Así que le dije que para mi ella ya no sería más mi amor, que sería solo la perra en mi casa.

Me miró extrañada y me preguntó a qué me refería al decirle que desde ahora sería sólo la perra de la casa y le expliqué:

-Desde ahora harás todo cuanto te diga.

Y ella que nunca vistió ropas pequeñas, la empecé a vestir con shorts cacheteros dejando sus nalgas a la vista de todos los que llegan a casa y blusas con escotes que dejaban sus tetas casi por completo al aire libre.

Continuará…

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