Esta historia toma lugar después de años desde la última vez que dos amigos se habían visto y después de que una declaración unilateral de amor hubiese sido hecha yo no sé qué pasará, pero sé que quiero y me he preparado, tengo un lugar listo en caso de tener éxito, un lindo Airbnb con una botella de vino un par de cervezas y algo para picar… algo aparte de mí, ropa íntima femenina, un disfraz de colegiala de calidad cuestionable obtenido en una sex shop los respectivos condones, lubricante antes de salir de casa y ponerme en camino tomé una pequeña bolsa de terciopelo contiene un plug anal metálico el cual me pongo, es la manera de recordarme que voy dispuesto a todo, salgo del baño me siento raro por el plug, pero decidido, tomo la carta que escribí y reescribí minutos antes, y tomo camino, el viaje es corto hasta un estacionamiento cercano al punto de reunión, un bar nada relevante pero accesible.
Lo espero por unos minutos mientras siento un vacío en mí estómago, curiosa sensación, el estómago así y el culo apretado por el plug… al fin llega hablamos y nos ponemos al día durante nuestra segunda cerveza, decido que es el momento, saco la carta y se la doy, esta dice:
¨Hace tiempo, más del que debí dejar pasar, me escribiste que me amabas, yo fui demasiado cobarde para corresponderte, también te amaba y ahora mal y tarde te lo escribo, también quisiera poder hacer más, pero nuestras vidas nos han llevado por diferentes lugares y quizá sólo tengamos este momento por eso quiero hacerte un regalo para de alguna manera compensar el tiempo perdido, este es mi regalo si lo aceptas pide la cuenta ahora y vamos a un lugar íntimo y lindo lo necesitaremos.
Alguna vez que ofrecí mi inocencia y luego fui muy cobarde para continuar, hoy te ofrezco mi poca experiencia y habilidad, quiero entregarme a ti, para compensarte un poco todo lo que hice y lo mal que la llegaste a pasar por mi culpa.
Quiero que me hagas el amor, quiero ser tuya¨
Él dobló la hoja de papel, me miro un momento y pidió la cuenta, no podía creerlo, salimos de allí, lo llevé al estacionamiento y salimos con rumbo al lugar que sería testigo de nuestro amor después de tantos años. Hubo una casual plática de camino, no la recuerdo, pero si recuerdo que en un semáforo en rojo tuve el arrojo para decirle -Ve pensando en lo que me vas a querer hacer porque me voy a dejar hacer lo que pidas- llegamos al lugar, entramos fuimos a la cocina abrí el vino y lo serví en dos vasos
-No hay copas… ¿Te importa?- Pregunté para disimular mis nervios
-Claro que no- me dijo, en completa calma y control, la calma que yo necesitaba.
No perdí más el tiempo, me puse de rodillas entre sus piernas y comienza a tocar su entrepierna, su verga reaccionó a mis caricias inmediatamente, empezando a endurecerse
-¿Cómo lo hacemos?- Aumente el ritmo de mis caricias -¿Quieres que suplique para que cambie mi calificación profe?- Comencé a frotar mi cara contra el bulto que había provocado en su pantalón – ¿Cómo se llamaba la chica está de la facultad de la que a veces hablábamos? Que jugábamos a que no nos gustaba pero como que sí-
-Geraldine- me dijo -Mejor ese nombre no, así se llama mi sobrina, puedes decirme Yesenia si lo deseas, hasta puedo usar algo de ropa de chica si lo deseas- Hice una pausa para esperar su respuesta -Te tomaré así Betito- Hace tanto que no me decía así, me hizo sonreír a veces jugando me decía de esa manera un gesto dulce que a ambos nos gustaba supongo -Vamos, no quiero esperar más- le dije y lo tome de la mano para llevarlo a la habitación donde al fin me entregaría a él.
Se sentó en la cama desabotoné su pantalón y sin mayor ceremonia lo bajé junto a su ropa interior, di 1 beso en su testículo izquierdo y 1 en su testículo derecho lamí desde sus bolas grandes hasta la punta 2 veces cada vez con un poco más de saliva se la acaricié un poco más con mi mano, quería disfrutar de cada momento, de cada sensación que pudiéramos arrancarle a este encuentro -Pídeme lo que quieras- le dije -Con los ojos cerrados me respondió -sigue así, usando tu boca- lamí con timidez su glande y lo chupé un poco suevamente y con cuidado de no estimularlo mucho conté hasta 3 y trague toda su verga hasta el fondo de mi garganta, lo escuche gemir de placer y sentí sus manos aferrarse a mi cabello con fuerza por un segundo para luego suavizar el agarre y acariciarme con dulzura, continué con esta acción 5 veces más, la sacaba el todo de mí, tomaba aire y la volvía a tragar aguantando lo más que podía, necesitaba un descanso así que continué masturbándolo sólo con mi mano 8 fueron las veces que mi mano recorrió su verga. Era momento de pasar a otra cosa, tomé de la mesa de noche un frasco de lubricante que había dejado allí y sin perder tiempo me desnudé de la cintura para abajo, me quite el plug me puse lubricante en la mano y empecé a meter mis dedos en mi ano para dilatarlo mientras aún jugaba con su verga, debía coordinarme, pero creo que lo hice bien un dedo, luego dos hasta poder tener tres no tardé mucho en esto, conté exactamente 13 chupadas a su verga antes de sentirme listo.
Me puse de pie y me desnudé por completo -Estoy lista, hazme tuya- le dije, rápidamente se levantó se quitó toda la ropa tomó un condón del paquete que estaba junto al lubricante se lo puso mientras yo me recostaba en la cama boca arriba al verlo de pie frente a mí con su verga dispuesta para mí no pude evitar sonreír, al fin estaba por pasar, levante las piernas y lo invite a entrar en mí -Vamos, házmelo- le dije empezó a penetrarme lento hizo una pausa lubricó el condón y trato de nuevo logrando vencer la resistencia de mi cuerpo, cuerpo tonto no sabe que ahora le pertenecemos a él, su verga entró rápido y hasta el fondo de mí arrancándome un gemido -Lo siento ¿Estás bien?- me derretía por dentro que aun estando en esa situación se preocupara por mi bienestar más que por su propio placer, traté de hablar, pero el placer me lo impedía aun así hice un esfuerzo -Estoy bien, sigue, puedes follarme como quieras, cógeme como quieras ahora soy tuya- en ese momento no entendía porque no paraba de referirme a mi mismo en femenino después entendí… desde esa mañana había tomado la decisión de que pasara lo que pasara yo era su hembra.
Él continuó con su faena, metiéndola a diferentes velocidades, estudiando como me daba más placer aferrándose a mi cadera, acariciando mis piernas y masturbándome, pudo descubrir el ritmo exacto en el que su verga en mi culo y si mano en mi verga me perdieron en el mayor placer de mi vida esta a punto de venirme, pero no quería, no aún esto podría arruinar el momento, yo debía esperar hasta que él estuviera satisfecho de mi, pero el placer era enorme y con lo poco de mi voluntad sólo atine a fijar mi mirada en sus ojos y decirle -Te amo- él sonrió y aumentó el ritmo de su mano y la penetración -Por favor suéltamela, no quiero acabar aún- rogué él lo hizo y sus manos continuaron acariciándome, tomé su mano derecha y la llevé a mi pecho lo hice tomarme un pezón -Apriétalo- así -Más fuerte, hazme daño- dije entre gemidos, sentía mi cuerpo reaccionar si me apretaba los pezones con fuerza el dolor me hacia contraer mi culo y eso le daba más placer lo podía sentir -¿Te gusta? Yo solo quiero que disfrutes- le dije
-Lo estas haciendo muy bien Betito- Tomé aire y formulé: -Se que no tengo derecho, pero… ¿Puedo pedirte algo?- se detuvo por completo y su semblante cambió creo que estaba pensando que me arrepentía y que quería zafarme de la situación, pero no, decidí que iba por todo, quizá no habría otra oportunidad y quería vivir la experiencia completa -Quítate el condón, por favor quitátelo y termina adentro de mi, quiero saber que se siente- pasaron unos segundos en los que lo consideraba y en los que me sonrojé como nunca en mi vida, me la sacó para quitarse el condón, lubricó su verga y antes de meterla en mi, me besó ¨wow¨ pensé era la primera vez que besaba a un hombre y sería la primera vez que uno terminaría dentro de mi, ¿Cuántas primeras veces te llevarías mi amor?
Empezó a penetrarme de nuevo sin interrumpir el beso al sentirlo dentro abrí la boca y él aceptó la invitación y metió su lengua en mi boca, no podía creerlo lo tenía en casi cada agujero de mi, su ritmo aumentó y tuve que interrumpir el beso para tomar aire, para gemir, lo veía disfrutar más cuando lograba hacerme gemir así que empecé a prensar mis pezones con mis dedos después de un par de veces él se hizo cargo de esta tarea no pude ni quise contar el tiempo, solo supe que en un momento los apretó con mucha más fuerza de verdad me hacía daño en respuesta apreté mi ano muchísimo y él se metió a lo más profundo de mí y entonces lo sentí, estaba descargando su néctar dentro de mí, me estaba haciendo suya verdaderamente. Al terminar su descarga trato de retirarse -No aún no te salgas, quédate todo el tiempo que puedas- supliqué se quedó dentro un rato más yo apretaba su verga con mis entrañas cada tanto para ayudarlo a seguir firme para prolongar el momento un poco más.
-Oye… ¿Aún quieres ponerte ropa de mujer?- Me preguntó.