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El debut de Rosalie cortesía de su prima Kate y yo
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Dicen que el saber bailar suele ser bueno para ligar; que el baile es un tipo ritual previo al sexo donde demuestras qué tal te sabes mover y eso a las mujeres podría comenzar a excitarlas. Eso dicen, claro, obviamente no siempre es necesario, pero alguna vez me sirvió (o eso creo) para uno de los mejores regalos que la vida me ha dado: desvirgar a una exalumna con ayuda de su prima que también iba en el mismo salón.

Resulta ser que además de las clases que les impartía también daba un pequeño taller de canto, teatro y baile. Un día Kate y Rosalie me invitaron a la casa de la primera porque querían que les diera clases particulares de baile ya que se acercaba la boda de una de sus primas y, cito, “no querían hacer el ridículo en la pista”. Dijeron que ya habían pedido permiso a sus papás y que no tuvieron problemas en aceptar, así que obviamente mucho menos yo.

No sé si haya sido el destino o un plan maquiavélico de las dos, pero el tiempo que duró la lección la casa solamente contó con la presencia de nosotros tres. Creo que como sus papás ya me conocían de la escuela y en general tenía una buena imagen no vieron problema en dejarme solo con ellas. Y se agradece.

Durante la clase no pasó nada digno de sobresalir; realmente les estaba ayudando a mejor su baile (cumbia y salsa), aunque no perdí oportunidad de juntar las veces que fuera posible sus cuerpos con el mío, tanto de espaldas como de frente. No dudo de que lo hayan notado, pero nunca sentí ningún tipo de resistencia, así que continué nuestro pequeño juego… sin imaginar que lo mejor estaría apenas por llegar.

Estábamos descansando un poco; Kate había preparado sandwichs para los tres y los comíamos. Sonaba un poco de música romántica, cuando de pronto el género pasó a reggae. Kate me preguntó si también sabía perrear, le respondí que sí y comenzó una pequeña demostración de habilidades para mover el cuerpo.

Rosalie no pudo aguantar mucho tiempo observando el espectáculo, así que le pidió a Kate que se hiciera un lado para “enseñarme a perrear”, asegurando que era mil veces mejor que su prima. Kate le dio chance unos momentos, pero tampoco pudo esperar tanto para pedir pista de nuevo, y así se estuvieron turnando varias veces.

La pequeña batalla por ver quién perreaba mejor provocó que cada vez los movimientos fueran más sexuales, algo que aproveché para aumentar mis manoseos.

Kate: ¿Así perreas siempre? ¿O sólo cuando estás caliente?

Rosalie: Suena a un poco de envidia de que bailo mejor que tú.

Kate: ¿Envidia? Jamás; pero ya casi le pides al profe que te quite lo virgen.

Los tres nos sorprendimos. El silencio fue acompañado de expresiones que contaban historias distintas: la de Kate sorprendida por haber contado ese secreto de su prima, el de Rosalie con la pena de ser expuesta, y la mía de “sorpresa” que solamente ocultaba la excitación que me provocó el comentario. Kate comenzaba a disculparse cuando Rosalie decidió intentar contraatacar.

Rosalie: A ti porque te encanta andar abriendo las piernas.

Kate: Pues yo no tengo la culpa de que le guste tanto a los hombres, no como tú.

Rosalie: ¿Ahora así se le dice a la putería?

No, no era una pelea; ellas reían un poco, como si se estuvieran poniendo de acuerdo para provocarme o algo así. Y lo estaban logrando.

Rosalie: ¿Quién de las dos está más bonita, profe?

Las dos me miraron con mirada entre coqueta y desafiante, como retándome a que eligiera a una.

Calu: Las dos son igualmente hermosas. No podría elegir a una.

Kate: Y si le dieran a elegir… ¿con quién cogería?

Rosalie se sorprendió. Kate seguía sonriendo coquetamente. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo, y sabía perfectamente que necesitaría más para darse el placer de verme rendido a sus pies.

Calu: No lo sé, con quien cogiera mejor.

Kate: Entonces soy yo, porque ésta aún no sabe qué hacer en una cogida.

Calu: Eso no significa que coja mal, sólo que no ha tenido la oportunidad de demostrar sus capacidades.

Rosalie sonrió, como si la defensa la estuviera enamorando.

Kate: Pero no creo que pueda hacerlo mejor que yo.

Calu: ¿Por qué en vez de hacerla menos le enseñas cómo coger?

Se sorprendieron, como si no supieran que era un juego que jamás me ganarían.

Kate: ¿Yo? ¿Enseñarle a ésta? Nel, a mí no me gusta batear para ese lado.

Calu: ¿Por qué no?

Kate quedó pensativa.

Kate: Bueno, es que… es mi prima.

Calu: ¿Y?

Ya el único que seguía sonriendo era yo. Ellas estaban sonrojadas.

Rosalie: ¿Cómo así, profe?

Calu: ¿Qué tiene?

Kate: ¿Cómo quiere que le enseñe a coger? Soy una mujer.

Calu: Yo no dije que te la cogieras, dije que le enseñaras a coger.

Sus caras entre confusión y excitación me estaban prendiendo más.

Rosalie: No entiendo.

Calu: Tu prima podría conseguir un hombre, cogérselo mientras ves el espectáculo y vas tomando notas de lo que te vaya explicando.

Se miraron unos instantes.

Kate: ¿Y de dónde sacaría un hombre que quisiera coger conmigo mientras Rosalie nos ve para ir aprendiendo?

Calu: Tal vez podrías pedirle el favor a alguien que esté acostumbrado a enseñar.

Sonreí. Sonrieron. Sonreímos.

Calu: Yo me sacrificaría con tal de que Rosalie se convierta en una experta cogiendo.

Rieron. Aceptaron. Kate comentó que fuéramos a su recámara para estar más cómodos y no terminó de decirlo cuando ya nos estábamos dirigiendo para allá. Cerraron con llave y candado el portón y la puerta de la casa. Ya en la recámara le ordenamos a Rosalie que se sentara en una silla a unos pasos de la cama, Kate se quedó de pie al borde de la cama mientras yo me senté en la orilla, al lado de ella.

Kate: Lo primero que debes hacer es…

Guardó silencio unos momentos. Rosalie y yo la miramos. Kate volteó a verme con una pícara sonrisa.

Kate: Usted es el maestro, ¿por qué no mejor dirige la clase? Sirve y yo también aprendo algo además de pasos de baile.

Miré sus sonrisas. Era imposible negarme. Senté a Kate en mis piernas. Comencé a jugar un poco con su cabello. Bajé lentamente mi mano hasta llegar a sus piernas que recorrí unos momentos. Nos miramos unos segundos y fuimos acercando nuestros labios hasta conectar en un beso que, coincidimos, deseábamos desde hace tiempo.

Poco a poco mis manos fueron subiendo para recorrer más su cuerpo sin dejar de besarnos. Me detuve un poco en sus pechos, acariciándolos por encima de su playera. Rozaba con mis dedos encima de sus pezones que iban poniéndose más duros hasta lograr marcarse sobre su blusa. Rosalie sólo veía, cada vez poniéndose más cómoda en su silla.

Lentamente empecé a levantar la blusa de Kate hasta poder ver su bra. Pasé mis manos por ahí apretando por instantes sus bubis, arrancando así sus primeros gemidos aunque fueran leves. Le quité su blusa. Ella ayudó levantando sus brazos. Mi boca se dirigió a su cuello e inicié el recorrido en esa zona mientras continuaba acariciando sus pechos. Mis labios, mi lengua, jugaron por su cuello, aceleraron su respiración que pude sentir al estar tan cerca de mis oídos.

Mis labios bajaron a sus hombros, a los tirantes de su bra, que bajé con delicadeza usando los mismos labios que habían jugado en su cuello momentos atrás. Al mismo tiempo que iban cayendo los tirantes mi boca acompañaba la caída. Sentir sus pezones en mis labios detonó un placer mutuo que aumentó la intensidad de sus gemidos. Los lamía, los chupaba, los mordía, mientras mi mano entraba debajo de su falda para sentir sobre su calzón que estaba mojado por la humedad que en su vagina iba creciendo.

Después de estar así un rato volteamos a ver a Rosalie y descubrimos que llevaba un tiempo acariciándose. Ya no tenía su blusa ni su short, su bra estaba levantado y su calzón casi a la altura de sus tobillos. Una de sus manos apretaba sus pechos mientras la otra acariciaba su vagina. Ni Kate ni yo nos habíamos dado cuenta por lo entretenidos que estábamos, pero sin duda mirarla así aumentó mucho más nuestra excitación.

Kate se levantó para acercarse a Rosalie, pero yo la detuve tomándola del brazo. Con la cabeza le dije que no mientras le sonreía, ella aceptó y regresó conmigo. Terminé de desnudarla y la acosté boca arriba sobre la cama. Me puse sobre ella y continuamos besándonos. Bajé mis labios por su cuello, sus pechos que continué besando al mismo tiempo que una mano la masturbaba, introduciéndole mis dedos. Seguí el recorrido hasta llevar mi boca a su vagina. Le di sexo oral unos minutos. Besaba, lamía, chupaba, succionaba. Ella tomaba mi cabello y lo apretaba mientras yo hacía lo mismo con sus tetas. Rosalie ya estaba totalmente desnuda en la silla. Kate no paraba de gemir, cada vez le valía y lo hacía con más fuerza.

Me levanté para quitarme el pants pero Kate no permitió que alguien que no fuera ella lo hiciera. Al hacerlo también me acostaba poca arriba, miró a su prima que no paraba de masturbarse y comenzó a darme una muy buena mamada durante unos minutos. Después se levantó y solita se acomodó para insertar mi verga en su vagina montándome.

Primero fueron movimientos lentos, de arriba abajo, de atrás para adelante. Poco a poco fue aumentando de velocidad. Yo con una mano acariciaba su vagina y con la otra le apretaba sus pechos, sus pezones, y por momentos me levantaba para pasarles mi lengua y para besarla. Ella se movía muy bien. Después de un rato así decidimos que era momento de agregar a Rosalie a nuestro juego.

Me levanté por ella. La besé mientras la acercaba a la cama. La tumbé boca arriba, pero no iba a ser yo quien le diera placer primero. Jalé suavemente hacia nosotros a Kate, quien entendió las instrucciones sin negarse. Se acostó sobre su prima y se fundieron en un gran beso acompañado de caricias y manoseos que me mantenían al mil. Kate fue bajando lentamente sus labios y le hizo a su prima lo mismo que yo le hice a ella. Rosalie no tardó en quitarse la pena y mostraba con sus gemidos el gran placer que sentía.

Luego de unos minutos Rosalie provocó que su prima y ella cambiaran de lugares. Ahora Kate estaba boca arriba y Rosalie encima de ella. Al contrario de nosotros, Rosalie comenzó de abajo para arriba. A pesar de ser “nueva” el sexo oral que le dio a su prima, por el placer que expresaba Kate con sus gemidos, era muy bueno. Poco a poco fue subiendo hasta regresar al beso con las caricias. Ahí regresé a la acción.

Acerqué mi verga a sus bocas. Rosalie fue la primera que no dudó en meterla a su boca. Besaba, lamía, chupaba, de una manera en que demostraba que aprendía rápido a pesar de sólo haber visto a su prima hacerlo. Kate también mamaba. De pronto sus bocas chocaban y un beso entre ellas detenía unos instantes la mamada. Así estuvieron un rato.

El momento esperado llegó: la primera penetración a Rosalie, la pérdida de su virginidad, la bienvenida oficial al tan placentero mundo del sexo.

En esa misma posición en la que estaban me levanté y me puse detrás de Rosalie. Mientras continuaban besándose yo hice lo mismo con su espalda, besándola de arriba hacia abajo hasta llegar a sus pompis. Jugué con ellas unos momentos y terminé de bajar mi boca hasta sus labios vaginales, y ahora yo le di sexo oral. De pronto pasaba también a los labios de Kate, aunque la principal era Rosalie. Las dos estaban mojadísimas.

Con mucho cuidado fui acomodando mi verga a la entrada de la vagina de Rosalie. Las dos pararon unos momentos. Comencé a penetrarla suavemente para no lastimarla. Ella sentía un poco de dolor, pero en cuanto estaba por quejarse, Kate volvió a besarla para hacer menos dolorosa su primera penetración.

Rosalie no tardó mucho en olvidar el dolor y empezar a disfrutar. Sus gemidos cada vez eran más constantes y fuertes. Ya con confianza la penetré más fuerte, le daba nalgadas, acariciaba su espalda, le apretaba sus pechos. Obviamente también aproveché que la vagina de Rosalie estaba a unos centímetros e igual la penetraba a ella.

Kate decidió cambiar de posición y puso a su prima boca arriba, pero ahora ella se colocó en posición de 69 con ella, quedando la vagina de Rosalie y la boca de Kate cerca de mi verga. Unos momentos penetraba a Rosalie y unos momentos recibía una mamada de Kate. Después me fui al otro lado de la cama y ahora penetraba a Kate y recibía mamadas de Rosalie. Así estuvimos unos minutos.

Las chicas se levantaron y juntas me acostaron boca arriba. Las dos se bajaron y juntas me dieron unos minutos de placer con tremendas mamadas que me regalaron. Rosalie decidió ahora ser ella quien me montara y rápidamente colocó mi verga dentro de su vagina y realizó los mismos movimientos que su prima había hecho minutos antes. Pero Kate no se quedó sólo mirando como Rosalie; colocó sus labios vaginales en mi boca quedando frente a frente a su prima.

Mientras Rosalie saltaba sobre mi verga se besaba con Kate acompañadas de apretones en sus chichis con chupadas de pezones incluidas, al mismo tiempo que yo jugaba con mi lengua y mis labios en los de Kate. Cambiaron lugares y ahora era Kate quien montaba mi verga y Rosalie la que recibía el sexo oral. Así pasaron varios minutos.

Sin duda ni siendo tan positivo llegué a imaginar lo que pasaría en esas clases.

Las dos se pusieron en cuatro, una al lado de otra. Mientras penetraba a Rosalie a Kate la masturbaba metiéndole los dedos. Cuando le tocaba a Kate ser penetrada Rosalie era la masturbada. Así fue que se vaciaron. No se vinieron juntas porque decidieron que fuera siendo penetradas y obvio no se podía a las dos al mismo tiempo. Mi venida fue teniéndolas a las dos con sus bocas cerca de mi verga para recibir ahí todo el semen que terminé sacando después de tremenda sesión de sexo que nos habíamos aventado.

Ya fatigados nos acostamos en la cama boca arriba. Me puse en medio, ellas al lado mío acostadas sobre mí. Rosalie nos platicó sobre lo que aprendió viendo a su prima, confesando que desde hace tiempo tenía ganas de perder la virginidad conmigo pero que jamás se imaginó que fuera de esta forma y con su prima, lo cual volvió mucho mejor su primera vez.

Después me contaron que ese mismo día les habían enseñado a sus padres los pasos que aprendieron en la clase de baile que sí les di para mostrar que la clase sí les estaba sirviendo y seguir teniendo permiso de repetirla…

Y sí, las dos “clases” se repitieron algunas veces, y cada vez se pusieron mejor…

Mis medios de contacto están en mi perfil, por si alguien desea compartirme sus opiniones o comentarios. Saludos.

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