El día perfecto, había planeado todo en mi mente sin saber si ella iba a caer en el placer, renté un yate y salimos a navegar, ella preciosa como siempre con sus ojos u mejillas perfectas, y su cuerpo perfecto, ella vestía unos shorts jeans y una blusa de tiras. Cuando llegamos al yate le tenía comprado dos bikinis para que ella los luciera, además tenía listo una tablita de quesos, vino, chocolates y champagne para pasar el día en el mar. Ella se cambió y se puso el bikini y Dios!! Instantáneamente me dieron ganas de hacerle el amor, estaba espectacular, una diosa completa.
Comenzamos a brindar por nosotros mientras recorríamos el mar, nos acostamos en la punta del barco y comenzamos a beber y comer, hasta que ella me pidió que le ponga bronceador en todo el cuerpo y en ese momento recorrí su cuerpo, su cintura y espalda viendo cómo su piel se comenzaba a erizar y mi pene comenzaba a pararse, comenzar a desamarrar el brasier y pasar mis manos con bronceador sobre tu espalda y tocando al costado y rozando sus senos, ella solo suspiraba dándome paso a seguir, entre el silencio y el sonido del mar ella se comenzaba a mojar al paso de mis caricias.
Comencé a bajar por trasero yendo directo a masajear sus piernas, comenzaste a abrirlas de a poco y míos manos fueron tocando lo suficiente para dejarte con ganas de más, seguí bajando a tus pies y luego volví a recorrer, yo solo tenía mi bañador y era evidente mi erección, comencé a besarte el cuello y los suspiros aumentaban y el sol cada vez nos calentaba más, pediste que te pusiera bronceador también al frente, te diste vuelta y cerraste los ojos, mientras yo te quitaba el brasier y descubría tus boobs que ufff estaban preciosas, deje caer bronceador en tu pecho y comencé a pasar mis dedos con delicadeza primero desde tu cuello para ir bajando y acariciar las boobs, era notorio que tus pezones están paraditos y tu piel erizada.
No podía creer que mis manos estuvieran recorriendo tu cuerpo, yo ya no podía más quería poder besarte y hacerte mía, pero quería guardar ese momento en mi memoria y aprenderme cada centímetro de tu piel, comencé a recorrer el costado de tu abdomen, y soltaste un pequeño gemido, llegué a tu cintura dando caricias circulares con la yema de mis medidas y comencé a bajar encontrándome con la tanga del bikini, comencé a poner bronceador debajo de las tiras y comencé a pasar lento mis dedos por tu zona, y volví a masajear tus piernas al mismo tiempo comencé a acariciar en círculos tus pezones y volviste a soltar otro gemido tímido, mientras abrías un poco las piernas dándome paso a acariciarte.
Temblaba del nerviosismo y de la excitación de tenerte conmigo casi desnuda y mojada, comencé a bajar desde el ombligo hasta por encima de tu tanga, volví a pasar mis cercas de tus labios a penas rozándolos sintiendo su calor, opte por coger una frutilla y dártela en la boca, y atrapando mi dedo para chuparlo, el calor y la brisa del mar nos acariciaba el cuerpo, cogí el champagne helado y lo deje caer en tu abdomen para poder pasar mi lengua por dónde las gotas recorrían tu piel.
El champagne recorría todo tu abdomen, bajando e introduciéndose por la tanga, comenzaste a gemir al sentir las gotas heladas en tu labios calientes, procedí a darte un poco en la boca y haciendo caer otro poco más en tu cuello hacia los pechos, me arriesgue y comencé a besarte súper suave y apasionado mientras nuestras lenguas se entrelazaban en un beso sin fin.
Comencé a bajar mis besos por tu cuello y tu piel comenzó a erizarse, y comencé a bajar mis besos por los caminos de champagne que se dirigían a tus senos, mi respiración se entre cortaba al acercarme a tus senos, comencé besarlos y pasar mi lengua por alrededor de tus lindos senos, mi mente explotaba al igual que mi pene no podía más comencé a chupar tus pezones mientras con los labios mordía tus pezones y soltaba gemidos que eran poemas en mis oídos, volví a besarte y volví a recorrer tu cuerpo con mis manos bajando por la cintura bien delicado y llegando a tu vagina acariciando por encima de la tanga, mis dedos rápidamente notaron tu humedad y calentura baje un poco más y encontré un lugar entre ti y tu tanga y por fin te sentí tan caliente y mojada.
Nuestros besos comenzaron a subir de todo, mientras mis dedos te acariciaban, con los dedos mojados de ti comencé a acariciar tu clítoris, mientras tú caderas Iban al vaivén de mis dedos, tus manos comenzaron a acariciar mi espalda bajando hacia mi bañador, me acomode para que tú mano pueda entrar y sentiste mi pene duro por ti, era un sueño sentirte y comenzamos a masturbarnos mutuamente mientras mis dedos acariciaban en círculos por tu vagina caliente, tus gemidos iban aumentando mientras mordías tus labios, de a poco comencé a meterte un dedo buscando excitarte aún más.
Me susurraste al oído que no podía más y que comenzara a penetrarte, eso fue melodía para mí, comencé a besarte y acomodarte mientras que con mi pene comencé a rozarte sintiéndote mojada completamente, me pedías que te lo metiera, y comencé de a poco s hacerlo mientras comenzaste a gemir y abrazarte, comencé a meterlo suave mientras tú ibas movías tus caderas, comencé a hacerlo más rápido, al mismo tiempo que cogí Nutella entre mis dedos y tú me los chupabas, el sol y brisa del mar de conjugaban con nuestra excitación y gemidos, te pedí que te pararte y ver hacia el horizonte mientras recostabas tus brazos sobre el barandal del yate, dejándote en 4 para mí, y wow eres perfecta pensé, cogí tus caderas y comencé a penetrarte primero suave, aumento el ritmo y tu no puedes más, tus gemidos aumentan y me pides que te de más duro, con una mano te halo del cabello mientras te lo meto más duro, verte en esa posición y mojada para mí excitaba tanto, regué un poco de champagne en tu espalda mientras te retorcías del placer.
Era excitante ver tu espalda desnuda y tu trasero toda dispuesto para mí, era una escena puesta para hacerte acabar, te acomode para acariciar tus senos y comenzar a penetrarte nuevamente, tus gemidos se convirtieron en gritos de placer y te agarrabas con más fuerza al barandal y tus piernas comenzaron a temblar, mientras te cojo de la cintura, pegándola contra mi una y otra vez, volví a cambiar de pose y está vez te comencé a penetrar enfrente de mi mientras nuestros gemidos se unían junto a nuestros besos comenzaste aruñar mi espalda, mientras rogabas que no parará, que estabas a punto de venirte, eso fueron las palabras exactas para mover mi cintura y penetrarte al ritmo de la canción, hasta que en un grito fenomenal acabaste por primera vez.
Me arrecostate en el piso y comenzaste a montarme, tus movimientos de caderas eran espectaculares, no podía dejar de decirte lo hermosa y sexy que eres, eres un diosa completa, tus senos se movían al ritmo de las penetradas ufff como me vuelven locos tus senos, aumentaste el ritmo y movimientos de caderas.
Encima de mi te movías increíble, estabas súper mojada, y pedí que te masturbaras mientras seguías metiéndote mi pene, comenzaste a hacerlo y gemías cada vez más mientras el sol nos pegaba y nos hacía sudar de la excitación, sacaste tus dedos mojados de ti y los pusiste en mis labios para saborearte ufff, ya no podía aguantar más la excitación de apoderaba de mi, no quería acabar pero tus movimientos y gestos eran deliciosos, comenzaste a cabalgar más duro y rico nuestros gemidos de hacían un solo grito de placer, tantos momentos de tensión sexual cuando nos veíamos se nos hacían realidad en cada gemido, ya no podíamos más nuestros cuerpos estaban al tope de placer, comenzaste a moverte tan sexy, que en un movimiento ambos comenzamos a explorar, gritamos de placer y acabamos juntos, sin decir nada y sin sacarlo de ti, te quedaste acostada en mi pecho mientras te acariciaba el pelo y el sol entraba a su puesta.
Fue increíble nuestra química sexual, que las historias siguieron más adelante, pero eso ya es parte de otro relato.