Sentados en uno de los bares cercanos al puerto, charlábamos como tres parejas de amigos que van a disfrutar de unas merecidas vacaciones. Nuri de rodillas junto a mí, acaricia su mejilla en mi brazo, mientras su mano se pierde bajo su falda, Zuleia nerviosa y excitada está satisfecha y orgullosa, ella lo ha gestionado todo desde su agencia, y ahora solo espera estar a la altura de las expectativas de su dueño que junto a ella bebe una cerveza bien fría mientras le pellizca suavemente uno de sus pezones. Y tú nerviosa, inquieta, empapada en sudor, por el calor y la tensión, solo puedes mirar aquí y allá, mientras Nuria juega con tus cabellos y no deja de mirarte, de tocarte, le encanta tu piel suave y tersa, desbrocha los botones de tu vestido, le gusta acariciarte los pechos, tus nalgas, disfrutar de este miedo y esta vergüenza que aun te sonroja cada vez que ella te exhibe medio desnuda ante desconocidos, Nuria cada día está más satisfecha de haberte comprado hace apenas un mes, lo recuerdas claramente, tu de rodillas mientras ellas hablaban de ti, negociaban tu precio, Luna le mostraba tus pechos, tu coño, tiraba de tus pezones, le enseñaba tus nalgas azotadas, y Nuria pensándoselo, decidiendo si merecías la pena, al final se quedó contigo a prueba, tendrás que ganarte el derecho a ser su esclava, aquel primer día de pie en el centro de la habitación, te estremecías con cada nuevo latigazo, con cada nueva marca que se dibujaba en tu culo, en tus nalgas, en tus pechos, mientras entre lágrimas y gritos le suplicabas que te aceptase, querías ser su esclava, su perra, querías ser lo que ella desease que tu fueses. Luna había sido un paso, pero Nuria era otra historia, una dueña mucho más dura y salvaje. Finalmente, medio desvanecida, sudorosa y con temblores en las piernas viste como dejo el látigo, se acercó a ti, puso su mano en tu coño y lo saco mojado, la zorrita se había corrido en pleno castigo, luego se limpió en tus mejillas, te beso en los labios y acepto adiestrarte y si te lo merecías, quizás al final quedarse contigo.
El reloj sigue girando, terminamos ya con las bebidas, y tras pagar, vamos hacia la terminal, a medida que nos acercamos los nervios se hacen más y más patentes en vosotras, sobretodo en ti, la perrita novata del grupo, ves decenas de parejas, dueños y esclavas, amas y sumisos, grupos de todo tipo yendo hacia el mismo lugar algunos ríen, bromean, otros están nerviosos, inquietos, tu miras aquel barco no demasiado grande que asoma al fondo de tu mirada, se te hace un nudo en la garganta, solo de imaginar lo que te espera en su interior, te asusta y te excita, te hace temblar y desearlo, es tu alma sumisa que no deja de palpitar dentro de ti.
Zuleia comenta que es un crucero temático como tantos otros, solo que en este, la temática es el BDSM, y los camarotes y todo el barco se ha acondicionado para albergar durante 5 días, todas las facetas y modalidades de esta manera de disfrutar del sexo y de la vida, el nombre con que han rebautizado el barco te hace sonreír “Justine”.
Mientras andamos, recuerdas la última noche, encadenada, con tus brazos y patas separados, tus pezones pinzados, tu piel estremeciéndose a cada nuevo azote, decenas de líneas enrojecidas llenando tu cuerpo, jadeabas cansada y dolorida, asustada y excitada., Nuria tras disfrutar de tu dolor, de tus gritos y tus lágrimas, dejó la fusta y empezó a acariciarte, a besarte, a mordisquear suavemente tus pechos, tus pezones, le encanta jugar con tu deseo, con tu instinto de hembra sumisa. Tu mano disimuladamente acaricia tu entrepierna, te gusta recordar su mano entrando dentro de ti, masturbándote. Y tú con la boca abierta buscabas su lengua, sus besos. Sensual y marrana no dejabas de moverte, de mirarla, de relamerte los labios, de jadear. Te preguntó si te gustaría ir de crucero con ella, serías esclava a tiempo completo, una mascota dócil y obediente a quien ella ira moldeando y castigando a su gusto, te entregará a quien le apetezca y te llevará a límites que ni te imaginas. Tu apenas si la oías, sus dedos seguían jugando dentro de ti, sonrojada no podías evitar mojarle la mano con tus jugos de cerda en celo, ella sonreía mirando cómo te contorneabas todo lo que te permitían tus cadenas, jadeabas entre espasmos de deseo y placer, mientras te ofrecías entera a sus dedos, a sus caricias tensando a cada nuevo espasmo de placer tus muñecas y tobillos doloridos y encadenados.
No dudaste un instante, y entre gruñidos y jadeos dijiste que sí, una y mil veces sí, mientras, ella seguía recorriendo con sus manos cada centímetro de tu piel. En aquel momento entró Nuri, sonrió al verte, -Hola Joanna, tú con tu piel brillando de sudor y deseo, con los azotes marcados en tus pechos, en tu vientre y en tus muslos, esbozaste una media sonrisa, mientras Nuria seguía con sus manos en tu cuerpo, con sus dedos dentro de ti, algunos en tu coño, otros en tu culo, sus labios recorrían tu piel, besaba tus pechos, mordisqueaba tus pezones. Luego te dejo, quedaste colgando de tus cadenas, exhausta y satisfecha, empezabas a pensar en este crucero al que has aceptado ir. Ya habían llegado Raül y Zuleia, era hora de cenar y de terminar de preparar los últimos detalles del viaje. Nuria te dio un beso largo e intenso, disfruto con su boca de tu labios, de tu paladar, de toda tu cara, y tras darte un par de bofetadas en tus mejillas quedaste sola y a oscuras mientras relamías con tu lengua el sabor de los besos de tu dueña, y te excitabas pensando en estas vacaciones en el mar que te ha prometido.
Oías como charlábamos, reíamos, y tras un rato que te pareció eterno, escuchaste pasos que se acercaban, era Nuria, tenía ganas de ti, desatándote, te llevo hasta el comedor, allí a 4 patas, desnudas y azotadas Nuri y Zuleia se relamían los labios aun sucios y blancos de las vergas de Raül y Mia. Nuria te puso a 4 patas, y sentándose frente a ti, abrió sus piernas, tu hocico se metió hasta el fondo de su sexo, ella te agarró por tus orejas y empezó a moverte, tu lamias, besabas al compás de aquellas manos que movían tu cara, te gusta oler el deseo de tu dueña, hacerla disfrutar de tu boca y de tu lengua. Tras de ti, unas manos separaron tus patas, aferrándose a tus nalgas, querías girar la cara, ver quien era, pero Nuria no te dejo, tu hocico es suyo, y no pensaba renunciar a él. Gruñiste de dolor, cuando una verga entro hasta el fondo de tu culo, tus patas temblaban, mientras, debajo de ti, Zuleia y Nuri, jugaban con tus pechos, con tus tetas colgando y moviéndose al compás que marcaban tus dueños., Nuria no tardo en correrse en tu boca, mientras por tus muslos rebosaba el placer de Raül, Zuleia corrió a lamer tu agujero, a beber este néctar que su dueño ha vaciado en ti, de una patada la aparte, ahora era mi turno, te hice levantar aún más el culo, a mí me apetece tu coño, y tú, dolorida y excitada, arqueaste tu lomo y te ofreciste a mi verga, mientras Nuri mordisqueaba tus pezones y tu sorbías y bebías del sexo de tu dueña. Te penetre sin problemas en tu sexo empapado y mojado, pedias a gritos ser follada, estabas tan excitada que te corriste al instante, la boca de Nuri seguía en uno de tus pechos, Zuleia relamía cada herida de tu lomo, de tus nalgas, y mis golpes de riñón hundían más y más tu hocico en el coño de Nuria que gruñía y se arqueaba de placer mientras te apretaba más y más contra su cuerpo.
Al rato terminamos de gozar de ti, Nuria ya más relajada empezó a mearse en tu cara, en tu boca, de rodillas ante ella, con la boca abierta tragabas todo lo que podías, ella riendo apuntaba a tus labios, a tu cara sucia y traviesa, nos animó a Raúl y a mi, a mear a las perritas, y los tres fuimos bañándoos a las tres, Nuri y Zuleia, también se movían golosas buscando este chorro amarillo y caliente que apuntaba a sus cuerpo, y al final las tres terminasteis en el suelo, rebozadas en orina y semen, y la noche continuo durante horas, os hicimos chillar de dolor y de placer, os hicimos masturbaros entre vosotras, mientras el látigo mojado de orina, castigaba y salpicaba vuestros cuerpos, y al final, agotadas y exhaustas terminasteis dormidas en el suelo, soñando ya con este crucero, tu aun no lo sabes, pero mañana empieza, hace días que te apuntamos, Nuria nuca dudo de tu respuesta…
Por la mañana, en el jardín, con la manguera os fuimos lavando a las tres, Nuria se entretenía poniendo el chorro dentro de tu agujero, el agua helada te hacía temblar mientras te agarrabas a ella, con tus dientes castañeando y tu piel tiritando. También Nuri y Zuleia temblaban y chillaban cuando Raül y yo nos encargábamos de ellas. Al final, limpias y sensuales, os dejamos vestir, Nuria te puso un vestido negro, ajustado a tus pechos y a tu culo, desabrochado hasta casi tu ombligo, te hizo girar, levanto la parte trasera y miro tu culo desnudo y azotado. Solo faltaba tu collar y una vez puesto, ya pudimos irnos todos hacia el puerto…
Estamos llegando a la zona de embarque, mientras esperamos te fijas en una pareja que tenemos delante, ella tira orgullosa de la correa de su perrito, y él nervioso solo puede mirar al suelo, intentado no excitarse aún más de lo que ya está, ella lo nota y con un par de correazos en su rabo destrempa al instante su verga, Nuri y Zuleia también están nerviosas, cada vez estamos mas cerca del mostrador de embarque, finalmente llegamos, una chica os recuerda vuestra decisión de ser esclavas sin más límite que el que vuestros dueños y amas decidan, también os comentan que si queréis, en cualquier momento, ahora, o durante el crucero podéis renunciar, sois esclavas por voluntad propia y solo vuestra voluntad os hace seguir siéndolo.
Las tres ratificáis vuestra decisión, orgullosas y excitadas firmáis los últimos papeles, Nuria se acerca a tu cara, y te da un beso largo y suave, tú te abrazas a ella, nota como tiemblas, como te estremeces, mientras oyes como el tampón con el sello oficial golpea el papel que acabas de firmar, seguimos adelante, y tras pasar los controles policiales, llegamos a una sala grande y vacía, aquí empieza el crucero, aquí dejáis de ser Nuri, Zuleia y Joanna, para ser tan solo parte de nuestro equipaje, trozos de carne listos para nuestro placer.
Os hacen desnudar, tú dejas caer tu vestido, tu cuerpo solo luce las marcas de los últimos azotes, Nuri y Zuleia también desnudas esperan junto a decenas, centenares de esclavos y esclavas de todos los sexos, razas y edades. Un último beso de Nuria y junto con ella, Raül y yo nos vamos. Con un rotulador grueso van escribiendo en vuestros pechos el camarote al que pertenecéis, os ponen el collar negro, aun no sabes que significa, la mayoría lo llevan, aunque también se ven muchos de color rojo, y algunos de color azul. Te muerdes los labios, mientras uno de los trabajadores te retuerce uno de tus pezones y tira de ti, hasta una zona habilitada donde en grupos de 50, habéis de vaciar vuestro vientre, es hora de cagar, te agachas, estrujada entre decenas de esclavos y esclavas oyes el látigo silbar en el aire, no tenéis todo el día, aprietas todo lo que puedes, te cuesta hacerlo hacinada entre tantos desconocidos, finalmente oyes el plop, pero aun te espera una nueva humillación, cada una ha de limpiar con la lengua el culo del animal que tenga al lado, te aferras al culo de tu compañero, por suerte no está demasiado sucio, algunos vomitan, otros suplican, pero tú solo lames, una y otra vez, limpias sumisa cada rincón de aquel culo, tus manos aferradas a su cuerpo, notan como su verga se endurece más y más, pero no es el momento, ahora eres tu quien nota su lengua en tu agujero, te gusta cómo te limpia, como se entretiene en cada centímetro de tu piel, mientas sus manos aferran tus nalgas y sus dedos juegan con tu sexo. Al fondo ves a Nuri y Zuleia que se limpian entre ellas, no puedes evitar una sonrisa de satisfacción, tú has tenido más suerte que ellas, un chorro de agua helada os hace volver a la realidad, todos corréis fuera de esta zona, mientras un chorro limpia el suelo, y un nuevo grupo de animales entran a hacer sus necesidades sobre el suelo mojado.
Empapada, esperas junto al resto de animales, el sol os seca, y convierte el agua helada en sudor, es verano y el calor es asfixiante, tetas, culos y rabos de todas las medidas, edades y colores esperáis en silencio. Traen las jaulas, no son muy grandes, y aun lo son menos cuando os dicen que en cada una han de caber dos animales, el chico con el que te has limpiado, te roza con su hombro, te mira, tú le sonríes y afirmas con la cabeza, te sonrojas como una quinceañera, te excita hacer algo prohibido, imaginarte disfrutando sin permiso de tu dueña, sabes que luego te castigará, y esto aún te calienta más.
Primero lo entran a él, se ha de doblar, su lomo, su culo, quedan pegados a los hierros, luego te entran a ti, no cabes, no puedes entrar, te empujan, notas tus tetas pegadas a sus rodillas, tu cara en sus piernas, tu coño junto a su boca, los dos cuerpos doloridos y prensados quedan pegados cuando cierran la jaula. Apenas si puedes respirar, él pone sus brazos alrededor de tu cuerpo, y tú los tuyos en el suyo, ganáis algo de espacio, tampoco demasiado, ponen otra jaula sobre la vuestra, otras alrededor, poco a poco, la zona se va llenando de jaulas, el aire enrarecido cada vez es más caliente, más denso y asfixiante, el sudor gotea de jaula a jaula, y tu asustada, gritas y tiemblas en este encierro claustrofóbico y brutal, no eres la única, por todas partes se oyen gemidos, llantos, gritos. Tu compañero te acaricia como puede, tú le lames su verga, él acaricia tu culo, intenta besar tu vulva, aunque apenas si llega a ella, solo notas la punta de su lengua en tu sexo, el sol sigue asando las jaulas, por suerte de pronto unas mangueras van mojándolas, el agua refresca un poco vuestra situación, abres la boca, algo de agua bañada en sudor entra en tu garganta, también él puede beber un poco. Él te mira y doblándose un poco más consigue ahora si, lamer tu vulva, jugar con su lengua en tu sexo, notas como su verga engorda en tu boca, por un momento tienes miedo, no tienes permiso para disfrutar, para compartir estos instantes de placer, pero su lengua, su verga, sus manos, cada vez te toquetean más, por un momento te imaginas que os castigan juntos, que os hacen chillar y temblar, con vuestros cuerpos pegados y azotados, atados con su verga clavada dentro de ti, y su lengua enroscada en la tuya, tus pechos aplastados contra su cuerpo… con solo pensarlo, tu coño empapado se moja aún más, su verga llena por completo tu boca y se vacía en tu garganta, y tú, encastada en el sientes como un placer intenso y profundo recorre cada centímetro de tu piel, te corres sin poderte mover, sin poder gemir, empapada de sudor y entregada a tu instinto y a tu imaginación.
De pronto, una grúa empieza a mover las cajas, va depositándolas en una cinta corredera que os acerca al barco, ponen la vuestra, avanzáis lentamente, notas el temblor y el miedo de tu compañero, el también nota el tuyo, En pocos instantes el sol desaparece, solo la luz tenue de una de las bodegas del barco, ilumina una zona con decenas de cajas. Acabáis de embarcar.