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El inicio de mis vicios
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Tiempo de lectura: 2 minutos

He fumado desde la edad de 18 y también a esa edad descubrí que me ponía el hecho de estar en un lugar público, a todos mis amantes los he orillado a una situación donde puedan descubrirnos.

Pero todo tiene un inicio, si me pongo a pensarlo el inicio está un mes después de cumplir 18, nunca me habían tocado, nunca había salido con alguien, nunca había fumado y tomado solo en alguna reunión familiar supervisada por mi mamá, en pocas palabras era una virgen inexperta en muchos sentidos.

Por aquellas fechas murió mi padrino, un buen hombre, y fuimos a su funeral, eran pasadas las 9 pm y a mí me rugía la tripa del hambre, decidí ir a la tienda, no sin antes pedir permiso, y el sobrino de mi madrina se ofreció a acompañarme.

De regreso me tomó de la mano y mirándome a los ojos me besó y me dijo "me gustas mucho" quedé pasada y atontada, pero antes de dejarme decir nada me jaló y entre un carro y un árbol y la oscuridad de cómplice comenzó a besarme, primero de una manera tierna abrazándome por la cintura y me deje hacer, pero sus manos comenzaron a bajar, sus besos ahora estaban en mi cuello y mis oídos y sus palabras…

-como es que estás tan rica y tan virgen.

-no debieron dejarte sola conmigo

-acaso todo esto es mío?- yo solo decía que si

Me tomo de las caderas, yo estaba cada vez más asustada, cada vez más excitada, cada vez más empapada, me volteo y me quedé pasmada pero quería más, quería saber que seguía, en mis nalgas solo lo sentía a el creciendo, sentía su respiración creciendo, y cuando solté un leve gemido llevo su mano izquierda a mi boca y su mano derecha bajo mi blusa buscando mis pechos que al roce de sus dedos se ponían más duros, yo lamía su mano que me callaba, me pare de puntas para que pudiera sentir mis nalgas mejor, me dijo que en silencio llevará su mano a mi boca y la lamiera y así volviendo me a callar, bajo por mi abdomen hasta entrar en mi pantalón, yo sentía su mano acariciándome por encima de mis pantaletas y lo escuchaba más agitado cuando noto toda mi humedad, estaba entre el asombro, la pena, el miedo y la excitación, pasó su mano dentro de mis calzones y comenzó a acariciarme yo gemía despacio y mi voz se ahogaba en su mano.

-abre tus piernitas mamacita.

Obedecí y sentí sus dedos entrar, los movía y yo volaba y gemía y me mojaba, siguió así hasta que no pude más, termina y llene de mis fluidos virginales su mano, él tampoco pudo más y sentí como se venía dentro de su pantalón, supongo que el haberme hecho suya a su manera lo hizo terminar. Saco los dedos y me dio a probarme de mi misma para luego el de gustarme.

Nos acomodamos, tomamos nuestras cosas del suelo y caminamos, encendió un cigarro y me ofreció, al doblar en la esquina estaba mi madre, apurada, buscándome y ahora enojada por verme fumar.

Queridos lectores espero que este mi primer relato haya sido de su agrado, agradeceré sus comentarios y espero subir algo más.

Besos. Ana.

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