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El néctar del pecado
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Desde hace un tiempo me siento sola, ignorada, indeseada…

Me llamo Wada, y estoy casada con un patán que ni siquiera me toca desde hace meses, mis años más cogibles se están yendo como el agua en las manos y ese imbécil no me satisface como me merezco. Me considero una madura nada fea y desde mi opinión con un buen cuerpo: unos senos enormes, caderona, unas piernas que ponen a babear a cualquier hombre y no es por nada, pero soy muy buena en la cama.

Durante años le he sido fiel a mi esposo a pesar de tener muchas oportunidades para engañarlo. Infinidad de hombres, incluso vecinos me han propuesto tener una noche de diversión con ellos, pero siempre he dicho que no. Me arrepiento… porque ahora mi esposo no me toca ni el pelo y de seguro ya tiene a otra que culearse. Al principio no me importaba vivir sin sexo, tengo un vibrador, así que eso era suficiente para mí, pero últimamente he extrañado el calor de un trozo de carne penetrando mi culo y el sabor de unos buenos huevos. Es como si no pudiera dejar de pensar en eso, siento día y noche esas ganas inmensas de cogerme al primer hombre que encuentre en la calle, de ser dominada y sentirme una mujer deseada de nuevo.

Antes me sentía mal por tener este tipo de pensamientos, pero a la mierda… que se joda el pendejo de mi marido, no sabe apreciar el mujeron que tiene como esposa, y por eso mismo he decidido engañarlo hoy y al fin satisfacer mis ganas de ser cogida. Debido a que ya rechace a todos los hombres en la colonia, no tengo muchas opciones, así que he decido buscar suerte en la calle y quizás algún hombre caiga en mis encantos. No hay tiempo que perder así que me arreglaré para salir y me vestiré lo más puta posible, no voy a buscar al diablo vestida de monja ¿cierto? Me pondré una faldita ajustada y corta que resalte un poco mi culo y un top de tirantes negro con encaje que me encanta, porque mis senos se ven muy grandes y llaman mucho la atención. Mi objetivo es llegar a una plaza, pero antes pasaré al supermercado a comprar unos condones…

Estoy esperando en la fila para pagar los globitos y al parecer he llamado la atención de un joven (unos 24 años) atlético, moreno y vestido deportivamente, de seguro viene del gym o de correr. No deja de sabrosearme y me encanta que me vea tanto, parece que me desnuda con la mirada… mmm está buenísimo, se ve que tiene unos brazos enormes y un bulto muy grande entre sus piernas. Encontré a mi presa…no habrá formalidades, me lo cogeré en el baño del super y después adiós –pienso mientras estoy dando el dinero a la cajera. Al parecer viene solo y únicamente está parado viéndome, estoy caminando hacia él y con cada paso se acelera más mi corazón, siento mis tetas a reventar, me pone muy caliente buscar sexo de esta forma…

-Hola, note que te me quedas viendo mucho ¿Te gusta mi faldita? La estoy estrenando.

-Hola, se se ve muy linda en ti.

Que voz tan varonil tiene y al parecer lo pongo nervioso, creo que será fácil cogérmelo.

-Gracias, seré directa, tengo ganas de ser cogida en los baños de este supermercado y me prende mucho la idea de que seas tú, eres muy guapo y noto que estás muy bien dotado ¿Qué dices?

-¿Es este un tipo de broma? Porque sí es así no tiene nada de gracioso.

-Para nada, de hecho aquí tengo unos condones, cogemos y adiós – . Estoy poniendo la cara de una putita hambrienta y me estoy acariciando el pelo, él está pensándolo un momento, su silencio hace que me excite cada vez más…

-¿Segura?

-Sí, te va a gustar, lo prometo.

-Está bien…

Mientras caminamos a los baños no puedo dejar de sentirme feliz y húmeda, estoy a punto de tirarme a un hombre de carne y hueso después de tanto cogerme a un pene de plástico. Revisamos que no nos vea nadie para meternos y encerrarnos hasta el último baño, por suerte no hay nadie, al fin solos…

Él toma la iniciativa y comienza a besarme, puedo sentir su lengua jugando con la mía, me está manoseando toda, que rico es esto… Poco a poco le empiezo a bajar el pantalón -¡Dios mío! Que verga tan grande tienes y está tan dura mmm Decido no perder el tiempo y me arrodillo para darle unas chupadas, que rico sabe… ni siquiera cabe toda en mi boca, hasta sobra espacio para hacerle una paja mientras se la chupo. Me saqué la lotería con este muchacho. Ya llevo unos minutos chupando y no se ha corrido, ¿será que todavía aguanta cogerme? Mi marido ya estuviera dormido a estas alturas.

-¿Por qué no te pones el condón y me coges papi?

Mientras se pone el condón yo me pongo de espaldas para esperar ese miembro tan duro y rico que tiene. Siento como va entrando poco a poco a mi vagina, que bien se siente, no puedo creer que alguien tan joven tenga una verga así.

-Ahora cógeme como a una zorrita y no olvides picarme el culo amor.

Él me está cogiendo como un animal salvaje, cada vez aumenta más la velocidad y la fuerza, el sonido que produce su pene picando pucha me pone tan cachonda, es señal de que estoy recibiendo la mejor cogida del mundo…

-aaah sí, que rico, cogete a esta puta, siiii soy tu puta amor, ¡dame más fuerte! Sé que el pobre ya no puede más y está tan cerca del clímax, así que empiezo a mover mi culo en círculos al ritmo que él me penetra una y otra vez… Continuo así hasta que siento como está sacando su lechita, mmmm tiene mucha y sus gemidos de placer me vuelven loca.

-siii, que sabroso me cogiste y vaya que tenías mucha lechita amor, gracias por complacerme.

-Vaya que sí eres una zorrita muy traviesa, pero me encanto sentirme dentro de ti…

Nos vestimos y nos damos un último beso: largo y apasionado, él me manosea por última vez y al finan da una nalgada que dejó ardiendo el culo, este cabroncito me dejó satisfecha, nunca me habían cogido así… Creo que tengo que hacer esto más seguido, total mi esposo nunca se va a enterar.

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