Mi nombre es Alicia, y mi relato se inicia con un día de mucho sol, que decidí ir a la playa con mi amiga Yoli. En principio mis planes eran solo esos, tomar el sol y broncearme un poco. Yoli y yo nos quedamos en bikini y con gafas de sol, estábamos tumbadas en la arena y al rato nos fuimos a darnos un baño, desde lejos había un yate y se veía a unos hombres que nos miraban con binoculares, eso me motivo a quitarme la parte de arriba del bikini.
Del yate salió un bote y se acercaba hasta nosotras, un señor se identificó como Francisco, nos invitó a subir al yate, me dio la mano y finalmente subimos al bote. En el yate estaban dos hombres más, sus nombres Esteban y Matías, y nos invitaron a pasar el día navegando donde comeríamos, nadaríamos en alta mar, tomaríamos el sol y jugaríamos un poco. Sabía que la intensión de la invitación era cogernos, y la idea de tener sexo con ellos me excitó muchísimo, no lo pensé dos veces y aceptamos
En el yate fuimos hacia una zona alejada de la costa, Francisco saco unas botellas de champán heladas y brindamos. Nos pusimos a tomar el sol, pusieron música, Matías vino hacia mí, me sacó a bailar y montamos un bailecito pícaro, él se ponía detrás de mí y sentía su verga en mi culo, los demás nos miraban sonriendo. Eso me motivo y me quité la parte de arriba del bikini, Francisco sirvió más champán y Matías me acarició los pechos, me acarició el pelo mientras me besaba. Sentí sus labios húmedos con sabor a champán y me dejé llevar. Mientras nos besábamos su mano acariciaba mi vagina por encima del bikini, y vi una erección enorme en su bañador y me dijo al oído… ¡vamos al camarote para seguir jugando!, me tomo de la mano y al caminar vi a Yoli besándose con Esteban.
El camarote era una suite, tenía unas vistas espectaculares al mar, y una cama sexy, roja y de cuero.
En el camarote bebí otra copa y me tumbé en la cama mientras Matias me besaba las tetas, lamía mis pezones y los mordisqueaba. Cogió un aceite y comenzó a extenderlo por mi cuerpo, espalda, pecho, brazos, piernas, me quito el resto del bikini y volvimos a besarnos. Deseaba tener esa verga entre mis piernas, pero lo que tenía eran los dedos de Matias, explorando mi vagina, gemía y eso le gustó.
Matias tomo la botella de champán y vertió sobre mi pubis, colocó su cabeza entre mis piernas y comenzó a chupar, lamia mis labios, yo gemir y cuando ya no pude más, estallé de placer y me corrí en su boca. Tome su pene y lo coloqué entre mis tetas, la acaricié una y otra vez, y yo le pedía que se corriera allí mismo, entre mis tetas. Yo estaba excitadísima, me apetecía que él me cogiera, y me entendió, me puso en cuatro y fui penetrada. Él me agarró de la cintura mientras su verga entraba y salía despacito y poniéndome a mil, sus embestidas eran más fuertes, yo gritaba de placer, había tenido un orgasmo increíble y el paseo en yate estaba siendo divertido.
Matías me tomo de la mano y me invito a nadar, al salir vi en cubierta a Yoli completamente desnuda, Esteban se la cogía mientras ella le mamaba la verga a Francisco. Matías y yo saltamos al mar a nadar desnudos, nos abrazamos y besamos, su verga jugueteaba con mi clítoris, lo frotaba y oprimía, hasta que me la metió por completo, yo flotaba y me movía sujetada a él, las sensaciones debajo del agua son totalmente diferentes, produciendo oleadas de placer.
Luego subimos al yate, prepararon un montón de cosas apetitosas y, por supuesto, más champán. Francisco dijo… ¡estamos en un paseo libre, cada quien puede hacer lo que quiera y nadie tiene que molestarse por eso!, en ese momento yo sólo tenía puesto mis lentes para el sol. En la tarde, ya el sol se ocultaba y en el yate solo se oían los gemidos míos y de Yoli. Yo le cabalgaba con desesperación a Francisco, metiéndome su verga hasta el fondo y girando luego la cadera para sentir como la base se restregaba contra mi encendido clítoris. Los demás animaban para que yo me moviera más rápido.
Finalmente, no pude más y un explosivo orgasmo se apoderó de mi cuerpo, los músculos de mi vagina aprisionaban rítmicamente la verga de Francisco, un chorro de leche inundó mi cuerpo. Luego nos tumbamos entre los cojines, Yoli se me acerco y me comento… ¡sabes que me encanta el olor de una verga y hoy he disfrutado de dos como nunca! Matías pedía que yo besara a Yoli, nunca había besado a una mujer, y los demás le hacían el coro, Yoli empezó a chuparme las tetas, mordía mis pezones y yo gemía de placer moviendo mi cuerpo buscando el de ella. Me solté y empecé a acariciarle la espalda con fuerza, Yoli empezó a juguetear aproximando su coño al mío provocándome suspiros de placer y deseo al mismo tiempo.
La aparté un poco de mí para poder besarle sus tetas mientras nos movíamos en un sentir casi desesperado, ella comenzó a gemir más fuerte, deseé sentir cómo se corría en mi boca y le abría las piernas, pasé suavemente mi lengua entre sus labios y gimió. Poco a poco, fui besando con más intensidad hasta que sentí todo su coño en mi boca, sus gemidos se intensificaron y me agarro la cabeza con la mano apretando y dirigiéndome.
Yoli me limpió con la mano su flujo, que tenía alrededor de la boca, y nos besamos. Mirándome fijamente me dijo… ¡te toca a ti!, y antes de que tuviese tiempo de reaccionar, me tumbo boca abajo y empezó a pasar su lengua por mi espalda, por mi culo, y sus dedos acariciaban mi clítoris. Mi aliento se entrecortaba y sentía cómo el orgasmo se aproximaba y le dije… ¡no paras, sigue! Podía sentir más que nunca el orgasmo llegando, en eso vi a Matías que se masturbaba, pone una mano sobre mi cabeza y me acerca su verga a la boca, roza mis labios y yo intento atraparla, la deja a mi alcance y yo comienzo a lamerla con avidez. Los gemidos de los tres comienzan a llenar la cubierta del yate.
Siento como Yoli con su boca ardiente besa mis pechos, chupa mis pezones y los mordisquea suavemente, pero el placer llega a mi cuerpo desde otros sitios también, porque Yoli sin dejar mis tetas me introduce sus dedos en la vagina. Yo noto como se deslizan hacia mi interior resbalando con la humedad creciente de mi sexo. Yo sigo comiendo la verga de Matías con muchas ganas.
Al cabo de un rato que me parece interminable, siento unas manos fuertes y masculinas que agarran mis muslos y los separan, es Esteban noto como su verga dura intenta abrirse paso en mi coño, cosa que consigue fácilmente, ya que está inundado de mis flujos. Me penetra suavemente hasta llegar al fondo de mi cavidad y poco a poco acelera su ritmo entrando y saliendo una y otra vez, yo comienzo a gemir hasta que mi boca es ocupada por otra verga, es Francisco, a mí no me queda más remedio que comérmela. Las embestidas de Esteban aumentan en fuerza y velocidad, me están cogiendo fuerte y me gusta mucho. Estamos así un buen rato, gozando, gimiendo, ya no puedo más, voy a correrme y mi cuerpo comienza a contraerse mientras un espasmo lo recorre atravesándolo, me sacan la verga de la boca para dejar que disfrute de mi orgasmo. El miembro que estaba dentro mi coño también lo han sacado y noto un fluido caliente que cae sobre mis pechos y mi abdomen, se está corriendo encima de mí.
En mi estado de borracha y harta de verga, pude ver que Yoli estaba a cuatro patas, con una postura que hace que su culo quede bien expuesto y Matías chupaba su agujero y luego le mete su verga en su culo, Yoli comenzaba a gritar de placer.
El siguiente día nos dejaron en la playa, tuvimos que bajar en batas de baño y con los coños ardiendo, ya que los bikinis habían desaparecido, y prometieron que el siguiente fin de semana nos buscarían para dar otro paseo en el yate.