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El hechizo de Bannete (2): La noche más larga del mundo
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Tiempo de lectura: 7 minutos

La brillante luz de la luna llena caía sobre la apacible Ciudad Olivine, la cual parecía estar sumida en un confortable sensación de paz y tranquilidad, sin embargo en el interior de una de las suites del hotel más lujoso de la cuidad la historia era muy diferente…

Ya que en el cuarto de baño de la suite de Harley se respiraba un aire lleno de tensión y extrañeza, debido a que el orgulloso coordinador se estaba encargando en persona de limpiar cada centímetro del hermoso cuerpo desnudo de May Balance, haciéndolo con extrema delicadeza y en completo silencio.

Por su parte la hermosa castaña no tenía otra opción más que resignarse a su situación actual, al menos hasta encontrar la forma de liberarse de lo que fuera que Harley le hubiera hecho. Mientras tanto ella podía sentir con detalle como aquella delicada franela de baño recorría su piel, sin duda Harley estaba siendo muy cuidadoso y eso le desagradaba, ella preferiría que su captor dejara de fingir y fuera brusco y descuidado, tal y como él era en realidad.

-Y dime, cariño ¿Has estado a solas con un hombre en el baño? -pregunto Harley con curiosidad mientras comenzaba a enjuagar el cuerpo de la chica.

-He estado con varios. Y todos muy guapos -respondió la castaña, tratando de controlar su voz, con la intención de molestar a su captor.

-Tu papá y tu hermano no cuentan linda -le respondió el chico con una sonrisa cínica, lo cual hizo enfurecer aún más a la chica.

-¿Y cómo sabes que no estuve con Ash y con Brock? -exclamo ella molesta y desesperada, lo cual hizo reír aún más al coordinador.

-Ese fue un excelente chiste, cariño. Pero tanto tú y yo sabemos que el chico del Pikachu nunca fue muy cercano a ti, él era un idiota que nunca se dio cuenta de la exquisita mujer que tenía junto a él, e incluso si lo hubiera hecho dudo que tu molesto chaperón le hubiera dejado hacer algún avance contigo -dijo Harley burlándose tanto de Ash como de su hermano Max.

-Y con respecto a "ojos de rendija", estoy muy seguro de que eras muy joven para que el fantaseara contigo -continuó Harley, ahora burlándose de Brock -¿Así que porque no admites de una vez que soy el primer hombre con el que tomas un baño, cariño?

– ¡Eres odioso Harley! -respondió May molesta mientras apartaba su rostro, ya que odiaba profundamente su situación y odiaba que él tuviera razón, ya que realmente esta era la primera vez que tomaba un baño con alguien que no fuera de su familia.

-No te enojes, cariño. Sólo era una pregunta inocente -le dijo Harley mientras que la tibia agua de la regadera se encargaba de retirar los residuos de jabón de su cuerpo -Mejor hay que concentrarnos en disfrutar del resto de nuestro baño.

Y tras esas palabras, y sin ninguna prisa, Harley tomó la mano de May para guiarla hacia la enorme bañera de aquel elegante baño, la cual estaba llena de tibias y aromáticas aguas, y en donde no tardaron en sumergirse.

– ¿No te parece relajante, linda? -preguntó el coordinador con una expresión de satisfacción en su rostro.

– ¿Por qué haces esto, Harley? ¡Hasta alguien como tú sabe que esto está mal! -preguntó la castaña en un susurro de tristeza que él pudo oír perfectamente.

-Ya te lo dije, linda. Estoy decidido a hacerte toda mía y de nadie más, y no dudes en que lo lograré, ya que llegarás de mi brazo al Gran Festival -respondió el chico con una seguridad que le helo la piel, era como si le hubiera preguntado si Magikarp era un tipo Agua.

-Y yo ya te lo dije ¡Hechizada o no, jamás voy a amarte Harley! -respondió May con firmeza, sin duda tratando de herirlo, pero no ella no se imaginaba de cuál sería el contraataque de su captor.

-Linda, al menos yo soy sincero contigo y no te miento. Yo no soy como ese medio hombre cabello de lechuga -dijo el coordinador con una sonrisa maliciosa.

– ¡No me lo menciones! ¡No vuelvas a mencionarme a ese idiota, Harley! -replicó May con un tono herido y abriendo sus ojos de la sorpresa mientras que el color abandonaba su rostro.

– ¿Qué dolió más, querida? ¿La traición o que fuera con un hombre? -le preguntó Harley al oído con el tono más malicioso que había en su voz.

– ¡Te odio, Harley! ¡Si pudiera te abofetearía! -exclamó May tratando de ejecutar aquella acción, sin embargo su cuerpo se negó a obedecer, por lo que no le quedó más remedio que cerrar sus ojos y tragarse toda la rabia e impotencia que sentía.

-Ya, tranquila, linda -dijo Harley mientras empezaba a masajear los hombros de la chica -Te prometo que cuando termine contigo nunca volverás a acordarte de él.

– ¿Y qué piensas hacerme? -preguntó May un poco asustada y furiosa a la vez.

-No me gustaría arruinarte la sorpresa, linda, pero te aseguro que la disfrutaras -respondió el coordinador mientras llenaba de besos los hombros de May, la cual solo podía temblar al sentir sus labios sobre su piel.

Una vez que terminaron de bañarse Harley se encargó personalmente de secar el húmedo cuerpo de May. De hecho cualquiera que los hubiera visto en ese momento hubiera pensado que solo se trataban de una pareja común y corriente, sin sospechar la realidad.

-Debo de aceptar algo eres toda una diosa, cariño -dijo el chico con una sonrisa perversa mientras se hacía cargo de sus hermosos pechos con sumo cuidado -Y la mejor parte es que muy pronto serás toda mía.

Por su parte la castaña trataba de mantenerse impasible ante todas las acciones de su captor, y odiando profundamente que el fuera tan cuidadoso con ella, hasta que el finalmente terminó.

-Ahora vamos a dormir, cariño -menciono el coordinador una vez terminada su labor, lo cual le dio a la chica la esperanza de que la humillación que estaba sufriendo terminaría por ese día, sin embargo esta se derrumbó de al ver que Harley se dirigía hacia su maleta y de ella sacó una caja de cartón, la cual contenía una delicado e insinuante conjunto de lencería.

– ¿Y qué te parece tu pijama, linda? -preguntó el chico con una sonrisa lujuriosa mientras que el rostro de May se teñía de un tono carmesí de auténtica furia.

– ¡Eres un maldito demente, Harley! ¡Ni loca me pondría algo así! ¡Y mucho menos para tí! -grito la castaña al que ver que aquella pijama consistía en un conjunto de sostén y tanga de encaje negro, los cuales insinuaban mucho más de lo que cubrían, una par de medias a juego que llegaban a media pierna y eran sostenidas por un seductor liguero, y para rematar el conjunto una delicada y casi translúcida bata de seda negra.

-Es gracioso que tú digas eso, cariño, ya que no entiendo el porque este sexy conjunto de lencería te parece obsceno. ¿Acaso debo recordarte que eres tú la que se viste como una ramera antigua para los Concursos? -replico Harley con ironía.

– ¡Mi traje de odalisca no es nada obsceno! -estallo la coordinadora entendiendo a la perfección a que se refería su captor

-Para nada, linda. Solo se encarga de despertar pasiones y de robarle toda la atención del público a tus competidores al hacer que nadie pueda quitarte los ojos de encima. De hecho incluso yo he caído en tu truco -aseguro el orgulloso coordinador de forma mordaz.

-Pero ahora deja de hacerte del rogar y vístete, cariño. Ya que empiezo a perder la paciencia y no quiero que te enfermes -dijo el chico con un tono que sin duda pretendía ser seductor. Y aunque la coordinadora trato de negarse nuevamente su cuerpo comenzó a actuar por su cuenta propia y comenzó a ponerse aquel conjunto.

"Sí es tan divertido todo lo que puedo hacer contigo ahora que mi hechizo ha sometido a tu sensual cuerpo a mi control ¡Ya no puedo esperar a ver lo que podré hacer contigo cuando tú mente y tu corazón me pertenezcan!" pensó el orgulloso coordinador con lujuria al ver como May trataba inútilmente de resistirse a su orden

– ¿¡Ya esas satisfecho!? -preguntó May llena de molestia una vez que termino de vestirse y que vio la mirada depredadora y la sonrisa cínica de su captor.

-Pues mírate en el espejo, cariño, y podrás ver lo satisfecho que estoy -le respondió Harley mientras le señalaba el espejo que estaba a sus espaldas y ella sin más opción que obedecer tuvo que voltearse para ver algo que la sorprendió.

Ya que el reflejo que le devolvía el espejo la hizo sonrojar: Ya que aquella indumentaria hacia que sus ya desarrollados pechos lucieran aún más grandes y apetitosos de lo que eran. Y al darse una leve pero seductora vuelta pudo apreciar que su lindo trasero se resaltaba de forma sensual, de la misma forma en que aquellas ajustadas medias negras hacían que sus bien formadas piernas se vieran aún más largas y seductoras.

"Nos vemos tan sexys" susurró una voz dentro de la cabeza de May, haciendo que ella le sonriera a su reflejo.

– ¡Tan sexy! -aquellas palabras escaparon de los sensuales labios de May en forma de un susurro, cuando ella sacudió su cabeza por instinto y sin saber el porqué dijo eso o de donde vino esa idea.

– ¿Y cómo fue que supiste mi talla de sostén? -preguntó la chica muy avergonzada y esperando que Harley no hubiera notado aquel susurro.

-Tengo mis fuentes, muñeca -le respondió él con calma mientras se acercaba a ella por detrás para sostener sus pechos entre sus manos y empezar a moverlos en suaves círculos.

– ¿¡Acaso no has tenido suficiente!? -preguntó ella muerta de la vergüenza e impotencia al sentir sus manos excitando sus sensibles pechos.

– ¿Estas bromeando, muñeca? ¡Nunca es suficiente de estas linduras! -exclamo el alegremente mientras apretaba suavemente sus erectos pezones por encima de la suave seda y el encaje que los cubrían, mientras que la castaña cerraba los ojos con frustración e impotencia, ella ya sabía que no podía resistirse a sus caricias por lo que sólo le quedaba esperar a que el terminará pronto.

"¡Oh no! ¡No otra vez!" pensó May al sentir que una de las manos del coordinador abandonó su labor en los senos y descendía por su abdomen, como si fuera una serpiente, con rumbo hacia su entrepierna y finalmente se coló por debajo de su prenda íntima, lo cual la hizo apretar los dientes.

Sin embargo dedos de Harley eran hábiles, más de lo que a ella le gustaría, ya que estaban acariciando sus sensibles labios, recorriendo suavemente su contorno para finalmente introducirse en el interior de su cada vez más excitado coño, y todo eso sin que los dedos que la hacían sentir el cielo y el infierno descuidaran su ya sensible clítoris. Por lo que no era de extrañar que intensas ráfagas de placer culposo abrumaran aún más el aturdido cerebro de la coordinadora

– ¿Soy bueno no, cariño? -le susurró Harley al oído, disfrutando de ver su hermoso rostro sonrojado de placer, a lo que ella respondió dejando que un suave y erótico gemido de placer saliera de sus labios.

Contento de tener a su presa en donde la quería el coordinador procedió a colocar su erecto y palpitante verga sobre el trasero de la chica, con la intención de que ella pudiera sentirla a través de su ropa interior, y de lo cual ella se percató de inmediato.

-Harley… Ahhh… ¡Pedazo de bastardo! -exclamo May asustada y con mucha dificultad, ya que aún seguía tratando de contener su excitación para no darle el gusto de a su captor de ver que muy en el fondo le gustaba lo que le estaba haciendo, pero…

-Puedes llamarme como más te guste, linda. ¡Pero por ahora solo mueve ese sexy trasero para mí! -ordeno el chico entre risas de satisfacción, las cuales sólo se hicieron más grandes al ver que ella trataba de resistirse a sus órdenes.

Pero una vez más el cuerpo de la coordinadora actuó por cuenta propia, de forma que su generoso trasero comenzó a moverse en suaves círculos para masajear la verga de Harley, la cual no tardó mucho en llegar a su tamaño máximo.

– ¿Dónde aprendiste a moverte así, cariño? -preguntó Harley conteniendo un gemido de placer e incrementando la intensidad de sus caricias sobre el cuerpo de la joven.

– ¡Es… Ahhh… éste… Ahhh… estúpido hechizo… Ahhh… tuyo el que… Ahhh… me obliga! -respondió la castaña de forma entrecortada y tratando de controlar su voz para no comenzar a gemir.

– ¡Oh, si! El hechizo… No sé si… Ahhh… lo comenté antes… Ahhh… pero el irá… Ahhh… mostrando… Ahhh… a la chica mala y sexy… Ahhh… que realmente eres -respondió Harley entre gemidos y con una sonrisa llena de lujuria.

– ¡Nunca! -exclamó May antes de que un imprevisto pero demoledor orgasmo la obligará a guardar silencio.

– ¡Puedes decirme todas las mentiras que quieras, cariño, pero tú cuerpo siempre me dirá la verdad! ¡Y los húmedos y calientes líquidos que llenan mi mano contradicen tus palabras! -respondió el coordinador mientras extraía su mano de la intimidad de May, la cual estaba cubierta por los fluidos íntimos de la chica, antes de mostrársela.

-Seré paciente, querida, muy paciente… Ohhh… ¡Y te aseguro que al final serás toda mía! -le susurró el al oído mientras alcanzaba el orgasmo y llenaba la ropa de la chica con su semen.

– ¿Por qué no terminas con todo esto de una vez? -pregunto May llena de vergüenza y sintiendo el como su cuerpo estaba siendo profanado.

-Pero eso le quitaría toda la diversión al juego, cariño -le susurró al oído antes de bajar su cabeza -Además dentro de muy poco finalmente aceptarás lo que realmente quieres y entonces… ¡Me darás lo que me pertenece por derecho! -le respondió mientras besaba con ternura sus hombros.

Por su parte May trataba de alejarlo de ella cuando dirigió su mirada hacia el espejo y miró asombrada la imagen que este le devolvía: La visión de una hermosa chica que acababa de disfrutar de un placer indescriptible y que anhelaba más, mucho más.

-Ahora vamos a la cama, mi amor. La noche aún es joven y sé que aún quieres más -le dijo Harley al llevarla hacia una enorme cama King Size, mientras que May seguía mirando su imagen en el espejo… Una imagen que parecía sonreírle.

Continuará…

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